De
Stanislas de Guaita a los SS::: II:::
Querido Hermano:
Ya has sido
revestido sucesivamente con los tres grados jerárquicos de nuestra Orden; te
saludamos como S::: I:::, y cuando hayas transcrito y meditado nuestros
cuadernos, serás a su debido tiempo, un Iniciador. A tus leales manos se les
confiará una importante misión: te incumbirá su carga, pero también el honor de
formar un grupo del que serás, ante tu conciencia y ante la Divina Humanidad,
el Padre intelectual y también el Tutor moral.
No se trata de
imponerte unas convicciones dogmáticas. Que te creas materialista o
espiritualista o idealista, que profeses el cristianismo o el budismo, que te
proclames libre-pensador o que incluso remedes el escepticismo absoluto, poco
nos importa al fin y al cabo; no heriremos tu corazón molestando tu espíritu
con problemas que no debes resolver más que frente a frente con tu conciencia y
en el silencio solemne de tus pasiones aplacadas.
Siempre lleno de un
amor verdadero hacia los hermanos humanos, nunca trates de disolver los lazos
de solidaridad que te unen estrechamente al Reino Hominal considerado en su
síntesis. Tú perteneces a una religión suprema y realmente universal, pues es
ella la que se manifiesta e impone (multiforme, cierto, pero esencialmente
idéntica a sí misma) bajo los velos de todos los cultos esotéricos, tanto de
Occidente como de Oriente.
Como Psicólogo,
expresa ese sentimiento con el nombre que quieras: Amor, Solidaridad,
Altruismo, Fraternidad, Caridad; como economista o filósofo, llámalo si quieres
tendencia al Socialismo, al Colectivismo, o al Comunismo ¡Poco importan las
palabras!
Como místico,
hónralo bajo los nombres de Madre divina o Espíritu Santo.
Seas lo que seas,
no olvides jamás que en todas las religiones verdaderamente ciertas y profundas
(o sea, las que están fundadas en el Esoterismo) la puesta en marcha de ese
sentimiento es la Enseñanza primaria, capital, y esencial de ese mismo
Esoterismo.
Búsqueda sincera y
desinteresada de la Verdad; he aquí lo que tu Espíritu se debe a sí mismo.
Fraternal
mansedumbre respecto a los hombres; esto es lo que tu Corazón le debe al
prójimo.
Exceptuando estos
dos deberes, nuestra Orden no pretende darte otros, al menos de forma
imperativa.
Ningún dogma
religioso o filosófico se impone a tu fe. Respecto a la doctrina cuyos
principios esenciales hemos resumido para ti, sólo te rogamos que la medites a
placer y no tomes partido. Es solamente por la persuasión que la Verdad
tradicional quiere conquistarte a su causa.
Hemos abierto a tus
ojos los sellos del Libro M, pero eres tú quien primero debe deletrear la
letra, y después penetrar al Espíritu de los misterios que este libro encierra.
Te hemos iniciado;
el papel de tus Iniciadores ha de limitarse solo a esto. Si por ti mismo
comprendes la inteligencia de los Arcanos, merecerás el título de Adepto, pero
no olvides esto: es en vano que los más sabios Maestros quieran revelarte las
fórmulas supremas de la ciencia y el poder mágico; la Verdad oculta no puede
transmitirse en un discurso, puesto que cada cual debe evocarla, crearla y
desarrollarla en su interior.
Desde ahora eres
“Iniciatus”, al que otros han puesto en la vía; esfuérzate por llegar a ser
Adepto, el que ha conquistado la Ciencia por sí mismo. En una palabra: el hijo
de sus obras.
Nuestra Orden, como
te he dicho, limita sus pretensiones a la esperanza de fecundar el buen
terreno, sembrando por doquier el buen grano; las enseñanzas de los S::: I:::
son precisas, pero solo son elementales.
Tanto si este
programa secundario basta para satisfacer tu ambición, como si tu destino te
impulsa un día al umbral del templo misterioso donde irradia, desde hace
siglos, el luminoso tesoro del Esoterismo Oriental, escucha las últimas
palabras de tus Incógnitos hermanos, y ojalá ellas puedan germinar en tu
espíritu y fructificar en tu alma.
Yo te aseguro que
en ellas el criterio infalible del Ocultismo y la clave de la bóveda de la
síntesis esotérica están allí, y no en otra parte. ¿Pero a qué insistir si tú
puedes comprender y creer? Y en caso contrario, ¿para qué insistir?
Eres libre de
creer, pues lo que me resta por decir es una alegoría mística o una fábula
literaria sin valor alguno, o incluso una audaz impostura.
Eres libre, pero
ESCUCHA, ¡que germine o se pudra el grano que voy a sembrar!
*****
En principio, en la
raíz del Ser, está lo Absoluto.
Lo Absoluto, que
las religiones llaman Dios, no se puede concebir y quien pretenda definirlo
desnaturaliza su idea, asignándole unos límites: Un Dios definido es un Dios
finito.
Pero en ese
insondable Absoluto, emana eternamente la Diada andrógina, formada por dos
principios unidos indisolublemente: el Espíritu Vivificador y el Alma viviente
Universal.
El misterio de su unión
constituye el Gran Arcano del Verbo. Y el Verbo es el Hombre colectivo
considerado en su síntesis divina antes de su desintegración. Es el Adán
Celeste antes de su caída, antes de que ese Ser Universal se haya modalizado,
pasando de la Unidad al Número, de lo Absoluto a lo Relativo, de la
Colectividad al Individualismo, del Infinito al Espacio y dela Eternidad al
Tiempo.
He aquí unas ideas
de la enseñanza tradicional sobre la caída de Adán: Incitados por un móvil
interior cuya naturaleza esencial es mejor callar, móvil que Moisés llamó
NAHASH, y que nosotros (si te parece) definiremos como la sed egoísta de la
existencia individual, un gran número de Verbos fragmentarios de conciencias
potenciales vagamente despertadas a modo de emanación en el seno del Verbo
Absoluto, se separaron de ese Verbo que los contenía.
Se separaron, como
ínfimos submúltiplos dela Unidad-madre que los había engendrado. Simples rayos
de ese Sol oculto se dispararon hacia lo infinito de las tinieblas en su
naciente individualidad, que ellos anhelaban con independencia de todo
principio anterior, o sea con autonomía.
Pero como el rayo
luminoso sólo proviene de una existencia relativa en relación con el fuego que
lo ha producido, esos Verbos igualmente relativos, desprovistos de principio auto
divino y de luz propia, se oscurecieron a medida que se alejaban del Verbo
absoluto.
Cayeron en la
materia, mentira de la sustancia en delirio de objetividad; en la materia que
es al No-Ser lo que el Espíritu es al Ser, descendieron hasta la existencia
elemental, luego a la animalidad, después a lo vegetal, hasta lo mineral Así
nació la materia, que al momento fue elaborada por el Espíritu, y el Universo
concreto tomó una vida ascendente, que se remonta desde la piedra, apta para la
cristalización, hasta el hombre, susceptible de pensar, de rogar, de asistir a
lo inteligible y de sacrificarse por el prójimo.
Esta repercusión
sensible del Espíritu cautivo, sublimando las formas progresivas de la Materia y
la Vida, tratando de salir de su prisión. La Ciencia contemporánea lo constata
y lo estudia con el nombre de Evolución. La evolución es la universal Redención
del Espíritu. Al evolucionar, el Espíritu se remonta. Pero antes de remontar,
el Espíritu había descendido, y es a esto a lo que llamamos Involución.
¿Cómo el
submúltiplo verbal se detuvo en un punto dado de su caída? ¿Qué Fuerza le
permitió retroceder? ¿Cómo al fin despertó en él la conciencia de su divinidad
colectiva bajo la forma aún imperfecta dela Sociabilidad? Estos son unos
misterios profundos que no podemos abordar aquí y de los que tú sabrás
adquirirla Inteligencia, si te acompaña la Providencia.
Yo callo. Te hemos
conducido bastante adelante de la vía; ahora estás provisto de una brújula
oculta que no te permitirá extraviarte jamás, o al menos hallar siempre el buen
camino.
Esos datos son
necesarios sobre el “gran asunto" del destino humano; tú eres quien debe
decidir el resto y hallar la solución al problema.
Más debes
comprender, Hermano mío, y te lo pido por tercera y última vez, debes comprender
que el Altruismo es la vía que conduce al objetivo único y final; me refiero a
la reintegración de los submúltiplos en la Unidad Divina; la única doctrina que
da los medios, que es la destrucción de los obstáculos materiales para la
ascensión a través de las jerarquías superiores, hacia el astro central de la
regeneración y la paz.
No olvides que el
Adán Universal es un Todo homogéneo, un Ser vivo, del que nosotros somos los
átomos orgánicos y las células constitutivas. Todos vivimos unos en los otros,
los unos para los otros; y si nos fusionásemos individualmente salvados
(hablando en lenguaje cristiano), no cesaríamos de sufrir y luchar hasta que
los demás hermanos estuviesen salvados como nosotros.
El Egoísmo
inteligente concluye, pues, como ha concluido la Ciencia tradicional: la
fraternidad universal no es un engaño, sino una realidad de facto.
Quien trabaja para
otro trabaja para sí; quien mata o hiere al prójimo se mata o hiere así mismo;
quien ultraja, se insulta a sí mismo.
No obstante, no dejes
que estos términos místicos te asalten; la doctrina elevada no tiene nada de
arbitraria; nosotros somos los matemáticos de la ontología, los algebristas de
la metafísica.
Recuerda, hijo dela
Tierra, que la gran ambición debe ser reconquistar el Edén zodiacal del que no
habrías debido descender nunca, y entrar por fin en la inefable Unidad, FUERA
DELA CUAL NO ERES NADA, y en cuyo seno hallarás, tras muchos trabajos y
tormentos, la paz celeste, ese sueño consciente que los indios conocen con el
nombre de NIRVANA: que es la beatitud suprema de la Omnisciencia en Dios.
Fraternalmente:
STANISLAS DE GUAITA
(S::: I:::)