Wednesday, December 8, 2021

Arquitectura de la Masonería Rectificada

 

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Arquitectura de la 
Masonería Rectificada

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Jean-Baptiste Willermoz

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Jean-Baptiste Willermoz ha estructurado su sistema o régimen mediante una arquitectura concéntrica, organizándola en dos clases o círculos sucesivos, dotándolas de una enseñanza doctrinal progresivamente más precisa y explícita que se va desgranando a lo largo de los distintos grados, por medio de unas “Instrucciones” que forman parte integrante del ritual de cada grado.

UNA ARQUITECTURA CONCÉNTRICA

Esta concepción del conjunto, arquitectura del Régimen y doctrina, fue oficialmente aprobada en dos etapas. En primer lugar a nivel de los territorios franceses, por el convento de las Galias, celebrado en Lyon (noviembre-diciembre de 1778) en el que se aprobó entre otros, el Código Masónico de las Logias Reunidas y Rectificadas y el Código de la Orden de los Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa, que continúan siendo lo textos de referencia del Régimen explícitamente mencionados por la Constitución y Reglamentos Generales para la Orden Rectificada, aprobada y promulgada por el Gran Priorato de Hispania el 9 de septiembre del 2011.
Luego a nivel europeo, esta arquitectura fue aprobada por el convento de Wilhelmsbad, celebrado en Alemania (agosto-septiembre de 1782), tenido bajo la presidencia del duque Ferdinand de Brunswick-Lunebourg y del príncipe Charles de Hesse, principales dirigentes de la Estricta Observancia, que se adhirieron a lo que en la época se conocía por la “Reforma de Lyon”.

DOS CLASES, UNA MASÓNICA Y OTRA CABALLERESCA

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Así pues, el convento de Wilhelmsbad de 1782, referente general para la práctica del Régimen Escocés Rectificado y que determina la Regularidad para la práctica del mismo, aprobó una estructura dividida en dos clases, así como los rituales precisos, que juntamente con los dos Códigos fundacionales, constituyen nuestros textos de referencia y por así decirlo el corpus doctrinal:

  1. La Orden Masónica
  2. La Orden Caballeresca.

LA ORDEN MASÓNICA

La clase simbólica u Orden Masónica, es en la que se confiere y conduce a su término la iniciación masónica. Esta clase está subdividida a su vez en cuatro grados: los tres practicados en las logias de San Juan, dichas logias azules por razón del color de sus decoraciones; más el grado de Maestro Escocés de San Andrés, practicado en las logias de San Andrés o logias Escocesas, dichas logias verdes por las mismas razones.
Sin este cuarto grado, recibido ritualmente mediante la correspondiente ceremonia, la iniciación masónica queda incompleta. La ceremonia de recepción a este grado, hace una recapitulación de los tres grados anteriores y culmina el contenido iniciático y doctrinal de los grados precedentes, llevándolos a su cumplimiento. En ese grado le es dada al Maestro Escocés de San Andrés la posibilidad de contemplar todo lo que le aguarda hasta su reintegración en la Jerusalén celeste, objetivo final de la iniciación cristiana.

LA RECONSTRUCCIÓN INTERIOR DEL HOMBRE

Estos cuatro grados giran en torno a la reconstrucción interior del hombre mediante la profundización en la Fe y la práctica asidua de las Virtudes Cristianas. Cuando el Maestro Escocés de San Andrés da muestras de haber alcanzado el grado de realización espiritual requerido, probando con ello que efectivamente ha puesto en práctica la iniciación masónica, puede tener entonces acceso a la Orden Interior.

LA ORDEN CABALLERESCA

La Orden Interior es una orden de caballería cristiana. No es en modo alguno asimilable, ni a un sistema de altos grados, ni a los grados filosóficos. Queda claro también que no se trata tampoco de la orden del Temple restablecida, lo que el convento de Wilhelmsbad condenó vigorosamente.

La Orden Interior comporta dos etapas.

La primera es una etapa preparatoria y transitoria: la de Escudero Novicio. La calidad de Escudero Novicio es conferida por la ceremonia de Investidura. Esta calidad es sin embargo revocable. En efecto, el Escudero Novicio tiene como única tarea la de prepararse durante como mínimo un año, para convertirse en Caballero; pero si se muestra inapto para adquirir esta calidad, puede e incluso debe, de acuerdo a lo prescrito al respecto en el Código de los C.B.C.S., ser retrotraído y devuelto a su condición de Maestro Escocés de San Andrés, que no perderá en cualquier caso.
La segunda etapa es la de Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa (de siglas C.B.C.S.). No se trata de un grado más, sino de una cualidad que es conferida por la ceremonia de Armamento celebrada por el Gran Maestro/Gran Prior de la Orden de los C.B.C.S. o en su lugar, por un Visitador o Gran Dignatario delegado por el Gran Maestro. Esta ceremonia se trata verdaderamente de un adobamiento a la manera de la caballería medieval.

UNA BENEFICENCIA ACTIVA E ILUMINADA

El Caballero tiene, como por otra parte tenían sus hermanos de la Edad Media, el deber de obrar activamente en la Orden y en el mundo por una puesta en práctica de las enseñanzas morales, religiosas y doctrinales recibidas en las logias de San Juan y San Andrés, que no abandona en absoluto, sino que por el contrario, y ahora más que nunca en virtud de su nueva condición, a dedicarse al servicio de sus Hermanos y al de toda la humanidad, mediante el ejercicio de la beneficencia, entendida ésta no como mera solidaridad social, sino como hacer el bien en todos los sentidos, en todos los aspectos y hacia todos los hombres y mujeres.

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La Hermandad para toda la Humanidad

¡HUZZE! ¡HUZZE! ¡HUZZE!

 


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¡HUZZE! ¡HUZZE! ¡HUZZE!

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La palabra Uzze (o Huzé, Hoschée, Hoschea, Houzzai, Uzá, etc., las ortografías son muy variadas), tan empleada en los distintos Ritos Masónicos ha dado lugar a gran cantidad de hipótesis (y de fantasías...) en cuanto a su real etimología, origen y significado. Por ello creemos aportar algo de interés al mencionar en lo que sigue nuestro hallazgo al respecto.

Este podría ser incluso una clarificación definitiva e inesperada en esta cuestión aún bastante discutible. Este hallazgo fue dado a conocer por quien escribe en la lista Acacia a comienzos del año 2000.

Según algunos autores Huzzé tiene su origen en la lengua árabe. El significado literal que se le pretende dar a la palabra en el idioma castellano es VIVA o SALVE. Según otros (que no citan fuente alguna) proviene del escocés y deriva de HURRAH.

Hay quien comenta que entre los pueblos anglosajones la palabra fue utilizada en el pasado para saludar a los reyes, pero tampoco se aportan documentos que lo sostengan.

Según otros el término Uzza o Uzze, era el nombre que daban en el antiguo Egipto algunas tribus semíticas a la planta de Acacia, “árbol perenne y misterioso para ellos”, que consagraron al sol como símbolo de la inmortalidad, y cuyas ramas agitaban en signo de adoración como señal de felicidad y armonía, al tiempo que gritaban Uzza o Uzze segúnsus dialectos, durante las ceremonias.

Uno de los significados aludidos a éste saludo estaría emparentado según algunos autores, a la forma en que se efectuaban los distintos ritos propiciatorios de los pueblos de la zona cuando luego de agredir al cielo o a la tierra (al labrarla por ejemplo), debían congraciarse con los dioses que según ellos los gobernaban. Esta versión parece ser pura fantasía pues el gran egiptólogo Adolf Ermann, quien fuera profesor en la Universidad de Berlin, señala como significado del término “He aquí el lugar sagrado!”

Pero Ermann no agotó el problema como veremos más abajo. Estos mismos pueblos acostumbraban colocar ramas de Acacia sobre la tumba de sus muertos como símbolo de lo inolvidable e inmortal.

Mahoma prohibió estas consagraciones dentro de la religión musulmana y desde entonces el término ha desaparecido del uso diario entre los pueblos de la zona.

Pero, según otros, volvemos a encontrar reminiscencias de estos ritos de adoración a la Madre Tierra y al Padre Cielo en los rituales de los MM.·. MM.·. operativos cuando, al finalizar la construcción de una catedral, pedían permiso y perdón al G.·.A.·.D.·.U.·. , ya que la construcción agredía al cielo y a la tierra con su presencia.

Este ritual se basaba en el poder del sonido y la presencia física: el sonido de las campanas y la presencia física del brazo en alto, exclamando Uzze, Uzze, Uzze, exclamación lanzada hacia el aire, hacia el sol o hacia el cielo. Nuevamente aquí la explicación aparece como más poética que fundada en documentos reales.

En las diversas explicaciones anteriores falta algo que es el fundamento y razón de ser de la cosa y nos animamos a calificar a las hipótesis anteriores de insatisfactorias. Por ello fue grande nuestra sorpresa al hallar que en realidad nuestra aclamación era algo íntimamente ligado al dios de los constructores en el Antiguo Egipto, deidad importantísima originada en Memphis y que recibía como es sabido el nombre de Ptah.

La documentación en que me baso se halla en la obra “Hymnes et Prières de l’Egypte Ancienne” de André Barucq y François Daumas (publicada con el apoyo del CNRS, Du Cerf, Paris, 1980). En rigor Ptah (Arquitecto escultor del Universo y no creador) era el dios no solo de constructores sino también de escultores, artesanos, herreros y artistas, el que termina identificándose con Osiris (loc. cit.) y del que los griegos deformaron luego imagen, atributos y culto para crear a su Hefestos (el Vulcano romano).

Es sabido lo organizadas que estaban las guildas de constructores del antiguo Egipto, verdadero origen y cuna de la Mas.·.

Al respecto puede verse “Une Grande Loge en Egypte Ancienne” en la obra de Christian Jacq “La Franc-maçonnerie: histoire et initiation” y M. Bierbrier “Les Bâtisseurs de Pharaon”.

Incluso Hermes-Thot era considerado en la cosmogonía de los Misterios de Memphis una hipóstasis o manifestación de Ptah y del arquitecto Imhotep (que en realidad es un linaje de arquitectos) su hijo. Es este Imhotep quien después se transforma en Hiram (está muy claro que los arquitectos constructores del Primer Templo solo podían ser en rigor egipcios pues hebreos y tirios carecían de toda experiencia al respecto).

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Ptah-Atoum (o Aton) era considerado el pensamiento de Ptah y Ptah-Horus su corazón en los misterios menfíticos. Y aquí llegamos a lo esencial. La invocación por excelencia a Ptah en Memphis era a su palabra (Hou) y a sus pensamientos (Sia). Y aquí tenemos el origen de nuestra aclamación.

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La Hermandad para toda la Humanidad