EL GRAN ARCANO DEL
OCULTISMO REVELADO
ELIPHAS LEVI
(Abate Alfonso Luis Constant)
P R I M E R A P A R T E
EL MISTERIO REAL
O EL ARTE DE GOBERNAR LAS FUERZAS
CAPÍTULO
III
LA
SOLIDARIDAD EN EL MAL
En su libro El movimiento perpetuo de
las almas, el gran Rabí Isaac de Loria dice que es preciso emplear con gran
vigilancia la hora que precede al sueño. De hecho, durante el sueño el alma
pierde por algún tiempo su vida individual para sumergirse en la luz universal
que, como dijimos, se manifiesta por dos corrientes contrarias. El ente que se
adormece cae en poder de la serpiente de Esculapio, la serpiente vital y
regeneradora, o se deja ligar por los nudos envenenados de la horrible Phyton.
El sueño es un baño en la luz de la vida o en el fósforo de la muerte. Aquel
que se adormece con pensamientos de justicia se baña en los méritos de los
justos, pero aquel que se entrega al sueño con pensamientos de odio o mentira,
se baña en el mar muerto en el que afluye la infección de los malos.
La noche es como el invierno que incuba y
prepara los gérmenes. Si sembramos cizaña no cosecharemos fermentos. Aquel que se
adormece en la impiedad no despertará en la bendición divina. Dicen que la
noche es consejera. Sí, sin duda. Buen consejo trae al justo; funesto impulso
al malvado. Tales son las doctrinas del Rabí Isaac de Loria.
No sabemos hasta qué punto debemos admitir
estas influencias recíprocas de los entes sumergidos en el sueño y dirigidos
por atracciones involuntarias, en tal forma que los buenos mejoran a los buenos
y los malos corrompen a los que le son semejantes. Sería más consolador pensar
que la bondad de los justos irradia sobre los malos para calmarlos, y la
persuasión de los malos nada puede sobre el alma de los justos. La verdad es
que los malos pensamientos agitan el sueño y, por consiguiente, lo vuelven
enfermizo, y que una conciencia limpia dispone maravillosamente la sangre a
refrescarse y descansar en el sueño.
Es muy probable, además, que la
irradiación magnética provocada durante el día por los hábitos y la voluntad,
no cese durante la noche. Lo prueban los sueños en los que parece que obramos
muchas veces conforme con nuestros deseos más secretos. Sólo conquista la
virtud de la castidad, dice San Agustín, quien impone la modestia hasta a sus
mismos sueños.
Todos los astros están imantados, y todos
los imanes celestes accionan y reaccionan unos sobre otros en los sistemas
planetarios, en los grupos de universos y en toda la inmensidad; lo mismo acontece
en la tierra con los seres vivos.
La naturaleza y la fuerza de los imanes se
determinan por la influencia recíproca de las formas sobre la fuerza y de la
fuerza sobre las formas. Esto debe ser examinado y meditado seriamente.
Hay bellezas convencionales que concuerdan
con ciertos gustos y con ciertas pasiones. En la corte de Luis XV, se habría
hallado que la Venus de Milo tenía estatura excesiva y pies grandes. En el Oriente,
las favoritas del Sultán son obesas, y en el reino de Sion, se compran las
mujeres a peso.
Los hombres no están menos dispuestos a
hacer locuras por la belleza verdadera, que por la imaginaria que los subyuga.
Existen, pues, formas que nos embriagan y ejercen sobre nuestra razón el dominio
de las fuerzas fatales. Cuando nuestros gustos son depravados, nos apasionamos
por ciertas bellezas imaginarias que son realmente fealdades. Los romanos de la
decadencia gustaban de la frente baja y los ojos de sapo de Mesalina. Cada cual
forma su paraíso a su manera. Pero también aquí comienza la justicia. El
paraíso de los seres depravados, siempre y necesariamente, es un infierno.
Es la disposición de la voluntad lo que da
valor a los actos. Pues la voluntad determina el fin que nos proponemos, y en
todos los casos, el fin buscado y alcanzado establece la naturaleza de las obras.
Es conforme a nuestras obras que Dios nos juzgará, según lo afirma en
Evangelio, y no de acuerdo con nuestros actos. Los actos preparan, comienzan,
continúan y acaban las obras. Son buenos cuando la obra es buena. No queremos
decir que el fin justifique los medios, sino que un fin honesto necesita de
medios honestos y jerarquiza los actos más indiferentes.
Lo que uno aprueba termina por realizarlo
o por animar a que otros lo hagan. Si nuestro principio es falso, y nuestro fin
es inicuo, todos aquellos que piensan como nosotros repetirán nuestro proceder,
y si triunfan, pensaremos que obraron bien. Si nuestras acciones aparentan ser
las de un hombre de bien mientras que nuestro fin es el de un malvado, las
acciones que resulten serán aún más malas. Las oraciones del hipócrita son más
impías que las blasfemias del malvado. En una palabra, todo lo que hacemos a favor
de la injusticia, es injusto; todo lo que hacemos por la justicia es justo y
bueno.
Se dijo que los seres humanos son imanes
que accionan los unos sobre los otros. Esta imantación, natural al principio,
determinada después por los hábitos de la voluntad, agrupa los entes humanos en
falanges y series, tal vez en forma diferente de la que suponía Fourier.[1]
Es exacto su concepto de que las atracciones son proporcionales a los destinos,
pero se equivocó al no distinguir las atracciones fatales de las ficticias.
También es errónea su idea de que los malos son incomprendidos por la sociedad,
pues, contrariamente, son ellos los que no comprenden a la sociedad ni desean hacerlo.
¿Qué habría hecho él en su Falansterio de personas, cuya atracción –
proporcional al destino de ellas, según su opinión–, fuese la de perturbar y
demoler el Falansterio?[2]
En nuestro libro, La Ciencia de los
Espíritus, dimos la clasificación de los buenos y malos espíritus, conforme
con las tradiciones cabalísticas. Algunos lectores tal vez se pregunten:
Ø
¿Por
qué estos nombres en vez de otros?
Ø
¿Qué
espíritu descendió del cielo o qué alma subida del abismo habrá revelado así
los secretos jerárquicos del otro mundo?
Los lectores que supongan que todo cuanto
allí se afirma es pura fantasía, se equivocan. Dicha clasificación no es
arbitraria, y los espíritus del otro mundo, a los cuales nombramos, existen con
toda seguridad. La anarquía, el prejuicio, el oscurantismo, la iniquidad, el
odio, se oponen a la sabiduría, a la autoridad, a la inteligencia, a la honra,
a la bondad y a la justicia; los nombres hebraicos de Kether, Chocmah, Binah;[3]
los de Thamiel, Chaigidel, Sathaniel, etc., que se oponen a los de Hajoth,
Haccadosch, Ophanim y Aralim no significan otra cosa.
Todas las grandes palabras y términos
oscuros de los dogmas antiguos y modernos representan en último término, los
principios de la eterna e incorruptible razón. Es evidente que las multitudes
no están maduras para el reino de la razón, y que, los hombres más locos o más
perversos las desvían por medio de creencias ciegas. Y entre dos formas de
locura, encuentro más socialismo verdadero en la de Loyola que en la de Proudhon.
Proudhon afirma que el ateísmo es una
creencia, la peor de todas, lo que es verdad, y es por eso que la suya es muy
amarga. Afirma, también, que Dios es el mal, que el orden social es la
anarquía, que la propiedad es el robo. ¿Qué sociedad sería posible con tales
principios? La Compañía de Jesús está establecida sobre los principios o
errores contrarios; sin embargo, subsiste desde hace varios siglos, y aún es
bastante fuerte como para hacer frente por mucho tiempo más a los partidarios
de la anarquía.
Los hombres son solidarios en el alma más
de lo que lo suponen. Son los Phroudhon los que hacen los Veuillot.[4] Los encendedores de
hogueras de Constanza tendrán que responder delante de Dios por las masacres de
Juan Zisca. Los protestantes son responsables de las masacres de la Noche de San
Bartolomé,[5] pues habían degollado católicos. En realidad tal
vez fue Marat quien mató a Robespierre, como fue Carlota Corday la que hizo
ejecutar a los Girondinos, sus amigos. Madame
Dubarry, arrastrada al cadalso como una
cabeza de animal berreador y contumaz, sin duda no juzgaba que tenía que expiar
el suplicio de Luis XVI. Pues, las más de las veces, nuestros mayores crímenes
son los que no comprendemos. Cuando Marat decía: “es un deber de humanidad
derramar un poco de sangre para impedir un derramamiento mayor”, no hacía otra
cosa que afirmar lo dicho por el apacible y piadoso Fenelón.
En una de sus cartas, Madame Elizabeth, la
angelical princesa, había escrito que todo estaba perdido si el Rey no tenía el
coraje de mandar cortar tres cabezas. ¿Cuáles? Ella no lo dice; tal vez las de
Felipe de Orleáns, Lafayette y Mirabeau. Un príncipe de su familia, un hombre
de bien y un célebre pensador. Poco importaba: la amable princesa quería tres
cabezas. Más tarde Marat pediría trescientas mil; entre el ángel y el demonio
sólo hubo una diferencia de algunos ceros.
[1]
Fourier: Filósofo y sociólogo francés, fundador de la escuela societaria o
falansteriana, una especie de comunismo. Con motivo de haberle encargado una
casa de Marsella donde él trabajaba que hiciera arrojar al mar una partida de
arroz, a fin de poder mantener los altos precios, al impulso de tan odiosa
especulación surgieron de él las primeras ideas de reforma social, e ideó su
sistema falansteriano. (N. del T. )
[2]
Falasnterio: Edificio ideado por Fourier para las huestes de su sistema. (N.
del T. )
[3] Kether, Chocmah, Binah: La Cábala habla de las diez Sephiras o Sefi rotes. En plural es Sefi rotes y en singular Sephiras. Tales Sefi rotes o emanaciones, son como los modos de manifestación de Dios, o los atributos de Dios manifestado. Helos aquí:
Ø 1°
Kether, la Corona, la Potencia Suprema
Ø 2°
Chocmah, la Sabiduría Infinita
Ø 3°
Binah, la Inteligencia Divina
Ø 4°
Gdulah, la Majestad, llamada también Chesed, Misericordia
Ø 5°
Gburah, la Fuerza
Ø 6°
Thipheret, la Belleza
Ø 7°
Netsach, Victoria sobre la Muerte
Ø 8°
Hod, Gloria y Reposo
Ø 9°
Iesod, Fecundación
Ø 10°
Malkhuth, Reino
Kether, la Corona, es el
poder equilibrador; Chocmah, la Sabiduría equilibrada en su orden inmutable por
la iniciativa de la inteligencia activa equilibrada por la sabiduría. Dios es
la Potencia o Corona Suprema (Kether) que reposa sobre la Sabiduría Inmutable
(Chocmah) y la Inteligencia creadora (Binah). En El está la Bondad (Chesed) y
la Justicia (Gburah), que son el ideal de la Belleza (Thipheret). En El siempre
hay movimiento victorioso (Netsach) y el gran Reposo Eterno (Hod). Su voluntad
es una generación continua (Iesod) y su reino (Malkuth), es la inmensidad que
puebla los universos. (N. del T. )
[4]
Veuillot: Literato y periodista francés defensor de los intereses católicos.
Como director de “El Universo Religioso”, declaró guerra a muerte a la
Universidad; atacó a los filósofos, a los revolucionarios y a los socialistas.
Censurado por el Arzobispo de Parías, apeló al Papa, quien lo absolvió,
continuando así en guerra sin cuartel contra la libertad, la razón, la ciencia
y el progreso (1852-53). Era un apasionado defensor del poder temporal del
Papa, de la infalibilidad y del Syllabus. Desde Roma espiaba la conducta del
clero no conforme con sus ideas; prestó grandes servicios a la causa de la infalibilidad,
por lo que Pío IX le prodigó gran afecto. (N. del T. )
[5]
Noche de San Bartolomé: Matanza de protestantes efectuada en Francia el 24 de
Agosto de 1572, bajo el imperio de Carlos IX y a instigaciones de Catalina de
Médicis. En esta matanza no se respetó edad ni sexo, y los Hugonotes, apodo
dado por los católicos a los protestantes calvinistas, fueron exterminados sin
piedad en esa tétrica noche, que dio lugar a la cuarta guerra religiosa. (N.
del T. )
Fuente: PORTAL MARTINISTA DEL GUAJIRO