Monday, May 11, 2020

Los Catecismos de Knum - Las 10 Herramientas Santas - Primer Catecismo - La Plomada y los Cimientos - José Miguel Jato


LOS CATECISMOS DE KNUM
LAS 10 HERRAMIENTAS SANTAS

José Miguel Jato


PRIMER CATECISMO

LA PLOMADA Y LOS CIMIENTOS


VENERABLE MAESTRO
¡Segundo Vigilante! ¿Tenéis vuestras herramientas al orden?

SEGUNDO VIGILANTE
Lo intento, Venerable Maestro.

VEN. M.
¿Qué significa que lo intentáis?

SEG. VIG.
Que en este grado el intento es el mayor esfuerzo que nuestra naturaleza nos permite realizar.

VEN. M.
¿En qué consiste este mayor esfuerzo del grado, al que llamáis intento?

SEG. VIG.
Significa que mil veces será empezado el esfuerzo, y mil veces terminará en fracaso, pero aspiramos a que, por la Gracia del Gran Arquitecto, la número mil una, esté intento será coronado por la realización.

VEN. M.
¿Y esta realización será debida a vuestra sabiduría?

SEG. VIG.
En absoluto, Venerable Maestro, será debida al regalo caritativo de Aquel que está más allá del velo.
VEN. M.
Entonces, ¿en qué consiste vuestro esfuerzo?

SEG. VIG.
En empezar dicho esfuerzo esas mil y una veces, y otras tantas si fuera necesario, hasta que algo sea recibido.

VEN. M.
¿Cuál es la herramienta que primero tenéis en cuenta?

SEG. VIG.
La Plomada, Venerable Maestro.

VEN. M.
¿Por qué la Plomada?

SEG. VIG.
Porque sin ella, toda pared que sea levantada, estará condenada a desplomarse.

VEN. M.
¿Qué es una pared condenada a desplomarse?

SEG. VIG.
Aquella que se levanta sin dirección vertical, ya que sin esta dirección vertical, no soportará nunca los pesos que se le coloquen en su parte superior.

VEN. M.
¿En qué consiste tal herramienta?

SEG. VIG.
En un cordel y un plomo.

VEN. M.
¿Por qué un cordel?

SEG. VIG.
Porque un cordel permite, si tiene dos polos en oposición generar una recta, y una recta permite tener una dirección.

VEN. M.
Pero el Universo entero está lleno de direcciones, allí se pueden proyectar tantas rectas como estrellas pueblan el firmamento, e incluso más.

SEG. VIG.
Bien cierto es, Venerable Maestro, pero una sola dirección es la que se consigue gracias a la fuerza de la gravedad.

VEN. M.
¿Qué es la fuerza de la gravedad?

SEG. VIG.
La polaridad entre el cielo y la tierra. La fuerza que las une y a la vez separa, permitiéndoles la armonía.

VEN. M.
¿Tiene alguna virtud más dicha fuerza de gravedad?

SEG. VIG.
Que no depende de la voluntad del hombre, sino que fue implantada por el Gran Arquitecto, para que la obra humana fuera realizable.

VEN. M.
Mostrad la cuerda a los aprendices, mostrad las mil direcciones y después mostrad el efecto de la fuerza de gravedad.

(El Segundo Vigilante muestra la cuerda, la tensa y la pone en varias posiciones, y al final la deja caer.)

VEN. M.
¿Qué lección sacáis de verla en esas mil direcciones?

SEG. VIG.
Que cuando es la voluntad humana la que se determina los dos puntos de tensión, son infinitas sus formas en el espacio. Que igualmente la voluntad del hombre por sí solo está condenada a perderse en lo infinito de la materia. Que ninguna de esas posiciones llegará a ser nunca la verdadera vertical, a pesar de poder aproximarse, ya que el hombre no tiene un punto de referencia firme y real en su propia personalidad.

VEN. M.
¿Qué lección sacáis de la dirección que toma la plomada si mientras la sujetáis por un extremo la dejáis caer?

SEG. VIG.
Que la vertical verdadera se da de manera natural, y solo debe esperarse a que el peso abandone su amor al movimiento. Que el aprendiz, al tirar de la cuerda hacia lo superior, sea este punto uno u otro del espacio, si deja caer el peso, la vertical aparece de manera natural.

VEN. M.
Y ¿qué significa tirar de la cuerda hacia lo superior, en la obra interior?

SEG. VIG.
Que nuestro pensamiento salte por encima de las palabras, busque el silencio por encima de su cabeza, y se agarre con vehemencia, sin soltar, buscando el punto central y emanante de lo superior.

VEN. M.
¿Qué pasa si suelta ese punto central?

SEG. VIG.
Que la herramienta caerá al suelo, como un cuerpo muerto se esparcirá en la tierra, confundiéndose con la materia más inerte.

VEN. M.
¿Qué es la materia más inerte?

SEG. VIG.
Es la materia que solo es tierra, que pesa sobre los sentidos y los domina, pero no la que es dejada a su libre albedrío sin dirección alguna.

VEN. M.
¿Hay alguna materia que no sea inerte?

SEG. VIG.
La materia que usándose en la construcción, recibe la forma del plan de obra. Esa materia adquiere la vida, y llega a ser tan generosa y amorosa, que forma hogares, templos y palacios.

VEN. M.
¿Queréis decir que si la materia se usa en la dirección que se encuentra gracias a la plomada, y las otras herramientas del Masón esta adquiere la vida?

SEG. VIG.
Eso digo sin duda alguna.

VEN. M.
Y ¿qué tienen en común los hogares, los templos y los palacios?

SEG. VIG.
Que sirven para albergar a los hombres, para que estos cumplan su verdadera función en este mundo en íntima unión con el Gran Arquitecto.

SEG. VIG.
Sí, Venerable Maestro, que es necesario que el cuerpo se aquiete, así como nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, para que la vertical pueda ser realizada, ya que en ese momento, la fuerza de la gravedad actúa en toda su potencia.

VEN. M.
Mostrad esto a los Aprendices Masones.
(El Segundo Vigilante lo muestra, y la plomada pasa de estar en movimiento a la quietud, y con un gesto muestra que en la quietud «pesa más».)

VEN. M.
¿Cómo empezáis la construcción de un muro y cómo usáis esta preciosa herramienta?

SEG. VIG.
Primero es necesario realizar un buen cimiento.

VEN. M.
¿Qué aprendéis de ello?

SEG. VIG.
Que no debemos descuidar nuestra materia corpórea. Que debemos ser vigilantes con nuestra salud, y mantener nuestro cuerpo en condiciones de soportar el peso que se le viene encima. Que en el cuerpo quedará inscrito el signo del mínimo peso que le coloquemos encima y que por lo tanto deberá estar protegido de corrientes de agua o lodos que lo maladen, ya que, aunque no sea visible ya en el futuro, siempre será el sostén de la construcción, no dejando nunca de cumplir su función, si siquiera durante el tiempo que dura una respiración.

VEN. M.
¿Por qué los cimientos son más anchos que los muros que se levantan sobre ellos y se hunden en la tierra?

SEG. VIG.
Nos indican que el primer trabajo se realiza con un primer esfuerzo de nuestra atención mental hacia abajo, hacia dentro del cuerpo, sintiendo y ampliando nuestra sensación física. Y nos reitera que mientras más profundas y amplias sean estas labores, mayor altura podrán alcanzar las paredes que sostienen.

VEN. M.
¿Qué es la parte metálica y pesada que cuelga de la plomada?

SEG. VIG.
Es el plomo, Venerable Maestro. Es su parte material más grosera, no siendo esto un desprecio. Es lo más pesado, lo que es atraído por la tierra de manera fulminante, y al actuar de esta manera proporciona el segundo polo a la plomada, adquiriendo ésta el segundo punto que le permite mantener su orden de rectitud.

VEN. M.
¿Por qué le llamáis Plomo?

SEG. VIG.
Porque las Plomadas, pudiendo ser de cualquier material metálico y pesado, se definen con el nombre de un mineral y de un planeta, que unidos por una íntima concordancia tienen ciertas características.

VEN. M.
¿Cuáles son estas características?

SEG. VIG.
El Plomo tiene pesadez, así como Saturno tiene lentitud. Ambas peculiaridades permiten a la materia, ser el mundo de la acción, que los Cabalistas llaman mundo de Assiah, y que es el mundo en su última manifestación. Por eso, está compuesto de cada pensamiento, cada palabra y cada acción que los hombres realizan, y ese conglomerado, es soporte tanto del pasado, como del presente como del futuro, quedando allí retenido todo, absolutamente todo aquello que es manifestado.

VEN. M.
Pero el Plomo de vuestra plomada, cuando es retenida por la cuerda hacia su parte superior, tarda en permanecer quieta. ¿Qué significa esto?

SEG. VIG.
Así es Venerable Maestro. Hay que dejar que dicho movimiento finalice, y se mantenga en una absoluta quietud, para así poder ser de utilidad.

VEN. M.
Y ¿sacáis alguna lección de esto?

VEN. M.
Pero aquí no usáis la plomada...

SEG. VIG.
No, Venerable Maestro, ya que en el primer trabajo es solo materia y sentido del tacto lo que se involucra. Nuestra sensación física son las piedras, y la atención forma su cemento, uniéndose en la profundidad y en la negrura del suelo, y amasándose, realizan un solo cuerpo. A pesar de todo hay un uso grosero de la herramienta que llamamos Plomada. Interiormente sabemos que el mundo de abajo se observa desde sí mismo, en esta fase de la construcción. Sabemos que no hace falta un gran conocimiento para realizarlo, ya que el Gran Arquitecto dejó, como primera acción, una obra simple y sencilla para el entendimiento humano y así procurar que este no se perdiese desde el inicio.

VEN. M.
¿Queréis ser incluso más claro con vuestra enseñanza, para que a los Aprendices no les quede duda alguna?

SEG. VIG.
Sí, Venerable Maestro, que el aprendiz se siente en una silla, que quede inmóvil todo el tiempo que pueda, que se sienta a sí mismo, y prolongue esta operación, que olvide sus preocupaciones y sus aspiraciones divinas, que olvide a su familia, aquello que le preocupa, o aquello que más ama o aquello que más teme. Que quede solo y en silencio hundiéndose en sí mismo.

VEN. M.
¿Cómo llamamos a esto en la Obra Masónica?

SEG. VIG.
Dejar los metales fuera del umbral del templo.

VEN. M.
¿Cómo sabe el aprendiz masón que ha dejado los metales fuera del templo?

SEG. VIG.
Cuando, sentado en la posición que nos es tradicional, y sobre la cual volveremos en otras lecciones, que conocemos como Posición del Faraón, mantiene su atención y la respiración y la sensación física, así como en la vigilancia de dicha postura. Esta acción permite que el Aprendiz Masón aglutine suficiente piedra y argamasa, que aunque no tenga forma, sirva de buen cimiento de la obra. Las piedras y morralla son la sensación física, la argamasa son las pequeñas atenciones que aparecen emanadas de la propia materia y que permiten que el conjunto adquiera consistencia.
VEN. M.
Explica en qué consiste levantar el muro.

SEG. VIG.
Una vez que el cimiento está sólidamente asentado, y que ninguna preocupación mental o física invade al Aprendiz Masón la primera piedra del muro puede ser colocada, buscando instintivamente el centro del cimiento, lo cual significa que las pequeñas atenciones de la materia van solo hacia la sensación física, la respiración y la postura, y que toda preocupación profana, sea esta física, sentimental o psíquica ha desaparecido.

VEN. M.
Explica cómo se usa la plomada para levantar el muro…

SEG. VIG.
Una vez que la primera piedra ha sido colocada con las indicaciones anteriores, la segunda y el resto, serán ubicadas con el uso de la plomada y ello en sí consiste, en no dejar de sentir el cimiento, pero a la vez levantar el cordel, su atención mental, tan alto como puedan, y continuar en esa actitud, mientras el muro casi se va haciendo por sí solo.
VEN. M.
Segundo Vigilante, ¿queréis mostrar alguna práctica o ejercicio que los Aprendices Masones puedan realizar a partir de ahora para entender todo lo dicho hasta el momento?

SEG. VIG.
Sí, Venerable Maestro, en primer lugar, os ruego que pidáis al Hermano Experto, que vigile que ninguna otra luz esté encendida en el Templo, quedando solamente aquellas que se indican en nuestro ritual y que son dictadas por la Tradición.

VEN. M.
¿Por qué me pedís esto?

SEG. VIG.
Porque, a partir de ahora, solo las luces y las ideas de la Tradición son las que deben iluminar nuestro pensamiento, debiendo rechazar el Aprendiz Masón todo aquello que sepa de sí mismo y que haya sido aprendido en el mundo profano.

VEN. M.
Explicad por qué esto debe ser así.

SEG. VIG.
Porque, si bien esos conocimientos le sirven fuera del templo, para su vida profana, no son de utilidad aquí, en la Obra que va a comenzar.

VEN. M.
¿Cómo llamamos a esto en nuestra Tradición?

SEG. VIG.
Por segunda vez lo digo: despojarse de los metales, y que queden fuera del Templo.

VEN. M.
Hermano Experto, extinguid toda luz profana.

(El Hermano Experto extingue cualquier luz que se haya mantenido para la consecución del ritual, quedando solo las luminarias rituales.)

HERMANO EXPERTO
Venerable Maestro, todas las luces profanas han sido extinguidas. Solo las Luces de la Tradición nos iluminan.

VEN. M.
Proceded con vuestro ejercicio, Segundo Vigilante.

SEG. VIG.
Que los Aprendices Masones coloquen su cuerpo en la silla, tal como eran retratados las personas sagradas en el antiguo Egipto, y que conocemos en nuestra Tradición como Postura del Faraón.

(Todos se recolocan en sus sillas, dándose un tiempo de 10 ciclos de respiración.)

Que los Aprendices Masones cierren sus ojos, y respiren con su abdomen, en el ritmo conocido como cuaternario, número de la materia escuadrada, y que consiste en inspirar durante cuatro tiempos, retener durante un número similar, exhalar con el mismo ritmo y, por fin retener de la misma manera.

(Se hacen 10 ciclos de respiración.)

Que los Aprendices Masones durante su inspiración y primera retención, estén atentos a las tensiones y pensamientos que aparecen, y que los expulsen durante su expiración, no dejándolos entrar durante su segunda retención. Y así formen un círculo, y de esta manera realicen su primer intento de espiritualización de su materia, ya que el círculo es signo de lo espiritual, así como el cuadrado lo era de lo material.

(Se hace durante 10 ciclos de respiración.)

Que los Aprendices Masones acerquen su respiración natural a la respiración de cuatro tiempos.

(Se hace durante 10 ciclos de respiración.)

Que los Aprendices Masones desechen de su mente todo aquello que no sea su respiración y su sensación física.

(Se hace durante 10 ciclos de respiración.)

Que los Aprendices Masones aprendan de una vez para siempre esta verdad: que la mente es el lugar donde esta se encuentra. Y que en este momento solo debe estar en su sensación física, su respiración y la vigilancia de su postura.

(Se hace durante 10 ciclos de respiración.)

Que los Aprendices Masones permitan que la sensación física tal como aparece, vaya formando los cimientos de su obra, sin que otra cosa les importe. Esto es el Plomo.

(Se hace durante 10 ciclos de respiración.)

Que los Aprendices Masones eleven hacia arriba su sensación del Sí Mismo. Esto es el Cordel.

(Se hace durante 10 ciclos de respiración.)

Que mantengan esta actitud.

(Se hace durante 10 ciclos de respiración.)

VEN. M.
Segundo Vigilante, os anuncio que los Aprendices Masones están usando por primera vez su plomada eficazmente.

SEG. VIG.
Os ruego que pidáis al Hermano Experto que vigile que los Aprendices Masones del Templo están «A Plomo», para que la primera piedra de la muro, pueda ser colocada.

(El Hermano Experto pasa por cada uno de los Aprendices Masones, se detiene durante unos instantes detrás de cada uno, les ayuda a poner bien su posición si fuera necesario, y por último, colocándose entre columnas en silencio mira al Venerable Maestro.)


Batería:

3 golpes del Venerable Maestro:  
3 del Primer Vigilante:    
3 del Segundo Vigilante:  


HER. EXP.
Venerable    Maestro, los Aprendices Masones se encuentran a Plomo en el Templo.

VEN. M.
Ya que los Aprendices Masones están a Plomo, damos por terminada está primera lección, pudiendo proseguir con nuestros trabajos.