Simbolismo y Leyenda del Intendente de los Edificios o Maestro de
Israel. Grado 8º del
Rito Escocés Antiguo y Aceptado
José Antonio Quintero Ortiz
Introducción
Además del cumplimiento del requisito esencial para la continuidad del
camino Masónico, el objetivo del presente trabajo está dirigido a vislumbrar
las concepciones de orden iniciáticas que se encuentran expresadas en la
Leyenda del Grado 8vo del REAA.·., denominado INTENDENTE DE LOS EDIFICIOS o
MAESTRO DE ISRAEL, tomando en consideración detalles esenciales del mismo en
conjunción con los grados anteriores hasta el último gado principal adquirido.
En tal sentido, se procura expresar el asombro producido por el hecho de
que este grado sea el último de los intermedios que están comprendidos entre el
último grado principal adquirido (grado 5° DE MAESTRO PERFECTO) y el grado 9°
que también es calificado de principal. Así pues, el grado 8° viene a ser el
eslabón que pone fin a un primer ciclo de los grados denominados GRADOS DE
PERFECCIÓN.
Intentamos en el presente trabajo dar cumplimiento al artículo 13 del
Reglamento para la elaboración de las tesis y conformación de los expedientes
decretado por el Supremo Consejo el 11 de octubre de 2008. Por tal razón, se
hace alusión en el mismo a contenidos simbólicos inherentes al último grado
principal y a los intermedios que se ostentan.
Para finalizar con esta corta introducción, el objetivo es encontrar
elementos esenciales y principios fundamentales de la vía iniciática, que
además de ser de utilidad práctica en nuestro devenir nos permitan poder
ejecutarlos en la integralidad de nuestra intimidad.
Logia del 8º grado
Desarrollo
En atención al grado denominado MAESTRO DE ISRAEL o
INTENDENTE DE LOS EDIFICIOS la introducción de la liturgia nos indica que el
mismo tiene por emblema la TABLA PITAGÓRICA pero que no se da de ella ninguna
explicación filosófica. A este respecto dicha tabla utilizada en la modernidad
para aprender a multiplicar y que va del 1 al 10, está conectada íntimamente
con la TETRAKTYS PITAGÓRICA consistente en 10 puntos, ubicados de manera que
constituyan un gran triángulo equilátero, que a primera vista, tiene dentro de
sí 3 triángulos equiláteros invertidos, conectados con el punto central que a
su vez es el 5to punto o número 5, cuyas correspondencias alfabéticas en las
lenguas sagradas es esencial. En el mismo tenor si agudizamos nuestra vista en
el símbolo, podremos observar 6 triángulos equiláteros adicionales pero con sus
vértices principales hacia arriba. En conjunto, todos los triángulos suman 9
figuras de tres lados cuyo resultado es 27. La leyenda de la venganza y
expiación del asesinato de Hiram nos menciona que Salomón envió a 27 maestros
en búsqueda de los compañeros criminales.
La Tetraktys pitagórica y su estructura interna
Curiosamente esta cámara está iluminada por 27 Luces distribuidas en el orden señalado en la liturgia y la edad del que ostenta este grado es 3 veces 9 años. Explorar el simbolismo de los candelabros que portaban en números distintos e impares las luces referidas nos llevaría mucho tiempo y espacio, por tal razón nos detendremos un poco en el primero de los candelabros, a saber el de 5 luces ubicado en el puesto del Segundo Vigilante o Adonhiram hijo de Abda quien curiosamente es el Maestro de Ceremonias de este grado, denominado en el ritual como "Introductor".
Mandil, cordón y joya del Intendente de los Edificios, o Maestro de
Israel
La batería de este grado es en número de 5 que
tiene además diversas correspondencias, se dice en el ritual que la ceremonia
de recepción está basada en el nombramiento hecho por Salomón de 5 discípulos
de Hiram para que reemplazaran a éste en la dirección de las obras e igualmente
se menciona que en este grado se dan a conocer los 5 puntos de
perfección.
En páginas subsiguientes en referencia a la
cuadratura del círculo se hablará del punto central como elemento que
corresponde tanto al círculo como al cuadrado, así pues luego de esta
equivalencia el 5 está vinculado con la 8va esfera, es el 5to viaje del
compañero emprendido en sentido inverso, en búsqueda del SÍ MISMO donde no hay
herramienta que valga más allá de la punta de una espada flamígera en el
corazón que tendrá la posibilidad de ser embalsamado, es la dirección que va
desde la periferia al centro, en dirección contraria a la emprendida por la
conciencia empírica ordinaria.
Es menester observar el origen griego del término “embalsamar”, el
cual proviene del Semita “Baal Shemen” que significa “Aceite del
Señor”, llama la atención sobre la segunda palabra semita referida:
“SHEMEN”, la misma pareciera tener una conexión fonética con “SEMEN” cuyo
origen latino “Seminis” significa Semilla.
A tenor de lo anterior, el Il.·. Y P.·. H.·. José
Manuel Briceño Guerrero en su obra “El Tesaracto y la Tetractis” dice lo
siguiente:
“Uno más dos, más tres, más cuatro, igual a diez…
la tetractis fue importante para los pitagóricos. No sé bien por qué. Nuestro
sistema métrico es decimal, he ahí una razón. Puestos los cuatro primeros
números en forma triangular 1+2+3+4=10, producen una figura que ha estado
presente hasta hoy en construcciones religiosas y pararreligiosas. El ojo es la
consciencia, el número 5. He ahí otra razón, pero enigmática: ¿por qué el cinco
es la consciencia? ¿Qué significan los demás números y sus operaciones
aritméticas? Me han dicho que el siete y el diez representan los opuestos y que
debe imaginarse un péndulo colgado del uno y oscilando todo el tiempo entre el
siete y el diez, entre el bien y el mal, entre la aceptación y el rechazo,
entre el placer y el dolor, entre la mesa y la náusea. Me han dicho que así
vive el hombre, en ese continuo oscilar y que debe subir su consciencia hasta
el uno, para desde allí entender los opuestos. Pero en tal caso, ¿por qué el
ojo de la consciencia está en el cinco y no en el uno? Porque el cinco es la
iniciación, me dicen, y solo mediante la recepción de los misterios menores se
llega a la unidad. Tengo preguntas sobre las otras relaciones numéricas; éstas
me han sorprendido y he creído ver en ese triángulo una especie de cartilla de
una enseñanza secreta. ¿Cuál enseñanza? ¿Por qué secreta? También dicen que El
Jardín de las Delicias de Jerónimo Bosch es cartilla de una enseñanza secreta.
Hasta donde se puede ver, enseña muchas desnudeces, no secretas,
¿metafóricas?”.
Lo anterior nos evidencia
que la indicación del número cinco es una introducción hacia una consciencia
que no es precisamente la ordinaria o empírica con la cual consideramos por
costumbre nuestro mundo con todas las relaciones conceptuales o discursivas que
le atribuimos, se trata de otra consciencia que es trascendental, es por ello
que el 2do Vigilante de esta cámara portador del candelabro de 5 luces es
Adonhiram hijo de Abda, Maestro de Ceremonias o igualmente hijo de Hermes en su
faceta de Psicopompo quien nos da el paso a esa dimensión más allá del continuo
oscilar al que hace referencia el Il.·. Y P.·. H.·. antes citado.
Gesto ritual del grado
Finalmente el color rojo característico de este
grado nos indica que se está poniendo fin a un ciclo de realización. Recordemos
que en la Tradición alquímica las tres fases son: el nigredo, el albedo
y el rubedo. Nuestras logias simbólicas expresan estos elementos en varios
símbolos, desde la cámara de reflexiones hasta la recepción de la luz en
nuestra iniciación en clara alusión a las dos primeras etapas y luego con el
ascenso al oriente de color rojo una vez que somos exaltados al grado de
M.·.M.·. En este sentido, en este 8vo grado también estamos culminando un
primer ciclo inherente a los grados de perfección. Aun así, nuestra liturgia
nos sugiere elementos simbólicos importantes vinculados con el número 9. En
primer lugar la estrella de 9 puntas con un símbolo en su centro que pareciera
una rama de acacia de 3 ramificaciones cuyo parecido con la letra hebrea SHIN
es manifiesto.
Por su parte las dos columnas con la denominación
de TRABAJO y PROPIEDAD como generadoras de 9 virtudes que son la verdadera
propiedad y riqueza del que trabaja a cal y canto.
El punto de partida de la presente tesis radica en
el símbolo central del 5º grado referido a la cuadratura del círculo. Antes de
contemplarlo en conjunto es necesario hacer una clara distinción entre círculo
y circunferencia ya que obedecen a nociones diferentes. La circunferencia es la
línea externa o periferia cuya mayor distancia del centro depende de la
apertura del compás con el cual es trazada. Por su parte, el círculo es el
espacio o área que va desde el centro hasta la circunferencia. Así pues, el
círculo es un ámbito o dimensión intermedia entre la periferia y el centro. Esa
dimensión es una transición entre dos estados, el primero representado por la periferia
y el segundo estado representado por el centro que sería:
“el ámbito del SER, del sí mismo, de la consciencia
trascendental o nombre impronunciable de Dios (expresado en la vocalización
latina JEHOVA)”.
La dignidad pero también tragedia de nuestra
condición radica en el hecho de encontrarnos en ese ámbito intermedio. No somos
el CENTRO pero tampoco la PERIFERIA. Sin embargo, nos encontramos mirando
constantemente hacia ésta última en movimiento centrífugo. El ritual nos dice
(pág. 14) que:
el círculo es el emblema del Universo, la sucesión
eterna de los seres alimentada por la vida y por la muerte.
El último grado principal nos señala que debe
CUADRARSE esa dimensión intermedia (ese círculo) para poder CONSUMAR y
proclamar el adjetivo “PERFECTO” identificado en la liturgia. Ahora bien, ¿qué
significa cuadrar el círculo?
La cuadratura del círculo es uno de los grandes
arcanos de la iniciación. Desde el tiempo de la escuela Pitagórica subsiste
este elemento. Nuestros templos están construidos en base a su paradigma y para
la geometría siempre ha sido un problema matemático irresoluble debido a la
imposibilidad de encerrar en un cuadrado el área del círculo. En el griego
antiguo la palabra referida al cuadrado era τετράγωνον (tetrágoonon) conformado a su vez por τέσσαρες (téssares,"cuatro")
y γωνία (gōnía, "ángulo").
Curiosamente dicha palabra tiene tres raíces indoeuropeas que evocan las ideas
de: kwetwer- ("cuatro"), ang-/ank- ("doblar") y g(e)neu-
("rodilla"). Los elementos lingüísticos anteriores nos sugieren la relación de la
esencia del cuadrado en primer lugar con la noción del verbo “doblar” y la
vinculación que éste pudiese tener con la “reflexión” que
anatómicamente se expresa con gran claridad en la rodilla como la articulación
que nos permite el ascenso y el descenso, soportando a su vez un peso
determinado. Es como si los 4 ángulos del cuadrado fuesen en realidad 4
rodillas en flexión de 90 grados. 4 puntos donde se expresa la reflexión o
donde ocurre una bifurcación determinada. En segundo lugar el término “gonía” que
a su vez tiene que ver con la noción de ángulo pareciera estar
fonéticamente conectado con ἀγών (agón - lucha)en
especial esa que despliega una persona que está al borde de la muerte.
Curiosamente esta palabra pareciera contener también la noción de gónada que
proviene a su vez del griego γονη (goné) denacimiento,
germen y acción de engendrar.
Ahora bien, si precisamos el hecho que se nos hace patente con la
leyenda del grado de Maestro Masón nos daremos cuenta de que desde
el momento de haber nacido nos encontramos al borde de la muerte, y seamos
conscientes o no, todos nosotros estamos en esa agonía inherente a la noción de
ángulo. Visto lo anterior, cabe preguntarse: ¿Qué serán esas 4 agonías
implícitas en la geometría del cuadrado?
Vale decir que al ejecutar la marcha de este grado las mismas son
trazadas por nosotros. Nuestro ritual nos dice que:
“el cuadrado o cuadratura tiene que ver con los principios que
destruyen o regeneran y especialmente a nuestro ser”.
El texto litúrgico nos sugiere vías para transitar
dicho símbolo. El círculo que como dijimos es “nuestra condición humana actual”
debe ser abierto y esto ocurre a la 1 en punto. Vale decir
entonces que solo desde el centro ocurre esta apertura ya que ese “uno” es el
punto central de donde parten las dos figuras geométricas; es por ello que el
círculo y su circunferencia, así como el cuadrado, tienen el mismo
centro.
Romper el círculo implica pues alcanzar lo que se
denomina en la página 20 del ritual: “inmortalidad del alma”, de
la que se dice que fue el secreto recibido por Moisés de los Faraones y que no
se atrevió a descubrir al pueblo israelita; secreto éste que a su vez Salomón
quiso indicar pero no estableció, que Sócrates proclamó bebiendo la cicuta, que
se comunicaba a los Maestros Perfectos en los templos de Samotracia, Eleusis y
Menfis, que el Nazareno no vaciló en predicar y enseñar. Ahora bien, es
importante observar que esta inmortalidad del alma radica en potencia más no en
acto en nuestro Ser; es pues una posibilidad el poder consumarla y depende de
nuestro trabajo lograrlo. El mismo ritual nos señala en varias oportunidades
esto: basta con prestar atención a la manera en que se habla de dicha
inmortalidad del alma, y se dice que es un secreto recibido, guardado y
sugerido por los maestros de la antigüedad; mal pudiera consistir un secreto en
simple información sobre algo que puede ser de una o de otra manera. Todos esos
hombres superiores llegaron a un nivel que estuvo más allá de la condición
ordinaria que nos embarga, ya que estando dentro del círculo, mediante su
trabajo operativo-reflexivo trazaron el cuadrado con todo su sentido
etimológico y geométrico accediendo al centro; se ubicaron “a la 1 en
punto” y abrieron el círculo.
Dicho lo anterior, la posibilidad representada en
la conquista de la inmortalidad del alma a la que estamos llamados se evidencia
de la página 25 y 26 del ritual que establece que la apoteosis de Hiram
representa al
"hombre que se eleva a la idealidad de su naturaleza
y toma posesión de su propia divinidad".
indicando que a pesar de que la religión nos
promete la inmortalidad luego de la muerte, la masonería por su parte en vez de
halagar a los hombres con esta esperanza, los confronta con el hecho de que han
de hacerse dueños, conquistar, merecer y disfrutar ese bien conociéndose
a sí mismos. Aquí cabe preguntarse: ¿Qué es el SÍ MISMO?
Formulada la pregunta
anterior y dirigiéndonos al centro nos encontramos con la tumba
piramidal de mármol blanco y negro. Aquí nuevamente vislumbramos el
NIGREDO y el ALBEDO previos al RUBEDO del grado 8vo. Esta tumba es nuestra
condición humana donde se encuentra sepultado el Maestro, la misma tiene 3
caras con las consonantes H, Z y J.
Las tres fases de la Obra alquímica
La primera consonante o letra H es el monograma
de “Hiram o Maestro Virtuoso” quien dirigía la ejecución de
las obras, representa los TOQUES; en otras palabras, los actos que acometemos
en la vida y que en nuestro estado actual están desligados del centro, por lo
general son simples actos reflejos, convenientes y conformes a las
circunstancias del momento; por ende contingentes, de allí que Hiram esté
muerto y sepultado. La segunda consonante o letra Z es la inicial de “Zerval
o Maestro Secreto”, que es la Conciencia que nunca engaña, representa las
PALABRAS; en otros términos, nuestras emanaciones vibratorias que casi nunca
son congruentes con el referido centro, pues al igual que los actos, son
reflejas e impulsivas y obedecen a tensiones de nuestro sistema nervioso que no
encuentran albergue en el acto reflexivo propiciado por el silencio. Finalmente
la tercera consonante o letra J es –según nuestro ritual- el “perfecto Maestro JEHOVAH” que
representa los SIGNOS y obedece -más
allá de la figura literaria- al nombre impronunciable de la tradición Judaica,
el TETRAGRAMMA.
Este último nos retorna al cuadrado nuevamente,
pues son cuatro las consonantes hebreas de dicho nombre, que tradicionalmente
no contaba con vocalización alguna. Observando este último elemento y
recordando que la tumba piramidal es nuestra condición actual, cabe hacerse dos
preguntas: la primera, ¿Cómo es posible la existencia de un nombre que
no puede ser pronunciado?, y la segunda, ¿Cuál es el correlato
de esa inefabilidad en nuestra condición humana?
Si el llamado es a CONOCER EL SÍ MISMO, ese
correlato ha sido definido por los grandes buscadores bajo distintas figuras:
ALMA, CONSCIENCIA, SUJETO ÚLTIMO, YO TRASCENDENTAL, LA UNIDAD, EL CENTRO DEL
CÍRCULO, entre otros. Nuevas preguntas surgen: ¿Cómo conocer el sí
mismo si nuestra atención está siempre huyendo hacia la periferia? En
palabras de la filosofía occidental es necesario abandonar la INTENCIÓN RECTA y
buscar la dirección de la INTENCIÓN OBLICUA para retornar al sujeto sin
convertirlo en objeto. Inmensa aporía, trágica e irresoluble para nuestra
consciencia empírica.
En conjunción con lo anterior recordando el grado
de MAESTRO POR CURIOSIDAD, en el mismo se señaló que era importante RECORDAR LA
CURIOSIDAD DE EVA ANTE EL FRUTO OFRECIDO POR LA SERPIENTE; LA DE PSIQUE ANTE LA
APARIENCIA LUMINOSA DE EROS, QUIEN SOLO SE HACÍA PRESENTE BAJO LA TENEBRA DE LA
NOCHE; LA DEL MARIDO DE MELUSINA AL CONTEMPLARLA EN SU ESTADO DE “MUJER
SERPIENTE” EN LAS LEYENDAS ARTÚRICAS.
Así pues, las curiosidades patentes en esos mitos –independientemente de
sus consecuencias- evidencian el hecho de la atención del sujeto
capturada por un fenómeno, poniendo en vilo su vida. El grado 5to
nos enseñó que la condición humana ubicada en el área de la figura geométrica
denominada “círculo”, entre la periferia y el centro, se caracteriza por la
fragilidad de esa vida. Desde que nacemos, nuestra vida, su duración y
estabilidad es realmente incierta; la tragedia es que vivimos sin tener
consciencia de eso. La vida del hombre es en todo momento una agonía pues se
debate sin saberlo entre la vida y la muerte. El hombre resulta así un Rey
ciego que no termina de tomar posesión de su más alta potencia y llega al final
de sus días aniquilándola en pro de intereses mezquinos. Por su parte, los
hombres superiores señalados para ejemplificar la figura de la “APOTEOSIS DE
HIRAM”, a saber, MOISÉS, SÓCRATES, LOS MAESTROS DE LOS TEMPLOS ANTIGUOS y EL
NAZARENO, tomaron consciencia de ese hecho e hicieron posible en SÍ MISMOS la
inmortalidad del alma (que en nosotros es solo una posibilidad) pues ubicándose
en el centro abrieron el círculo.
Retornando a Johaben, el "hijo de Dios”, en la leyenda
del grado, su curiosidad lo lleva a contemplar un conflicto entre dos monarcas,
de dos fuerzas que se debatían por el resultado de la suspensión de los
trabajos con ocasión a los preparativos por la muerte de Hiram. Una de esas
fuerzas está evocada en “la Cólera o la Ira” de Hiram II Rey de Tiro y la otra
en la receptividad y consideración de Salomón o Sapientísimo Maestro. En este
orden, los guardias encargados de cuidar a Salomón se encontraban inmersos en
diversiones y apenas se percataron de la llegada del Rey de Tiro, no impidieron
su paso, luego de ver cómo era recibido. La leyenda no dice en ningún momento
que estos Guardias hayan observado o impedido la presencia de Johaben, resultando
éste un sujeto que observaba sin ser visto por los guardianes; solo la Cólera
del Rey de Tiro pudo detectar al curioso y de allí en adelante este se
convierte en el PROTAGONISTA de un nuevo conflicto donde el Monarca iracundo
desea darle muerte atravesando su corazón, pero luego es reivindicado por
Salomón.
Es importante observar que las leyendas de estos grados están fundadas
en tres (3) sujetos o figuras míticas que participan en torno a un evento
determinado; asombroso esto, por su relación con la división ternaria del
hombre que la Tradición nos ha legado. Inclusive algunas doctrinas esotéricas
nos identifican como seres "Tricéntricos".
La trinidad anterior nos conduce nuevamente a los 3 compañeros asesinos
del Maestro Hiram, quienes huyeron para escapar de todo castigo. A razón de esa
impunidad temporal de los criminales, entonces el grado 7mo de PREBOSTE Y JUEZ
nos introduce en las nociones inherentes a las ideas de venganza y de
expiación.
Es por ello que TITO el Jefe de los 7 Prebostes
pertenecía a una 8va esfera, que estaba más allá del 7 y se vincula con la edad
del Maestro Simbólico.
Ahora bien, para comprender la correspondencia de
esos tres números en el contexto que relatamos, es necesario identificar a la
entidad humana con el número 3 debido a su división tripartita (la edad del
aprendiz); por su parte este sujeto ejecutante es quien traza el cuadrado en su
marcha, identificado con el número 4 por la cantidad de lados que tiene. La
suma de estos elementos nos da el número 7, que es el hombre que literalmente
circunscribe su cuadrado. Para este es menester llegar al centro de las dos
figuras geométricas como ya se dijo y poder generar una apertura. Ese punto es
el número 8 u octava esfera. Es el ámbito o dimensión más allá de la
forma. Tito, es el nombre que le da la leyenda y tiene a su cargo
la llave de oro que abre la caja de ébano.
Se decía en un trabajo anterior que el ébano es una madera cuya
densidad, superior a la del agua, le permite sumergirse en ella y que posee uno
de los colores negros más intensos que se conocen en la naturaleza. La
naturaleza de esa madera, sin dejar a un lado su vinculación con Capricornio
evidencian en primer lugar la capacidad de penetrar lo que “el mundo del agua”
representa simbólicamente en nuestros augustos misterios, y en segundo lugar,
su color es análogo a la obscuridad de la noche donde
precisamente radica la segunda naturaleza que está más allá del 7.
En conexión con el simbolismo axial referido, uno
de los títulos del grado 7mo es el de MAESTRO IRLANDÉS. Se indica en el ritual
que un monarca identificado en la leyenda con la figura de CARLOMAGNO, cuya
relación con el TRES VECES ILUSTRE MAESTRO de la cámara es evidente; en
búsqueda de Sabios conocedores de ciencia y artes, partió desde Oriente hacia
una isla denominada “IRLANDA, ESMERALDA DE LOS MARES” que no se hallaba ni en
oriente ni en occidente con clara referencia a un centro donde se habría de
acudir a los fines de poder acabar con la ignorancia.
La esmeralda en medio de los mares nos recuerda al mineral precioso
desprendido de la frente de Lucifer en su caída, empleada para tallar el SANTO
GRIAL, que se constituyó en el receptáculo de la sangre y agua del costado del
Maestro en el momento de su apoteosis.
La vinculación de la copa con el simbolismo de lo femenino es patente en
la Tradición y el hecho de que esta copa en particular sea una esmeralda tallada,
nos recuerda al verde intenso de la naturaleza que alcanza su mayor expresión
en el símbolo de la Diosa Venus. Aunado a lo anterior, el ritual hace
referencia a dicha isla como ESMERALDA DE LOS MARES, recordemos entonces uno de
los nacimientos de VENUS, precisamente en su faceta URANIA que tuvo lugar por
la efervescencia de la espuma del mar en contacto con la sangre desprendida del
miembro viril de URANOS.
Emblemática masónica. Símbolos del Intendente de los Edificios
Conclusión
El presente grado en conjunto con los anteriores nos invita al ejercicio
reflexivo y operativo de la soberanía representada por aquellas propiedades
representadas en las 9 virtudes que solo el Trabajo interior puede conferir.
Existe un claro llamamiento a un centro de consciencia que no es ordinario y
que no corresponde a la razón que nos es común por naturaleza.
Se trata de un esfuerzo, de un salto que debe ser ejercido en búsqueda
del centro inefable desde el cual opera la totalidad.
Las riquezas y doctrinas materiales señaladas a lo largo de las
distintas interrogantes del grado de MAESTRO DE ISRAEL conforman un
metalenguaje vinculado con las verdaderas propiedades que todo hombre que
transita el sendero de la iniciación busca y anhela en el centro de su ser. Se
trata de aquellas que los compañeros criminales buscan robar en todo
momento prescindiendo del trabajo verdadero.
Bibliografía
Consultada
1.
Reglamentos y Rituales del Supremo Consejo de
Venezuela.
2.
Jonuel Brigue: El Tesaracto y la Tetraktys. Oscar
Todtmann Editores.
3.
René Guenón: "El Sagrado Corazón y
la Leyenda del Santo Graal", cap. III de Símbolos Fundamentales de
la Ciencia Sagrada. Eudeba, Bs. As. 1976.