Breve historia de los Templarios
Los Templarios surgieron como un grupo de caballeros que velaba por la seguridad de los peregrinos a Jerusalén, pero se convirtieron en una de las órdenes más poderosas del mundo e incluso en la principal potencia económica de Europa.
Los Templarios surgieron en el año 1095 bajo el papado de Urbano II.
¿Quiénes fueron realmente los caballeros del Temple? Para hacer una breve
historia de los Templarios, debemos conocer su origen y cómo se inicia todo a
comienzos del I milenio.
ORIGEN DE LOS TEMPLARIOS
En el año 1095, el Papa Urbano II decide intervenir directamente en
Tierra Santa, convocando una cruzada con el objetivo de garantizar la seguridad
de los peregrinos al sitio, seguridad que estaba resultando muy dudosa por el
descontento musulmán.
En una maniobra que parece más política que religiosa, se auxiliaba al
Imperio Bizantino, que había solicitado apoyo debido al constante asedio turco,
mientras a la vez se ponía fin a muchas luchas internas en distintos lugares de
Europa y unía a cristianos bajo una misma bandera: la Cruz.
Tras varias batallas, en 1099 la Primera Cruzada finalizó tomando
Jerusalén, dominada por Balduino I.
Años después, nueve caballeros cristianos al mando de Hugo de Payens
comenzaron a velar por la seguridad de los peregrinos que viajaban a Tierra
Santa.
Hugo de
Payens
Inicialmente lo hicieron solos, pero luego fueron apoyados y sustentados
por el rey que no disponía de muchos recursos para proteger los caminos. Este
es el inicio de la historia de los Templarios.
CREACIÓN DE LA ORDEN Y SU CRECIMIENTO
Se les concedió un lugar donde establecerse cerca del antiguo templo de
Salomón y algún tiempo después acabarían disponiendo de todo el complejo como
sede que daría nombre a la orden.
Tras muchos y largos trámites eclesiásticos, la orden fue aprobada
formalmente por la Iglesia en 1129, momento en el que se escribieron sus normas
y reglas, tras lo cual experimentó progresivamente un importante aumento, tanto
de bienes y propiedades como de efectivos en sus filas.
Este desmesurado crecimiento material se debía a varias razones. Una
norma aprobada en 1039 les excluía de la jurisprudencia, tanto civil como
eclesiástica y únicamente el Papa tenía autoridad sobre ellos.
Además de los testamentos y donativos que recibían, también estaban las grandes
fortunas de los nobles que entraban a formar parte de la orden. El excedente de
las propiedades como granjas y enmiendas era también un fuerte sustento
económico.
Alrededor de 1220 ya era la fuerza económica más importante de Europa y
también contaban con unos 30.000 caballeros, sin contar con el resto de
personal de la orden.
El éxito de los Templarios a nivel moral se encuentra muy vinculado a
las gestas que realizaron durante el resto de Cruzadas, lo que les dio fama
mundial.
La pérdida de Tierra Santa fue el principio del fin de la historia de
los Templarios, añadido a los recelos que causaban entre las altas esferas
debido a su poder y secretismo.
EL FINAL DE LOS TEMPLARIOS
Felipe IV de Francia, que estaba muy endeudado con la Orden, comenzó una
campaña de desprestigio con el objetivo de adquirir las posesiones templarias,
de modo que empezó a presionar al Papa Clemente V.
En 1307, un gran número de templarios fueron arrestados, torturados y
posteriormente quemados en la hoguera. Antes de ejecutarlos se les obligó a
confesar falsos crímenes y herejías y de ese modo manchar la imagen de toda la
orden.
En 1312 el Papa disolvió la Orden oficialmente.
La mayoría de las pertenencias de los templarios fueron a parar a las
coronas interesadas en su desaparición. La mayoría de expertos coinciden en que
fue la codicia de algunos gobernantes de la época lo que propició la
destrucción la orden, y no los supuestos actos de herejía.
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