EL
MITO SOLAR Y EL HOMBRE
EL MAESTRO DE LOS
NUEVE
9º GRADO
JORGE ADOUM
(Mago Jefa)
La Leyenda del
Grado del Elegido de los Nueve explica extensamente el Mito Solar. La propia
leyenda de Hiram y de la persecución de los asesinos enmascara en cierto
sentido mitos y misterios simbólicos más antiguos que nos muestran la constante
lucha entre la Luz y las tinieblas, el bien y el mal, la verdad y el error, y
los ideales y las pasiones del hombre.
En el Mito Solar,
del que fueron extraídas todas las leyendas de las religiones, los nueve
Maestros son los nueve signos zodiacales o nueve meses de luz en oposición a
los tres meses más oscuros, terrenales y animales, Escorpio, Sagitario y
Capricornio.
Además, es la
lucha entre la Luz y las tinieblas, el nacimiento y la muerte, lo activo y
pasivo, y lo oscuro y negativo: es la lucha de las estaciones luminosas contra
la estación oscura. Es la lucha de los dioses del Olimpo contra los Titanes y
Gigantes deseosos de dominar en el orden celestial mediante las pasiones
brutales. Es la lucha de los Devas contra los Asuras, de Indra, Agni y Mitra
contra Varuna, quien, igual que Lucifer, es lanzado al Inferior (Infierno),
dejando de ser el dios de la noche estrellada. Es la lucha de Osiris reencarnado
en Horus. y de Isis, contra Tifón; de Hércules, prototipo del héroe consciente
de su propia imagen divina, contra los monstruos o pasiones animales,
que se encuentran en su ciclo zodiacal evolutivo, como residuo de su propio
pasado con el cual debe enfrentarse para superarlo.
Es la lucha de Mitra
(El Sol), la Divinidad-Luz de la última época de la región iránica, contra
el Toro (Tauro) que es emblema de la naturaleza animal (léase Octavo Grado),
a quien mata y transmuta para absorber sus cualidades positivas. Es la lucha
tanto en la Naturaleza como en
la vida; la Luz, el Poder Supremo, ahuyenta las tinieblas y la oscuridad. Ante
su claridad, el misterio de la noche huye llevando consigo los temores y el
cansancio que se apoderan de nuestro organismo cada vez que anochece.
Y en la medida en
que se haga la luz en nuestra mente, se aclararán nuestras preocupaciones y
problemas para que nuestra vida sea crecimiento en la Luz.
La ignorancia y el
fanatismo sustituyen
a la Verdad y a la comprensión en cada uno de nosotros, pero, al dedicarnos al
estudio para cultivar nuestra mente, la ignorancia y el fanatismo, tal como lo
hicieron los dos asesinos, se lanzan al abismo de la aniquilación. La
ambición (compañera de la ignorancia y del fanatismo), que se oculta en la
cueva del corazón del hombre, se destruye a sí misma, como lo hicieron
Abibalac, el asesino de Hiram, y Judas Iscariote, hasta que un rayo del más
puro amor llegue a esa gruta.
Esta versión de la
Leyenda de Hiram nos enseñó con total claridad la Ley de Causa y Efecto, como
más adelante la explicaremos, y que consiste en: "Con la vara
que midiereis seréis medidos".
El Iniciado debe
matar en su corazón la ignorancia, el fanatismo y la ambición,
sustituyéndolos con sabiduría, tolerancia y altruismo, o con verdad, comprensión
y desprendimiento.
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