Sunday, December 30, 2018

Las Raíces del R.·.E.·.A.·.A.·.


Las Raíces del R.·.E.·.A.·.A.·.

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Las raíces del R.·.E.·.A.·.A.·. (Forma abreviada de escribir Rito Escocés Antiguo y Aceptado), entroncan directamente con la Gran Logia Real de Kilwinning, la Orden de San Andrés del Cardo, la de los Maestros Escoceses de San Andrés, el Rito de Perfección o de Heredom y las Logias de la Masonería Jacobita o Masonería Estuardista, aparecen de una forma definida en 1756, pero el Rito, tal y como lo conocemos y practicamos hoy, no se estructura hasta el 31 de mayo de 1801, al constituirse en Charleston, Carolina del Sur, el Primer Supremo Consejo de los Soberanos Grandes Inspectores Generales del XXXIII y Último Grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. De este primer Supremo Consejo nacen todos los demás legítimos Supremos Consejo.
El Supremo Consejo del Grado 33° para la República del Perú fue fundado del 2 de Noviembre del año 1830, en este Or.·., así como en una gran parte de países de todo el mundo, el R.·.E.·.A.·.A.·. ha causado siempre gran entusiasmo y admiración por ser este un Rito donde se combinan los elementos simbólicos más tradicionales con una dinámica de funcionamiento ciertamente expresiva que permite desarrollar junto a un profundo sentido de fraternidad, una agudo sentido del análisis racional que invita a enfocar la vida con criterios donde lo espiritual y lo racional se complementan extraordinariamente.
Se estructura el Rito Escocés Antiguo y Aceptado en 33º grados, de los que los tres primeros, que constituyen la llamada Masonería Simbólica, dependen de las Grandes Logias; haciéndolo los 29 restantes, es decir, del 4º al 33º, ambos inclusive, de los Supremos Consejos, uno por cada país.
Es sentido y misión del R.·.E.·.A.·.A.·. en primer lugar, hacer cada día mejores masones, es decir, aumentar su cualificación intelectual, moral y sobre todo masónica a través de un trabajo riguroso, progresivo, profundo y esencialmente iniciático; y en segundo lugar, que esos hombres más formados y más masones, es decir, más hombres, impongan con la fuerza de sus ideas y el ejemplo de su conducta, los principios del Rito y de la Masonería en la sociedad profana.
Se trata, pues, de un Rito, el más difundido en el mundo, en el que se combinan los elementos simbólicos más tradicionales con una dinámica de funcionamiento ciertamente expresiva, que permite desarrollar junto a un profundo sentido de fraternidad, un agudo sentido del análisis racional que invita a enfocar la vida con criterios donde lo espiritual y lo racional se complementan extraordinariamente.
En los Templos de las Logias que trabajan en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado se representan simbólicamente las Leyes que rigen el universo, y sus trabajos se realizan fundamentalmente en dos líneas que se complementan como los brazos de un mismo cuerpo.
En primer lugar tenemos el Trabajo Ritualístico o Práctica del Ritual que permitirá, en sus grados de Aprendiz, Compañero y Maestro, a través de una serie de dramatizaciones ritualísticas de antiquísima simbología, tener una mayor consciencia de las Leyes que rigen el universo.
En este sentido el Ritual está estructurado y codificado de tal manera que conforma un hilo conductor, el cual no sólo puede transmitir un claro y sencillo mensaje general, sino que puede activar mecanismos subconscientes e inconscientes que generan un elevado sentido de la trascendencia y de Dios o Gran Arquitecto del Universo.
Así, pues, en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado es importante no sólo la Práctica del Ritual sino también a su asimilación espiritual, psicológica y conceptual.
En segundo lugar, dentro de los trabajos de la Logia, se pone igualmente énfasis en los Trabajos masónicos de tipo intelectual. Los Trabajos son presentados por escrito y, una vez leídos en la Tenida, son tratados de forma oral y coloquial por los HH.·. De esta forma se consigue, a través de las diferentes apreciaciones u opiniones aportadas, una percepción profunda del tema tratado, con el consiguiente enriquecimiento y formación masónica que invariablemente dará sus frutos en cualquier ámbito o situación.
Siguiendo con el espíritu eminentemente dinámico de las Logias del Rito Escocés antiguo y aceptado, habitualmente forma parte importante del Trabajo masónico los correspondientes ágapes fraternales o cenas realizada fuera de las Logias, donde se interrelacionan sus miembros y se desarrolla, si cabe en mayor medida, el profundo sentido de la Fraternidad que existe entre todos los Hermanos.
Reflexionar sobre el sentido y misión del Rito Escocés Antiguo y Aceptado es tanto como analizar su ontología y la aplicabilidad y proyección de su esencia en la Sociedad. Es difícil encontrar un Rito en el que se armonice tan equilibradamente el Espiritualismo, el Humanismo y la Libertad, que son las tres columnas que sostienen al Escocismo.
Porque el Rito Escocés Antiguo y Aceptado es un Rito tradicional e iniciático basado en esos tres elementos y asentado sobre la profunda fraternidad masónica. El Rito permite, y este sería su primer sentido, que una alianza de hombres libres trabaje para el progreso espiritual, moral, intelectual y material de la Humanidad. En consecuencia la vocación espiritual del R.·.E.·.A.·.A.·. lleva a un humanismo filantrópico.
Espiritualismo, Humanismo, Fraternidad, Filantropía, no son para los Masones Escocistas conceptos vacíos de contenido. Nuestra espiritualidad no nos viene dada como si fuese una gracia, el humanismo no consta en nosotros como una virtud innata, la fraternidad no es espontánea.
A esas virtudes masónicas se llega a través del esfuerzo individual y colectivo, utilizando una tradición iniciática y progresiva (el Rito es un método) que posibilita una espiritualidad abierta a la libertad, al humanismo, a la igualdad y a una auténtica fraternidad universal entre los hombres.
Cabe decir que el R.·.E.·.A.·.A.·. es tan tradicional como liberal. Un Rito que rompiera con la tradición iniciática o que no proclamase la libertad, y fuese por tanto dogmático, dejaría en ambos casos de ser masónico.
La misión del R.·.E.·.A.·.A.·. es siempre construir. Construir el edificio supremo de un orden iniciático, construir al hombre y construir su fraternidad, en resumen hacer mejores masones.
El Rito Escocés implica en su ideal una perfecta síntesis entre el humanismo espiritualista de la filosofía tradicional y el humanismo antropológico moderno.
Aunque el mundo profano se esfuerza en enfrentar conceptos como universalidad y diferencia, los Masones Escocistas podemos proclamar que sin respeto a las diferencias el universalismo puede degenerar en totalitarismo, y que, sin exigencia de valores universales (es decir sin un horizonte de universalismo) el derecho a la diferencia podría desembocar en un enfrentamiento bélico.
Por eso conviene mantener pujante siempre la vocación universal de la Masonería.
La filosofía Escocista (que como hemos señalado es perfecta síntesis entre espiritualismo y humanismo) pretende hacer notar su mensaje universalista de libertad y tolerancia frente a todo fanatismo, frente al integrismo religioso y frente al racismo xenófobo.
Porque los principios del R.·.E.·.A.·.A.·. no quedan reducidos a la pura abstracción teórica, sino que tienen a proyectarse en el mundo profano través del trabajo y ejemplo individual que los Masones Escocistas ejercen en el entorno social, laboral, etcétera, al que cada uno de ellos pertenece.
En la esfera intelectual se rinde culto a la inteligencia y a la ciencia, utilizando la razón como vía de acceso a la verdad e introduciendo al hombre en una visión relativista frente a todo fanatismo dogmático.
En cuanto a las creencias, nuestro Rito, que es respetuoso con todas las religiones, defiende la libertad religiosa y de culto y la independencia del poder político respecto al religioso.
Como podemos ver hay un bagaje concreto en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
Porque éste es un método, un medio un vehículo para el aprendizaje perfectivo del masón y para la transmisión de contenidos intelectuales.
El R.·.E.·.A.·.A.·. es no solo forma sino también fondo, ambos deben ser justamente equilibrados.
Un Rito que redujese los elementos formales no sería perfecto, pero creer que la forma es todo, es decir, vaciar de contenido material el Rito, reduciéndolo a una ceremonia formal supondría una alteración ontológica del mismo.
La forma no debe nunca sustituir, y menos excluir al fondo, al pensamiento, al contenido profundo y esencial del Rito.
En términos generales, estas son las líneas esenciales que definen de manera particular el Rito Escocés Antiguo y Aceptado dando, por supuesto, un extraordinario énfasis a la aplicación práctica en la vida diaria y cotidiana de los frutos personales obtenidos mediante el "Trabajo" de tan antiguo Rito".



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La Hermandad para toda la Humanidad


Discurso Iniciático (A todos los hombres de buena voluntad)


DISCURSO INICIÁTICO
(A todos los hombres de buena voluntad)

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Hombre de Deseo, hermano desconocido, tú que caminas hacia Tebas, en cualquier región de nuestras tierras en donde te encuentres, es en ti que pienso y es a ti que me dirijo. Es en ti que pienso y es a ti a quien le hablo; porque en los desiertos preparatorios has aprendido nuestro idioma materno y los verbos primitivos de los Antiguos son para ti, como para nosotros, luminosas antorchas, oh viajero desconocido que amo como a un hermano. Mañana serás el maestro poderoso de los reinos terrestres; aún ayer ¿no eras el esclavo de la última de las razas y no servías a los reptiles de la tierra? Hoy, discípulo de un Maestro, incierto en el porvenir, tímido todavía, te espantas en las puertas de la Luz.
Quizá repasando en tu memoria las etapas recorridas para llegar hasta ahí, encontrarás alguna nueva seguridad, alguna enseñanza para el presente. Cuando viniste, saliendo del mundo entre nosotros, eras solo un recuerdo del hombre cuyo nombre llevabas. Pero todas tus facultades, todas tus virtudes, todas tus promesas a tus antepasados estaban sumergidas en el olvido voluntario en donde las habías dejado dormirse. Pertenecías a esta masa humana concebida en el pecado y por el pecado, visto las inconscientes iniquidades de los que te engendraron.
¡Qué cuadro tan lúgubre el de esta vida humana a la cual pertenecías totalmente hasta entonces! El hombre, portador en el seno materno de defectos hereditarios y cargado ante la vía de un destino ya doloroso, aparece un día aplastado bajo el peso de esas “tenebrosas pasividades”. Nace, va a recibir interiormente la leche maculada de esas mismas manchas, y exteriormente miles de tratamientos torpes que van a deformar su cuerpo antes de que esté formado.
Concepciones pervertidas, lenguas falsas y corrompidas van a asaltar todas sus facultades y expiarlas en el curso de su desarrollo para luego infectarlas. Viciado en su cuerpo y en su espíritu antes de poder usarlo, va a entrar en la triste administración de los que lo rodearán en su primer año, quienes sembrarán al azahar en esta tierra gérmenes desordenados y malos. La juventud, la edad viril será solo un desarrollo sucesivo de todos estos gérmenes. Un régimen físico casi siempre contrario a la naturaleza va a seguir presionando en contrasentido del principio de su vida.
Desviado cada vez más de su línea, y codicioso de ciencias externas, lleva hacia afuera y desparrama todas las facultades de su espíritu en lugar de llevarlas hacia su interior, el que le hubiera enseñado todo y dado todos los tesoros. Se olvida en ocasiones fútiles e ilusorias que aparecen ante sus ojos como la realidad, y que borran para él hasta la pasividad del tiempo. Y así es como en medio de una tempestad perpetua, llega al término de su vida, atormentado por los procedimientos de una medicina ignorante, de una filosofía mundana todavía más dolorosa a su espíritu, a la que hasta entonces escapaba.
Este es el pueblo de donde salías, viajero perdido, cuando una voz te llamó por tu nombre; un nombre quemaba tu corazón y viniste a engrosar las filas de los HOMBRES DEL DESEO, a pesar de los temores, a pesar de los sufrimientos previstos. Pero ¿cuál fue tu gran virtud? ¿Cuál método, cuales ciencias te enseñaron para sublimar tu ser? A los que habías llamado, a los que amabas como hermanos, como amigos reencontrados, y a quienes pedías que dirigieran tus pasos hacia las ciudades luminosas, te mostraron el desierto atrás de ti. Te hicieron entender que toda la obra debía estar en ti, que necesitabas 40 días y 40 noches de meditación para aprender a conocerte y a reconocer a tus amigos de tus enemigos y a las jerarquías de sus fuerzas.
En ti mismo y en tu alma descubriste todos tus principios, y así debía de ser porque no hubieras sido renovado en todas tus sustancias si no hubieras aprendido tantas grandes verdades sino por la Tradición, y si no hubieras tenido el conocimiento íntimo de los nombres por experiencia y por sentimiento. Silenciosamente esperabas en algún retiro que madurara en ti el deseo y que tu espíritu se aclarara. Y así fue en efecto, porque lentamente se hizo el progreso y entendiste la palabra de Dios, y que tu real ser, tu verdadera individualidad, solo podían estar en El.
Uno de los signos más vivos de tu progreso en este camino fue el día que sentiste que las cosas de este mundo no son reales; entonces, un solo asentimiento de la vida cambió todos tus ídolos y te revelaron la diferencia que separa el mundo espiritual de éste ensamble de fantasmas polimorfos huyentes e inconstantes, que integran la región natural a la que estamos ligados por nuestro cuerpo.
Eso fue TU ILUMINACIÓN.
Todo lo que llamamos hoy ha desaparecido y todo volvió a tomar el nombre universal del Anciano de los Días. En el Norte y en el Sur, en Oriente y en Poniente penetraste el espíritu universal; pero desde hace 4 días como Lázaro, resucitas en tus 4 grandes facultades primitivas. Nada de descanso, nada de tregua hasta que despertó en ti esa impetuosidad vital, tu esencia, por lo cual debías rechazar de ti a todos los mercaderes, quienes querían establecer la sede de su negocio en tu Templo.
La continuidad del esfuerzo, la lucha cotidiana y la tensión permanente del alma: he aquí las condiciones indispensables para la iluminación espiritual. Porque cuando más grandes fueron tus progresos, más grandes se levantaron los obstáculos en tu camino. Interrogantes, escépticos y estériles interlocutores se levantaron en ti mismo para confundir tu mente, y los milagros que te pidieron, cumplidos o rechazados, te dejaron más débil ante ellos. Sufriste las tentaciones y las amenazas antes de salir de tu desierto, pero fue una firme y alegre batalla porque conocías LA LEY. Solo es al precio de los grandes sufrimientos como se hace la REGENERACIÓN.
Todos los símbolos y todas las Tradiciones así nos lo enseñan. El Sol pasa en el meridiano inferior antes de aparecer, glorioso, en el Oriente; antes de que la vida penetre, es necesario que el sufrimiento absoluto, el desamparo y la devastación se hayan congelado en nuestras venas y que destruyan en nosotros todo lo que hacía su presencia imposible.
Esta vía de muerte es la que debe atravesar cada hombre, y los que se elevan y se apuran lo hacen más rápidamente y por consecuencia más dolorosamente. Esta es la vía que siguieron nuestros Maestros: la del verdadero Filósofo. Con la prueba terminada dejarás victorioso el desierto y estarás lleno de claridad intelectual y de ese íntimo ardor, fruto de tus trabajos, que es el camino nuevo hacia las ciudades de los hombres. Pero desconociste los símbolos materiales; ya no tienes nada en común con ellos y ya no sueñas con ese sueño pesado.
Portador de armas demasiado fuertes y demasiado protegido contra los ataques ilusorios de tus enemigos, ya no sabes actuar en el mundo de las pasividades; te entra el egoísmo o la duda y las crisis terribles de la incertidumbre te paralizan y te prosternan. Y entonces el que estaba tan orgulloso de su elevación, se rebaja, vuelve a bajar en busca de un apoyo, y suplica en la noche por un Hermano Mayor, más cultivado por la posesión de los poderes, para que un Adepto aparezca y le hable. Si tantas son tus angustias, con tu espíritu hermanado a mi espíritu, y con tu corazón unido a mi corazón, escuchemos juntos lo que han revelado los Maestros, los cuatro Maestros que regresaron vivos del Jardín de las Granadas. A cuatro voces cantaron el cántico de la alegría, esa alegría desbordante, alegría sobrehumana, violenta y fecundante.
Dijeron: “¡Vosotros que desean aprender, aprendan! No basta con que sepan que EL HOMBRE ES UN PENSAMIENTO DE DIOS, y aquí se detenga nuestra ciencia; falta también QUE SEA UNA PALABRA.
Solo así será regenerado en su naturaleza original. Del maravilloso Jardín de donde regresamos nadie se absorbe en inmóviles contemplaciones, porque la Luz perpetua es una activa y continua creación. El pensamiento no se puede afirmar sin crear alrededor la serie de seres que fueron sus operaciones y que se vuelven sus facultades activas. La muerte y las palabras de destrucción y de aniquilamiento, ahí son desconocidas porque la vida chorrea y desborda las paredes del Jardín en flores. Desgracia para los profetas que enseñan las doctrinas de terror, de odio y de destrucción.
Huyan los que desprecian la carne y la sangre y el alma en la plenitud de sus formas porque todas las promesas se mantendrán y la regeneración es una obra viva”.
AMA, HABLA, ACTÚA”.
“Alrededor de ti y por todos lados nacen guerreros para apoyar tus esfuerzos; hoy tus hermanos los poetas están en la calle, hablan en las plazas, vienen con gestos como de palmas y con verbos como espadas”.
Sea o no tu destino ser de los felices testigos, siembren alrededor de ustedes las potencias regeneradas, ustedes quienes son los depositarios y no los propietarios. Sean los terapeutas de los materiales y de los instintos, y los guías de los anímicos.
Envuélvanse para descender.
Recuerden las palabras de que “no es el alba de la luz que debía advertir a tu alma de tales deberes cotidianos y de la hora cuando el incienso debe ser quemado sobre tus hogares; es tu voz misma la que debía llamar el alba de la luz y hacerla lucir sobre tu obra, a fin de que luego puedas desde lo alto de este Oriente, vaciarla sobre las naciones dormidas en su inacción y sacarlos de sus tinieblas".
Ese es tu papel y tu deber, HOMBRE REGENERADO, porque eres un intermediario entre lo Eterno y lo Temporal, entre el Presente y el Futuro.
Con las palabras del Maestro entenderás dónde se acaban tus poderes y dónde comienza la obra providencial. Porque instruido por ellos, atravesarás los 3 grados de la Iniciación Teosófica. Así es como los sabios Kabalistas daban a sus discípulos nombres diferentes en su nacimiento al misterio, en su mayoría simbólicos al adeptado tradicional.
Así es como el que leía en las estrellas las voluntades de Dios antes de que fueran ejecutadas en la tierra le llamaban TEKOA, el hombre de los sufrimientos, el hijo de JOCHAI; y cuando regresó enseñando, sus discípulos lo llamaron como lo llamamos siempre desde entonces:
RASCHBI, el HOMBRE NUEVO.Fraternalmente:
DR.
MARC HAVEN
(Emmanuel Lalande, yerno del Maestro Philippe).



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Saturday, December 22, 2018

Masonería del Real Arco


Masonería del Real Arco

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"Más luz en la Masonería"
Una introducción a la
Masonería del Real Arco
¿Que ha atraído a muchos Hermanos para buscar más luz en la Masonería del Real Arco?
Los Grados del Real Arco fueron considerados los más importante en los primeros años de la Francmasonería y tan dogmática era la Gran Logia Madre - de la que todos los Masonería Especulativa deriva - que en 1813, cuando las dos Grandes Logias de Inglaterra se unieron, firme y solemne de referencia fueron aprobados y se colocaron en los artículos de la Unión para guiar a los masones en todo el mundo para siempre en esta materia: "La Masonería Antigua pura consta de sólo tres grados, es decir., El de Aprendiz, Compañero y Maestro Masón, incluyendo la Orden Suprema del Real Arco Sagrado". La Masonería del Real Arco no es un grado por sí sólo, sino consiste en completar el tercero, y la experiencia de un Maestro Masón no es completa hasta que ha sido exaltado a esta Orden Sagrada que representa el esplendor de la Masonería.
El Real Arco no es solamente un grado, no del todo impropiamente llamado Cuarto Grado en la Gran Logia de Inglaterra y su obediencia, ni solamente un rito. El Real Arco, (Royal Arch) es un nuevo tipo de Masonería, aunque vitalmente relacionado con el Arte (The Craft); una nueva Masonería, más profunda; una sublimación de la Masonería Especulativa que muchísimos masones, incluso los que han obtenido el grado de Maestro, que es supremo en el Arte, aparentan desconocer y en muchos casos desconocen realmente. En el ritual de la Exaltación al Real Arco, como vamos a comprobar, se considera a este grado como supremo y expresamente como «verdaderamente denominado la esencia de la Masonería». Más aún, como se afirma en el ritual de la exaltación, «la Masonería del Real Arco es a la vez simultáneamente el cimiento y la piedra clave de toda la estructura masónica».
El mito de la Palabra Perdida es una clave para el simbolismo de la Masonería Especulativa. Se refiere, en principio, a los secretos que poseía Hiram Abif, el arquitecto del Templo salomónico, que se perdieron cuando fue asesinado, según sabemos por la «Historia Tradicional» recitada en los rituales del Tercer Grado; desde entonces los compañeros del Maestro, al frente de toda la Masonería, siguen buscando esos secretos, esa Palabra Perdida, a la que por orden del propio rey Salomón sustituyeron por otras palabras provisionales y signos «casuales» que surgieron durante la invención del cadáver. La mejor y más sugestiva explicación sobre el simbolismo de la Palabra Perdida la he encontrado en el ya citado libro de R.W. Mackey, El simbolismo francmasónico.
Para el autor, distinguido y erudito masón, la Palabra Perdida se identifica con el verdadero nombre de Dios, que se perdió dos veces; en la más remota antigüedad, tras la dispersión de Babel y con el asesinato del Maestro Hiram Abif. «La multitud idólatra dice Mackey uniendo las dos pérdidas en un solo mito perdió la Palabra, asesinó al Constructor y suspendió las obras del Templo espiritual».
Por eso resulta tan importante un detenido análisis del Real Arco, que enlaza expresamente con esa búsqueda. «El Real Arco se dedica casi enteramente a la investigación y descubrimiento de la Palabra Perdida.» La búsqueda llega a un final feliz en los rituales; la palabra se encuentra.

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¿Que es el Real Arco?

El Real Arco es la vertiente de los antiguos y aceptados masones que propicia la obtención de los "auténticos secretos de la Francmasonería”.
Es parte integrante de la Masonería Simbólica Inglesa que se relaciona con la construcción del Templo del Rey Salomón; centro de veneración al Dios de Israel y lugar donde se deposito el Arca de la Alianza, luego de la peregrinación por el desierto.

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¿Por qué continuar en los grados del Real Arco?

El Maestro Mason que se esmera por alcanzar progresos e incrementar conocimientos masónicos, ante una leyenda que ilustra una pérdida, se debe cuestionar si existe algo más que la complemente.
Por otro lado, en el ritual de la Orden existen frases que sugieren que con la Masonería Simbólica no se agota el tema del nacimiento (la vida), su proceso de evaluación (la muerte), la resurrección, o la esperanza de supervivencia en mansiones inmortales.
El estudio y los trabajos en los grado capitulares del Real Arco, abre las puertas para encontrar respuestas a muchas interrogantes relacionadas con temas como los referidos y otros de importancia trascendental.
El Capítulo de la Masonería del Real Arco consta de cuatro grados:
  1. Mark Master
  2. Past Master
  3. Most Excellent Master
  4. Royal Arch Mason



«El verdadero simbolismo del Real Arco se funda en el descubrimiento de la Palabra Perdida. Nunca está de más repetir que la Palabra es, en la Masonería, el símbolo de la Verdad. Esta verdad es el gran objeto que persigue la Masonería, el principio y tendencia de todas sus investigaciones, la recompensa prometida a todos los esfuerzos masónicos, y que se busca diligentemente en todos los grados a que se aproxima constantemente pero nunca se comprende perfecta e íntimamente, hasta que al fin, en el Real Arco, los velos que cubren el objeto de nuestra investigación se descubren ante nuestra vista, y se revela el inestimable premio».

Albert G. Mackey, Enciclopedia de la Francmasonería.

«El Real Arco es, en cierto modo, el complemento normal del grado de Maestro, con una perspectiva abierta sobre los “grandes misterios"».

René Guénon, Palabra perdida y palabras sustitutivas,
Revista de Estudios Tradicionales Nº 8.




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La Hermandad para toda la Humanidad


Tuesday, December 18, 2018

Artículo sobre el Rito Escocés Antiguo y Aceptado 1761 a 1875


Artículo sobre el
Rito Escocés Antiguo y Aceptado
1761 a 1875

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El Rito Escocés Antiguo y Aceptado (REAA) es probablemente, el rito masónico más practicado y extendido en el mundo. Es fruto de la evolución producida a principios del siglo XIX del sistema escocés practicado en Paris a principios de la década de 1760.
El 27 de agosto de 1761 un católico francés, dispuesto a partir hacia las Américas en busca de fortuna, Étienne Morín (Quercy 1717-1771), es autorizado por la Gran Logia de Maestros de París, llamada de Francia, reorganizada por Agustín Chaillon de Jonville, y por su estructura concéntrica y dirigente llamada Gran (o Soberano) Consejo, cuya cima era el Grado de Caballero Kadosh, a "formar y establecer una Logia para recibir y multiplicar la orden Real de los masones libres en todos los Grados perfectos y sublimes … " y "establecer en todos los continentes la Perfecta y Sublime Masonería … ".
Morín llega en enero de 1763 a Santo Domingo después de pasar por Jamaica, donde conoce a un holandés, Henry Andrew Francken (1720-1795), quien consagrará el resto de su vida a difundir en las Antillas el sistema masónico traído desde París por Morín.
Se trata de una estructura en veinticinco grados y siete clases, "establecida" por el propio Morina, sobre montando los tres grados simbólicos, de veintidós altos grados, casi todos practicados en Francia en las décadas del 1750-1760. El nuevo estándar no culmina, como es de uso en París, en el Grado de Kadosh, sino por el de Sublime Príncipe de Real Secreto.
Aunque la Gran Logia revocó en 1766 las cartas patentes de 1761, Morín continuó con su trabajo de organizador y propagandista en las Antillas, particularmente en Kingston, dónde erige un Gran Consejo de Príncipes Masones. Durante este período que Morín le confirió a Francken el título de Diputado Inspector General.
El 6 de diciembre de 1768, Francken nombra Diputado Inspector General para las Indias Occidentales y América del Norte y Kadosh, a Moses Michael Hays (1739-1805) judío de origen neerlandés, "nativo, habitante y negociante de la ciudad de Nueva York en América del Norte", Presidente en 1767 de la Shearith Israel Congregation de su ciudad natal, futuro Venerable de la logia King’s David, sita en Nueva York, futuro Gran Maestro de la Massachussetts Independant Grand Loge (1788), futuro cofundador del Massachussetts Bank. El mismo día, Francken firma "como Príncipe de los Masones y Diputado Gran Inspector General".
Algunos meses más tarde, Francken, de regreso a Jamaica, es uno de los dos Diputados Inspectores Generales fundadores del Gran Capítulo de Sublimes Príncipes del Real Secreto, Grado 25º, erigido por Morín el 30 de abril de 1770 en Kingston. Morín continúa su trabajo nombrando otros Diputados Inspectores Generales.
Francken toma el relevo. El 30 de agosto de 1771, firma como Príncipe del Real Secreto y Diputado Inspector, los Rituales del 15º al 25º del Orden del Real Secreto. El manuscrito contiene la versión más antigua actualmente conocida de las Constituciones llamadas de 1762. El 30 de octubre de 1783, Francken fecha y firma como Príncipe del Real Secreto y más Antiguo Diputado Gran Inspector para todas las Logias, Consejos, Capítulos, sobre ambos Hemisferios un Ritual del 4º al 25º de la Orden del Real Secreto.
Como Morín, Francken muere en Kingston en 1795. La cadena que ellos iniciaron, se continuará, particularmente, sobre el continente norteamericano.
El 12 de enero de 1794, en Charleston, Moses Cohen, antiguo corredor y tendero de la 2nd. Street, cerca del mercado de Filadelfia, elevado a Caballero del Sol en 1790, en Kingston, es nombrado Diputado Inspector General por Barend M. Spitzer.
El 14 de agosto, un refugiado venido de Santo Domingo, a causa de la rebelión de los negros, el conde Alexandre De Grasse-Tilly (1765-1845), aristócrata y oficial francés, se instala en esta ciudad.
El 24 de julio de 1796, Grasse-Tilly y su suegro, el notario Jean Baptiste Maríe Delahogue están entre los fundadores de una Logia salvaje, La Candeur. En noviembre de 1796, siete Hermanos de dicha Logia, Delahogue, Grasse-Tilly, Pierre Croie Magnan, Jean Abraham Marie, Remy Victor Petit, Alexis Claude Robin y Dominique Saint-Paul reciben las patentes de Diputado Inspector General así como los rituales de la Orden del Real Secreto, de parte del médico Hyman Isaac Long, arruinado y moribundo.
El principal rol de los Diputados Inspectores Generales es haber introducido y desarrollado la Orden del Real Secreto en las trece colonias británicas (las cuales serán - luego de la Independencia - los Estados Unidos de Norteamérica), elevando a Masones a diversos grados y levantando Talleres principalmente en cinco estados: Carolina del Sur, Maryland, Massachusetts, Nueva York y Pensilvania.
Pero es en Carolina del Sur, y muy especialmente en Charleston, que va a operarse la metamorfosis de la Orden del Real Secreto en Rito Escocés Antiguo y Aceptado. De la Orden del Real Secreto al Rito Escocés Antiguo y Aceptado La ciudad principal de Carolina del Sur es un antiguo lugar masónico: la Solomon’s Lodge celebró su primera reunión el 27 de octubre de 1736.
A partir de la década 1750, este Oriente sufre las consecuencias de las rivalidades entre las dos obediencias inglesas. Así la Gran Logia de Londres (llamada de los Modernos) posee una Gran Logia Provincial de Carolina del Sur que se proclama por primera vez autónoma en 1777 bajo el nombre de Grand Lodge of the Society of Free and Accepted Masons (F&AM). Cuenta entonces con once logias, de las cuales cinco están en Charleston.
Entre tanto, el 5 de febrero de 1787, cinco logias de la tradición (inglesa) de los Antiguos fundan la Grand Lodge of South Carolina, Ancient York Masons (AYM).
Ambas obediencias se detestan, no sólo por razones masónicas, sino igualmente a causa de las divergencias políticas de sus miembros.
La llegada de Delahogue y De Grasse-Tilly va a modificar un poco el paisaje masónico. Su logia El Candor fundada en 1796, va a afiliarse, el 2 de enero de 1798, con el N° 12, a la Gran Logia de los "Modernos". En su cuadro del 27 de diciembre de 1798, Grasse-Tilly figura como “Venerable, Diputado Gran Inspector General, Gran Comendador del Templo y Príncipe Masón - Fundador". Entre tanto, Delahogue, Grasse-Tilly y los cinco otros Diputados Grandes Inspectores, bajo la autoridad del Gran Consejo de Príncipe Masones, sito en Kingston (transmisión Hyman Long), habían fundado, siempre en Charleston, el 13 de enero de 1797, un Consejo de Kadosh; y luego, en junio de 1798, un Gran Consejo de los Príncipes de Real Secreto.
En agosto de 1799, Grasse-Tilly deja la Gran Logia F&AM, funda un nuevo Taller "La Réunion Française", el cual será instalado el 10 de agosto de 1799 por la Gran Logia AYM con el Nº45.
A finales del siglo XVIII, de las cinco Logias de Perfección fundadas en los Estados Unidos, sólo está activa la de Charleston. Los tres únicos Talleres donde el Rito de Perfección está todavía activo son pues la Logia de Perfección (para los grados del 4º al 14º), el Gran Consejo de Príncipes de Jerusalén y el Sublime Gran Consejo de los Príncipes de Real Secreto, los tres establecidos en Charleston. Salvo la Logia de Perfección, todos estos Talleres son presididos por John Mitchell quien también dirige un Soberano Capítulo Rosa-Cruz de "Heredon".
Parece ser que fue entonces cuando se planteó una reorganización de los altos grados. Para coronar y perennizar este trabajo, un nuevo grado será creado por desdoblamiento del de Diputado Gran Inspector. Así va a ser elaborado, entre 1798 y 1801, un nuevo sistema en treinta y tres grados, bajo la autoridad de los Soberanos Grandes Inspectores Generales, Grandes Comendadores vitalicios.
"La inauguración" del Consejo Supremo de Charlestón (1801). Así el 24 de mayo de 1801, una patente, redactada en inglés y firmada por John Mitchell, eleva al médico Frédérich Dalcho, un londinense de origen prusiano, al grado de Kadosh, a Príncipe del Real Secreto y le nombra Diputado Inspector General.
Un año más tarde, una carta circular del 4 de diciembre de 1802 llamada Manifiesto anuncia públicamente "la inauguración" (opening), el 31 de mayo de 1801, del Supremo Consejo del Grado 33º para los Estados Unidos de América. Esta decisión había sido tomada el 10 de octubre del año precedente. Para la redacción del texto, un comité había sido constituido por tres miembros: F. Dalcho, Isaac Auld y Emmanuel De La Motta. Enviado al principio de enero de 1803, el Manifiesto afirma, entre otras cosas, que el Rey de Prusia, Federico II, ratificó la Gran Constitución el 1 de mayo de 1786, en Berlín. La iniciativa de esta creación recae sobre John Mitchell, el cual, algunos meses antes, en circunstancias que aun se mantienen misteriosas, habría recibido la comunicación de un 33er. Grado de Soberano Inspector General y de las Grandes Constituciones, en francés, fechadas el 1 de mayo de 1786 y atribuidas misteriosamente a Federico II.
Sabemos solamente que en 1829, Dalcho creía acordarse que Mitchell había recibido el 33er. Grado de un Prusiano de pasaje por Charleston, el cual estaba habilitado para conferírselo, y que le había hecho firmar una obligación en francés.
Sea como fuere, el Manifiesto precisa que el susodicho Supremo Consejo había sido "abierto" por “los Hermanos John Mitchell y Frederick Dalcho, Soberanos Grandes Inspectores Generales, y en el curso del presente año (léase 1802) el efectivo de los Grandes Inspectores Generales fue completado, conforme a las Grandes Constituciones".
Cuando deja Charleston en marzo de 1802, Grasse-Tilly recibe del Supremo Consejo las cartas que certifica su triple calidad de Gran Inspector General, miembro del Consejo Supremo y Gran Comendador a vida para las Isles Françaises de las Indias Occidentales. Va a Santo Domingo donde establece un Supremo Consejo sito en el Cabo Francés. Hecho prisionero por los británicos, es liberado a comienzos de 1804 por ser ciudadano americano. Vuelve a Charlestón. Allí, le llega una orden poniéndole a disposición del Ministerio de Guerra francés. Decide entonces volver a Francia, desembarcando en Burdeos el 4 de julio de 1804 y llegando a París a fin de ese mes. El desarrollo en Europa del sistema que aún no se llamaba Escocés, Antiguo Aceptado, iba a comenzar.
De regreso a Francia en la misma época que Grasse-Tilly, Hacquet llevará consigo el Rito de Perfección, creará el Gran Consejo de los Príncipes Masones del Rito Escocés de Hérodom antes de ser Presidente del Supremo Consejo de Ritos. Es interesante anotar que ambos “hermanos enemigos” que trajeron de América los dos sistemas "escoceses" competitivos, el "existente" (Perfección Heredom) y el “inaugurado" en Charleston (el R.·.E.·.A.·. y A.·.) derivaban de la misma transmisión: Morín / Francken Hays.
En 1875 se celebra en Suiza el Convento de Lausana, en el que se reúnen representantes de los principales Supremos Consejos del mundo, que establecen este marco como el de la regularidad para los altos grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.



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