Tuesday, August 31, 2021

 

ELIAS ASHMOLE

(1617-1692)


 

ANTICUARIO, ASTRÓLOGO,

ALQUIMISTA Y FRANCMASÓN

 


  

Elías Ashmole (1617-1692), un anticuario inglés que fue de los primeros en otorgar a la arqueología y al estudio integral del hombre y su mundo un valor real y no el de simples “curiosidades”, no se le suele dar la relevancia que ha tenido. Fundador en Oxford del primer Museo de Ciencias Naturales del orbe, donó sus colecciones de plantas, animales y minerales y especialmente las de arqueología y arte y convenció a numerosos amigos para que lo hicieran, siendo tal la importancia de los objetos atesorados que el museo se dividió en dos, pasando la de Arte y Arqueología después de su muerte a llamarse con su nombre.

Se trata del afamado y excelente Ashmolean Museum, de Oxford, que hoy en día exhibe públicamente sus colecciones. Pero no sólo reunió obras de la antigüedad sino textos y libros herméticos que hoy pueden consultarse, así como también escribió (The Way to Bliss, 1658, que recoge sus estudios en Filosofía Hermética según indica en su introducción al lector; Institutions, Laws and Ceremonies of the Order of the Garter, 1672) y publicó: Fasciculus Chemicus (1650): se trata de la traducción de textos latinos de Alquimia, con su introducción; y el Theatrum Chemicum Britannicum (1652), que contiene las obras de los alquimistas ingleses más importantes. En Oxford y también en Londres Ashmole tuvo un destacadísimo papel; hijo de su época, se entregó a la ciencia experimental como una forma de la magia de las transmutaciones, tal cual numerosos filósofos herméticos.

En ese sentido trató con Astrólogos, Alquimistas, Matemáticos y todo tipo de sabios y dignatarios de la época, junto con los cuales formará la Royal Society de Londres y  la Philosophical Society de Oxford. Sus numerosos amigos y compañeros de toda una vida son nombres de muchísimo relieve, muchos de ellos ligados a la Masonería en sus más altos grados (él mismo, masón, es un punto de confluencia del Hermetismo con ésta), como Christopher Wren, o a la investigación y ejercicio de las Artes Liberales y la Ciencia Sagrada, que conformaron un conjunto de personalidades de un papel fundamental en su tiempo, concretamente en la difusión y práctica de la Tradición Hermética y en la relación de esta con la Masonería.

(Federico González, Tradición Hermética y Masonería: Doctrina, Historia, Actualidad, Ed. Kier, Buenos Aires 2001, págs. 84 y 114, 115).

El estudio cuya 1ª parte hoy publicamos apareció en la revista masónica francesa Villard de Honnecourt Nº 38, 1998 (Revue de la Loge Nationale de Recherches de la G.L.N.F.).


ELIAS ASHMOLE

(1617-1692)

Anticuario, Astrólogo, Alquimista y Francmasón

FRANCIS DELON

 

1ª Parte

La vida de Elías Ashmole transcurre en una época particularmente turbulenta de la historia de Inglaterra, sobre un fondo de luchas políticas y religiosas del que destacan sucesivamente:

Ø  la prolongada rivalidad entre Carlos I y el Parlamento, que se clausura con la ejecución del soberano en 1649,

Ø  la dictadura de Cromwell, la Restauración de Carlos II en 1660,

Ø  la Revolución de 1688, que da lugar a la caída del muy católico Jacobo II y el advenimiento de su hija María y de su esposo Guillermo III de Orange, que arruina definitivamente las tesis de los partidarios del absolutismo monárquico.

Sin embargo, como constata uno de los contemporáneos de Ashmole, el célebre biógrafo y anticuario John Aubrey (1626-1697), la mayoría de la clase culta permanecía fiel, en medio de estos desórdenes y de estos cambios de situación incesantes, al principio enunciado por Aristóteles, a saber que “el primer principio de toda acción es el ocio.”

Numerosos intelectuales se apasionaron por el estudio de las matemáticas, de la ciencia, de la astrología, de la alquimia y de otras doctas disciplinas. Ellos constituyeron el vivero de reclutamiento de la Royal Society que acogió en su seno a estos eruditos curiosos y ávidos de saber.

Entre este grupo se destaca más particularmente la personalidad de Ashmole, debido al Journal que llevó, en el cual refiere sus diferentes experiencias, especialmente su recepción en una logia masónica en Warrington, el 16 de octubre de 1646. El manuscrito original de este Journal se halla hoy en la Bodleian Library de Oxford bajo el título, Memorias del erudito Anticuario Elías Ashmole, Esquire, compuesto por él mismo bajo la forma de un diario con un apéndice de cartas originales. Estas memorias fueron publicadas por primera vez en 1717 por Charles Borman, hijastro o yerno de Robert Plot, primer conservador del Ashmolean Museum de Oxford. Una segunda edición, con numerosas erratas, vio la luz en 1774. En los años 1920 se hicieron otras reimpresiones.


Bosquejo biográfico

Elías Ashmole nació el 23 de mayo de 1617 en Lichfield, en el Staffordshire, al norte de Birmingham y a seis millas del río Trent, en un lugar denominado actualmente Breadmarket Street situado cerca de la única catedral de Inglaterra que posee tres agujas. Su familia, representativa de la pequeña burguesía campesina, había adquirido, tras el desempeño de diversas funciones en la administración local en el curso de las generaciones anteriores, una posición por la cual se le reconocida su condición de “gentleman” y muy probablemente el poder de ostentar blasón. Su abuelo Tomás, desaparecido en 1620, había ejercido la primera magistratura de la Ciudad y del Condado. En cambio, su padre Simón (muerto en 1643), del que fue hijo único, hombre honesto y de un trato agradable, había aprendido el oficio de guarnicionero. Sin embargo, más atraído por la carrera de las armas, pasó numerosos años en el extranjero, primero en Irlanda en 1599 con el conde de Essex, después con el hijo de éste, que le dio prueba de una cierta estima, en el Palatinado. Esta profesión de soldado, que fue la causa de numerosas vicisitudes en el plano financiero, alteró gravemente la posición social de la familia.

Su madre, de nombre Ana, pertenecía por parte de su padre Tomás, burgués y pañero de Coventry, a una vieja familia del Staffordshire, los Bowyer de Knipersley. Estaba emparentada igualmente con James Pagitt, un barón del Ajedrez (tesorero) que se había casado en segundas nupcias con su hermana. Los Bowyer tenían igualmente antepasados comunes con los Mainwaring, una influyente familia del Cheshire, un condado vecino. Esta mujer, discreta y virtuosa, era además especialmente instruida en teología, historia y poesía. Una epidemia de peste se la llevó el 8 o el 9 de julio de 1646, cinco días antes de la toma de Lichfield por las fuerzas del Parlamento. Vuelto para rendirle los últimos homenajes, Elías Ashmole pudo ver a los “cabezas redondas” ensañarse con los archivos y las obras de arte de la catedral, logrando él mismo salvar algunas obras de la biblioteca.

El nombre escogido por sus padres, Elías, llamaba la atención por su originalidad. Ningún miembro de la familia lo había llevado antes. Su padrino Thomas Offey, sacristán de la iglesia catedral, podría haberse sensibilizado con una profecía en boga entonces, según la cual el advenimiento de la Nueva Era estaría precedido por la vuelta de Elías Artista, el regenerador de la naturaleza. La  influencia familiar, debida a que una hermana del barón Pagitt se había casado en primeras nupcias con el doctor Masters, el Canciller de Lichfield, y después con su sucesor el doctor Twisden, le permitió hacer humanidades en la Grammar School de la ciudad. Entró también en el coro de la catedral donde aprendió a tocar el órgano bajo la dirección del titular del instrumento, Henri Hinde. En 1633, a los dieciséis años, fue admitido en la Sociedad de Guanteros y Guarnicioneros de la ciudad al manifestar, de forma engañosa, su interés por abrazar la misma carrera que su padre y que su abuelo. Sin embargo, consiguió reunirse rápidamente con el barón Pagitt en Londres, donde continuó sus estudios de música, preparándose al mismo tiempo para la carrera jurídica. En 1638, las relaciones de su protector le permitieron obtener un cargo de solicitor (procurador).

El mismo año, con solo 21 años, se casa, como lo indica con fecha de 27 de marzo en su Journal:

“Me casé con Leonor Mainwaring, hija primogénita de Mr. Peter Mainwaring (y de Juana su esposa) de Smalewood. Resultó una esposa excelente y virtuosa. La boda fue celebrada en la iglesia San-Benito, cerca del muelle de San-Pablo, por Mr Adams Parsom.”

Leonor parece haber pasado la mayor parte de su vida de casada en la casa de su padre en Smallwood. Elías Ashmole la visitaba aquí regularmente vinculándose así a la región, a su familia y a su numerosa parentela. Su suegro, que pertenecía a una de las familias más representativas del Cheshire, resultó ser también primo hermano del coronel Henry Mainwaring de Karmincham, en cuya compañía debía ser recibido en la Logia de Warrington. Los Mainwaring son descendientes de un linaje anglo- normando establecido cerca de la pequeña ciudad de Arques-la-Bataille. Su nombre original (Guarenne o Varenne) fue anglicanizado en Waren, Warin, después Waring; Main-Waring significa la casa de los Waring. El cartulario del monasterio de Dieulacres menciona a un Roger de Meinwarin concediendo a los monjes cistercienses “libre acceso a su bosque de Pevere” (Peover)

Al comienzo del siglo XIV, un maestro albañil llamado Warin es responsable de los albañiles que trabajan en el taller del castillo de Beeston, en el Cheshire. La iglesia familiar de San- Lorenzo, situada en Peover, encierra igualmente un cierto número de bellas tumbas en alabastro esculpidas por los albañiles-libres.

En diciembre de 1641, como lo relata en su Journal, Ashmole perdió desgraciadamente a su esposa encinta de su segundo hijo, el primero muerto al nacer:

“5-6 diciembre 1641. Mi tierna esposa cayó repentinamente enferma al anochecer y murió (a mi gran pesar y al de todos sus amigos) la noche siguiente hacia las 9h. 00.

8 diciembre 1641. Fue enterrada en la iglesia de Astbury, en el Cheshire.”

Residiendo por aquel entonces en Londres, no fue informado de su fallecimiento hasta su llegada a Lichfield el 16 de diciembre; no pudiendo recogerse sobre su tumba hasta el 16 de enero siguiente.

En 1639, Ashmole recibió el encargo del barón de Kinderton, en el Cheshire, de la gestión de sus asuntos jurídicos. Dos años más tarde, el 11 de febrero de 1641, prestó juramento como procurador en la Corte de Common Pleas, el Tribunal de los Plaids Communs, encargado de las diferencias entre particulares.

En 1642, cuando estalla la guerra civil, desaprobando los poderes que el Alto Parlamento se había arrogado, escoge el campo monárquico y vuelve al Cheshire donde desempeñará diferentes misiones. En mayo de 1644 es designado por el rey Carlos I, en compañía de otros dos Comisarios, como responsable de la percepción de los impuestos indirectos para el Staffordshire y la ciudad de Lichfield. Estas nuevas responsabilidades le llevan a Oxford, donde traba amistad con el capitán, más tarde Sir, George Wharton quien le consigue una plaza en artillería transmitiéndole su pasión por la alquimia y la astrología. Destinado, de mayo a diciembre de 1645, a la defensa de las murallas orientales de la ciudad, frecuenta el Brasenose College donde estudia filosofía natural, matemáticas, astronomía y astrología. El 16 de diciembre de 1645 es elegido, con Mr. Swengfield, responsable para la percepción de los impuestos indirectos de Worcester, y once días más tarde presta juramento en compañía de su colega y del alcalde Mr. Jordan. El 22 de marzo de 1646, bajo la recomendación de John Heydon, obtiene la graduación de capitán de artillería en el regimiento de Lord Ashley, y poco después, en junio, el cargo de inspector de artillería de la ciudad. Un mes más tarde, el 24 de julio, Worcester debe rendirse a las fuerzas del parlamento y Ashmole es autorizado a retirarse al Cheshire. Marcha entonces a reponer fuerzas a casa de su suegro. Tres meses más tarde se hace franc-masón.

En el curso del año 1647, se retira a Englefield, en el Berkshire, donde consagra sus días al estudio, especialmente de la botánica, lo que le lleva a escribir en su Journal:

“16 junio - 13h. 00: Dios ha querido ponerme en la condición que siempre he deseado, que es que sea capaz de vivir para mí mismo y los estudios, sin que me vea forzado a darme mal para ganarme la vida.”

Su estancia le permitió conocer a Lady Mainwaring, emparentada con su difunta esposa. Con un primogénito de veinte años, Lady Mary era la hija única de Sir William Forster de Aldermaston, en el Berkshire. La desaparición prematura de sus tres primeros maridos, Sir Edmond Stafford, Mr. Hamlyn y Sir Thomas Mainwaring, uno de los Maestros de la Cancillería donde Ashmole había comenzado su carrera profesional, le había dejado a la cabeza de los vastos dominios que debían normalmente recaer en los hijos nacidos de sus diferentes uniones. Así pues, estos no veían sin inquietud cómo Ashmole hacía la corte solícita a su madre. El 30 de julio de 1647, su segundo hijo, Mr. Humphrey Stafford, irrumpió en su habitación, con la firme intención de matarlo, cuando estaba gravemente enfermo abatido por una violenta fiebre, juzgada mortal según todas las opiniones autorizadas.

Después de una larga resistencia, Lady Mainwaring acabó por ceder y, el 16 de noviembre de 1649, concedió su mano al tenaz pretendiente. La ayuda y los consejos de Ashmole le permitieron, después de numerosos procesos, tomar posesión de sus tierras de Bradfield, en el Berkshire, que codiciaban igualmente la familia Stafford que multiplicó en vano recursos y enjuiciamientos.

Sin embargo, este matrimonio no tuvo éxito pues, en octubre de 1657, Lady Mainwaring intentó una demanda de separación acompañada de la concesión de una pensión alimenticia. Su queja fue rechazada por el juez, Mr. Sargeant Maynard, que no encontró ninguna prueba susceptible de apoyar la acusación en las ochocientas páginas de declaraciones que había hecho llegar a la Corte. Así pues, volvió a vivir con su marido hasta su muerte acaecida el 1 de abril de 1668.

Algunos meses después, el 3 de noviembre, Ashmole se volvió a casar con una mujer mucho más joven, Isabel Dugdale, hija de su amigo Sir William Dugdale (1605- 1686). Este, considerado por otra parte como el medievalista más célebre del siglo XVII, es el autor de una compilación de cartas de los monasterios del otro lado del Canal de la Mancha, el Monasticon Anglicanum (tres volúmenes en 1655, 1661, 1673), así como del primer estudio científico de la historia de un condado, las Antiquities of Warwickshire (1656), y de un análisis pionero de la feudalidad inglesa, el Baronage (1675-1676). La ceremonia tuvo lugar en una capilla de Lincoln, oficiando el Dr. William Floyd, futuro obispo de Worcester.

Su fidelidad a la causa de los Estuardo le valió, desde el advenimiento de Carlos II, el beneficio del favor real. Así, el 18 de junio de 1660, tuvo el honor de conversar con el soberano, quien le otorgó el cargo de Windsor Herald (heraldo de armas de Windsor). Hasta 1671, desempeñaría las funciones de secretario y tesorero de este Colegio, encargado de verificar las genealogías de las familias nobles y su derecho a ostentar blasón durante las visitas regulares que duraron hasta el fin del siglo XVII.

Ashmole llamó entonces la atención del monarca sobre la situación catastrófica de la catedral de Lichfield, que, a excepción del cabildo y de la sacristía, estaba arruinada, presentándole un gravado particularmente realista de Hollard, extraído de la Church History of Britain de Tomás Fuller, publicado a su costa en 1655. El rey intervino inmediatamente para que Ashmole pudiese apresurar su reconstrucción. Durante los tres años siguientes, habiendo fomentado el nombramiento del obispo Hacket para vigilar la obra, donó sucesivamente las cantidades de veinte libras, diez libras y treinta libras, así como un gran cáliz de plata, sin contar las donaciones regulares en favor de los pobres.

Dos misiones específicas le fueron igualmente confiadas en los meses que siguieron a la restauración. En primer lugar, fue encargado de realizar un catálogo de las medallas del Gabinete Real, y además llevó la investigación sobre la desaparición de tesoros inestimables de la Biblioteca Real durante la dictadura de Cromwell. A pesar de toda su diligencia, no llegó sin embargo a probar la culpabilidad del bibliotecario de la época, Hugh Peters, acusado de haber vendido obras únicas en su género a  aficionados ilustrados del continente.

En 1661, los altos favores de que gozaba le permitieron ser nombrado por el Lord Alto Tesorero, conde de Southampton, inspector de impuestos indirectos. El mismo año, el favor de la Corona le abrió las puertas de la Royal Society, sita en el Colegio de Gresham, acogiéndole entre los 118 fundadores, para participar en “la empresa de fundar un Colegio para la Promoción de la Enseñanza Experimental de la Física y de las Matemáticas.”

Las actas del año 1663 hacen mención de los agradecimientos que le fueron expresados por la Sociedad por su dibujo del escudo de armas, inspirado en la tercera visión del profeta Amós: la plomada sostenida por la mano del Señor. Sin embargo, no parece que asistiese a las sesiones semanales de la Royal Society más que seis veces entre 1661 y 1682, si bien la falta de registros de presencia permite hacer relativo la realidad de este juicio.

Desde 1655, Ashmole había comenzado, con la ayuda del Decano de Windsor, a redactar una historia minuciosa y exhaustiva de la Orden de la Jarretera. La obra, que apareció en 1671 bajo el título The Institutes, Laws and Ceremonies of the Order of the Garter (Las Instituciones, Leyes y Ceremonias de la Orden de la Jarretera), le valió la estima de las altas personalidades y de los soberanos miembros de este cenáculo caballeresco. Sin embargo, declinó la distinción de Garter King-at-Arms (Rey de Armas de la Orden de la Jarretera), en favor de su suegro William Dudgdale que recibió el título de caballero, y dimitió de su cargo de Windsor Herald, recibiendo no obstante 400 libras de renta.

En 1675, se instaló en South Lambeth, al sur de Londres, cerca de la propiedad de su viejo amigo John Tradescant, la cual adquiriría tres años después.

En 1685, al advenimiento de Jacobo II, el colegio municipal de Lichfield le propuso para diputado en los Comunes. Este honor le conmovió especialmente. Sin embargo, el rey se opuso a su candidatura, ya que había prometido el cargo a uno de sus favoritos, y le requirió para que se retirase.

Sus últimos años se vieron ensombrecidos por la enfermedad. Falleció el 18 de mayo de 1692 y fue enterrado en la iglesia Santa-María de South Lambeth, bajo una losa de mármol negro con la siguiente inscripción en latín:

“Aquí reposa el renombrado y muy erudito

Elías Ashmole, Bearer of Arms,

Nativo de Lichfield. Entre sus numerosas funciones:

Comisario de Contribuciones indirectas,

Inspector de Artillería,

Heraldo titular de Windsor,

Y durante numerosos años, eminente dignatario.

Dos mujeres le precedieron en la tumba.

Tomó una tercera, Isabel, hija de Sir

William Dugdale,

Rey de armas de la Jarretera.

Murió el 18 de mayo de 1692 a la edad de 76 años.

Su celebridad sobrevivirá tanto como Su museo en Oxford,”

A modo de homenaje, su amigo John Aubrey, que le conoció bien, dijo simplemente que “era un hombre inmensamente bueno.”

Su biblioteca, que comprendía alrededor de 780 libros impresos y 130 manuscritos, fue dispersada en subastas públicas el 22 de febrero de 1693.


La Franc-Masonería en el Diario de Ashmole


La primera mención, con fecha 16 de octubre de 1646, se refiere a la recepción de Ashmole en la Logia sita en Warrington, en la diócesis de Chester, plaza fuerte parlamentaria situada a medio camino de Manchester y de Liverpool sobre uno de los meandros del río Mersey y a solamente ocho millas de Smallwood cuna de los Mainwaring. Esta parte septentrional del Staffordshire, donde predomina un paisaje de landas coronadas por crestas de areniscas, se ha forjado desde el neolítico una vocación de “paisaje oculto con vocación espiritual”, como testimonia la sima que ha pasado a la posteridad bajo el nombre de iglesia de Lug, o el imponente dolmen de Gawton Stone sito en el bosque de Knipersley. Al comienzo del siglo XIII, los discípulos de san Bernardo, seducidos por estos desiertos austeros, implantaron, por iniciativa de los señores locales transformados por la experiencia de la cruzada, tres monasterios cistercienses: Croxden, al sur, fundado por el cruzado Bertram de Verdon en 1176, Dieulacres, al noreste, fundado por el cruzado Ranalphus de Chester en  1214, y Hulton, al sudoeste, fundado por el caballero Henry de Audley en 1223 sobre tierras contiguas al priorato templario de Keele creado en 1168. Con la disolución de las órdenes religiosas por Enrique VIII en 1534 (“el Gran Diluvio” como anota Ashmole en su Journal), el saber adquirido y la maestría técnica se volvieron a encontrar en la construcción de las bellas mansiones de los patricios del condado, los cuales estaban a favor de la apertura al mundo exterior de los Sancta, esos cenáculos secretos de los monasterios, como lo menciona Cyril N. Batham en su artículo sobre The origin of Freemasonry, a new theory, publicado en los A.Q.C. 106 (1993). Así, una cierta forma de actividad constructiva perduró en el Staffordshire. Los registros  de la iglesia de Biddulph, antigua dependencia de la abadía cisterciense de Dieulacres, mencionan, pero solamente por un año, la profesión de los feligreses que recurrieron a los servicios de su rector:

“1600. Baptismata. Mar 6, Joanna, fa(ther). Rumbaldi Dubar, albañil-libre.” Conviene fijarse ahora en el origen social de los diferentes protagonistas.

“1646. 16 octubre. 16h30. Fui hecho Franc-Masón en Warrington, en el Lancashire, con el coronel Henry Mainwaring de Karmincham, en el Cheshire. Los miembros que componían entonces la Logia eran: Mr. Rich. Penket, Vigilante, Mr. James Collier, Mr. Rich. Sankey, Henry Littler, John Ellam, Rich. Ellam y Hugh Brewer.”

El otro profano es el coronel Henry Mainwaring de Karmincham (1608-1674), perteneciente a una vieja familia del Cheshire donde su presencia es testimoniada desde la segunda mitad del siglo XV. Los Mainwaring son una rama de una reputada familia del Condado, los Mainwaring de Peover. La tierra de Karmincham, situada a unas 8 millas al sudoeste de Macclesfield, a 55 millas al noroeste de Congleton, y, sobretodo, a 4 millas de Smallwood, había sido comprada por Randle Mainwaring de Peover para su hijo Randle. Uno de sus descendientes, Henry, fue sheriff del Cheshire en 1575 y dejó la propiedad a su hijo, llamado igualmente Henry, hacia 1617-1618. Este fue autorizado, por decisión de la justicia, a construir una capilla colateral en la iglesia de San-Lucas de Goostrey, dependiente en otro tiempo de la abadía de Dieulacres, para que sirviese de sepultura a su familia. Su hijo, el coronel, debía tomar posesión de ésta a la muerte de su padre en 1638.

Muy implicado en los asuntos locales, Henry Mainwaring ocupó los cargos de juez de paz, cuando las sesiones trimestrales, y de diputado lugarteniente y comisario de la milicia, los cuales le permitieron dominar perfectamente los rudimentos del arte militar, e imponerse después como uno de los mejores jefes militares salidos de las filas parlamentarias de la comarca.

Al comienzo de la guerra civil, se hicieron tentativas tanto en el Cheshire como en el Lancashire para preservar la neutralidad existente. Así, en diciembre de 1642,  se firmó un tratado, llamado de Bunbury, para preservar la paz en el Cheshire mediante la disolución de las compañías de las dos facciones, por el lado monárquico, la de Lord Kilmorrey y Orlando Bridgeman, hijo del obispo de Chester, y por el lado parlamentario, la de los dos diputados lugartenientes, el coronel Mainwaring y Mr. Marbury de Marbury. Sin embargo, debido a que los monárquicos reforzaron sus tropas y a su negativa de desmantelar las nuevas fortificaciones que habían erigido en Chester, este acuerdo fracasó.

En marzo de 1643, Mainwaring fue encargado de la defensa de Macclesfield, asumiendo después funciones administrativas en tanto que miembro de la comisión de evaluación y como administrador de las propiedades confiscadas a los partidarios del rey (la mitad del Condado).

Al comienzo de la primavera de 1644, debió batirse en retirada en Stockport, en compañía del coronel Duckinfield, ante la ofensiva del Príncipe Ruperto, primo de Carlos I y jefe de la caballería monárquica. En mayo del mismo año, en Nantwich, plaza fuerte parlamentaria que solamente la intervención inesperada del general Fairfax permitió salvar, una orden del parlamento decidió su reemplazo por Sir William Brereton, uno de los dos diputados del Cheshire, llamado de nuevo para la circunstancia de Westminster, y su vuelta al puesto anterior de diputado lugarteniente. Sin embargo, debido a los disturbios ocasionados por los movimientos del Príncipe Ruperto, permaneció a la cabeza de su regimiento hasta su disolución en abril de 1645. Si sus oficiales permanecieron después en activo, él prefirió por su parte retirarse a sus tierras de Karmincham. En 1672, transmitió la propiedad a su nieto Roger y se instaló en su pequeña posesión de Blackden, cerca de Goostrey, donde murió en diciembre de 1684. El reverendo Henry Newcome, cuñado de Ashmole, a quien éste llamaba mi “Hermano”, menciona en su autobiografía que asistió a sus exequias.

El Vigilante, y verosímilmente el maestro-de-obra de la ceremonia, Richard Penketh, pertenecía a la vieja familia de los Penket o Penketh, cuyo nombre provenía de un pueblo y de una casa señorial situados a tres millas de Warrington en el camino de Liverpool. Los Penketh de Penketh, miembros de la pequeña nobleza, tenían esas tierras de los señores de Warrington, los Boteler, desde aproximadamente 1242. Hacia 1280, Gilbert y Robert de Penketh eran los señores de la propiedad. En 1487 se hace notar el fallecimiento de un Hermano, Thomas Penketh, en el convento de San Agustín de Warrington. En la Visita de Inspección de 1613, la familia reivindica un linaje de doce generaciones. Un Richard Penketh, muerto en 1570, se había casado con una de las hijas de Thomas Sankey de Sankey. Otro Penketh, John, sacerdote católico, figura entre los alumnos del Colegio inglés de Roma, en 1651. Las convicciones monárquicas de la familia y su fidelidad a la causa de Carlos I perjudicaron gravemente su fortuna, viéndose reducida, hacia 1680, a una condición de las más modestas, no poseyendo apenas más de cinco acres. Numerosos Penketh están presentes en los registros parroquiales de las iglesias de Warrington y de Farnworth. Sin embargo, debido a un uso particularmente frecuente entre ellos del nombre Richard, existen cuatro hipótesis plausibles para identificar al organizador de la recepción de 1646:

1.     Richard Penketh, muerto en 1652, que se había casado en Warrington el 11 de junio de 1591 con María Etow, y fue el último propietario del dominio familiar;

2.     Richard, hijo de Richard Penketh bautizado en Warrington el 16 de junio de 1602;

3.     Richard, hijo de John Penketh, bautizado en Warrington el 23 de diciembre de 1606;

4.     Richard, hijo de Richard Penketh, gentleman, bautizado en Fanworth (la iglesia de la familia) el 23 de octubre de 1614.

Richard Sankey pertenecía, como los Penketh, a una familia muy antigua cuyo nombre provenía de un pueblo situado entre Warrington y Penketh. Esta poseía tierras en el Pequeño Sankey, situado en la parroquia de Warrington, y en el Gran Sankey, dependiente de la de Prescot. Tenía igualmente sus propiedades de los señores de Warrington, los Boteler. Así, en 1490, Randle Sankey se dirigió a Bewsey Hall para rendir homenaje a Sir Thomas Boteler, decimoquinto señor de Warrington, y pagarle los diez shillings adeudados.

En 1631, Richard Sankey fue multado con diez libras por no haber cumplido sus obligaciones de caballero con ocasión de la coronación de Carlos I.

Los Sankey, por su pertenencia a la fe católica, fueron acusados en 1584 de amparar a un sacerdote proscripto y fueron objeto de un registro. Francis Sankey (1604-1663) perteneció al movimiento de los Santos-Apóstoles de Suffolk, mientras que sus hermanos, Lawrence y William, abrazaron el estado eclesiástico.

En 1625, Sir Thomas Ireland, el sucesor al señorío de Warrington de los Boteler, desaparecidos sin herederos en 1585, dejó en su testamento 40 libras a  Edward Sankey al cual había administrado los bienes, en tanto que tutor, desde la muerte de su padre en 1602. El 22 de noviembre de 1639, Edward Sankey presentó una petición ante la Cancillería con el fin de verificar la gestión de la tutela de sus propiedades. Partidario del Parlamento, se enroló seguidamente como capitán en el regimiento de caballería de Sir William Brereton y participó en el sitio de Warrington.

Se encuentra varios Sankey en los registros parroquiales de Warrington. Del Richard susceptible de haber participado en la ceremonia, no se conoce más que la fecha de fallecimiento, septiembre de 1667.

Además, se utilizó una versión de los Old Charges, conocida hoy bajo el nombre de Manuscrit Sloane Nº 3848, para la recepción de los dos profanos. El Edward Sankey que hizo la copia podría ser o el capitán de las fuerzas parlamentarias, o el mismo hijo de Richard Sankey, nacido el 3 de febrero de 1621.

James Collier, quien poseía tierras en el sector de Newton-Le-Willows y de Winwick, en el norte de Warrington, se había casado por primera vez con Elen Bretherton, que pertenecía a una vieja familia del Lancashire, y posteriormente, el 13 de junio de 1640, con Isabel Stanley, nieta de Sir Randle Mainwaring de Peover. Capitán en las fuerzas del rey al comienzo de la guerra civil, fue hecho prisionero en Stafford, cuando la toma de la ciudad por Sir William Brereton, en 1643.

En 1646, formuló una petición ante el Parlamento en la que recordaba que su condición de servidor de Lord Derby, de quien tenía una parte de propiedades, le había llevado al campo monárquico; y que como no disponía más que de una renta anual de 24 libras, después del pillaje de su casa y la confiscación de sus bienes, solicitaba una reducción del montante de su multa.

Por otra parte, el testamento que redactó en 1666 fue homologado solamente en 1673. Murió poco tiempo después, y fue enterrado el 17 de enero de 1674 como lo menciona el registro de la iglesia de Winwick.

Oriundo de Warrington y perteneciente a una familia establecida en el Cheshire desde varias generaciones, Henry Littler, muerto en 1673, ejercía la profesión de comerciante y se había casado, el 31 de agosto de 1630, con María Dunbabin quien falleció en 1644. Intervino posteriormente como oficial representando al señor, y más tarde se le impuso una multa por haber rehusado ejercer una segunda vez esta función.

Es muy probable que la ceremonia fuese organizada en su casa, a no ser que se llevara a cabo en una de las cinco posadas de la ciudad.

Por otra parte, en los registros parroquiales de Warrington, entre 1627 y 1690, están censados once Brewer. Hugh Brewer sería posiblemente aquel que habría servido, con el grado de sargento mayor, en el regimiento monárquico de Lord Derby en 1642, y que habría sido enterrado en 1658.

Por fin, la familia Ellam es mencionada en los registros de Winwick y de Croft, y también en los de Warrington, entre 1602 y 1687, y en el registro de Farworth entre 1581 y 1660. John y Richard Ellam eran pequeños propietarios oriundos de Lymm instalados desde hacía mucho tiempo en la parroquia de Winwick. En efecto, las últimas voluntades de Richard, con fecha del 7 de septiembre de 1667, empezaban así:

“En el nombre de Dios Amén. Yo Richard Ellam de Lymm, Condado de Chester, Franc-Masón, estando enfermo y débil de cuerpo. Mi envoltura carnal deberá recibir una sepultura cristiana en mi iglesia parroquial de Lymm.”

Para H. Boscow, autor de un artículo sobre “The Background to 16 October 1646” publicado en los A.Q.C. 102 (1989), la mención de Richard Ellam de su cualidad de Masón significa verosímilmente que era un masón operativo*. En efecto, numerosas personas precisaban la naturaleza de sus actividades en sus testamentos. Así, en los registros de la iglesia de Farworth se puede leer la inscripción siguiente:

“27 de enero de 1640. Enterrado Richard Ellam de Widness, albañil.”

La persona anterior, John Gryce, enterrado en diciembre de 1639 y la persona siguiente, Tho. Johnson, enterrado el 31 de enero de 1640 son mencionados igualmente como albañiles. El reconocimiento de un parentesco entre Richard Ellam de Lymm y Richard Ellam de Widness fortalecería la hipótesis de su pertenencia a la masonería  operativa**   y  la  posibilidad  de  la  existencia,  en  el  sector  de  Warrington- Widness, de una Logia de masones operativos.

Así, el examen de las biografías de los siete gentlemen que formaban la Logia, la cualidad de albañil reivindicada por Richard Ellam que hace referencia más que a otra cosa a su condición de empresario o contratista, y la condición de los dos candidatos muestra con evidencia que ninguno de ellos tenía relación con la masonería operativa stricto sensu ni con la construcción y la arquitectura. El examen de los registros parroquiales viene por otra parte a confirmar que no figuraba ningún “Masón” entre los artesanos de las dos principales arterias comerciales de la ciudad, Bridge Street y Church Street. La Logia fue pues puramente ocasional y se constituyó únicamente para la recepción de los dos profanos, como lo indica igualmente la copia del Manuscrit Sloane Nº 3848 efectuada algunos días antes. En efecto, la Logia más antigua de la que se tiene testimonio en Warrington es la Logia Nº 40, que recibió una patente de los Antiguos el 20 de agosto de 1755 y que interrumpió sus trabajos al cabo de un año. La Masonería no tomó realmente impulso en la ciudad más que con la creación en 1765, bajo la égida de la Gran Logia de los Modernos, de una Logia inscrita bajo el Nº 352. Esta tomó, en 1806, el nombre de “Lodge of Lights” (Logia de las Luces) y tiene hoy el Nº 148. El tercer taller, “Gilbert Greenwall Nº 1250”, no apareció más que en 1869. La presencia, en el seno de una misma estructura en plena guerra civil, de personas que pertenecían a lados opuestos (Ashmole, que no había escondido nunca su hostilidad hacia la causa parlamentaria, debía más tarde transcribir el informe oficial de la condenación de Carlos I) traduce quizás la necesidad sentida por ciertos miembros ilustrados, tanto de la gentry del Cheshire como de la del Lancashire donde predominaban desde el desencadenamiento de la guerra civil los valores de compromiso y de moderación, de reencontrarse en el seno de una sociedad en armonía.

En lo que concierne a la naturaleza de la ceremonia, Richard Sandbach, en un artículo sobre The Origin of Species – The Freemason publicado en los A.Q.C. 108 (1995), se apoya en la obra del Dr. Robert Plot, Histoire naturelle du Staffordshire (1686), para mostrar, no sin exageración, que esas ceremonias se desarrollaban en numerosas localidades del país y estaban “extendidas un poco por todas partes en nuestra nación”, y añade que “personas del más alto rango (...) no desdeñaban ser de esta compañía”.

Señala igualmente que lo esencial de la recepción, después de la comida pagada por el candidato, consistía en la comunicación de “ciertos signos secretos, por los cuales se reconocían entre ellos en toda la nación, lo que les permite obtener asistencia por todas partes donde van.

Se extiende seguidamente sobre los deberes de cada Masón, “obligado, en cualquier lugar o compañía que pueda estar, a acudir a él (otro Masón) en seguida, ya fuese de lo alto de un campanario (por peligroso o incómodo que esto pueda resultarle), para saber lo que desea o para asistirlo.”

Menciona por fin la existencia “de un gran rollo de pergamino (...) que contiene la historia y los reglamentos del oficio de masonería” correspondiente a los Old  Charges.

Así, la parte principal de la ceremonia consistía en la comunicación de signos de reconocimiento que, cuando eran correctamente intercambiados, permitían a un extranjero obtener auxilio y asistencia en una época donde el país se hallaba a dos pasos de la anarquía. En efecto, el rey estaba prisionero por el ejército escocés en Newcastle-upon-Tyne mientras que en Londres, al que Ashmole se aprestaba a regresar, el Parlamento victorioso y un poco fanático reforzaba vigorosamente la legislación penal en materia religiosa.

La segunda, y última alusión a la Franc-Masonería en el Journal de Ashmole tiene lugar treinta y cinco años después de su recepción.

“10 marzo 1682. Alrededor de las 17h.00. He recibido una convocatoria para ir a una Logia que se va a reunir mañana, en la Casa del Gremio de los Albañiles de Londres.

En consecuencia, he acudido. Fueron admitidos en la Fraternidad de los Franc- Masones: Sir William Wilson, Capt. Rich. Borchwick, Mr Will Woodman, Mr Wm Grey y Mr William Wise. Yo era el más antiguo entre ellos (hacía aproximadamente treinta y cinco años que había sido recibido). Estaban además igualmente presentes:

Mr Thos Wise, Mr (=Maestro) de la Compañía del Gremio de los Albañiles este año, Mr Thomas Shorthose, Mr Thomas Shadbolt, Wainsford, gentleman, Mr Rich Young, Mr John Shorthose, Mr William Hamon, Mr John Thompson y Mr Will. Stanton.

Cenamos en la Taberna de la Media-Luna donde había sido preparada una cena selecta a cargo de los Masones recién admitidos.”

El largo intervalo que va de 1646 a 1682 no permite en modo alguno suponer que Ashmole se desinteresase de la Franc-Masonería, pues su Journal, que no es de ninguna manera un inventario exhaustivo de sus actividades, es igualmente silencioso sobre asuntos de igual importancia. La mención de 1682 significa solamente que era conocido como Masón, y por lo tanto para ser convocado a una tenida.

El lugar de la reunión, en esta ocasión la Casa del Gremio de los Albañiles, se explica ciertamente por el hecho de que ciertos miembros de la Logia pertenecían igualmente a la Compañía del Gremio de los Albañiles de Londres, como Mr Thomas Wise. Los dos Vigilantes, John Shorthose y William Stanton, son mencionados igualmente en  los registros de la catedral de San-Pablo. Por fin, uno de los postulantes, Sir William Wilson, nacido en 1641 en Sutton Coldfield, a ocho millas de Lichfield, y desaparecido a los setenta años, era un amigo de Ashmole. Albañil de formación, ejerció después como arquitecto. Su casamiento con la viuda de uno de sus colegas, Henry Putney, le permitió obtener el título de caballero. Entre sus obras, se puede citar el castillo de Nottingham y la estatua de Carlos II, situada sobre la fachada occidental de la catedral de Lichfield, cuyo pedestal se adorna con la inscripción “El Restaurador”, alusión no velada al guardián y defensor de los privilegios y la tradición de la Iglesia de Inglaterra.

El Dr John Campbell (1708-1775), en su artículo sobre Ashmole que apareció en 1747 en la Biographica Britannica, sostiene que numerosos manuscritos reunidos por éste, con la intención de escribir una historia de la Masonería entre los siglos XIV y XVII, desaparecieron el 26 de enero de 1679 cuando el incendio que destruyó el Middle Temple de la Royal Society donde tenía su gabinete:

“En lo que concierne a la historia antigua de los Franc-Masones, respecto de la cual estamos deseosos de saber lo que se conoce con certeza, puedo deciros solamente que, si nuestro digno hermano E. Ashmole Esq. hubiese llevado a bien su proyecto, nuestra fraternidad se habría hallado con respecto a él tan deudora como los miembros de la muy noble Orden de la Jarretera.”

Además, en los 1860 manuscritos censados de Ashmole, solamente se encuentra otras dos menciones de su interés por asuntos de orden constructivo.

Ø  Ms Ashmole, 1, 125, f.11v.-12v – copia de un contrato entre, por una parte, George Talbott, Lord Steward, Gilles Daubeney, Lord Chamberlayn y Sir Thomas Lovell (en nombre del rey) y los Caballeros de la Jarretera, y, por otra parte, John Hylmer y William Vertue, “albañiles-libres”, en el cual se precisa el trabajo a hacer en la restauración y la decoración del coro de la Capilla de Windsor.

Ø  Ms Rawlinson, 807, D, f.79 – notas de Ashmole acerca de una obra de John Lighfoote: The Temple: especially as it stood in the dayes of our Saviour, London, 1650. Estos extractos dan las medidas del segundo templo de Jerusalén, con referencias al templo de Salomón.

Por fin, en una conferencia sobre la “Freemasonry, Hermetic Thought and the Royal Society of London” ante la Quatuor Coronati Lodge Nº 2076, el 27 de junio de 1996, Michael Baigent pone el acento sobre una sátira de las sociedades esotéricas publicada en la edición del 10 de octubre de 1676 del “Poor Robin's Intelligence”, una revista londinense, donde se menciona especialmente que

“la Cábala Moderna de la Cinta Verde, la Antigua Fraternidad de la Rosa-Cruz, los Adeptos Herméticos y la Compañía del Gremio de los Albañiles aceptados tienen la intención de cenar juntos (...). Han pedido, para que se sirva en esta ocasión, surtido de patés de cisne negro, huevos de fénix pochés y pernil de unicornio.”

Por primera vez, una guilda profesional, en esta ocasión la del Gremio de los Albañiles, volvía a situarse en el seno de un medio hermético (Rosa-Cruz, Adeptos Herméticos) y antipapista. Bajo la denominación de “Cábala Moderna de la Cinta Verde” se disimulaba de hecho una sociedad secreta anti-católica opuesta al advenimiento del futuro Jacobo II Estuardo, el “Club de la Cinta Verde”, cuyos miembros, en el curso de sus ceremonias, se vestían de sacerdotes y reducían simbólicamente a cenizas al Papa.

La clave de esta evolución habría que buscarla en el movimiento intelectual y científico que llevó a la fundación de la Royal Society al final de la guerra civil en 1661. Uno de sus miembros, después su primer historiador, Thomas Sprat, que terminó su carrera en la sede episcopal de Rochester, abogaba, en su obra sobre The History of the Royal Society of London aparecida en 1667, en favor de “una unión entre manuales e intelectuales”, añadiendo:

“Tenemos así una visión excepcional de la nación inglesa, a saber que hombres de pensamientos y de modos de vida antagónicos olvidan sus odios y se reúnen para el progreso de la ciencia. Pues, el soldado, el comerciante, el marchante, el erudito, el gentilhombre, el cortesano, el presbiteriano, el papista, el librepensador y los adeptos

de la religión oficial han abandonado su hacer específico y trabajan con serenidad en práctica y en espíritu...”


2ª Parte 

El apasionado por la alquimia

Como se ha dicho ya, en el curso de la guerra civil, en 1644, Ashmole entabló amistad con el capitán Georges Wharton (1617-1681) quien hizo nacer en él el deseo de estudiar astrología. Hijo de un herrero, fue educado por parientes ricos, estudiando matemáticas y astronomía en Oxford. Se hizo astrólogo profesional, y publicó un Almanach annuel de 1641 a 1660. En esta época de disturbios, Wharton repartía su tiempo entre la polémica que mantenía con un astrólogo muy reputado, William Lilly, y escribir feroces libelos contra la dictadura de Cromwell. Uno de sus escritos, donde denunciaba vigorosamente a los “usurpadores”, le llevó, el 21 de noviembre de 1649, a la prisión de Gatehouse, en Westminster, pesando sobre él la amenaza de una grave condena por ofensa al gobierno. Ashmole solicitó entonces la ayuda de Lilly. Este, a pesar de la animosidad que Wharton le tenía, obtuvo su liberación, gracias a la intervención de su protector Mr Whitlock, con la condición de que no escribiese más panfletos contra el Parlamento y el Estado. En su Hemeroscopia, el capitán agradeció a Lilly su bondad, y otorgó a Ashmole el calificativo de oaken friend por haber sido el instrumento principal de su liberación y haberle nombrado intendente de su propiedad de Bradfield a fin de sacarle de sus dificultades financieras. Para corresponderle, Wharton le dedicó uno de sus más bellos poemas:

“A su muy valeroso amigo y eminente astrólogo, el capitán Wharton, con ocasión de su encarcelamiento”.

Después de la Restauración, obtuvo un empleo permanente del gobierno y un título de barón.

En el otoño de 1646, a su regreso a Londres, Ashmole tuvo la oportunidad de conocer a los tres astrólogos más renombrados de la época: al comienzo de octubre, a Moore; el 25 de este mes, a Lilly; y el 3 de diciembre, a Booker. William Lilly (1602-1681) era un antiguo doméstico que había llegado a ser un mago renombrado que predecía los acontecimientos, con resultados varios, por medio de un almanaque anual, el Merlinus Anglicus. Publicó igualmente numerosos panfletos, entre los que destaca Monarchy or no Monarchy in England (1651). Terminó su carrera como  médico de la  villa de Hersham,  cerca de Walton-upon-Thames. John Booker (1603-1667), por su parte, era un antiguo aprendiz de carpintero que había llegado a ser uno de los más grandes astrólogos de la época. Ashmole compraría posteriormente las bibliotecas de estos dos últimos cuando el cumplimiento de sus sucesiones. Una profunda amistad intelectual parece haberle ligado a Lilly ya que, solamente algunas semanas después de su encuentro, le dedicó un poema con ocasión de la publicación de su Astrología cristiana:

“Sois nuestro Atlas inglés sobre quien reposa la notable reputación de la astrología (...). Nos enseñáis lo que Egipto, Grecia, Arabia y el mundo oriental han  transmitido bajo el sello del secreto”.

Nada se transparenta, en cambio, en su Journal de su encuentro con Robert Fludd, el 7 de marzo de 1651, excepto que éste le dedicó en 1656 la traducción inglesa que acababa de hacer de una obra del alquimista Michael Maier sobre la Hermandad de la Rosa-Cruz en estos términos:

“Al filósofo único de la época.”

Sin embargo, lo que determinó a Ashmole a frecuentar los medios herméticos fue la amistad que sostuvo al comienzo de los años 1650 con William Backhouse (1593- 1662), gentilhombre oriundo de Swallowfield, en el Bershire, y, sobre todo, químico de talento y auténtico rosa-cruz, como lo menciona Wood en su Athenae Oxon. Backhouse, además de los numerosos conocimientos científicos que le transmitió, lo adoptó como hijo, como lo anota en su Journal el 26 de abril de 1651:

“Mr William Backhouse me autorizó a llamarle en adelante Padre.”

Menos de dos meses más tarde, el 10 de junio, escribe:

“Mr Backhouse me declaró que debía ahora hacerme su hijo porque tenía que comunicarme numerosos secretos.”

Esta transmisión tuvo lugar el 13 de mayo de 1653:

“Mi padre Backhouse, estando en cama en Fleet Street, cerca de la iglesia de St Dustan, y no sabiendo si iba a sobrevivir o morir, me reveló, de manera silábica, la verdadera naturaleza de la piedra filosofal que me dejó en herencia.”

El impacto de este suceso sobre Ashmole queda reflejado en un poema que escribió poco tiempo después y del cual se conserva una copia manuscrita en el Ashmolean Museum. Está dedicado a “mi muy digno y muy honorable William Backhouse de parte de su hijo adoptivo.”

En este texto, Ashmole revela haber pasado una prueba de iniciación hermética bajo el cayado de su maestro.

“A partir de este instante bendito comenzó para mí

Un año de dicha... y juraría

Que no he percibido jamás hasta ahora la existencia.

Mira cuánto el poder dado por tu adopción puede

Transmutar una naturaleza imperfecta en hombre.

Siento brotar en mi corazón esta noble sangre

Que me da derecho a una infinita parte

De las... riquezas de Hermes...

Ya que mi grosero Mercurio se ha transmutado en oro.”

Acaba después su homenaje pidiendo a las estrellas que le pongan

“... en la buena dirección que guiará

La mano de mi padre y su bendición sobre mi cabeza

Y la dejará reposar.

Que me sea concedido que las hojas del árbol de Hermes

Cubran la desnudez de la ceniza;

Que su legado de un par de ojos te sea de economía,

Oh tú miope topo,

Y que (aunque joven hijo) me haga su heredero.”

Así, con esta mención de la ceniza y del topo, Ashmole hace claramente referencia a sí mismo en tanto que ser desprovisto de conocimiento y privado de inteligencia hasta la bendición hermética de su padre adoptivo Backhouse.

Según William Sandys, autor de una Pequeña Historia de la Franc-Masonería y del artículo dedicado a Ashmole en la Encyclopaedia Metropolitana, una sociedad de rosa-cruces se habría constituido en Londres, a mediados de los años 1640, sobre el modelo de las fundadas en Alemania al comienzo del siglo XVII. Una copia manuscrita del primer manifiesto rosa-cruz, la Fama Fraternitatis, conservado en la Bodleian Library, contiene una ferviente petición dirigida por Ashmole a los “muy ilustrados Hermanos de la Rosa-Cruz” donde les hace saber su deseo de ser admitido en la Fraternidad, cuya realidad ha sido recientemente negada por los trabajos del Dr Carlos Gilly y de Roland Edighoffer.

Ashmole es igualmente el autor de un cierto número de obras consagradas a la filosofía hermética.

En 1650, publica bajo el seudónimo de James Hasolle el Fasciculus Chymicus, traducido por el hijo del ilustre John Dee, Arthur (1579-1651), médico en la Secret Hermetical Science. El frontispicio, que se presenta bajo la forma de una columna adornada con instrumentos de música, reglas e instrumentos de las ciencias matemáticas, testimonia la competencia musical del autor, sus lazos con la Masonería y las funciones militares que ejerció. La publicación de su Theatrum Chemicum Britannicum o Annotations on Several Pieces of our Famous English Philosophers who have made Hermetic Mysteries in their own ancient language vio la luz en 1652. Desde la introducción, declara que el alquimista “no se alegra en tanto que puede hacer oro y plata... sino en entrever las Puertas del Cielo.”

Habiéndole sido necesario el conocimiento del hebreo para la elaboración de esta obra que debía, en principio, componerse de varios volúmenes, adquirió los rudimentos necesarios del mismo junto al Rabbin Salomon Frank.

Entre sus otros escritos, conviene mencionar, en 1638, La Vía hacia la Beatitud, tratado en prosa sobre la “Piedra filosofal”, y el prefacio a un manuscrito de Nicolás Bowden consagrado a este mismo tema.


Un bienhechor de la Universidad de Oxford

Elías Ashmole aprovechó una estancia en Oxford, en 1646, donde le habían llevado sus funciones de Comisario de Contribuciones indirectas, para frecuentar el Brasenose College y darse así al estudio de las ciencias, especialmente la filosofía natural, las matemáticas y la astronomía. La calidad de sus primeras publicaciones le permitió, en 1653, conocer a eminentes científicos como el Dr Langlaine, Principal del Queen's College, o el jurista y teólogo John Selden (1584-1654). En 1658, fue encargado de establecer un catálogo descriptivo de la colección de monedas legadas a la Biblioteca de la Universidad por el antiguo arzobispo de Canterbury, William Laud, decapitado en 1645 por su fidelidad a Carlos I Estuardo. En noviembre de 1669, el Dr Yates le entregó solemnemente el diploma de “Doctor en Física”.

En 1679, Ashmole ofreció a la Universidad de Oxford su inestimable colección de medallas, monedas, pinturas, manuscritos, obras impresas y curiosidades rarísimas, constituida de sus propias adquisiciones y del legado del Museum Tradescantianum.

Los Tradescant eran una familia de botánicos holandeses instalados en Inglaterra desde el siglo XVII, donde introdujeron plantas y árboles extranjeros, especialmente la morera. El primogénito, John, muerto en 1637, había recorrido Africa del Norte y Europa, tomando numerosas muestras de especies varias que conservaba en su casa de South Lambeth. El hijo más joven, llamado igualmente John (1608-1662), aprovechó su cargo de responsable del “Jardín Botánico de Chelsea” para enriquecer su colección. En el curso de los años 1650, simpatizó con Ashmole a quien recibió varias veces en su residencia del sur de Londres.

Según testamento de fecha 4 de mayo de 1661, hizo de su mujer Hester la usufructuaria de su museo con la condición de que ésta lo legara a la Universidad de Oxford o a la de Cambridge. Ashmole demandó enseguida este testamento, arguyendo el hecho de que las colecciones le habían sido legadas en vida por el difunto y que su viuda había destruido o quemado todas las pruebas susceptibles de apoyar sus justas pretensiones. Edward Hyde, primer conde de Clarendon (1609- 1674), uno de los más eminentes servidores de la causa monárquica, Lord Canciller de 1661 a 1667, autorizó finalmente a Ashmole para establecer un catálogo de las colecciones que permanecían en depósito en casa de Madame Tradescant. Dos Windsor Herald estaban encargados de asistirle, Sir Edward Bysshe y Sir William Dugdale, su suegro, así como un magistrado de la Cancillería, Sir William Glassock.

Herida, Lady Tradescant arremetió con calumnias pérfidas contra Ashmole antes de retractarse ante la justicia en 1676 y de autorizarle a tomar posesión de las colecciones de su difunto esposo, amenazando incluso con echarlas a la calle ante sus reticencias. Dos años más tarde, debía desaparecer trágicamente ahogándose en su estanque.

El legado de las colecciones de Ashmole a la Universidad de Oxford establecía, como condición previa, la obligación por parte de ésta de edificar un edificio destinado a recibirlas. La construcción de este primer museo público de las Islas británicas fue confiada a Thomas Wood; su coste alcanzó cerca de las 4500 libras.

El donante formuló él mismo los reglamentos de funcionamiento de su fundación en la que cohabitaban una institución científica y un museo de bellas artes y de arqueología. En la práctica, el edificio se organizó como sigue: en el primer piso, el museo propiamente dicho; en la planta calle, la biblioteca de química y de “filosofía” constituida, en su mayor parte, por los fondos de Ashmole, a los que se añadieron los legados por Sir William Dugdale, John Aubrey y Martín Lister; y en el sótano, el laboratorio de química, el primero de Oxford.

La Universidad nombró al Dr Robert Plot (1640-1696), por otra parte secretario de la Royal Society, primer conservador del Ashmoleam Museum, y le confió igualmente una cátedra de profesor de química. Las presiones ejercidas por la Iglesia anglicana habían impedido la creación de una cátedra Ashmole específicamente dedicada a la química y a la historia natural.

Durante cerca de un siglo y medio, la institución debía conservar su papel de centro de enseñanza de química, anatomía, astronomía, zoología y botánica. En 1845, se construyó un nuevo edificio en Beaumont Street, por Charles Cockerell, que sería ampliado en 1896 con la extensión Fortnum. Desde 1889, detenta el nombre de Ashmolean Museum. El edificio inicial se ha vuelto a rehabilitar como museo de historia de la ciencia, y las colecciones de manuscritos y de impresos han sido transferidas desde 1860 a la Bodleian Library.

Elías Ashmole dejó a sus contemporáneos la imagen de un hombre de carácter irreprochable, de una beneficencia discreta y con conocimientos científicos ciertos. Frances A. Yates, en su obra The Rosicrucian Enlightenment (1972) [El Iluminismo Rosacruz, FCE México 1999], traza por otra parte, p. 235, el siguiente retrato:

“... un monárquico fiel que vivió retirado durante la Guerra Civil y el Commonwealth saciando sus múltiples pasiones; alquimista, anticuario, coleccionista asiduo de testimonios del pasado, las raíces de Ashmole se hallaban en el universo hermético cuando las nuevas ciencias aparecieron. Su interés por la alquimia no estaba pasado de moda sino que reflejaba la impetuosa primavera de esta disciplina en el siglo XVII.”

Las cualidades de Ashmole le permitieron frecuentar personajes importantes, como lo confirma su amistad con William Sancroft, arzobispo de Canterbury desde 1677 hasta su destitución en 1691 y uno de los maestros de obra de la catedral de San Pablo, así como con el duque de Norfolk o el duque de Lauderdale (1616-1682), Lord Alto Comisario en Escocia de 1669 a 1680.

Si aparece bajo la pluma de su biógrafo, el Dr Campbell, con los rasgos de un eminente filósofo, químico y anticuario, se hace necesario sin embargo entender estos términos en el marco del siglo XVII. Así, los calificativos de “químico” y de “alquimista” eran casi sinónimos y Ashmole aparece más como un vulgarizador que como un auténtico sabio. Igualmente, el término “anticuario” designa un espíritu curioso y entusiasta cuya concepción de la historia reposa ante todo en los diversos documentos que ha reunido laboriosamente.

Además, el pastor James Anderson, en la segunda edición de sus Constituciones en 1738 (tercera parte, Historia de la Masonería en Gran Bretaña desde la Unión de las dos Coronas hasta hoy, cap. 1. El estilo de Augusto en Inglaterra desde la Unión de las Coronas en 1603 hasta la Restauración de 1660), menciona brevemente, p. 100, su pertenencia masónica:

“Pero incluso durante esas guerras, los masones se reunieron ocasionalmente en diversos lugares: así Elías Ashmole escribe, p. 15 de su Journal: fui recibido franc- masón en Warrington, Lancashire, así como el coronel Mainwaring, por Richard Penket, Vigilante de los Compañeros (sigue la lista) el 16 de octubre de 1646.”

Por fin, puede ser interesante subrayar la ligereza con la que un texto francés de finales del siglo XVIII, conservado en la Biblioteca Municipal de Chartres, Notice sur la Franche-Maçonnerie, da cuenta de la recepción de Ashmole:

“En 1679, Henry Bernet siendo G.M., el célebre Elías Ashmole, filósofo, químico y anticuario distinguido, fundador del museo de Afort, fue recibido mas. Este hace en sus memorias el elogio más completo de la sociedad de la que era miembro, confirmando todo lo que es referido aquí arriba sobre la antigüedad, la ciencia, y los misterios de la sana moral de la más.”

Traducción: Miguel A. Aguirre


BIBLIOGRAFÍA

 

·         Ashmole Returns. Masonic Square, vol. XXII, Nº4, Diciembre 1997, pp. 220-221.

·         Dictionary of National Biography, London, Smith, Elder and Co., vol. II, 1885, Artículo: Ashmole Elias

·         (pp. 172-174), vol. III, 1886; artículo: Campbell John (pp. 373-375).

·         Anderson's Constitutions of 1738 – Un facsímile del texto original con comentarios por Lewis EDWARD y W.J. HUGHAN, The Masonic Book Club, Bloomington, Ilinois, 1978.

·         BAIGENT Michael, Freemasonry, Hermetic Thought and The Royal Society of London, A.Q.C. 109 (1996), pp. 154-187.

·         BARKER CRYER Revd Nevile, Masonic Halls of England – The North, Ian Allan Regalia Ltd, 1989, 147 pp.; cap. Warrington. The Hall in Elias Ashmole Country”, pp. 108-114.

·         BATHAM Cyril N., (Intervención de), a continuación de la conferencia de Christopher Haffner: The Eighteenth Century Lodge as a school of Architecture, 7 Agosto 1988”, A.Q.C. 101 (1988), p.91.

·         BATHAM Cyril N., The origin of Freemasonry (a new theory), A.Q.C. 106 (1993), pp. 16-50.

·         BIGGIN H., Elias Ashmole (1617-1692) and Speculative Freemasonry in XVII Century England, pp. 24-35, en Transactions of the Manchester Association for Masonic Research, vol. LXXVII, 1987, impreso por la Association by Hirat. Kidd and Rennie Limited. Oldham, 1988.

·         BLONDEL Jean-François. Notice sur la Franche-Maçonnerie Estudio y comentario sobre un manuscrito francés de finales del siglo XVIII, en Travaux de la Loge Nationale de Recherches Villard de Honnecourt, nº 20 (2ª serie), semestre 1º,1990, pp. 47-101 (p. 83).

·         BOSCOW H., The Background to 16 October 1646, A.Q.C. [Ars Quatuor Coronatorum] 102 (1989), pp. 222-223.CARR Harry, (Análisis de la obra del Dr C.H. JOSTEN), Elias Ashmole, F.R.S. (1617-1692), Oxford, The Clarendon Press, 1965, A.Q.C. 65 (1966), pp. 240-249.

·         CHURTON Tobias, Elias Ashmole. A mighty Good Man. A Dragon Films Publication, Lichfield, 1996, 45 páginas.

·         CHURTON Tobias, Making History: Elias Ashmole and the Origins of Speculative Freemasonry Today, 2ª edición, otoño 1997, pp. 13-15.

·         COTTRET Bernard, Histoire d'Angleterre, XVIe-XVIIe siècles, Nouvelle Clio, “L'Histoire et ses problèmes”, PUF, 1996, 339 páginas.

·         GARDINER Juliet and Neil WENBORN (Editors), The History Today Companion to British History, Collins and Brown, 1995, 840 pp. Artículos: Heraldry and Heralds (p. 381); Tradescant, John Senior and Junior (p. 756); Common Please, Curt of (p. 186).

·         HAMILL John, The Craft. A history of English Freemasonry, pp. 30-32, Crucible, The Aquarian press, Thorsons Publishing Group, 1986, 191 páginas.

·         HEY David (Editor), The Oxford Companion to Local and Family History, Oxford University Press, 1996, X + 517 pp. Artículos: Aubrey John (p. 30); Dugdale William, Sir (p. 140); Plot Robert (p. 359).

·         HILL C.P., Who's Who in Stuart Britain, Shepheard-Walwyn, 1988, 466 páginas. Artículos: Elias Ashmole (p. 277); William Sancroft (pp. 274-275); John Maitland, 2nd and 1st Duke of Lauderdale (pp. 301-304); John Aubrey (pp. 274-275); Sir William Dugdale (pp. 276-277); Edward Hyde, 1st Earl of Clarendon (pp. 100-103).

·         HOLMES Geoffrey, The Making of a Great Power. Late Stuart and Early Georgian Britain (1660- 1722). Foundations of Modern Britain, Longman, 1993, XV + 382 páginas.

·         JACKSON A.C.F., Rosicrucianism and its effect on Craft Masonry, A.Q.C. 97 (1984), pp. 115-150.

·         LAMOINE Georges, Les Constitutions d'Anderson. Traductions sur les textes de 1723 et 1738, Editions SNES, Toulouse, 1995, 185 páginas.

·         MORILL John (Editor), The Oxford Illustrated History of Tudor and Stuart Britain, Oxford University Press, 1996, XV + 487 páginas.

·         OUSBY Ian (Editor), The Cambridge Guide to Literature in English, Cambridge University Press, 1993, 1072 páginas. Artículos: Ashmole, Elias (p. 39); Aubrey, John (pp. 42-43); Dugdale, Sir William (p. 281); Lilly, William (p. 558); Selden, John (p. 842).

·         PARRY Graham, The Trophies of Time – English Antiquarians of the Seventeenth Century, Oxford University Press, 1995, XI + 382 páginas.

·         ROGERS Norman, The Lodge of Elias Ashmole, 1646, A.Q.C. 65 (1952), pp. 35-53.

·         SANDBACH Richard, The Origin of Species – The Freemason, A.Q.C. 108 (1995), pp. 48-80.

·         SMITH Alan G.R., The Emergence of a Nation State – The Commonwealth of England – 1592-1660, Foundations of Modern Britain, Longman, 1984, XIII + 479 páginas.

·         WRIGHT Dudley, Elias Ashmole, Founder of the Ashmolean Museum, Achimist, Archeologist, Historian and Freemason, en The Freemason (pp. 5-35)., 21 Earington Avenue, London EC4, Great Britain (artículo amablemente comunicado por el secretario de la Logia “Elias Ashmole Nº 5128”, Warrington, Provincia del West Lancashire, Gran Logia Unida de Inglaterra).

·         A publicarse: PAGE Brian (Pasado Diputado Bibliotecario y Conservador de la Gran Logia Unida de Inglaterra): Elias Ashmole, the first recorded English Freemason, Prestonian Lecture for 1998, Grand Loge News, 10 diciembre 1997, p. 2

Wednesday, August 4, 2021

Los Misterios Antiguos t Las Sociedades Secretas que han Influido en el Simbolismo Masónico Moderno - Manly P. Hall

 

II

LOS MISTERIOS ANTIGUOS Y LAS SOCIEDADES SECRETAS QUE HAN INFLUIDO EN EL SIMBOLISMO MASÓNICO MODERNO

 

 


LAS ENSEÑANZAS SECRETAS DE TODOS LOS TIEMPOS 

MANLY P. HALL

 

PRIMERA PARTE

 

Cuando tienen que hacer frente a un problema que exige aplicar la facultad de razonamiento, las personas inteligentes no pierden el aplomo y tratan de encontrar una solución buscando datos que tengan que ver con la cuestión. En cambio, ante un problema similar. las de mentalidad inmadura se abruman.

Es posible que aquellas estén capacitadas para resolver el enigma de su propio destino; a estas. en cambio, hay que conducirlas como a un rebaño de ovejas y hay que enseñarles en un lenguaje sencillo. Dependen casi exclusivamente de los cuidados del pastor. El apóstol san Pablo decía que a estos niños había que alimentarlos con leche, mientras que la carne es la comida de los hombres fuertes. La irreflexión es casi sinónimo de puerilidad , mientras que la reflexión simboliza la madurez.

Hay, no obstante, muy pocas mentes maduras en el mundo y por eso las doctrinas filosófico-religiosas de los paganos se dividieron para satisfacer las necesidades de estos dos grupos fundamentales del intelecto humano: uno, filosófico y el otro, incapaz de apreciar los misterios más profundos de la vida. A los pocos capaces de discernir les fueron reveladas las enseñanzas esotéricas o espirituales.  mientras que la mayoría incompetente recibió solo las interpretaciones literales o exotéricas.

A fin de simplificar las grandes verdades de la naturaleza y los principios abstractos de la ley natural, las fuerzas vitales del universo se personificaron y se transformaron en los dioses de las mitologías antiguas. Mientras las multitudes ignorantes presentaban sus ofrendas ante los altares de Príapo y de Pan (divinidades que representan las energías de la procreación). los sabios reconocían en aquellas estatuas de mármol meras concreciones simbólicas de grandes verdades abstractas.

En todas las ciudades del mundo antiguo había templos para el culto y las ofrendas del público y en todas las comunidades había también filósofos y místicos muy versados en las tradiciones naturales que solían reunirse y formar escuelas filosóficas y religiosas cerradas. Los más importantes de aquellos grupos se conocían con el nombre de <<Misterios». Muchos de los grandes cerebros de la Antigüedad fueron iniciados en aquellas fraternidades secretas mediante ritos extraños y misteriosos, algunos de los cuales eran sumamente crueles. Alexander Wilder define los Misterios como «obras dramáticas sagradas que se representaban en momentos señalados. Los más famosos eran los de Isis, Sabazios, Cibeles y Eleusis.» Una vez admitidos, se instruía a los iniciados en la sabiduría secreta que se había preservado durante siglos. Platón, iniciado en una de estas órdenes secretas, fue muy criticado, porque en sus obras reveló muchos de los principios filosóficos secretos de los Misterios.

Todas las naciones paganas han tenido y tienen no solo su religión oficial, sino también otra a la cual solo han podido acceder los filósofos elegidos. Muchos de estos cultos antiguos desaparecieron de la faz de la tierra sin revelar sus secretos, aunque unos cuantos han sobrevivido la prueba del tiempo y sus símbolos misteriosos todavía se conservan. Buena parte del ritualismo de la masonería se basa en las pruebas a las que los hierofantes antiguos sometían a los candidatos antes de confiarles las llaves de la sabiduría.

Pocos se dan cuenta de hasta qué punto las antiguas escuelas se­ cretas han influido en los intelectos contemporáneos y, a través de ellos, en la posteridad. Robert Macoy, del grado 33, en su General History, Cyclopedia and Dictionary of Freemasonry, rinde un homenaje espléndido al papel que han desempeñado los antiguos Misterios en la construcción del edificio de la cultura humana. Dice, en parte: «Parece que toda la perfección de la civilización y todos los avances de la filosofía, la ciencia y el arte entre los antiguos se deben a aquellas instituciones que, bajo el velo del misterio, intentaban poner de manifiesto las verdades más sublimes de la religión, la moralidad y la virtud y estamparlas en el corazón de sus discípulos. [...] Su objetivo principal era enseñar la doctrina de un Dios único, la resurrección del hombre a la vida eterna, la dignidad del alma humana y conducir a las personas para ver la sombra de la divinidad en la belleza, la magnificencia y el esplendor del universo».

Con la decadencia de la virtud, que ha precedido a la destrucción de todas las naciones de la historia, los Misterios fueron degenerando. La hechicería sustituyó a la magia divina. Se introdujeron prácticas indescriptibles (como las bacanales) y se impuso la perversión, porque las instituciones no pueden ser mejores que los miembros que las componen. Desesperados, los pocos fieles que quedaban trataron de evitar que las doct1inas secretas cayeran en el olvido. En algunos casos lo consiguieron. pero la mayoría de las veces los arcanos se perdieron y solo se conservó la cáscara vacía de los Misterios.

Thomas Taylor ha escrito lo siguiente: «El hombre es, por naturaleza, un animal religioso». Desde los albores de su conciencia, el hombre ha adorado y reverenciado objetos como símbolos del Objeto invisible, omnipresente e indescriptible con respecto al cual no podía descubrir prácticamente nada. Los Misterios paganos se opusieron a los cristianos durante los primeros siglos de su iglesia y declararon que, para la nueva fe (el cristianismo). la virtud y la integridad no eran requisitos para la salvación. Celso exponía su opinión cáustica sobre el tema en los siguientes términos:

Que. sin embargo. no acuso a los cristianos con mayor amargura que la que impone la verdad se puede conjeturar de lo siguiente, porque quienes convocan a los hombres a otros misterios proclaman: «Que se acerquen aquellos que tengan las manos limpias y que pronuncien palabras sabias». Asimismo, otros proclaman: «Que se acerquen los puros de toda maldad. aquellos cuya alma no sea consciente de ningún mal y que lleven una vida justa y recta». Tales cosas proclaman los que prometen la purificación de todo error. Oigamos ahora quiénes son llamados a los misterios cristianos: los pecadores. los insensatos, los simples y, en síntesis, los que   lloran; ellos recibirán el reino de Dios. ¿No llamáis, acaso, al pecador, a1 injusto, al ladrón, a1 brujo, al sacrílego o al profanador de tumbas? ¿A quiénes más tendría que llamar el que convoca para reunir a Lodos los ladrones?

Celso no arremetía contra la fe verdadera de los primeros místicos cristianos, sino contra las formas falsas que ya se estaban introduciendo en su época. Los ideales del cristianismo primitivo se basaban en los elevados principios morales de los Misterios paganos y los primeros cristianos que se reunían bajo la ciudad de Roma usaban como lugar de culto los templos subterráneos de Mitra, de cuyo culto procede la mayor parte del sacerdotalismo de la Iglesia actual.

Los filósofos antiguos creían que nadie puede vivir de forma inteligente si no posee un conocimiento fundamental de la naturaleza y de sus leyes. Para poder obedecer. el hombre tiene que comprender y los Misterios se dedicaban a enseñar a los hombres el funcionamiento de la ley divina en la esfera terrestre. Eran pocos los cultos primitivos que realmente adoraban a divinidades antropomórficas, aunque su simbolismo pudiera inducirnos a pensar lo contrario. Eran más moralistas que religiosos y más filosóficos que teológicos. Enseñaban al hombre a usar sus facultades con más inteligencia, a ser pacientes ante la adversidad, a tener valor ante el peligro, a mantenerse fieles ante las tentaciones y, sobre todo, a pensar que una vida digna era el mejor sacrificio que podían ofrecer a Dios y que su cuerpo era un altar sagrado para la divinidad.

El culto al sol desempeñaba un papel importante en casi todos los Misterios paganos primitivos. lo cual indica la probabilidad de que se originaran en la Atlántida, cuyos habitantes eran adoradores del sol. La divinidad solar se solía representar como un joven hermoso, de largos cabellos dorados, como símbolo de los rayos del sol. Aquella divinidad solar dorada era asesinada por rufianes malvados que personificaban el principio de la maldad del universo. Por medio de determinados rituales y ceremonias que simbolizaban la purificación y la regeneración, aquel maravilloso dios del bien volvía a la vida y se convertía en el salvador de su pueblo. Los procesos secretos que permitían su resurrección simbolizaban aquellas culturas mediante las cuales el hombre consigue superar su naturaleza inferior, dominar sus apetitos y manifestar el lado más elevado de sí mismo. Los Misterios se organizaban con el propósito de ayudar a la criatura humana en apuros a volver a despertar los poderes espirituales que, rodeados por el círculo maldito de la lujuria y la degeneración. dormían en su alma. En otras palabras, se brindaba al hombre una manera de recuperar el estado que había perdido. (Véase la ópera Sigfrido de Wagner.)

En el mundo antiguo. casi todas las sociedades secretas eran filosóficas y religiosas. Durante el medioevo, eran fundamentalmente religiosas y políticas, aunque se mantuvieron algunas escuelas filosóficas. En la época actual, las sociedades secretas de los países occidentales son principalmente políticas o fraternales, aunque en algunas de ellas, como la masonería, sobreviven aún los antiguos principios religiosos y filosóficos.

Por una cuestión de espacio no podemos hacer un análisis detallado de las escuelas secretas. Realmente ha habido montones de aquellos cultos antiguos, con ramas en todas parles del mundo oriental y del occidental. Algunas. como las de Pitágoras y los herméticos, muestran una marcada influencia oriental, mientras que los rosacruces, según proclaman ellos mismos, obtuvieron de los místicos árabes la mayor parte de su sabiduría. Aunque las escuelas mistéricas por lo general se asociaban con la civilización. hay pruebas de que Los pueblos menos civilizados de la época prehistórica las conocían. Los nativos de islas remotas, muchos de los cuales vivían según las formas menos evolucionadas de salvajismo, poseen rituales místicos y prácticas secre tas que, aunque primitivos, muestran claros tintes masónicos.

 

LOS M1STERIOS DRUÍDICOS DE BRITANIA Y LA GALIA

En algún período remoto, los habitantes originales y primitivos de Britania revivieron y reformaron sus instituciones nacionales. Hasta entonces, su sacerdote o instructor había recibido simplemente el nombre de Gwydd, pero consideraron que se había vuelto necesario dividir su cometido entre el sacerdote nacional o supremo y otro con una influencia más limitada. A partir de entonces. aquel se convirtió en el Der-Wydd (druida) o instructor superior y leste en el) Go-Wydd u 0-Vydd (vate), el instructor subordinado; los dos respondían al nombre general de Beirdd (bardos) o maestros de la sabiduría. A medida que el sistema fue madurando y creciendo. el orden de los bardos pasó a estar compuesto por tres clases: los druidas. los Beirdd Brainr o bardos privilegiados y los vates. (Véase The Costume of The Original Inhabitants of The British Islands de Samuel Meyrick y Charles Smith.)

El origen de la palabra «druida» es objeto de controversia. Max Müller cree que, como la palabra irlandesa drui, significa «el hombre de los robles». Además, llama la atención al hecho de que los griegos llamaban dryades a los dioses de los bosques y las divinidades de los árboles. Algunos creen que la palabra tiene origen teutónico y otros la atribuyen a los galeses. Unos pocos la remontan al gaélico druidh, que significa «hombre sabio» o «hechicero». En sánscrito, la palabra dru quiere decir «árbol».

En tiempos de la conquista romana, los druidas estaban perfectamente instalados en Britania y la Galia. No se cuestionaba el poder que tenían sobre el pueblo y ha habido casos en los que unos ejércitos que estaban a punto de atacarse envainaron sus espadas cuando así se lo ordenaron los druidas de blancas vestiduras. Ninguna empresa de gran importancia comenzaba sin la colaboración de estos patriarcas, que actuaban como mediadores entre los dioses y los hombres. Merecidamente, se atribuye a la orden druídica un conocimiento profundo de la naturaleza y sus leyes. Según la Enciclopedia Británica. la geografía, las ciencias físicas, la teología natural y la astrología eran sus estudios preferidos. Los druidas tenían conocimientos básicos de medicina. en particular del uso de plantas medicinales. También se ha hallado instrumental quirúrgico rudimentario en Inglaterra e irlanda. En un curioso tratado sobre la medicina británica primitiva se establece que todos los que la practicasen habían de contar con un jardín o un patio donde cultivar ciertas hierbas necesarias para su profesión. Éliphas Lévi, el célebre trascendentalita, hace la siguiente afirmación significativa:

Los druidas eran sacerdotes y médicos, curaban por magnetismo y cargaban amuletos con su influencia fluida. Sus remedios universales eran el muérdago y los huevos de serpiente, porque estas sustancias atraen la luz astral de una forma especial. La solemnidad con la que cortaban el muérdago atraía hacia esta planta la confianza popular y le otorgaba gran poder magnético. [...] Algún día, el avance del magnetismo nos revelará las propiedades absorbentes del muérdago y entonces comprenderemos el secreto de estas plantas mullidas que extraían las virtudes desaprovechadas de los vegetales y se recargaban de tinturas y sabores. Una ciencia médica que será nueva porque es vieja utilizará con conocimiento de causa las setas, las trufas, las agallas de los árboles y los diferentes tipos de muérdago [...]. pero no se debe avanzar más rápido que la ciencia, que retrocede para poder avanzar más. (Véase Historia de la magia.)

El muérdago no solo era sagrado como símbolo del remedio universal o panacea. sino también porque crecía en el roble. A través del símbolo del roble, los druidas adoraban a la Divinidad Suprema y, por consiguiente, todo lo que creciera en este árbol era sagrado para Ella. En determinadas épocas del año, según la posición del sol, la luna y las estrellas, el archidruida trepaba al roble y cortaba el muérdago con una hoz dorada destinada a tal fin. La planta parásita se envolvía en telas blancas que se utilizaban precisamente para la ocasión: para que no tocara la tierra y se contaminara con las vibraciones terrestres. Por lo general se sacrificaba un toro blanco debajo del árbol.

Los druidas eran iniciados de una escuela secreta que existía entre ellos. Esta escuela, muy semejante a los Misterios báquicos y los eleusinos de Grecia o a los ritos egipcios de Isis y Osiris. se designa justamente con el nombre de «Misterios druídicos». Mucho se ha especulado con respecto a la sabiduría secreta que los druidas afirmaban poseer. Sus enseñanzas secretas no se escribieron jamás, sino que se transmitían de forma oral a los candidatos preparados especialmente. Robert Brown, del grado 32, opina que los sacerdotes británicos obtuvieron su información de los navegantes tirios y fenicios que, miles de años antes de la era cristiana, establecieron colonias en Britania y la Galia mientras buscaban estaño. Thomas Maurice, en su Indian Antiquities, diserta largamente sobre las expediciones fenicias, cartaginesas y griegas que iban a las islas Británicas en busca de estaño. Otros opinan que los Misterios celebrados por los druidas eran de origen oriental. posiblemente budista.

La proximidad de las islas Británicas a la Atlántida perdida puede explicar el culto solar, que desempeña un papel importante en los rituales del druidismo. Según Artemidoro. en una isla cercana a Gran Bretaña adoraban a Ceres y a Perséfone con ritos y ceremonias similares a los de Samotracia. No cabe duda de que el panteón druídico incluye gran cantidad de deidades griegas y romanas, lo cual dejó pasmado a César durante su conquista de Britania y la Galia y lo hizo afirmar que aquellas tribus adoraban a Mercurio, Apolo, Marte y Júpiter de una manera similar a La de los países latinos. Es casi seguro que los Misterios druídicos no son autóctonos de Britania ni de la Galia. sino que emigraron de alguna de las civilizaciones más antiguas.

La escuela de los druidas se dividía en tres partes distintas y las enseñanzas secretas que representaban son prácticamente las mismas que los misterios ocultos tras las alegorías de la Logia Azul masónica. La inferior de estas tres divisiones era la del vate (ovydd), un grado honorario que no requería ninguna purificación ni preparación especial. Los vates vestían de verde, el color druídico del conocimiento. y tenían que saber un poco de medicina. astronomía, poesía -en la medida de lo posible- y a veces música. Un vate era una persona admitida en la orden druídica por su excelencia general y su conocimiento superior acerca de los problemas de la vida.

La segunda división era la del bardo (beirdd), cuyos miembros vestían de azul celeste para representar la armonía y la verdad. Les correspondía La tarea de memorizar, al menos en parte, los veinte mil versos de la poesía sagrada druídica. A menudo se los representaba con el arpa primitiva británica o irlandesa, un instrumento cuyas cuerdas eran de cabello humano, tantas como costillas había de un lado del cuerpo humano. Aquellos bardos se elegían a menudo como maestros de los candidatos a ingresar en los Misterios druídicos. Los neófitos llevaban trajes a rayas azules. verdes y blancas, los colores sagrados de la orden druídica.

La tercera división era la de los druidas (derwyddon), cuya tarea específica consistía en ocuparse de las necesidades religiosas de la población. Para alcanzar esta dignidad, los candidatos primero tenían que llegar a ser bardos privilegiados. Los druidas iban siempre vestidos de blanco: era símbolo de su pureza y el color que ellos usaban para simbolizar el sol.

Para alcanzar la posición elevada de archidruida, o jefe espiritual de la organización, el sacerdote tenía que superar los seis grados sucesivos de la orden druídica. (Los miembros de los distintos grados se distinguían por el color de su faja, porque todos llevaban vestiduras blancas.) Algunos autores opinan que el título de archidruida era hereditario y que pasaba de padres a hijos, aunque es más probable que el honor se concediera por votación. Su titular era elegido entre los miembros más sabios de los grados druídicos superiores, por sus virtudes y su integridad.

Según James Gardner, en Britania solía haber dos archidruidas: uno residía en la isla de Anglesey y el otro en la isla de Man. Se supone que había otros en la Galia. Estos dignatarios por lo general llevaban un cetro dorado y una corona de hojas de roble como símbolo de su autoridad. Los miembros más jóvenes de la orden druídica iban afeitados y vestidos modestamente, mientras que los más ancianos llevaban largas barbas canosas y espléndidos adornos dorados. Como el sistema educativo de los druidas británicos superaba al de sus colegas del continente europeo, muchos jóvenes galos eran enviados a escuelas druídicas en Britania para recibir instrucción filosófica.

Éliphas Lévi afirma que los druidas vivían en rigurosa abstinencia, estudiaban las ciencias naturales, guardaban el secreto más estricto y solo admitían nuevos miembros después de prolongados períodos de prueba. Muchos de los sacerdotes de la orden vivan en edificios bastante similares a los monasterios actuales. Se reunían en grupos, como los ascetas del Lejano Oriente. Aunque el celibato no era obligatorio, pocos contraían matrimonio.

Muchos de los druidas se retiraban del mundo y vivían como ermitaños en cuevas, en casas toscas de piedra o en pequeñas chozas en medio de algún bosque, donde oraban y meditaban y de las que solo salían para cumplir sus obligaciones religiosas.

En su Ten Great Religions, James Freeman Clarke describe como sigue las creencias de los druidas: «Los druidas creían en tres mundos y en la transmigración de uno a otro: un mundo superior a este, en el cual reinaba la felicidad; un mundo inferior, de desdicha, y el estado actual.

Esta transmigración servía para castigar y recompensar y también para purificar el alma. En el mundo presente -decían-, el Bien y el Mal están tan bien equilibrados que el hombre tiene la máxima libertad y puede elegir o rechazar ambos. Las triadas galesas nos cuentan que la metempsicosis tenía tres propósitos: reunir en el alma las propiedades de todo el ser, adquirir el conocimiento de todas las cosas y conseguir poder para vencer al mal.

También hay – dicen – tres tipos de conocimiento: el conocimiento del nombre de cada cosa, el de su causa y el de su influencia. Hay tres cosas que decrecen constantemente: la oscuridad, la falsedad y la muerte, hay tres que crecen constantemente: la luz, la vida y la verdad»

Como casi todas las escuelas de los Misterio, las enseñanzas de los druidas se dividían en dos partes diferenciadas. La más sencilla, un código moral, se enseñaba a todo el mundo, mientras que la doctrina esotérica, más profunda, solo se presentaba a los sacerdotes iniciado. Para ingresar en la orden, el candidato tenía que ser de buena familia y de moral intachable.

No se le confiaban secretos importantes hasta que no hubiese sido tentado de muchas formas y la fortaleza de su carácter no hubiese sido sometida a dura pruebas. Lo druida enseñaron a los pueblos de Britania y la Galia acerca de la inmortalidad del alma. Creían en la transmigración y, aparentemente, en la reencarnación. Pedían prestado en una vida y prometían devolver en la siguiente. Creían en un infierno purificador en el que expiarían sus pecados para pasar después a la felicidad de la unidad con los dioses.

Los druidas enseñaban que todos los hombres se salvarían. pero que algunos debían regresar a la tierra varias veces para aprender las lecciones de la vida humana y para vencer el mal inherente en su propia naturaleza.

 


Antes de que se confiaran a un candidato la doctrina secreta de lo druidas, tenía que jurar guardar el secreto. Aquella doctrina y transmitían solo en la profundidad del bosque y en la oscuridad de las cuevas. En aquellos sitios poco frecuentados se instruía al neófito acerca de la creación del universo, las personalidades de los dioses, las leyes de la naturaleza. los secretos de la medicina oculta, los misterios de los cuerpos celestes y los rudimentos de la magia y la hechicería. Los druidas tenían gran cantidad de días festivos. La luna nueva y la llena y el sexto día de la luna eran períodos sagrados. Se cree que las iniciaciones solo se celebraban durante los dos solsticios y los dos equinoccios. Al amanecer del vigesimoquinto día de diciembre se celebraba el nacimiento de la divinidad solar.

Según algunos, las enseñanzas secretas de los druidas están teñidas de la filosofía pitagórica. Los druidas tenían una virgen madre con un niño en los brazos que era sagrada para sus Misterios y su divinidad solar resucitaba en la misma época del afio en la que los cristianos actuales celebran la Pascua.

Tanto la cruz como la serpiente eran sagradas para los druidas. que. para hacer la primera, cortaban todas las ramas de un roble y sujetaban una de ellas al tronco para formar la letra te. Aquella cruz de roble se convirtió en símbolo de su divinidad suprema. También adoraban al sol, la luna y las estrellas. La luna era objeto de especial veneración. César afirmaba que Mercurio era uno de los dioses principales de los galos. Se supone que los druidas adoraban a Mercurio con la apariencia de un cubo de piedra. También sentían gran veneración por los espíritus de la naturaleza (hadas, gnomos y ondinas), pequeñas criaturas de los bosques y los ríos a los que hacían muchas ofrendas. A continuación. la descripción de los templos de los druidas que hace Charles Heckethorn en The Secret Societies of Ali Ages & Countries:

Los templos en los que conservaban el fuego sagrado por lo general estaban situados en promontorios y en robledales espesos; los había de diversas formas: circulares, porque el círculo es el símbolo del universo: ovalados. en referencia al huevo mundano, del cual surgieron, según la tradición de numerosas naciones, el universo o, según otras, nuestros primeros padres; serpenteante, porque la serpiente era el símbolo de Hu, el Osiris druídico; cruciforme, porque la cruz es un emblema de regeneración, o alado, para representar el movimiento del espíritu divino. [...] Sus divinidades principales se podían reducir a dos: una masculina y una femenina, el gran padre y la gran madre, Hu y Ceridwen, que reúnen las mismas características que Osiris e Isis. Baco y Ceres o cualquier otra pareja de dioses supremos que representen los dos principios de todo ser.

Godfrey Higgins afirma que Hu, el Poderoso, considerado el primer poblador de Britania, procedía de un lugar que las tríadas galesas llaman «el país del verano»», donde actualmente está situada Constantinopla. Albert Pike dice que la Palabra Perdida de la masonería está oculta en el nombre del dios druida Hu, la escasa información existen­ te acerca de las iniciaciones secretas de los druidas indica una marcada similitud entre su escuela mistérica y las de Grecia y Egipto. Hu, la divinidad solar. fue asesinado y. tras pasar por una candad de pruebas extrañas y rituales místicos, recuperó la vida.

Había tres grados en los Misterios druídicos, pero eran pocos los que los superaban todos. Se enterraba al candidato en un ataúd, como símbolo de la muerte de la divinidad solar. Sin embargo, la prueba suprema consistía en echarlo al mar en una barca abierta. Muchos perdieron la vida en esta prueba. Taliesin, un erudito antiguo que pasó por todos los Misterios, describe la iniciación de la barca abierta en The Origin of Pagan Idolatry de Faber. Se decía que los pocos que superaban aquel tercer grado habían «nacido otra vez» y que les enseñaban las verdades secretas y ocultas que los sacerdotes druidas conservaban desde la Antigüedad. De aquellos iniciados salieron muchos de los dignatarios del mundo religioso y político británico. (El lector encontrará los pormenores en The Origin of Pagan Idolatry de Faber, Moral y dogma del rito escocés antiguo y aceptado de Albert Pike y The Celcic Druids de Godfrey Higgins.)

 

LOS RITOS DE MITRA


Cuando los Misterios persas inmigraron al sur de Europa, no tardaron en ser asimilados por la mentalidad latina y el culto creció rápidamente, sobre todo entre los soldados romanos; durante las guerras de conquista romanas. los Legionarios llevaron aquellas enseñanzas por casi toda Europa. El culto a Mitra llegó a hacerse tan poderoso que como mínimo un emperador romano fue iniciado en la orden, que se reunía en cavernas bajo la ciudad de Roma. Con respecto a la difusión de esta escuela rnistérica por distintas partes de Europa, afirma C. W. King en The Gnostics and Their Remains:

Aún abundan los bajorrelieves mitraicos tallados en rocas o en tablillas de piedra en los países que antes pertenecían a las provincias occidentales del Imperio romano; existen varios en Alemania. muchos más en Francia y en esta isla (Gran Bretaña) se han descubierto a menudo en la línea de la muralla de Adriano. además de uno célebre que está en Bath.

Alexander Wilder. en su Philosophy and Ethics of the Zoroaster , sostiene que Mitra es el nombre zendo del sol y que se supone que viva dentro de su esfera brillante. Mitra tiene un aspecto masculino y otro femenino, aunque él mismo no es andrógino. Por una parte, es el señor del sol, poderoso y radiante, y el más magnífico de los yazata (los izad o genio del sol). Por la otra, esta divinidad representa el principio femenino y el universo mundano se reconoce como símbolo suyo. Representa a la naturaleza como receptiva y terrestre, que solo fructifica cuando la baña la gloria de la esfera solar. El culto mitraico es una simplificación de las enseñanzas más compleja de Zaratustra  (Zoroastro),  el mago persa del fuego.

Según los persas, en la eternidad coexistían dos principios. El primero de ellos, Ahura-Mazda u Ormuz, era el espíritu del Bien.  De Ormuz salieron una serie de jerarquías de espíritu buenos y hermoso (ángeles y arcángeles). El segundo de estos principios eternos se llamaba Ahrimán y también era un espíritu puro y hermoso, pero más adelante se rebeló contra Ormuz, celo o de su poder. Sin embargo, esto no ocurrió hasta después de que Ormuz creara la luz, porque previamente Ahrimán no había ido consciente de la existencia de Ormuz. Debido a sus celos y su rebeldía, Ahrimán se convirtió en el espíritu del Mal y, a partir de sí mismo, diferenció huestes de criaturas destructivas para hacer daño a Ormuz.

Cuando Ormuz creó la tierra, Ahrimán se introdujo en sus peores elementos Cada vez que Ormuz hacía algo bueno. Ahrirnán ponía en él el   principio   de   la maldad.

Finalmente, cuando Ormuz creó la raza humana, Ahrimán se encarnó en la naturaleza inferior del hombre, de modo que, en cada personalidad, el espíritu del Bien y el espíritu del Mal luchan por el control. Durante tres mil años. Ormuz gobernó los mundos celestiales con la luz y la bondad; después creó al hombre y, durante tres mil años más, lo dirigió con sabiduría e integridad, pero entonces comenzó el poder de Ahrimán y la lucha por el alma humana continúa durante los tres mil años siguientes. Durante el cuarto período de tres mil años, el poder de Ahrirnán será destruido. El Bien volverá otra vez a la tierra, la maldad y la muerte serán derrotadas y finalmente el espíritu del Mal se inclinará humildemente ante el trono de Ormuz. Mientras Ormuz y Ahrimán luchan por controlar el alma humana y por la supremacía en la naturaleza, Mitra, el dios de la inteligencia, se interpone entre los dos como mediador. Muchos autores han reparado en la similitud entre el mercurio y Mitra. Del mismo modo en que el mercurio químico actúa como disolvente (según los alquimistas), Mitra trata de establecer la armonía entre los dos antagonistas celestes.

Existen muchas similitudes entre el cristianismo y el culto a Mitra. Uno de los motivos es, probablemente, que los místicos persas invadieron Italia durante el siglo r después de Cristo y durante los primeros años de su historia los dos cultos estuvieron muy unidos. He aquí lo que afirma la Enciclopedia Británica acerca de los misterios mitraicos y los cristianos:

El espíritu fraternal y democrático de las primeras comunidades y su origen humilde; la identificación del objeto de adoración con la luz y el sol: las leyendas de los pastores con sus dones y la adoración. el diluvio y el arca; la representación artística del carro de fuego y la extracción de agua de las piedras; el uso de campanas y velas, agua bendita y la comunión; la santificación del domingo y del 25 de diciembre; la insistencia en la conducta moral, el énfasis que ponían en la abstinencia y el autocontrol: la doctrina del cielo y el infierno, de la revelación primitiva. de la mediación del Logos que emana ele lo divino. el sacrificio expiatorio. la lucha constante entre el bien y el mal y el triunfo final de aquel. la inmoralidad del alma. el juicio final. la resurrección de la carne y la destrucción del universo por el fuego son algunas de las similitudes que. reales o tan solo aparentes. permitieron al mitraísmo prolongar su resistencia al cristianismo.

 

Los Misterios de Mitra y la Cámara subterránea de San Clemente


Los ritos de Mitra se celebraban en cuevas. Porfirio, en La gruta de las ninfas, afirma que Zaratustra (Zoroastro) fue el primero que consagró una gruta para adorar a Dios, porque una caverna simboliza la tierra o el mundo inferior de la oscuridad. John P. Lundy, en su Monumental Christianiry. describe la cueva de Mitra con las siguientes palabras:

Sin embargo, esta cueva estaba adornada con los signos del Zodíaco, Cáncer y Capricornio. Los solsticios de verano e invierno eran los que más llamaban la atención, como las puertas de las almas que descendían a esta vida o salían de ella para ascender hacia los dioses: Cáncer era la puerta del descenso y Capricornio, la del ascenso. Estas son las dos vías de los inmortales que suben y bajan de la tierra al cielo y del cielo a la tierra.

Se cree que la llamada «silla de san Pedro», en Roma, se había usado en uno de los Misterios paganos. posiblemente el de Mitra, en cuyas grutas subterráneas se reunían los devotos de los Misterios cristianos en los primeros tiempos de su fe. En Anacalypsis, Godfrey Higgins escribe que, en 1662, mientras se limpiaba aquella silla sagrada de Bar Jonás, se descubrieron en ella los doce trabajos de Hércules y que, posteriormente, los franceses descubrieron en la misma silla la confesión de fe de Mahoma, escrita en árabe.

La iniciación en los ritos de Mitra, como la iniciación en muchas otras escuelas filosóficas antiguas, consistía, aparentemente en tres grados importantes. La preparación para estos grados consistía en la auto purificación, el desarrollo de las capacidades intelectuales y el control de la naturaleza animal. En el primer grado se entregaba al candidato una corona en la punta de una espada y se lo instruía en los misterios del poder oculto de Mitra. Es probable que le enseñaran que la corona dorada representaba su propia naturaleza espiritual, que debía exteriorizar y desarrollar antes de poder glorificar realmente a Mitra, porque Mitra era su propia alma, que actuaba como mediador entre Ormuz. su espíritu, y Ahrimán, su naturaleza animal. En el segundo grado le entregaban la armadura de la inteligencia y la pureza y lo enviaban a la oscuridad de los pozos subterráneos a luchar contra las bestias de la lujuria, la pasión y la degeneración. En el tercer grado le daban una capa con los signos del Zodíaco y otros símbolos astrológicos dibujados o bordados. Una vez acabadas las iniciaciones. lo aclamaban como si hubiese resucitado de entre los muertos, lo instruían en las enseñanzas secretas de los místicos persas y se convertía en miembro hecho y derecho de la orden. Los candidatos que superaban con éxito las iniciaciones mitraicas recibían el nombre de «leones» y se les ponía en la frente la marca de la cruz egipcia. El propio Mitra se representa a menudo con cabeza de león y dos pares de alas. Durante todo el ritual se repetían las referencias al nacimiento de Mitra como divinidad solar, su sacrificio por el hombre, su muerte para que los hombres alcancen la vida eterna y, por último, su resurrección y la salvación de toda la humanidad gracias a su intercesión ante el trono de Ormuz. (Véase Heckethom.)

Aunque el culto a Mitra no alcanzó la altura filosófica que logró Zaratustra, tuvo un efecto trascendental en la civilización del mundo occidental, porque hubo una época en la cual casi toda Europa se había convertido a sus doctrinas. Roma, en sus relaciones con otras naciones, les inoculó sus principios religiosos y en muchas instituciones posteriores se manifiesta la cultura mitraica. Las referencias al «león» y a la «garra del león» en el grado masónico de Maestro tienen un fuerte tinte mitraico y es posible que se originen en este culto. En la iniciación mitraica aparece una escalera de siete travesaños. Faber opina que esta escalera era, originariamente, una pirámide de siete escalones. Es posible que la escalera masónica de siete travesaños se originase en este símbolo mitraico. Nunca se permitió el ingreso de mujeres en la orden mitraica; sin embargo, los niños varones se iniciaban mucho antes de alcanzar la madurez. Es posible que la negativa a permitir el ingreso de mujeres en la masonería se basara en el motivo esotérico que figuraba en las instrucciones secretas de los mitraicos. Este culto es otro ejemplo excelente de aquellas sociedades secretas cuyas leyendas son, en gran medida, representaciones simbólicas del sol y su viaje a través de las casas celestes. Mitra, que surge de una piedra, no es más que el sol que se eleva por encima del horizonte o, como suponían los antiguos, que sale del horizonte en el equinoccio vernal.

John O'Neill cuestiona la teoría de que Mitra fuese una divinidad solar y, en The Night of the Gods, escribe lo siguiente: «El Mitra avestano, el yazata de la luz, tiene “diez mil ojos, es alto, con pleno conocimiento (perethuvaeduyana),es fuerte, no duerme y está siempre en vela (jaghaurvaunghem)”. El dios supremo Ahura Mazda también tiene un solo ojo o, de lo contrario, se dice que “con sus ojos, el sol, la luna y las estrellas, todo lo ve”. La teoría de que Mitra era originariamente un título del dios supremo de los cielos (que expulsaba de la corte al sol) es la única que cumple todos los requisitos. Resulta evidente que aquí tenemos orígenes en abundancia para el ojo de la masonería y su nunquam dormio.» El lector no debe confundir el Mitra persa con el védico. Según Alexander Wilder, «los ritos mitraicos sustituyeron a los Misterios de Baco y se convirtieron en la base del sistema gnóstico, que se impuso durante muchos siglos en Asia, Egipto e incluso en el Occidente remoto».

 

Mitra pertenece a la mitología persa, india y romana



Fuente: Portal Masónico del Guajiro