Friday, September 13, 2019

La Filiación Caballeresca de la Masonería

La Filiación Caballeresca de la Masonería

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La filiación caballeresca de la Masonería fue enunciada el 21 de marzo de 1736 por el caballero escocés Andrew Michael Ramsay, que pronunció un célebre discurso en París con el que difundió la leyenda que une la Masonería con la época de las cruzadas.
El sistema de Ramsay, católico, miembro de la Royal Society y preceptor del príncipe Carlos Estuardo, añadía a los tres grados gremiales los de escocés, novicio y caballero templario.
Tal fue la influencia de su discurso que, en 1782, había ya más de 400 altos grados.
Ello llevó a que este mismo año masones de toda Europa acudieran a la localidad de Wilhemsbad a celebrar un convento para aportar cuantos documentos tuviesen en su poder para examinar la legitimidad estos ritos y de la supuesta filiación con el Temple.
El Régimen Escocés Rectificado se había ido perfilando entre 1774 y 1782 por dos grupos de francmasones de Lyon y Estrasburgo, entre los que sobresale Jean- Baptiste Willermoz.
Respecto a su estructura y simbolismo masónico, las tres fuentes en las que bebe el Régimen Escocés Rectificado son:
  • La Masonería francesa de la época, en la que existía una gran proliferación de grados, que se estructurarían hacia 1786-1787 en un sistema que llevará el nombre de "Rito francés", sin omitir los diversos grados cuya combinación constituye lo que se llama " el escocismo" sintetizados igualmente por Willermoz.
  • El Sistema de Martínez de Pasqually, al que Willermoz reconoció como su Maestro; es decir, la “Orden de los Caballeros Masones Elegidos Coens del Universo".
  • Por último, la Estricta Observancia, llamada aún "Masonería rectificada" o "reformada de Dresde", un sistema alemán en el que el aspecto caballeresco sobresalía sobre masónico, pues se decía no sólo heredero, sino restaurador de la antigua Orden del Temple.
Partiendo de estas fuentes, Willermoz conformó su Sistema o Régimen como una arquitectura concéntrica organizada en tres "clases" sucesivas, cada vez más interiores y más secretas.
La “orden interior” es una Orden de caballería cristiana, en ningún modo asimilable ni a un sistema de los altos grados, ni a los grados filosóficos.
Según las decisiones adoptadas por el Convento de las Galias y confirmadas en el Convento de Wilhelmsbad de 1782, el Régimen escocés Rectificado se desmarca de la Estricta Observancia renunciando a una filiación histórica con la Orden del Temple, conservando con ella una filiación espiritual, ilustrada por la adopción, al mismo Convento, de la denominación "Caballeros Benefactores de la Ciudad Santa".
De esta manera se hace referencia a los "pobres caballeros de Cristo" de los orígenes, -no a la Orden rica y poderosa en que sus sucesores se habían convertidos con el paso del tiempo.
La Revolución Francesa truncó a partir de 1789 el desarrollo del Régimen Escocés Rectificado, que desapareció definitivamente de Francia en 1857.
En el país galo se impuso el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que aunque comparte raíces como el escocismo, no está adherido a la mística cristiana, por lo que fue utilizado durante la progresiva secularización que la Orden sufrió en Francia y que terminó con la ya mencionada retirada del reconocimiento al Gran Oriente de Francia por parte de la regularidad masónica internacional.
El depósito de la Tradición pervivió en Suiza, al abrigo del Gran Priorato Independiente de Helvetia, que había sido fundado en 1779 y es el generador común de todos los Grandes Prioratos existentes en la actualidad.
En 1935, el Rectificado volvió a ser practicado en Francia.
En nombre de su filiación espiritual, el Régimen escocés Rectificado reivindica, al igual que la Orden del Temple, la doble calidad caballeresca y cristiana.
En efecto, el Régimen escocés Rectificado tiene por objetivo confesado el de mantener y fortificar los principios que están en su origen:
  • La fidelidad a los principios cristianos primitivos.
  • El apego a los principios y tradiciones, tanto masónicas como caballerescas del Régimen que se traduce en el estudio del esoterismo cristiano.
  • El perfeccionamiento de sí mismo por la práctica de las virtudes cristianas para vencer sus pasiones, corregir sus faltas y progresar en el camino de la realización espiritual.
  • La práctica constante de una beneficencia activa hacia todos los hombres.
Al igual que los demás ritos que se trabajan en la masonería regular, los primeros tres primeros grados que conforman el Régimen Escocés Rectificado son los de Aprendiz, Compañero y Maestro, que constituyen la denominada Masonería Azul.
Sin embargo, este rito ha preservado en su simbolismo los rasgos cristianos de los antiguos rituales masónicos.
Por eso, desde su fundación, sólo admite cristianos en sus logias.
La esencia del Régimen Escocés Rectificado entronca con uno de los ejes fundamentales del Cristianismo: el de la imagen y semejanza.
El hombre es un ser degradado tras la caída de su estado original glorioso; la iniciación le permite avanzar en su reintegración a su estado primitivo.
Una idea de una perfecta ortodoxia que recorre todo el Régimen desde la “Primera Divisa del Primer Grado”: “El hombre es la imagen inmortal de Dios; pero, ¿quién podrá reconocer la belleza de esa imagen si él mismo la desfigura? De hecho, en la “Fórmula del Juramento” que el candidato al iniciarse masón en las logias rectificadas se dice que se compromete a ser fiel “a la Santa Religión Cristiana”.
La Masonería Rectificada participa también de la tradición cristiana de la Regla, común en las comunidades monásticas y caballerescas, cuyo fin es lograr la abertura al Espíritu mediante la fijación de costumbres y principios aplicables en el marco de la vida cotidiana.
Los nueve artículos de la “Regla Masónica al Uso de las Logias Rectificadas” son entregados al nuevo masón tras su iniciación para que su lectura meditada le ayude a penetrar por las vías que le son abiertas.
El cuarto grado del Régimen Escocés Rectificado es el de Maestro Escocés de San Andrés.
En origen, formaba un todo con los tres grados de Aprendiz, Compañero y Maestro, dentro de la Masonería Simbólica.
En 1958, con el fin de adecuar la estructura de cuatro grados simbólicos a lo estipulado por las grandes obediencias regulares, que sólo reconocen los tres primeros, se resolvió desgajar este grado y conferirlo en la Cámara Verde.
Se trata de la misma solución adoptada en 1813 en Gran Bretaña, cuando los antiguos, que también trabajaban cuatro grados, se integraron con los modernos.
En su caso, el cuarto grado dio origen al llamado Arco Real, que guarda ciertas similitudes con el de Maestro Escocés de San Andrés.
El grado de Maestro Escocés de San Andrés actúa como puente entre el Simbolismo y la Orden Interior.
Este grado recoge la leyenda escocesa, -presente en muchos altos grados de diversos ritos-, que cie que tras la destrucción del Temple en 1307, Henry St. Clair, barón de Rosslyn y Gran Maestre de la Masonería Operativa Escocesa, dio cobijo a un numeroso grupo de templarios.
El 24 de junio de 1314, día de San Juan, 432 de estos caballeros apoyaron al rey Roberto I de Escocia en la batalla de Bannockburn, en la que las tropas de Eduardo II de Inglaterra fueron derrotadas tras 20 años de anexión inglesa.
Como recompensa, Roberto I reconoció oficialmente la Orden de San Andrés del Cardo, patrón y emblema de Escocia, para refugio y transmisión del depósito templario.
En 1689, Jacobo II de Inglaterra y VI de Escocia fue acogido en Francia tras la entronización de Guillermo de Nassau.
Según las antiguas historias, con él llegaron los maestros masones operativos relacionados con la Orden de San Andrés del Cardo.
El Régimen Escocés Rectificado se completa con la “Orden Interior” ligada a la caballería medieval, al hombre que rechaza la corrupción del ambiente y somete su vida a un ideal tras ser armado caballero.
El masón rectificado aspira a convertirse en señor y sirviente.
Señor de su montura, que no es otra que él mismo y los medios a su alcance, y sirviente de las virtudes que ha conocido y estudiado como masón y ahora jura practicar.

La Orden Interior se compone de dos etapas:

-Escudero Novicio:

Esta calidad se concede por ceremonia de investidura.

Es preparatoria y transitoria; podría llegar a perderse.

-Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa:

Se confiere mediante ceremonia de armamento.




Portal del Régimen Escocés Rectificado del Guajiro


El Aprendiz y sus Misterios 1º Grado Capítulo I Una Verdad que Hiere El Dr. Jorge Elías Adoum Mago Jefa

El Aprendiz y sus Misterios
1º Grado

Capítulo I

Una Verdad que Hiere

El Dr. Jorge Elías Adoum
Mago Jefa



1. Lector: Si tienes el ardiente deseo de ingresar en la Augusta Institución Masónica y de convertirte en uno de sus miembros militantes, debes preguntarte a ti mismo: ¿Entró la Masonería en mí para que yo pueda entrar en la Masonería?. La respuesta a esta pregunta será una luz que puede esclarecerte y conducirte por la senda a la Verdad. Porque, si no posees, ante todo, el Espíritu Masónico, de nada te servirá tu ingreso en sus filas.

2. La Masonería era, en tiempos pasados, una Institución Hermética en el verdadero sentido de la palabra, pero hoy la Masonería es revelada a todo el mundo. En cualquier librería se encuentran folletos, revistas y libros que hablan de los ritos y ceremonias de la Orden y los interpretan y comentan. Todo el mundo cree que sabe de Masonería como sus propios adeptos y hay también algunos masones superficiales, inconscientes o perjuros que han divulgado al público los llamados secretos masónicos, de modo que, según los profanos y los iniciados, ya no puede haber misterios en la Masonería.

¡A esos necios vamos a desengañar!.

3. El catolicismo romano se impone a la multitud por un secreto que ningún Papa siquiera ha manifestado. Es el secreto de los Sacramentos. Cuando los Gnósticos, o sea los Conocedores del Secreto, los Esotéricos, quisieron divulgar o descubrir el secreto, lanzaron perlas a los cerdos y estos se volvieron contra ellos y los aniquilaron, pues la vulgarización de un misterio lo convierte en doctrina irrisoria. Pero, desgraciadamente, cuando los cerdos condenaron a los gnósticos condenaron también la Puerta de la Sabiduría Oculta y perdieron sus Llaves. Los Templarios buscaron las Llaves perdidas y fueron quemados vivos.

4. Cierta vez un sabio mahometano me dijo: “Jamás perteneceré a una religión cuyos fíeles comen a su Dios”. Pude entender por qué él razonaba así. El mahometano no me llamó la atención con sus palabras, porque él nunca podrá comprender el significado del misterio; mas lo que admira es la ignorancia de los propios masones respecto de las bases fundamentales de la Masonería.

5. La Masonería es poderosa y prevalecerá en el mundo por su terrible SECRETO, tan prodigiosamente guardado que hasta sus más altos iniciados lo ignoran.

6. Una vez, en una Logia, dijo un adepto: “Somos masones, pero no brillamos”. Los hermanos le pidieron que explicara aquella frase, pero él sonrió y dijo: “Si en nosotros la Luz es tiniebla, ¿Cómo serán las propias tinieblas?”. Y, al decirlo, se tocó la frente. Todos los presentes se miraron y tal vez por educación no lo llamaron loco.

7. Nadie tiene derecho a llamarse “Masón”, porque ser masón es ser Superhombre iluminado, que sigue el camino de la Verdad y de la Virtud, haciendo de ellas carne de su carne, sangre de su sangre, vida de su vida.

8. Lo que más entristece es el deseo de pasar rápidamente de un grado a otro, como si el afán de perfeccionarse estuviese sujeto a ciertos grados limitados y otorgados por los
hombres. Nadie quiere recordar que los tres años de “Aprendiz” son el símbolo del triple periodo que marcará las etapas de los estudios, del silencio y del progreso, como veremos
después.

9. El gran objetivo de la Masonería es despertar el poder latente en cada ser y convertir al hombre en Dios consciente de su divinidad sin limitaciones ni dudas. El masón debe trabajar inteligentemente para el bien de los demás. Su esfuerzo debe dedicarse al progreso universal. Debe ayudar al Gran Arquitecto del Universo, en su Obra. El masón debe construir y aprender por experiencia propia, sin apoyarse en los demás. Debe siempre dar sin esperar recompensa.

10. El Aprendiz tiene al Maestro externo por guía en la Senda hasta encontrar a su propio Maestro Interno y ver su propia luz en su mundo interior.

Conocer la Verdad y practicarla es el camino del masón y de todos los hombres.




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La Logia Lautaro

La Logia Lautaro


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La Gran Reunión Americana, también conocida como Logia de los Caballeros Racionales fue fundada por Francisco de Miranda en el año 1797 en Londres. El objetivo de esta logia era lograr la independencia de América de los españoles, estableciendo un sistema republicano unitario y un gobierno unipersonal. En 1807, Miranda fundó en Cádiz y Madrid filiales de los Caballeros Racionales.

La primer filial de la Logia se fundó en Cádiz (España) en el año 1811, con el nombre de Logia Lautaro, en honor al caudillo mapuche llamado Lautaro, que llamó a su pueblo a sublevarse contra los conquistadores españoles de Chile en el siglo XVI. Estaba inspirada en su organización en las logias masónicas, y en su inicio fue dirigida por José de Gurruchaga. Entre los miembros principales que participaron en esta sociedad caben destacarse:

  1. Francisco de Miranda,
  2. Santiago Mariño,
  3. Andrés Bello,
  4. Luís López Méndez
  5. Simón Bolívar
  6. José María Caro
  7. Bernardo O'Higgins,
  8. José Miguel Carrera
  9. Juan Pablo Fretes
  10. José de San Martín
  11. Tomás Guido
  12. José Cortes de Madariaga
  13. Francisco Isnardi

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Logia Lautaro de Buenos Aires

Fue la primera filial establecida en América. Esta sociedad secreta fue creada en Buenos Aires, en 1812, por José de San Martín, Alvear y Zapiola. Tenía como objetivo principal luchar para lograr la independencia continental, triunfando en el plano militar, y haciendo que la política siguiera ese objetivo básico. Se unió a la Sociedad Patriótica que fuera creada por Mariano Moreno.

José de San Martín participó en Londres en las reuniones del grupo que se desarrollaron en las casas de Andrés Bello y Luís López Méndez, fundando luego esta logia en Buenos Aires. Mantenían reuniones en las casas de alguno de sus miembros o en un local ubicado en lo que actualmente es la calle Balcarce, frente al Convento de Santo Domingo.

Miembros

Entre sus miembros o "hermanos" estaban:

  1. José de San Martín
  2. Carlos María de Alvear
  3. José Matías Zapiola
  4. Ramón Eduardo de Anchoris
  5. Bernardo de Monteagudo
  6. Juan Martín de Pueyrredón
  7. Antonio Álvarez Jonte
  8. Nicolás Rodríguez Peña
  9. Julián Álvarez

Finalmente la Logia Lautaro fue disuelta en el año 1820.

La influencia de la Logia se extendió de a poco entre otros países sudamericanos, fundándose varias filiales.

Logia Lautaro de Santiago de Chile o Logia Lautarina

La principal misión de la Logia Lautarina era establecer gobiernos independientes en América Latina. Dado su carácter de organización secreta ayudó a coordinar y establecer contactos entre muchos de los líderes de la independencia de Chile y Argentina. Asociados destacados de la logia fueron Bernardo O'Higgins y José de San Martín. O'Higgins fue el autor de la Constitución Matriz de la Logia Lautaro establecida en Chile.

La Logia Lautaro de Santiago es instalada el 12 de marzo de 1817, después del triunfo de los patriotas en la Batalla de Chacabuco. Tuvo filiales en el Perú, Bolivia y Uruguay.

Miembros

  1. Bernardo O'Higgins
  2. José de San Martín
  3. Tomás Guido
  4. José Antonio Balcarce
  5. José Ignacio Zenteno
  6. Juan Gregorio Las Heras
  7. Ramón Freire
  8. Miguel Zañartu
  9. Ramón Arriagada

Otras logias

  1. Logia de Lima
  2. Logia de Bogotá
  3. Logia Argentina de Tucumán
  4. Logia del Ejército de los Andes o Logia Lautaro de Mendoza
  5. Gran Oriente de Brasil (fundado el 17 de junio de 1822)



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Tuesday, September 10, 2019

Complot en el Templo - Arturo Rivera del Pielago


DOMINGO, SEPTIEMBRE 16, 2018    



Por el M.·. R.·. H.·. Arturo Rivera del Pielago
Past Gran Maestro de la GLP
1986-1988
         
La masonería está compuesta por sujetos que tienen como objetivo el mejoramiento de la persona como ser individual sin importar las diferencias políticas o religiosas de cada uno profese. No es común que lleguen candidatos completamente virtuosos a nuestros templos, entonces, la masonería trata de mejorar a cada individuo con las lecciones y sugerencias que nuestra Augusta Orden  proclama. La mejor representación de este proceso es la figura de piedra que representa al ser humano perfeccionándose así mismo. 
Ese simbolismo sugiere que es en la intimidad de nuestra conciencia donde separamos las aristas y deformaciones que la vida nos da. Y es a golpe de mazo y cincel como cada quien extirpa de sí mismo los defectos como la vanidad, la ignorancia, el oportunismo, la mentira el fanatismo y la hipocresía, entre otras muchas peligrosas aristas.
Estos defectos vienen ocultos dentro de uno mismo y no es común que se revelen o acepten ante los demás, por tanto, el proceso de eliminación es lento, íntimo y constante. Por eso, simbólicamente, se establece en tres años la edad o tiempo que un aprendiz requiere para esta delicada tarea.
¿Por qué apresurar entonces la formación de un aprendiz? La advertencia a estas prisas está en el mismo significado de la piedra tosca. Cuando el Ap.·.  concluye su auto trabajo, su piedra tiene ahora  una forma cubica y esta simbólicamente lista para ofrecerla como solido elemento de construcción del templo que A.·. L.·.G.·.D.·.G.·.A.·.U.·. intentamos elevar.
Nuestra garantía del buen uso de la piedra cubica se sustenta en la experiencia y conocimientos que nuestros CC.·. emplean para conseguir nuestras metas y que consiguieron gracias al estudio de las 5 artes liberales, estudios que garantizan la perfección de la obra diseñada por sus MM.·.
¿Qué pasaría si en las prisas usamos una piedra mal trabajada? En algún momento la inestabilidad de esa piedra propiciaría el desmoronamiento de nuestro templo. ¿Valdría la pena tamaño peligro por solo la prisa de terminar una obra?
La realidad es que no importa cual grandes y bellos sean los templos simbólicos o físicos que podamos construir. Si no hay solidez en su estructura, tarde o temprano se convertirá en escombros y está sucediendo justo ahora HH.·. míos. Con mucho dolor vemos como nuestras cadenas se rompen con una facilidad alarmante, con estupor descubrimos que algunos de nuestros templos son dirigidos por cúpulas siniestras que convierten nuestras logias en guarida de malhechores. Somos testigos incluso de la manera en que ciertas altas autoridades confabularon por años para transformar la masonería en sus armas de poder y abuso como la otrora famosa P-2.
Esas inescrupulosas confabulaciones las hicieron, claro está, bajo la excusa de defender la “moral” de la institución, pero una vez en el poder, establecieron mafias amparadas en el prestigio de más Antigua y honrada asociación de hombres libres y de buenas costumbres.
Ahora sabemos que todo fue parte de un siniestro plan para extender sus tentáculos de corrupción ante la indolencia de muchos miembros quienes solo se encogieron de hombros.
La masonería nos advirtió siempre sobre estos peligros a través de la leyenda del Maestro Hiram, quien fue víctima de  la ambición de malos HH.·. quienes lo asesinaron al intentar arrancarle por la fuerza el secreto del Arte Real. El Maestro no se negaba a revelarlo, al responder: “No puedo” intentaba decirles que lo que buscaban estaba dentro de cada quien y que para descubrirlo era necesario despejar los obstáculos y defectos que uno guarda dentro de sí mismo. No lo entendieron, fue entonces que descargaron su ira sobre el Maestro causándole la muerte.
El Maestro tenía toda la razón, solo quien llega a conocerse a sí mismo pueden, con el poder de su propia luz, iluminar su camino para llegar al punto donde la sobriedad, la sencillez y la humildad, le permitan recibir la sabiduría que todos buscan.
En tanto eso no suceda, será lamentablemente común seguir descubriendo profanaciones que bajo muchas excusas lastimaran el prestigio de nuestra Augusta  Orden, tantas veces atacadas por otros intereses y conveniencias como las que avergüenzan a algunas GG.·.LL.·.