Monday, April 13, 2015

La Doctrina Martinista



La Doctrina Martinista

De acuerdo con la Doctrina Martinista, el mundo, considerado como un reino material sujeto a nuestros sentidos, así como las regiones espirituales por encima de este, no son obra de Dios considerado en Su forma absoluta.

El Evangelio de San Juan dice:

"En el principio (se refiere al comienzo del tiempo, un periodo cuando los seres relativos comenzaron a manifestarse) era el Verbo" (El Logos, la Palabra Divina.)
"El Verbo estaba cerca de Dios (y no con Dios)...
y el Verbo era Dios" (no el Dios, sino un Elohim o hijo de Dios.) La palabra Elohim es un término hebreo que significa "Él- los-Dioses (as)"
"Todas las cosas fueron hechas por Él y nada de lo que hay fue hecho sin Él"
El Logos es aquel que la Cábala llama Adán Kadmón; aquel que creó los seres inferiores mediante Su palabra "llamándolos" (trayéndolos) a la vida manifestada. Estos seres son inferiores sólo con respecto a Adán Kadmón, el Hombre Arquetípico, junto a él habitan en los dominios espirituales.
Durante esta creación Dios usó un intermediario.
En el Génesis, capítulos 1-3 se dice que la tierra (que allí significa la materia primordial o caos) estaba vacía y sin forma, y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas (el Nous Egipcio es comparable con esta materia.)
El término "Espíritu de Dios" se refiere a un espíritu distinto a Dios en el sentido que no era Dios Mismo ya que Dios es necesariamente Su propio Espíritu.
Luego se nos dice que Dios puso al hombre en el "Jardín del Edén" para cuidarlo y cultivarlo. Este "Jardín" es un símbolo referente al conocimiento accesible sólo a los seres relativos.
El hombre al que se refiere el Génesis en su forma puramente simbólica no es un ser de carne sino un espíritu emanado de Dios y está hecho de un cuerpo (a veces llamado el cuerpo glorioso) creado por Dios Quien lo infundió con una chispa Divina la cual era, de acuerdo con el Génesis, el "mismo aliento de Dios."
De acuerdo con este análisis, vemos que el hombre arquetípico es semi-divino.
Provino de la materia primordial (del caos, hecho de tierra y agua simbólicas) de donde obtuvo su forma, y del aliento que lo anima y lo hace una parte de Dios.
Adán y el logos creativo son la misma cosa. Sin embargo, Adán y el Logos Redentor son dos seres diferentes.
Junto a Adán Kadmón, había otros seres de creaciones previas. Estos seres eran de una naturaleza y plano diferentes. Estos eran los "Ángeles" de los cuales se dice que "algunos eran buenos y otros malos" Adquirieron estas cualidades según el cumplimiento del plan para el cual fueron emanados de Dios. Los Ángeles "buenos" fueron aquellos que se reintegraron después de terminar su misión y los malos fueron aquellos que rehusaron reintegrarse escogiendo el yo en vez del Todo-en-Dios.
Estos son aquellos a los cuales Pasqually se refirió como los "seres perversos."
Ya que cualquier cosa corrupta tiende por su propia naturaleza a corromper otras cosas, especialmente en los reinos espirituales, estos seres perversos de los cuales la colectividad se convirtió en un egrégor del mal.
Simbolizado por la serpiente, estaban celosos de este ser (Adán) que era superior a ellos y una imagen de Dios del cual pretendían haberse separado.
Estos seres actuaron telepáticamente sobre Adán y lo incitaron a ir más allá de sus posibilidades naturales.
Siendo mixto por naturaleza, medio corporal y medio espiritual, así como andrógino, el Hombre Arquetípico debía mantener cierta armonía, un equilibrio necesario en el reino en que Dios lo puso.
Debía ser el Arquitecto del Universo más sutil que el nuestro, el "reino" que no era de este mundo mencionado en los Evangelios.
Bajo el impulso de los seres perversos, el Hombre Arquetípico se erigió a sí mismo en un demiurgo independiente, rompiendo de este modo las mismas leyes que había ordenado observar.
Osó a su vez convertirse en creador y ser igual a Dios por sus hechos. Al intentar esta acción, el Hombre Arquetípico sólo modificó su destino original. Es de esta tradición de donde proviene la costumbre de dedicar a los Dioses o a Dios los primeros frutos de la cosecha o el primogénito de un rebaño.
Y como sólo Dios en sus posibilidades infinitas puede crear o extraer algo de la nada, el Hombre Arquetípico solamente podía modificar lo ya existente.
El Hombre Arquetípico, al querer crear seres espirituales, sólo objetivo sus propios conceptos.
Queriendo darles un cuerpo únicamente los integró en la materia grosera. Deseando animar el caos, sólo se atrapó a sí mismo.
En efecto, Dios siendo el "Yo Soy El Que Soy" excluye la posibilidad de que cualquier olvido pudiera existir. A fin de crear la materia primitiva, Dios sólo removió parte de Sus perfecciones infinitas de una parte de Su imperecedera esencia.
Esta retracción parcial de Sus perfecciones espirituales resultó en la creación de una imperfección material relativa. Esta es la razón por la cual en este mundo la creación de cualquier cosa que sea nunca puede ser perfecta ya que no es de Dios.
Al imitar al Absoluto, Adán Kadmón trató de crear la primera materia. Siendo un alquimista inexperto, al intentar semejante empeño sólo precipitó su caída.


El Hombre Arquetípico es un ser andrógino:
  1. Tan masculino como femenino, positivo y negativo.
  2. Es el elemento femenino negativo el que Adán trata de objetivar fuera de sí mismo. Es el lado izquierdo, femenino, pasivo, lunar y material el que él separará del lado derecho, masculino, activo, solar y espiritual.
  3. Esto fue lo que dio nacimiento a Eva, la Mujer Arquetípica.
  4. Es esta nueva materia, Eva o Mujer Arquetípica, la que Adán penetró con el objeto de crear vida.
  5. El Hombre Arquetípico, de este modo, se degradó a sí mismo al tratar de ser igual a Dios.
  6. Este nuevo reino es el que los Gnósticos llamaron mundo "hílico", que es nuestro universo material lleno de dolor e imperfecciones.
  7. El poco bien que existe aquí proviene de las virtudes del Hombre Arquetípico. Al estar dividido en dos seres, la suma de estas imperfecciones no puede en su totalidad existir estando estos dos seres aparte, por tanto, tenemos la caída.
  8. Esta es la razón por la cual los antiguos cultos deificaron la naturaleza.
  9. Ella fue la madre de todo lo que "estaba debajo de los cielos". Isis, Eva, Deméter, Rea, Cibeles, Erzulí, son los símbolos de la naturaleza material emanada de Adán Kadmón, personificada bajo los aspectos de las "Vírgenes Negras" que son símbolos de la materia prima.
  10. La esencia superior de Adán Kadmón se integró así en la nueva materia para convertirse en el nuevo SULPHUR que es la expresión alquímica referente al alma del mundo. La segunda esencia, la cual es el mediador plástico, el que constituyó la "forma" de Adán, su doble superior se convirtió en el MERCURIO de los alquimistas, refiriéndose a lo que los ocultistas llaman el mundo astral o mundo intermediario.
  11. La materia que es del segundo caos, la cual es la SAL de los alquimistas, es lo que se convirtió en el soporte, el receptáculo o prisión.

ADÁN=SULPHUR EVA=SAL CAÍN = MERCURIO

He aquí por qué la materia universal está viva y, también, por qué puede ser más o menos consciente e inteligente en sus manifestaciones.
A través de los cuatro reinos de la naturaleza: mineral, vegetal, animal y humano, es el Hombre Arquetípico, el Adán Kadmón, la inteligencia demiúrgica la que se halla en acción dispersa y prisionera. Este nuevo universo también se trocó en refugio de los ángeles caídos. Vinieron a este para estar más lejos del Absoluto.
Los seres perversos, por tanto, tienen un interés primordial en ver que el hombre, disperso pero presente en todas partes en la materia que constituye el universo visible, continúe organizando y animando este reino que ellos han reclamado para sí.
Al igual que el alma del Hombre Arquetípico es prisionera de la materia universal, también el alma del hombre individual es prisionera del cuerpo físico. La muerte física y las reencarnaciones que siguen son los medios mediante los cuales las entidades caídas ejercen su control sobre el hombre.
La Sabiduría, la Fuerza y la Belleza que aun se manifiestan en este universo material son los esfuerzos del Hombre Arquetípico para reconquistar la posición que ocupó antes de la caída. Las cualidades opuestas son manifestadas por las entidades caídas para mantener el clima que le hicieron crear con el objeto de existir como ellos quisieron cuando rehusaron reentrar en la Totalidad.
El Hombre Arquetípico no reconquistará su primer esplendor y libertad hasta tanto no se separe de esta materia que lo ata dondequiera. Para que esto ocurra, todas sus células individuales (los seres humanos individuales) tendrán después de su muerte natural que reconstituir el arquetipo REINTEGRÁNDOSE, escapando así de los ciclos de reencarnación.
Sólo entonces el microcosmos reconstruirá el Macrocosmos. Los seres humanos individuales quienes no son más que el reflejo del Arquetipo, serán igualmente el reflejo de lo Divino así como el Arquetipo mismo es el reflejo de Dios, del Verbo o Logos, del "Espíritu de Dios" mencionado en el Génesis.
Esta es la razón por la cual él es el "Gran Arquitecto del Universo"; y todos los cultos de adoración de este último son ipso facto "satánicos" porque esta adoración es ofrecida al Hombre y no al Absoluto. En la Francmasonería él es invocado pero nunca adorado.
Pero, ya que el Hombre ha de descender a la atmósfera demoníaca de este mundo material en donde constantemente está inhalando los frutos de su maléfico intelecto, como nos dice Pasqually, se encuentra así en una mala posición para resistir las constantes tentaciones a las cuales está sujeto. El CREADOR restableció el equilibrio separando de Su Círculo Espiritual Divino un Espíritu Mayor para que sea el guía, el consejero y el compañero del Menor que desciende de la inmensidad celestial para ser incorporado en el mundo material; para obrar de acuerdo con su libre albedrío, sobre el plano terrenal.
Pero el consejo de un Espíritu Superior no es suficiente, el Hombre Caído necesita además la ayuda de un "Elegido Menor". La ayuda que este "Electo Menor" le traerá con el objeto de que él pueda alcanzar la "reconciliación" es de una doble naturaleza. Él transmite al Hombre directamente las instrucciones del CREADOR sobre las prácticas teúrgicas que han de ser ejecutadas; también comunica al Hombre de Deseo al cual es enviado, el don que él mismo ha recibido al darle el sello místico sin el cual ningún Menor puede ser reconciliado.
Esta misteriosa ordenación es la condición esencial de la reconciliación del hombre, porque sin ella no importa cuan grande sean los méritos del Menor, permanece en privación; esto es, sin ninguna comunicación con Dios.
Para escapar de los ciclos de reencarnación en este mundo infernal el hombre debe desprenderse de todo lo que le atrae a la materia así como librarse de la esclavitud de las sensaciones materiales. También ha de elevarse moralmente. Las entidades caídas, sin embargo, luchan constantemente en contra de la tendencia del hombre hacia la perfección tentándolo constantemente para hacerlo permanecer en este mundo en donde ellas pueden mantener su dominio sobre él.
El hombre individual debe constantemente batallar en contra de estas entidades desenmascarándolas y rechazándolas fuera de su reino. Logrará esto parcialmente mediante la iniciación, que lo liga a los elementos del Arquetipo ya reunidos y que constituyen la exotérica "comunión de los Santos"- y en segundo lugar mediante el conocimiento liberador que le enseña los medios más rápidos para ayudar a la ciega humanidad así como a mejorar su obra personal.
Entre estas últimas posibilidades encontramos las Grandes Operaciones Equinocciales que contribuyen a purificar el aura de la tierra mediante exorcismos y conjuraciones usando ritos de Alta Magia que los Elus-Cohens llamaron la obra del culto.
Sólo después de estas liberaciones individuales tendrá lugar la gran liberación colectiva. Esta permitirá la reconstitución del Arquetipo y su reintegración dentro de lo Divino. Una vez abandonado por su animador, el mundo material se disolverá. Dejada bajo la naturaleza anárquica de los espíritus caídos, la materia se disolverá de modo acelerado y así el fin del universo físico tendrá lugar como fue anunciado por las grandes tradiciones.
Este es el despliegue de la Gran Obra Universal.


Fuente:  http://eruizf.com/martinismo/martinista02.html

Sunday, April 12, 2015

Introducción al Martinismo


Introducción al Martinismo

Papus dijo de la Orden Martinista: "Es una sociedad mística. Como sociedad, el Martinismo es la unión de las fuerzas invisibles evocadas por la búsqueda de la Verdad. La Orden Martinista es un centro activo de difusión iniciática. Su objetivo es propagar rápidamente y de una manera amplía las enseñanzas de lo oculto y las líneas de la tradición occidental y cristiana. La sociedad Martinista tiene como primer principio:

  • Respetar la libertad humana
  • Aceptar en su seno a hombres y mujeres.
  • Ser cristiano.

El Martinista defiende la acción de Cristo..." Las diversas Ordenes Martinistas, que hoy existen, tienen su origen en la Orden de los Elus Cohen y de diversos personajes del pasado y modernos que han jalonado y construido su historia. Así pues, es interesante e importante presentar esta tradición, su origen, su rol, su filosofía, así como lo esencial de sus ritos. No se trata de una obra más dentro de la historia del Martinismo.
La Antigua Orden Martinista, es una corriente dentro de las diversas Ordenes Martinistas que quiere revitalizar el Martinismo del pasado sin dudar del contemporáneo si no se mantiene anclado en tal o cual dogma necesariamente reduccionista. Efectivamente, puede ser para algunos un medio de imponer una visión del cristianismo muy personal, mientras que para otros la dimensión caballeresca o teúrgica será la predominante. La búsqueda de las raíces podrá conducir a la magia de los Elus Cohens, así como a la simplicidad, la sobriedad y la libertad. De este modo, aquél que quiera aproximarse a esta tradición y avanzar hacia sus misterios y ritos, debe adherirse a la sensibilidad que se desea encontrar allí. De centenares de personas que pasan el portal de esta tradición, pocas quedarán después de algunos años. Menos numerosos son aquellos que lograrán penetrar en el corazón, de aquello que se ha venido en llamar el esoterismo cristiano.
En consecuencia, hay detrás de cada cuál una llamada, una fuerza que dirige a cada uno misteriosamente hacia estos portales. Todos aquellos que se han aproximado a esta tradición han sentido este deseo, esta fraternidad que les permitiría profundizar aquello que ellos habían abordado individualmente y, con frecuencia, intelectualmente en los libros.
La perspectiva de un intercambio productivo, la atracción del rito y el valor que aun hoy en día tiene, hace que sean numerosas las personas que se afilian después de haber pasado por diversas órdenes. Más allá de esta aparente diversidad, la experiencia cotidiana demuestra la permanencia de un pensamiento y de un carácter Martinista independientes de las estructuras visibles capaces de hacer germinar en cada uno, aquello que denominamos "la llamada" o "el deseo de la búsqueda". Para la Orden Martinista la fraternidad no es una finalidad, es la consecuencia de su caminar místico.
La tradición Martinista es algo más que un rompecabezas de diferentes corrientes, de las cuáles nos podría faltar un trozo; es la presencia sobre nosotros de un pensamiento, de una egrégora que sintetiza una comunión de espíritu y de símbolos entre diferentes personas. Es partiendo de esta certificación que nosotros hemos podido describir esta corriente occidental evitando extraviarnos en una historia estéril o en una parcialidad reductora. En efecto, existe un objetivo Martinista trascendiendo a los seres que han constituido su historia. Se trata de la defensa y del servicio invisible del esoterismo cristiano.


RETROSPECTIVA HISTÓRICA DEL Martinismo


De todas las Ordenes Masónica Iluministas que florecieron en Francia, durante el siglo XVIII, ninguna tiene influencia comparable a aquella que entró a la historia con el nombre de Martinismo. El surgimiento de esta Organización coincidió con la llegada de Joachim Martínez Pasqually. Martínez Pasqually, pasó su vida enseñando en las Logias bajo la forma de un rito masónico elevado, un sistema religioso al cual dio el nombre de Elus Cohen o Sacerdotes Elegidos (Cohen en hebreo significa Sacerdote). Solamente aquellos masones de grado de Elus eran admitidos en los Elus Cohen. Martínez viajó, de manera misteriosa, por varias partes de Francia, sobre todo por el sur y sudoeste de ese país. Propagando su doctrina, consiguió adeptos en las Logias de Marsella, Avignon, Montpellier, Narbonne, Foix e Touluse. Finalmente, en 1762 se establece en Bordeaux. En Bourdeaux, Martínez ingresa en la Logia La Francesa, que era la única de las cuatro logias simbólicas activas en la ciudad en aquel tiempo. Martínez se empeñó en revivir el entusiasmo de los masones de Bordeaux asegurando la cooperación de varios de ellos, escribió para la Gran Logia de Francia en 1763: "Instituí un templo en Bourdeaux para la Gloria del Gran Arquitecto, incluyendo las cinco órdenes perfectas que administro bajo la constitución de Charles Stuart, rey de Escocia, Irlanda e Inglaterra, Gran Maestro de todas las logias regulares esparcidas sobre la superficie de la tierra, y que están hoy bajo la protección de George William, rey de Gran Bretaña, y bajo la Gran Logia denominada..." . En 1770 el Rito de los Elus Cohens contaba con templos en Bordeaux, Montpellier, Avignon, Foix, Libourne, La Rochelle, Versailles, Metz y París.
Otro templo estaba presto a abrirse en Lyon, gracias a los esfuerzos del Hermano Willermoz que sería la figura más activa e importante del rito de Martínez. Martínez no dejó un trabajo escrito completo referente a sus enseñanzas, no obstante se encontraron diversas textos incompletos que son parte de sus enseñanzas referidas a un sistema de pensamiento filosófico, esencialmente una Gnosis Cristiana, que se basan principalmente en los principios doctrinales del trabajo llamado, "El Tratado de la Reintegración de los Seres a sus originales virtudes, poderes y cualidades". Este trabajo da una interpretación particular de la Creación, de la Jerarquía de Seres, de la Caída del Hombre y de la manera que tiene el Hombre para recobrar su estado original y restablecer sus privilegios.
Martínez de Pasqually considera que el Hombre está en el exilio en esta existencia terrenal privado de todos sus verdaderos poderes. Por consiguiente, el objetivo principal del hombre debe ser trabajar para ser restaurado a la condición original. Esto puede lograrse siguiendo ciertas técnicas. Martínez de Pascualy afirmaba que en cada ser humano había algo divino adormecido y que era preciso revivir. Según Martínez esta centella divina podría ser inflamada al punto de ser liberados del materialismo. Sobre tales condiciones el hombre es capaz de adquirir poderes, los cuales le permitirán "comunicarse con seres invisibles, llamados por la Iglesia Ángeles y obtener no sólo una santidad personal, sino también la santidad de todos los discípulos de buena voluntad". Transformar al hombre de esta forma sería regenerarlo y reintegrarlo gradualmente a su estado original; sería capacitarlo a alcanzar aquel estado perfecto que cada individuo y sociedad debería buscar. Esta doctrina tuvo un sorprendente suceso en la Gran Logia de Francia, luego comprendió que como resultado de todos los ritos místicos ocurrió una gran adhesión de miembros y se hacía necesario preservar con mucho cuidado y secreto las tareas misteriosas.
Entre los discípulos de Martínez se encontraba el "Filósofo Desconocido", Louis Claude de Saint-Martín. Saint-Martín serbia como teniente en el Regimiento de Foix cuando oyó hablar de Martínez de Pasqually y del Rito de los Elus Cohen. Después de retirarse el ejército, se dirigió a Bordeaux donde fue iniciado en los grados de Cohens por el hermano de Balzac. Saint-Martín era de naturaleza cortes, modelada por una intensa actividad intelectual. A los pocos años se retiró de las prácticas activas de los Elus Cohen., dedicándose únicamente al estudio del misticismo y espiritualismo. Ya en París, se vio obligado formar una especie de grupo, puramente espiritual donde se excluían las ceremonias ritualísticas de Magia.
Hasta la Revolución Francesa, Saint-Martín alternaba entre las orientaciones a sus discípulos y los viajes al exterior donde estableció contacto con Jacob Boheme un "Iluminato" Saint Martín encontró en los escritos de Jacobo Boheme lo que él buscaba, la Vía Interior o Vía Cardíaca. En 1803 muere Saint Martín dejando varios adeptos en diferentes países de Europa. Después de su muerte los discípulos de Saint-Martín esparcieron la doctrina del Filósofo Desconocido en Francia, Alemania, Dinamarca entre otros países. Fue a través de ellos que en 1880 un ocultista parisino, llamado Dr. Gerard Encause (Papus) tomó conocimiento de la doctrina de Saint-Martín y decidió continuar las enseñanzas. Con ese objetivo, fundó en 1884 un Orden Mística que llamó Orden Martinista que conserva la línea tradicional que estableciera el Filósofo Desconocido y que llega a nuestros días.
Orden iniciática y esotérica El Martinismo es hoy en día aquello que se denomina una Orden iniciática y esotérica. Esto significa que las reuniones no son accesibles a aquellos que no han sido iniciados. Sabemos que existen múltiples formas de transmitir los conocimientos: por escrito, oralmente, etc. La iniciación tiene por objetivo transmitir un conocimiento con la ayuda de ritos compuestos de símbolos, de palabras, gestos que despiertan el inconsciente y causan una transformación que el iniciado deberá proseguir. Despertando las emociones, la psique más profunda, la iniciación transforma y transmite realmente un contenido oculto que el iniciado tardará algún tiempo en descubrir. Es una semilla que ha sido sembrada y que germinará si ha sido depositada en una buena tierra y ha sido mantenida durante el suficiente tiempo. Tal transmisión no podría hacerse intelectualmente, porque entonces se dirigiría a una facultad que no corresponde a la dimensión psíquica ligada a lo sagrado. De una forma implícita la iniciación nos dice que el inconsciente, lo imaginario, hacia donde van dirigidos los ritos, no es otra cosa que el sentimiento de sacralidad. Es, entonces, fácil de comprender tales ritos iniciáticos que han existido desde milenios. Fueron utilizados en las diferentes religiones y culturas para transmitir los conocimientos secretos y sagrados. El mundo ha caído y el hombre debe reconciliarse con el creador para poder reintegrarse al plan divino. Importa poco desarrollar los detalles de la doctrina. Es suficiente saber que debemos, con nuestros esfuerzos individuales, redimirnos y reencontrar el camino del Creador.


EL TRABAJO MARTINISTA


Un grupo Martinista se reúne una o dos veces al mes. La Apertura y la Clausura ritual de la reunión son conducidas por el responsable, asistido en ciertos ritos por algunos hermanos o hermanas, cumpliendo funciones simplemente simbólicas. Durante el periodo de trabajo, propiamente dicho, diversas posibilidades son ofrecidas que difieren según las órdenes o grupos. Unos textos propios de la Orden pueden ser leídos y comentados, algunos trabajos hechos por los miembros pueden ser leídos y discutidos en común, con algunos períodos de plegarias y meditaciones, equilibrando así la dimensión teórica y mística propia de esta corriente. Las investigaciones de los miembros, leídas durante los trabajos de grupo, tienen por objetivo permitir un trabajo y una reflexión individual sobre algún motivo simbólico particular o sobre alguna cuestión que es objeto de las preocupaciones de los participantes.
No obstante no creemos que sea suficiente asistir a los rituales de las reuniones Martinistas para avanzar realmente en la vía. El trabajo individual es una necesidad para aquél que no desea depender únicamente del grupo al que pertenece. El Martinismo y la Iglesia Gnóstica Desde los inicios del Martinismo de Papus, la noción de Iglesia oculta e invisible se ha convertido en uno de los aspectos de esta tradición. No se trata de confundir los ritos, la iniciación y la tradición Martinista con aquellos de una Iglesia cualquiera. Pero debemos remarcar que los responsables de las órdenes Martinistas recibían, generalmente, una consagración episcopal válida según varias líneas de sucesión apostólica, como aquella de la Iglesia llamada Gnóstica, fundada por Jules Doinel en 1892.
Ella fue estructurado en gran parte por Jules Doinel y por Johannes Bricaud, que fue el Obispo Prior, al mismo tiempo que responsable de la Orden Martinista de la época. Según un texto de presentación de esta Iglesia, "el gnosticismo es una doctrina filosófica y tradicional, tan antigua como la humanidad; una moral, un culto, que son una religión universal.
Enseñada y practicada en todos los misterios de la antigüedad y en muchas sociedades secretas u ocultas de la Edad Media y de los tiempos modernos, [... ] tiene por objetivo restituir a la humanidad su unidad religiosa primitiva, rechazando los errores religiosos surgidos de las diferentes religiones, y de trabajar por el perfeccionamiento intelectual, moral y social. El gnosticismo no pretende imponerse a las conciencias, ni por la fuerza del poder civil o militar, ni por vanas amenazas de castigos post-mortem, ni por falaces promesas de recompensas futuras. Basado, de una parte, sobre la tradición universal y no solamente sobre la tradición Hebrea de la Biblia y, por otra parte, sobre la filosofía y la ciencia moderna, sus verdades no se presentan como objeto de fe, sino como objetos de demostración, filosófica y científica; no se clama más que a la razón, que es la misma para todos los hombres. Se admite, entonces, la libertad absoluta de conciencia y de examen en cada uno de todos los hombres que son capaces y exige de sus miembros la tolerancia para todos aquellos que no piensan como ellos." Precisamos, para terminar, que si bien este aspecto sacerdotal es muy importante en la vía Martinista, se funda sobre aquello que se ha acostumbrado en llamar la Iglesia invisible, que no debe ser confundida con las estructuras exteriores y temporales.

Fuente: http://eruizf.com/martinismo/martinista01.html

Wednesday, February 25, 2015

J. B. Willermoz, J. Bricaud y los Martinistas Desconocidos



J. B. Willermoz, J. Bricaud
y
Los Martinistas Desconocidos

Jehel, S. I.

Todos vosotros sabéis, queridos hermanos, que el día 21 de febrero es para todos los martinistas, un día muy importante, por ser, simultáneamente la fecha en que conmemoramos la desencarnación del Venerable Maestro Jean Baptiste Willermoz, la colaboración de todos los Martinistas Desconocidos y también la desaparición del Gr. Maestro Jean Bricaud.

Aunque casi todos vosotros conocéis la vida de los martinistas más importantes, no es inoportuno hacer un resumen rápido de la vida de los dos que he citado en el principio de este artículo y decir también, qué importancia tiene la conmemoración de los Martinistas Desconocidos.

JEAN-BAPTISTE WILLERMOZ

Siento no poder presentaros un verdadero retrato de este Venerable Maestro. No existe sino esta "silueta" que publicamos hoy y por la que podéis, al menos, al menos fisonomía hermosa, alerta, enérgica y noble del Hno. Willermoz. Willermoz fue contemporáneo de Martines de Pasqually. Nació en Lyon, en 1 de Julio de 1730; era hijo de Claude Catherin Willermoz, comerciante en mercería, que al iniciarse el siglo XVIII había dejado la ciudad de Saint Claude, en Franche-Comté, para buscar fortuna en Lyon.

Nuestro futuro hermano Willermoz fue aprendiz en comercio de sedas en la casa de Antoine Bagnion desde febrero de 1745 (a los 15 años de edad, pues); pero se quedó poco tiempo, ya que dos años más tarde se empleó en la firma Maréchalle y Cía. En 1754, ya se le instalado por su cuenta como fabricante de sedas.

Willermoz era el segundo hijo de los trece que tuvo su madre. Antes que él nació su hermana Claudine Thérèse (futura Mme. Provensal) y después venían sus hermanos Pierre Jacques y Antoine, de los cuales nos ocuparemos.

Como era fácil de deducir por su fisonomía y por su letra menudita y apretada, Willermoz era un hombre muy metódico, muy minucioso y bastante activo. Él y toda su familia paterna eran profundamente católicos.
Willermoz fue iniciado en la masonería en 1750, a los 20 años de edad. Dos años después ya era Venerable (Presidente) de la Logia en la cual fuera iniciado. El Venerable Maestro Papus dice que Willermoz era Oficial de casi todos los ritos masónicos de su época y que era especialmente un organizador y un divulgador. En 1753, Willermoz se cansa de ser jefe, en Lyon, de una Logia inactiva y funda con 9 amigos la logia "La Pariate Amitié". En 1756, sufre la pérdida de su madre. En 1760, con los Hnos. Paganuci y Grandon, funda la Grande Loge Mère des Maîtres Reguliers, de la cual fue Venerable desde 1762 hasta 1763.

En 1763, funda los "Chevaliers de l'Aigle Noir Rose Croix" y deja como Presidente de esa Corporación masónica a su hermano Pierre Jacques. Como la actividad comercial de Willermoz lo llevaba a París en cada primavera por razones de "moda" (recordemos que fabricaba sedas) se encuentra en París al comienzo de 1767 con el Maestro Martines de Pasqually y se hace iniciar en el Rito de los Ellus Cohens (base del futuro Martinismo).

En junio de 1767 vuelve a Lyon, con el grado de Comendador de Oriente y Occidente (parece que ya veía Martines la necesidad de la síntesis como verdadero iniciado que era, y pese a lo que han dicho algunos de sus sucesores) y también con sus funciones de Inspector General de la Orden de los Ellus Cohens. En los primeros meses de 1768, el Hno. Cohen Bacon de la Chevalerie eleva a Willermoz al grado de Rosa Cruz y el maestro Martines de Pasqually protesta por esa elevación prematura efectuada por un ceremonial mal ejecutado, afirmando que eso tendría larga repercusión sobre la vida iniciática de Willermoz, lo que así fue, porque veremos que Willermoz jamás consiguió mucho en la vía mágica ni en la vía mística. Desde 1762, año de la partida de Martines de Pasqually para la isla de St. Domingo, Willermoz vuelve a una intensa actividad masónica, pero sin descuidar por eso su actividad de la Orden de los Ellus Cohens.

Se pone en contacto con la "Estricta Observancia" organizada por el Barón de Hundt, de Alemania, por intermedio de la logia "Candeur" de Estrasburgo, y desde 1774 a 1782 Willermoz despliega intensa actividad en el terreno masónico. En 1778 se realiza en Lyon el gran congreso masónico llamado "Convent Des Gaules", organizado por Willermoz y en el cual están representadas las logias de la Estricta Observancia de su provincia. Willermoz obtiene un gran éxito como realizador iniciático al conseguir introducir en la masonería dos Grados Especiales, llamados Profes y Grand Profes, que eran nada más que las enseñanzas de los Ellus Cohens presentadas en sentido masónico.

En 1782, Willermoz, que ha influido mucho en preparación, va a asistir al "Convent de Wilhemsbad" en el cual se hallaban representadas casi todas las Provincias de la Estricta Observancia. Willermoz, apoyándose en su amistad con el príncipe de Brunswick y en sus conocimientos poco comunes entre los masones, obtiene, a pesar de la oposición de un ex Cohen (expulsado) introducir los grados de Profes y Grand Profes; pero más tarde, en la práctica, las logias masónicas no lo realizaron y, por el contrario, nació de todo esto una enorme oposición a Willermoz, pues los masones se dieron cuenta de que estaban siendo "dirigidos" y jamás se ha visto que los que no estudian ni creen acepten la autoridad de instructores. Lo trataron de "dictador" y lo calumniaron de todas las maneras posibles.

En 1784, Willermoz se interesa por el magnetismo y entra en la sociedad magnética "La Concorde", hizo con otros cohens experiencias curiosas, llegando a diagnosticar enfermedades de caballos, verificadas posteriormente por autopsia; y hasta Mesmer prestó cariñosa atención a aquellas experiencias.

En 1785, gracias al concurso y sacrificada joven mística, Mlle. La Rocheite, sujeto magnético y medium notable, obtiene progresivamente las revelaciones llamadas "Cahier de l'Agent Inconnu" que contienen enseñanzas muy notables, encerradas en numerosos cuadernos dictados por la Entidad a la medium. Es místicamente hablando, la época máxima de la carrera iniciática personal de Willermoz, mientras que la de "realización colectiva", fue en la masonería.

En 1786 y años sucesivos, los acontecimientos revolucionarios desorganizan toda actividad masónica; viene el sitio de la ciudad de Lyon, durante el cual Willermoz tiene que ocultarse en el campo, realizando actos de previsión y otros de gran valor, para salvar los archivos de los Ellus Cohens, con gran dedicación y sacrificio. Pasados los años de tormenta social, en 1796 (a los 66 años de edad), Willermoz se casa con una joven de 24 años, Jeanne Marie Pascal, y desde 1798 se dedica a la agricultura y lleva una vida tranquila, alejado de toda actividad masónica o iniciática. Fallece el 20 de mayo de 1824, o sea, a los 94 años de edad. Imparcialmente hablando, debemos reverenciar en él, no a un gran iniciado, sino, especialmente, al hombre de corazón, fiel, sincero, activo, siempre pronto a la acción organizadora y dedicado a procurar realizar una de las cosas más difíciles, tanto en su época como hoy: "tratar de re-espiritualizar ritos masónicos". Quien ha probado hacerlo sabe lo que significa. Además, vimos que si Willermoz fracasó en la vía mágica y su espíritu industrial y práctico y su mentalidad masónica no le permitieron abordar el terreno místico "personalmente", hizo el camino por la curva: acción social, acción masónica, magnetismo, comunicaciones mediante personas con mediumnidad.

Vida fecunda, activa, llena de dedicación y de sinceridad, amigo real del Maestro Martines de Pasqually, merece Willermoz que lo recordemos siempre con la veneración debida a todos los que trabajaron en las filas de la divulgación iniciática. Finalmente, para que no se olviden, mis hermanos, de que en todos los tiempos las mujeres tuvieron el derecho de ser iniciadas en los Ritos apolíticos y realmente iniciáticos, citaré el hecho de que, entre otras, Willermoz inició a su hermana (Mme. Provensal) y a la Sta. De Chevrier.

El Ven. H:: Jean Bricaud (1881-1943)

Fue patriarca gnóstico, Rector de la Orden de la Rosa Cruz y Gran Maestro de la Orden Martinista de Lyon, así como Presidente de la Sociedad Ocultista Internacional.

Fue también Gran Hierofante, para Francia del Rito Masónico de Menfis-Misraím, asumiendo tal puesto el 10 de dic. de 1919, pues dicho puesto había quedado acéfalo desde el 25 de septiembre de 1918, por el fallecimiento del Hno. Dettré, quien había sucedido al Gran Maestro PAPUS.

El Hno. Jean Bricaud es, casi en todo, el opuesto de Willermoz: Nace el 11 de febrero de 1881 en el pueblito de Thoy y su familia lo dedicó al sacerdocio, razón por la cual estudió en el Pequeño Seminario de Meximieux.

Basta mirar si fisonomía para reconocer en seguida las fases del místico, de salud delicada y de fuertes tendencias por lo psicológico y lo metafísico. Desde 1897 abandona los estudios sacerdotales y se hace empleado de banco y estudiante de ocultismo. Frecuente centros espiritistas y estudia el magnetismo con el Maestro Phillipe Niziers (Amo), así como Cábala con Jacques Charrot, uno de los discípulos de Eliphas Levi.

El Gnosticismo le atrae y lo estudia con Sophronius (Dr.Fugairon), así como la filosofía sintética con Revel. Se hace iniciar en la Masonería y más tarde en el Martinismo, prefiriendo luego la vía willermozista, es decir, de tendencia masónica. En 1901 abandona su primera vía gnóstica y da su adhesión a Synesius, patriarca gnóstico de gran valor. Publica sus primeros libros en 1902.

En 1904 publica "Primeros elementos de ocultismo". Se casa en 1905 pero, sin felicidad en este matrimonio, se divorciará en 1911.

En 1906 crece su actividad y publica "Elementos de Astrología" y un folleto sobre la "Pequeña Iglesia Concordatoria".

Se liga más íntimamente con Sophronius, el doctor gnóstico que tendrá sobre Bricaud una influencia quizás desfavorable, pues le lleva a querer ver todo bajo el ángulo de la razón fría, tanto que en 1907, ambos se separan del místico Synesius por hallarlo más poeta que filósofo y más artista que teólogo; siente demasiado y no discute bastante, por lo visto.

Después sigue Bricaud trabajando en pequeñas obras destinadas a difundir la Gnosis, de una manera "racional", ES DECIR, COMO DOGMA FILOSÓFICO. En 1908, Bricaud, aún sin asistir, se interesa por el gran Congreso Espiritual Internacional, organizado por Papus, bajo los auspicios del Martinismo, de cuya escuela Bricaud poseía el 3er. Grado desde 1903. Se había dedicado más, es verdad, como ya dije, al estudio de la parte willermozista, es decir, al filosofismo de logia y Bricaud se plegó a los que opinaban que Papus había reorganizado el Martinismo sobre bases deferentes del willermozismo, lo que era verdad, pues Papus hizo del Martinismo una escuela de Iniciación completa, mixta, mística y curando por millones.

Desde 1914, Bricaud recluta cada vez más adeptos de su vía martinista-masónica, en oposición a Papus, demasiado "ocultista" para la mentalidad masónica. Viene después la guerra de 14-18, esa guerra terrible de la cual Papus dio su vitalidad y después su vida por los que sufrían. El Hno. Bricaud es también movilizado en el 10º Batallón de Cazadores; pero su salud frágil y su título eclesiástico de Patriarca Gnóstico hacen que sea designado para el servicio auxiliar y dedica sus noches al estudio y a la organización de su Iglesia. Publica dos libros durante la guerra: "Armenia que agoniza" (1915) y "La Guerra y las profecías célebres" (1916).

Papus habiendo fallecido en 25 de octubre de 1916, su sucesor, el Ven:: H:: Téder, nombra al Hno. Bricaud, Legado de la Orden Martinista para la provincia de Lyon y la amistad entre Téder y Bricaud se hace cada vez más íntima. Después de la muerte de Téder, Bricaud toma en sus manos la dirección de la Iglesia Gnóstica Universal, de la Orden Kabalística de la Rosacruz Gnóstica y de la Orden Martinista y da toda la orientación que siempre había preconizado. El Martinismo, orientado en la forma willermozista y masónica, con exclusión de la Iniciación Mixta y volviendo a las formas tradicionales de la rama de Lyon, se desarrolla en Francia y colonias y en los países extranjeros con un ritmo menor que el Martinismo de Papus, en virtud de la necesidad de reunir solamente masones y de excluir a las mujeres. Publica aún varias obras, entre las cuales citaré. El Misticismo en la Corte de Rusia, La Misa negra Antigua y Moderna, El Maestro Phillipe, El Abate Boulan, Los Iluminados de Avignon.

Desde 1920 hace publicar "Les Annales Initiatiques", pequeño boletín trimestral que sirve de órgano de sus agrupamientos.

En 1929 se casa nuevamente, esta vez, con una dedicada compañera que le acompañará hasta su muerte, acaecida el 21 de febrero de 1934, a la edad de 53 años. Antes de fallecer, había empleado sus últimos años en escribir un resumen de noticias históricas sobre el Martinismo, el Rito de Menfis-Misraím, y había creado el boletín del Rito de M. Misraím. Nombró como sucesor al Ven. Hermano C. Chevillon. Esta es la actividad, muy grande y variadas en su forma, del Ven. Hno. Que dirigió las diversas corrientes europeas que cité con una dedicación y entusiasmo muy notables. Su vía iniciática puede ser resumida en la forma siguiente: hasta 1897, vía religiosa mística y búsqueda de su sentir.
En 1897, su contacto con Osvaldo Wirth lo lleva al estudio profundo del simbolismo. La Cábala, desde 1898, le atrae. En 1899 su correspondencia con el brahmán C. X. K. Robur, del Thibet, le llevan al estudio de las cosas orientales. Desde 1901, la vía gnóstica se arraiga en él de manera definitiva, y será en su aspecto filosófico especialmente, su Sendero Personal más elevado. Se hace cada vez más espiritualista científico, apartándose de los ocultistas de aspecto más psíquico.

Es un místico cristiano de elevada fe y de trabajo. Venerable, que recordamos en cada 21 de febrero, pues, aunque su Rama Martinista no se orientará en el mismo sentido que la de Papus, de la cual tomamos nuestra orientación, todos los que trabajan por el mismo ideal, bajo la misma denominación y mismos auspicios espirituales generales, debe sentirse hermanos.

LOS MARTINISTAS DESCONOCIDOS

Al conmemorar, también el 21 de febrero, a todos los Hermanos Martinistas Desconocidos se hace con eso un acto único en apariencia y tríplice en realidad, como explico a continuación:

Plano Moral y Fraternal Humano. - Rendimos fraternal y respetuoso homenaje a todos aquellos que, habiéndose sacrificado antes que nosotros en el Sendero, bajo los auspicios de nuestra Venerable Orden, nos han dejado: su ejemplo, sus obras y los resultados que son la base de nuestros actuales esfuerzos y la razón profunda de nuestras actuales posibilidades.

Plano Astral y Terrestre. - Al hacer con Sinceridad y Amor esa Ceremonia, ponemos en vibración en toda la Atmósfera Terrestre, las Ideas, las Vidas y los resultados ya obtenidos por dichos Hermanos Desconocidos y re-vitalizamos así lo que llamamos la Corriente Invisible de la Orden, en su parte pretérita "como origen " pero siempre presente como efectos.

Plano Espiritual. - Todos los Martinistas Desconocidos, en un grado cualquiera y por una modalidad que fue para cada uno de ellos la "mejor", por la sencilla razón de que cada uno tomó lo que era posible, llegaron al contacto de la Espiritualidad, por su Ideal y por su afán desinteresado de colaborar con los Grandes Seres, las Grandes Fuerzas o Jerarquías y la Gran Voluntad que anima los Universos. Al conmemorar la "Cadena espiritual de la Orden" constituida por la Parte del Espíritu Universal, que animó y anima a los Martinistas Desconocidos, damos así vida espiritual más intensa a la fórmula misteriosa del Martinismo. "A la Gloria, etc….", que condensa, con su Pantaclo central; todo lo que acabo de exponer… y mucho más.