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Monday, July 19, 2021

El Credo Filosófico Eliphas Levi

 

El Credo Filosófico
Eliphas Levi
el


Creo en lo desconocido que Dios personifica:
Probado por el ser mismo y por la inmensidad
Ideal sobrehumano de la filosofía,
Perfecta inteligencia y suprema bondad.

Creo en el infinito que el finito proclama;
Creo en la razón que no se debilita;
Creo en la esperanza y he adivinado el alma,
Sentando que el amor desprecia la muerte !

Creo que el ideal para nosotros se realiza
En los hombres con amor, espíritu y bondad
Justos de todos los tiempos, ustedes son mi iglesia ;
Y mi dogma tiene por ley la Universalidad !

Creo que el dolor es un esfuerzo para nacer,
Que el mal es para nosotros la sombra o el error del bien;
Que el hombre trabajando debe conquistar su ser
Que el bien es el amor y que Satán no es nada.

Creo que la misma esperanza vive bajo todos los símbolos,
Que el mundo tiene por ley la solidaridad;
Yo derroco el altar de todos los dolos,
Pronunciando dos palabras ; Justicia y Verdad.

Creo que por el derecho el deber se mide,
Que el más fuerte debe más y el débil menos;
Que tener miedo del verdadero Dios ,es injuriarle,
Pero que precisa unir nuestros esfuerzos a los suyos.

Creo que la naturaleza es la fuerza inocente
De la que jamás nuestro error abusa impunemente;
El mal hace al pensamiento activo y vigilante
Pero el es el remedio y no el castigo.

Creo que de la muerte desgarrando los velos,
Volveremos todos al hogar paterno:
¡La ignorancia y el error son las sombras de las estrellas
De las que el bien radiante es el centro eterno!



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Wednesday, July 14, 2021

Discurso de Instrucción

 

Discurso de Instrucción

A un Recién Recibido en los Grados
de Aprendiz, Compañero y Maestro Simbólicos de la
Orden de Los Élus-Cohen

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Este texto proviene de un documento que figura en los
fondos Jean-Baptiste Willermoz de la Biblioteca Municipal de Lyon (5.919-12).
Se trata de un Discurso destinado a instruir
a un miembro de la Orden de los Élus-Cohen
recién recibido en los
tres grados preliminares de la Masonería simbólica.
La ortografía y la puntuación han sido modernizadas.


Hermano mío, se os ha dicho en vuestro primer examen que la Orden encerraba conocimientos sublimes y los más capaces de satisfacer al hombre que piensa en conocer la nobleza de nuestro origen, la dignidad de la excelencia de nuestro ser, el fin para el que habéis sido creado, la gloria del primer estado del hombre en tanto que se mantuvo en la justicia, el género de prevaricación del que se hizo culpable para con el Creador, el justo castigo que recibió y del que todos sentiremos los efectos hasta el final de los tiempos, y por último, los medios de readquirir una parte de los derechos que ha perdido, si se le encuentra digno.

Tales son, Hermano mío, los objetivos sobre los que la Orden se propone instruiros en la medida que los merezcáis por vuestro propio trabajo y progreso, haciéndolo sin imprudencia y sin indiscreción.

En los grados que acabáis de recibir, nos habéis vuelto a trazar los emblemas de la incorporación del primer hombre en su primer estado de gloria, de su prevaricación, del justo castigo que recibió y que ha resultado reversible sobre toda su posteridad, y de su reconciliación con el Creador.

Vos nos habéis representado los emblemas de la creación de este universo físico de materia aparente, de la composición y destrucción del cuerpo, y finalmente de la reintegración de esa misma materia aparente en su primer principio.

Voy a trazaros un ligero esquema de las principales ceremonias que se han realizado sobre vos y que han podido escaparse en parte a vuestra atención; grabadlas bien en vuestra memoria, para meditarlas en paz y silencio, a fin de que podáis recoger con el tiempo todo el fruto que deseáis.

Habéis estado situado en el centro de seis circunferencias y del doble triángulo, ni desnudo ni vestido, despojado de todos los metales, las rodillas remangadas y los puños sobre los ojos, envuelto en tres tapetes: blanco, rojo y negro.

La actitud en la que habéis estado situado es cercana a la del niño en el seno de su madre, por la que habéis formado un triple triángulo, y representa a la materia en su primer estado de indiferenciación, o las esencias espirituosas destinadas a la construcción de este universo físico de materia aparente y la producción de todos los cuerpos que les están contenidos, indiferencia que no ha cesado sino después de que el espíritu del Creador hubo expandido, por su acción, orden y el arreglo según el plan que había sido concebido en la imaginación del Creador, para subsistir durante todo el tiempo que él ha fijado su duración, mediante un decreto inmutable.

Los seis círculos o circunferencias que habéis visto trazados a vuestro alrededor, os recuerdan los seis pensamientos inmensos del Creador, que han producido la creación universal, velada por los seis días de los que Moisés hace mención en el Génesis.

Vos debéis de concebir, Hermano mío, que el Creador, siendo eterno y no habiendo tiempo para él, con un sólo instante le es suficiente para operar todos los actos de su voluntad y, consecuentemente, no había ninguna necesidad de ese intervalo de tiempo al que llamamos “día”.

Esos seis días no son, por tanto, otra cosa que un velo que Moisés ha proporcionado para cubrir los medios secretos que el Eterno ha empleado para la construcción de su templo universal, y los seis pensamientos divinos que lo han producido, que aprenderemos a conocer por la adición misteriosa de tres facultades potentes y distintas que son en él, el pensamiento, la voluntad y la acción.

Reflexionad sobre esas tres Facultades, que encontraréis innatas en el hombre, y veréis que no es sin razón que se os enseña que ha sido creado a imagen de Dios, puesto que son el carácter que le distingue únicamente de todos los demás animales, y puede ser que encontréis en qué consiste esta semejanza divina, igualmente interna en él, que completa el número perfecto de sus facultades y que no puedo explicar ahora.

Ese velo dado por Moisés, es tan grosero, que el mismo Moisés desplegándolo no temió el realizar una contradicción evidente, ya que sitúa solamente en el cuarto día de la creación los dos astros luminosos que por su curso periódico fijan el intervalo del tiempo al que llamamos día.

¿Cuáles eran, según él, los tres intervalos que precedieron al cuarto? ¿Podemos pensar que un hombre tan iluminado caiga a propósito en tan gran absurdo? Debemos creer, más bien, que ha querido de alguna forma forzar a los hombres de deseo que quería instruir a buscar por si mismos el sentido misterioso que encerraban.

Debéis de concluir por este sólo ejemplo sobre el que me he extendido un poco para vuestra instrucción, que Moisés tuvo la misma conducta en muchas otras partes de sus escritos, en los que debéis de abandonar la letra con frecuencia, sobre todo en lo que enseña sobre el género de prevaricación de Adán, que produjo en toda su posteridad eso que denominamos el pecado original.

El nos representa al primer hombre en el momento en que fue tentado, revestido de una naturaleza gloriosa e incorruptible.

Es cierto, que en ese estado, una manzana debía de tener poco atractivo para él, ya que poco uso podía hacer de la misma; pero sea cual fuere el género de su prevaricación, vemos siempre una atroz desobediencia y un abuso de su potencia que se ha vuelto y se volverá muy funesta para su posteridad.

En efecto, cuando alcancéis a conocer la especie del crimen que cometió, a concebir toda su enormidad, veréis cuán injusto es que el hombre acuse a la Divinidad de ser la autora de los males infinitos que sufre en esta vida pasajera.

Estaréis menos extrañado del justo castigo que le sumió en las tinieblas, donde se encuentra enterrado, así como de la infinita misericordia del Creador, que lo mismo que castigó a su criatura le ha puesto los medios para readquirir lo que perdió por su falta.

Tal es, en efecto, la ceguera humana, que la incredulidad de la mayoría de los hombres funda sobre su repugnancia a sacar provecho de esos medios, sin darse cuenta que esa repugnancia no les es natural y que les ha sido sugerida por su enemigo común, que no contento de haber seducido al primer hombre, se esfuerza continuamente en tener a toda su posteridad en sus cadenas, obscureciéndole el juicio, ahogando en él lo que es el germen de la Verdad eterna que está grabada en nosotros.

Esta incredulidad tan condenable toma su fuente en los mismos libros que Moisés escribió para instruirnos.

Como un hábil médico que proporciona los remedios y los alimentos según el estado y temperamento de sus enfermos, ese gran hombre, repleto del espíritu de Dios, veló lo hechos que quiso transmitir para prevenir la debilidad de aquéllos a los que quería instruir.

El temió mostrar una luz demasiado viva a los ojos muy débiles para sostenerla.

Esta prudencia ha provisto de armas a los incrédulos, a veces forzados a reconocer en él un alcance de genio, sabiduría y de potencia superior al resto de los hombres, pensando más en recoger todas las aparentes contradicciones que han podido encontrar en sus escritos para atenuar la fuerza y la pureza de su doctrina.

Algunos, incluso han llegado a dudar de su existencia, atestiguada por toda una nación que ha presenciado las maravillas que operó en su favor; y uniendo la impiedad y la incredulidad, prefirieron mejor considerar ridículos los hechos más respetables que su ignorancia no podía concebir, a buscar de buena fe y en la simplicidad de su corazón, penetrar el velo misterioso con el que el escritor sagrado ha querido cubrirlos.

Dad las gracias al Eterno, que por su bondad infinita os ha revelado el deseo de conocer la verdad, que os ha conducido a este templo que será para vos un refugio contra los errores del siglo y donde podréis meditar en el silencio y la paz por su ley santa y sus obras.

Paso a la explicación del doble triángulo, que está formado por dos triángulos equiláteros, los cuales merecen una explicación particular.

El triángulo equilátero es, de todos los emblemas dados a los hombres, aquél por el que siempre ha habido la más profunda veneración aunque se haya errado algunas veces en la explicación que se le ha dado.

No es menos respetable, puesto que representa el principio de todas las cosas creadas, o sea la trinidad temporal que han confundido con la trinidad espiritual.

El espíritu puro y simple, no forma ninguna figura visible a los ojos de la materia.

La del triángulo no puede pertenecerle ya que no puede convenir más que a producciones temporales comprendidas en la creación universal.

Así, la Orden nos enseña que el primero de los dos triángulos sobre los que habéis estado emplazado, no representa otra cosa, sino los tres principios que constituyen el cuerpo, como son el azufre, la sal y el mercurio, o los tres elementos de los que provienen, que son el agua, el fuego y la tierra, o por último, las tres esencias que denominamos espirituosas que han cooperado en la producción de toda forma corporal, bien sea en lo terrestre o en lo celeste.

Los hombres, a medida que se alejan de su principio, se acostumbran a creer que la materia existía necesariamente por si misma y que, como consecuencia, no podía ser destruida completamente.

Si tal es vuestra opinión, es uno de los primeros sacrificios que deberéis de hacer para alcanzar los conocimientos a los que aspiráis.

En efecto, si vos atribuís a la materia una existencia real que nunca ha tenido, sería considerarla como eterna, como a Dios; es atacar la unidad indivisible del Creador en el que por una parte admitís a un ser espiritual puro y simple, eterno, y a un ser material, eterno como él, lo cual es absurdo de pensar.

Os enseñaré que el Creador quiso castigar el orgullo y la prevaricación de los primeros espíritus que habían emanado de su seno, y establecer para ellos un lugar de privación donde ejercieran por un tiempo inmemorial toda su malicia y poder que les era innato desde su emanación, concibiendo en su imaginación el plano de este universo físico para servirles de límite y separarlos de su Corte Divina.

El emancipó de su inmensidad divina seres espirituales con la facultad de producir las tres esencias espirituosas que debían de servir de base a toda forma corporal.

Esos espíritus que denominamos espíritus del eje del fuego central o fuego increado, produjeron, en efecto, según la facultad que era innata en ellos y la voluntad del Creador, esas tres esencias espirituosas, pero quedaron en un estado de indiferencia las unas respecto a las otras, formando eso que llamamos el caos, hasta que el Espíritu doblemente fuerte o la acción directa del Creador, mediante su descenso en este caos, hubo dado la vida y el movimiento a todo lo que era contenido, evitando la explosión por su retiro.

Desde entonces, todo tomó forma y cada parte tomó el arreglo que le fue asignado por la voluntad divina.

Estas son esas tres esencias o principios de toda corporización, que os son representadas por el primer triángulo, y al mismo tiempo he aquí el origen de ese famoso número ternario universal que ha tenido tan gran veneración entre los pueblos de la tierra.

El número ternario de las esencias espirituosas produce el número nonario, dado a la materia, sea mediante la adición de las tres esencias espirituosas de los tres elementos de donde provienen y de los tres principios corporales que, como ya hemos dicho, llamamos azufre, sal y mercurio.

Nosotros aplicamos el mercurio o principio activo a la tierra, el azufre o principio [principio vegetativo]7 al fuego, y la sal o principio sensitivo al agua.

Nos encontramos por lo tanto con el número nonario, que conocemos por ser el número de destrucción de esa materia aparente, en la adición mística de sus principios y multiplicando el número tres por sí mismo.

Es evidente que el más pequeño átomo de materia no subsiste sin la unión íntima de tres principios corporales que los mismos sabios del siglo reconocen que existen en todos los cuerpos.

Porque desde que esa unión cesa, el cuerpo se destruye y desvanece.

De lo que resulta que cada uno de esos principios, en tanto que coopere en conservar una forma, es siempre mixto y compuesto de otros dos, no difiriendo más que en el dominio sobre ellos en tal composición.

Estos tres principios reconocidos mixtos, cada uno separadamente, forman mediante su unión el número nonario.

Este número es reconocido por los sabios como el número de la destrucción, porque como el triángulo es la forma más simple que puede formarse, y no estando este sino formado por la unión de sus tres bases, dejaría de ser triángulo si viniese a separarse una de las bases; lo mismo sucede cuando el principio de vida que se encuentra insertado en todos los cuerpos, cualesquiera que sean, y que conservan la forma y el movimiento, viene a retirarse.

Entonces los principios corporales se disuelven, reintegrándose en los elementos y estos en las esencias espirituosas que los han producido, que a su vez retornan a su primer estado de indiferencia, siendo rápidamente reintegradas en lo que las ha producido.

Es así cómo este universo físico de materia aparente será prontamente reintegrado a su primer principio de creación tras la duración del tiempo que le está fijado y que ha sido concebido en la imaginación del Creador.

Aprended de ello, Hermano mío, el caso que debéis de hacer a esa materia de la que los hombres han hecho su ídolo y ved cuánto han abusado groseramente sacrificando por ella todo lo que les es más precioso.

El segundo triángulo hace alusión al cuerpo general terrestre o a la Tierra.

Esta es ternaria, estando compuesta por los tres principios universales, mercurial, azufre y sal, así como de todos los demás cuerpos comprendidos en la creación.

La Orden nos enseña que esta tiene ciertamente una forma triangular, y que se encuentra apoyada como un pibote en el eje del fuego central, que su superficie con todos sus habitantes, representada por el símbolo del triángulo, recibe las influencias de los cuerpos planetarios que la dominan y la substancian, poseyendo únicamente tres horizontes terrestres: Oeste, Norte y Sur, que os son representados por los tres ángulos del triángulo.

En efecto, reconocemos que el cuerpo terrestre no tiene fijo el Oriente, lo que está probado por la cuadratura del círculo que los hombres buscan desde hace largo tiempo y no pueden encontrar.

Su verdadero Este es perpendicular y le viene de lo alto.

Este sistema, tan diferente a todos los sistemas adoptados por los sabios del siglo, os asombrará sin duda, pero acostumbraos en buena hora a suspender vuestro juicio sobre la naturaleza de las cosas que están por encima de vuestro alcance hasta que hayáis adquirido las luces que os señalen, para juzgar sanamente, y que podéis adquirir por el tiempo, y merecer por vuestro propio trabajo el juzgar mejor por vos mismo la verdad de las cosas que se os instruirán.

La Orden no exige de vos una confianza ciega sobre todo lo que se os enseñe.

Se os instruye de hechos y se os deja en libertad de comparar, pero falta aportar en ese examen el que permitáis una docilidad de corazón y de espíritu que os permita dejar ver la verdad a través de las nubes de que los hombres están cubiertos.

No hay nada más contrario al avance de los hombres en las ciencias que el prejuicio; este obscurece el entendimiento y le presenta los obstáculos como invencibles, los cuales podría superar con soltura con un espíritu liberado de toda prevención.

No sigáis aquí la marcha ordinaria de los hombres que se pierden en vanos razonamientos y no se ponen jamás de acuerdo entre ellos en los puntos más importantes.

Escuchad en silencio las instrucciones que os serán dadas, meditadlas en paz y solicitad sin cesar la inteligencia al autor de toda luz y de toda verdad que es el único que puede dárosla de una forma que disipe plenamente todas vuestras dudas.

El segundo triángulo hace por tanto alusión al cuerpo del hombre, que es también nonario en sus principios constitutivos y en su división.

Tiene también una forma triangular, como el cuerpo general terrestre del que es la repetición, así como de toda la creación universal, puesto que se nos ha enseñado que es el pequeño mundo.

Digo que es ternario en sus principios constitutivos, puesto que está formado de tres elementos o primeros principios que componen el armazón: el mercurio, el azufre y la sal.

Nosotros aplicamos el mercurio a la tierra, a lo sólido o a lo óseo, el azufre o el fuego a lo fluido o a la sangre, la sal o el agua a la carne o al desarrollo del cuerpo.

Es ternario en su división como la creación universal en la que reconocemos realmente tres partes muy distintas, a saber, la terrestre, la celeste y la supraceleste.

Lo mismo que en el cuerpo del hombre distinguimos el vientre o parte vegetativa, que corresponde a la parte terrestre, el pecho o la parte animal, que corresponde al celeste y la cabeza o parte espiritual que corresponde al supraceleste.

Encontramos la misma división en el templo elevado a la gloria del Eterno por Salomón, que construyó sobre los planos dados a David, por el Supremo Arquitecto, siendo también una repetición del cuerpo del hombre y de la creación universal.

Vemos efectivamente el porche, que corresponde a la parte inferior del cuerpo del hombre o al vientre, así como a la parte inferior de la creación de la tierra; después viene el templo que corresponde al pecho y al celeste; finalmente, el santuario, que corresponde a la cabeza del cuerpo del hombre y a la parte supraceleste de la creación universal.

Cuando sea el tiempo, os explicaremos las relaciones del Santo de los Santos con los otros dos.

Me limito en el presente a presentaros lo que se encuentra comprendido en la creación universal, no comprendiendo en esta división principal del cuerpo del hombre más que cuatro miembros que sólo están adheridos al tronco y que nos servirán, bajo otro punto de vista, para haceros sentir otras relaciones.

En efecto, añadid el número de esos cuatro miembros a la división ternaria que os acabo de hacer y encontraréis el número septenario de los cuerpos planetarios que se encontraban representados en el Templo de Salmón.

Para sentir mejor la relación, examinad el emplazamiento de cada uno.

Como Saturno, que es el más elevado, dirige y gobierna todos los planetas que le son inferiores, la cabeza o la parte espiritual que representa, preside y gobierna el resto del cuerpo.

Contad por un lado la cabeza y los dos hombros que representan a Saturno, Marte y Mercurio, y por otro, al vientre y los dos muslos, que os representan igualmente a Júpiter, Venus y la Luna.

Encontraréis en el centro de esta división el pecho o el corazón que, por su acción vivificante sobre todas las partes del cuerpo os representa al Sol, situado en el centro de los otros seis planetas sobre los que expande sus influencias.

Podría haceros sentir otras relaciones interesantes sobre el cuerpo del hombre, que no es otra cosa que una Logia o un Templo dispuesto por el Creador para recibir al ser espiritual divino que ha sumergido, enviándolo para dirigir el pequeño mundo verdaderamente, o la repetición de su templo universal, que es la Creación.

Me contento con explicaros el sentido de algunas palabras misteriosas que los masones apócrifos emplean, sin dar jamás ninguna explicación satisfactoria.

Dicen, hablando de su Logia, que tres la forman, cinco la componen y siete la hacen justa y perfecta.

Aplicad estas palabras a la Logia del hombre que contiene al espíritu del Menor que la dirige y encontraréis el sentido de dichas palabras.

Tres la forman.

Habéis visto, en efecto, que el cuerpo del hombre proviene de los tres principios de toda corporización, y habéis visto también que son aplicados a los huesos, a la sangre y a la carne, cuya unión proporciona realmente una forma determinada al cuerpo, pero ese cuerpo no será susceptible de ningún movimiento ni de flexibilidad si no añadimos los nervios y los cartílagos, cuya suma a los tres primeros compone realmente y perfecciona el armazón del cuerpo.

He aquí el número quinario, pero no sería más que un cadáver si el alma o el centro de la vida pasiva que le es común con todos los animales, no viene a darle el movimiento.

Es después de esta operación que adquiere la exactitud, repitiéndose en el número senario de la Creación.

No podéis dudar de que el hombre no sea distinguido de los demás animales por la presencia de un ser libre e inteligente que le dirige.

Es el descenso o la incorporación de ese ser espiritual divino emanado a imagen y semejanza del Creador en el cuerpo del hombre, que le da toda la perfección de que la Logia es susceptible.






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Friday, June 18, 2021

El Concilio de Nicea y el Arrianismo

 

El Concilio de Nicea y el Arrianismo
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En el año 325 d. C. se convocó el Concilio de Nicea principalmente para resolver la disputa sobre el arrianismo junto con la controversia de la pascua. Esta disputa hizo que se derramara mucha sangre, y constituyó un capítulo oscuro en la historia.

La insistencia de Arrío

Arrío ocupaba una posición prominente como presbítero de la Iglesia de Alejandría en Egipto. Él provocó la crítica pública insistiendo en la siguiente doctrina:

Cristo es el Logos encarnado (λóγoς en griego significa “Palabra” o “Verdad”).
Cristo es capaz de cambio y sufrimiento.
En consecuencia, el Logos es mutable y no es igual a Dios.

Según la insistencia de Arrío, Jesús no es Dios sino solo una criatura, por tanto no es eterno; y así como el Hijo es la primera creación de Dios Padre, el Espíritu Santo es la primera creación del Hijo.

Arrío fue un propagandista habilidoso, que usó el poder de la persuasión para presentar efectivamente sus enseñanzas en canciones y en proverbios concisos que las personas podían comprender y memorizar fácilmente. Sus enseñanzas se expandieron ampliamente y fueron cantadas aun por personas comunes, como los pescadores.

Luego Alejandro, el Obispo de Alejandría, convocó a un concilio que condenó y exilió a Arrío. Expulsado de Alejandría, Arrío viajó a Palestina, apoyado por otros obispos orientales.

Como cierto número de líderes y obispos cristianos fueron convencidos por Arrío, empezaron los problemas. La creencia tradicional en la divinidad de Cristo, que había sido transmitida desde la época apostólica, empezó a ser cambiada por Arrío. El punto de vista de Arrío se expandió entre el pueblo y el clero alejandrino, y el Arrianismo se convirtió en un problema mundial.

El Concilio de Nicea

En el año 325 d. C., el emperador romano Constantino, que se hizo llamar “patrón de la iglesia”, convocó a todos los obispos cristianos a Nicea para resolver la disputa sobre la pascua y el arrianismo. Todos los gastos incurridos durante el concilio fueron pagados por la Casa Imperial.

En ese momento, hubo un gran defensor de la fe contra Arrío. Su nombre era Atanasio, él era un griego de Alejandría. Atanasio se opuso implacablemente a la doctrina de Arrío, insistiendo en que Cristo es igual a Dios.

Hubo veinte simpatizantes arrianistas entre más de 300 obispos que se presentaron en el Concilio de Nicea. El emperador Constantino les ordenó crear un “credo” que todo el cristianismo siguiera y obedeciera, una doctrina que sería llamada el “Credo de Nicea”, que declaraba que Dios y Jesucristo son la misma sustancia. Constantino ordenó que todos los obispos firmaran el credo, y amenazó con exiliar a todo aquel que no lo firmara, declarándolo hereje. En el Concilio de Nicea, se desaprobó el Arrianismo, y Arrío fue desterrado a Ilírico, junto con dos obispos de Libia, Theonas y Secundus, quienes se negaron a firmar el credo.

El regreso de los Arrianos

Dos años después, Arrío declaró que se había arrepentido. Luego él y los obispos que habían sido excomulgados regresaron a la iglesia. Después de su regreso del exilio, propagaron su influencia secretamente, enseñando su doctrina, y empezaron a tomar represalias contra sus oponentes.

Ellos enjuiciaron a sus oponentes por inmoralidad o por difamación contra Helena, madre del emperador Constantino. Después, atacaron a Atanasio, obispo de Alejandría, y lo exiliaron.

El emperador que apoyó el Arrianismo

Arrío murió en 336 d. C. y el siguiente año murió Constantino. Los seguidores de Arrío publicaron su doctrina y propagaron gradualmente su influencia. En ese momento, el Imperio Romano era gobernado por los tres hijos de Constantino: Constantino II (occidente), Constante (centro), y Constancio (oriente). Ya que Constantino II apoyó la doctrina de Nicea, llamó a Atanasio de su exilio. Constante también apoyó a los nicenos y a Atanasio, pero Constante fue diferente: él apoyó a los arrianos porque era el gobernador de la parte oriental del imperio, que fue intensamente influenciada por el Arrianismo.

Años después, murió Constantino II, quien dejó a Constante como el único gobernador del imperio occidental. Diez años después, Constante fue asesinado y todo el imperio romano se unió bajo Constantino, que había gobernado el oriente. Como lo mencionado anteriormente, Constancio fue simpatizante de los arrianos. Por tanto, todo el imperio quedó bajo el gobierno del emperador arriano, quien forzó a todos los obispos a aceptar el credo arriano que decía que el Hijo no se parece al Padre. Liberio, el obispo de Roma, también aceptó este nuevo credo antes de ser desterrado.

El emperador Juliano, un seguidor del paganismo

Tiempo después, las tropas romanas que habían estado apostadas cerca a París desobedecieron el mandato del Emperador Constantino y se amotinaron contra él, y proclamaron a su líder, el emperador Juliano. Pero, Constantino murió antes de que ambos se enfrentaran en batalla. En consecuencia, Juliano se convirtió en el emperador de Roma. Él era sobrino de Constantino, pero no creía en el cristianismo. Por el contrario, era devoto de los Misterios Eleusinos y trató de restaurar todas las antiguas religiones paganas. Él también sacrificaba a sus dioses paganos bajo su autoridad como Pontifex Maximus (el supremo sumo sacerdote de la antigua religión romana, un mediador entre los dioses y el pueblo; desde hacía mucho tiempo, los emperadores romanos habían servido como sumos sacerdotes del dios sol; y Constantino y sus hijos usaron la autoridad de su posición como Pontifex Maximus para interferir en los asuntos eclesiásticos).

Juliano adoptó la política de tratar equitativamente a todas las religiones. Después la religión pagana revivió y el número de sus seguidores empezó a incrementarse. Llamó a sus puestos a todos los obispos exiliados por Constante, para fomentar la división entre ellos; su propósito final fue derrocar el cristianismo. Reconociendo esto, sin embargo, los obispos de todas las regiones excepto África se unieron contra Juliano y el paganismo.

El desbaratamiento del Imperio Romano y la caída de las naciones arrianas.

Cuando Juliano murió, fue sucedido por Joviano, un cristiano. Sus sucesores fueron todos cristianos, y fueron generosos tanto con el credo de Nicea como con el Arrianismo. A mediados del siglo V, no obstante, el Imperio Romano empezó a declinar rápidamente hasta que los godos bajaron del norte; ellos avanzaron hacia el Imperio Romano, y dividieron su territorio y lo ocuparon. En ese tiempo, muchos líderes cristianos fueron tomados cautivos, y ellos evangelizaron a los godos. Algunos cristianos incluso se ofrecieron voluntariamente para ir entre los godos a predicarles. Los seguidores del arrianismo expandieron el cristianismo arriano entre los hérulos, los vándalos y los ostrogodos. Pero estas tres tribus góticas fueron destruidas una tras otra por el Papado.

Los efectos del Credo de Nicea y del Arrianismo

Más tarde, el Credo de Nicea fue aceptado y legitimado. Este “Trinitario” de Nicea fue adoptado como una fórmula básica de creencia por la Iglesia Católica Romana, que lideró la edad oscura, y también por muchas iglesias protestantes que aparecieron después de la Reforma. Sin embargo, aún existen muchas denominaciones, como los Testigos de Jehová, que niegan la divinidad de Cristo, insistiendo en que Dios Padre y Dios Hijo no son la misma esencia. Ellos pueden ser llamados los “arrianos modernos”.

Las limitaciones del Credo de Nicea

Aunque el Concilio de Nicea rechazó el arrianismo y adoptó el Credo de Nicea, proclamando que el Hijo es un solo ser con el Padre, este credo no se acercaba al núcleo de la “Trinidad”. El Credo de Nicea presentó el concepto de que “Dios Padre es Dios Hijo”, describiendo a Jesucristo como “el único Hijo del Padre” o como “un ser de una sustancia con el Padre”, pero este concepto es muy vago. Esa es la razón por la que muchos cristianos e incluso los teólogos de hoy en día, que dicen creer en la trinidad, no pueden aceptar plenamente el hecho de que “Jesucristo es Dios”, aunque admiten que “Jesús es el Hijo de Dios”.

Por ello, algunas iglesias predican doctrinas extrañas como: “Dios Hijo es considerado igual a Dios Padre, porque el Hijo hace las mismas cosas que el Padre”.

Esta falta de conocimiento bíblico ha creado muchas doctrinas falsas similares a las enseñanzas arrianas, que enfatizan la divinidad de Cristo. Esto a su vez hizo que la gente indujera la deidad de Cristo interpretando la Biblia a su propia manera.

Además, hay declaraciones explícitas acerca del Espíritu Santo en el Credo de Nicea. Por eso, desde el Concilio de Nicea las iglesias cristianas simplemente han enseñado que el término “Trinidad” es como una doctrina teológica solo en nombre. En consecuencia, ni siquiera comprenden los puntos esenciales de la Biblia y no alcanzan el entendimiento bíblico del hecho de que “Dios Padre es Dios Espíritu Santo” y que “Dios Hijo es Dios Espíritu Santo”.

La trinidad, la verdad bíblica

La trinidad no es una simple teoría que pueda ser afirmada o negada como una doctrina teológica, sino que es la verdad bíblica que ha sido enfatizada desde la iglesia primitiva. La verdad es lo que Dios personalmente nos ha enseñado (Mi. 4:1-2), y no algo que puede ser creado por la disputa de los teólogos en un concilio religioso.

Satanás no quiere que tengamos conocimiento de Dios. Ya que él sabe que el pueblo de Dios será destruido si no tiene conocimiento de Dios (Os. 4:1-6), ha propagado el espíritu del anticristo en todo el mundo. Los que son engañados por él, niegan la trinidad, o aunque reconozcan la trinidad con sus labios, la niegan en su corazón. Ellos tienen esa clase de doble fe.

¿Cómo podemos juzgar las cosas hasta que el Espíritu de verdad venga (1 Co. 4:5)? Ya que él vino y nos trajo la luz que está escondida en la oscuridad, ahora hemos venido al conocimiento de Dios y hemos pasado de la destrucción a la vida.

“Y serán todos enseñados por Dios” (Jn. 6:45). Según esta promesa de Dios, hemos comprendido las palabras de la verdad. Dando gracias a Dios que siempre está con nosotros, hasta el último día, como el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, debemos dedicar todas nuestras fuerzas a guiar a todas las personas del mundo al camino de la salvación, transmitiéndoles el correcto conocimiento de Dios.





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Fuente: PORTAL MARTINISTA DEL GUAJIRO





Thursday, June 17, 2021

Alocución a los Neófitos

 

Alocución a los Neófitos

“Esta alocución fue dirigida en Francia, hace mas de 80 años,
por un S6 I6 I6
a un grupo de adherentes que estaban siendo preparados para recibir la Iniciación Martinista”.

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“Sus conceptos delimitan plenamente la esfera y finalidades de los estudios de Nuestra Venerable Orden”.

Debe meditarse cuidadosamente, en su si significado y trascendencia, como un paso más en la preparación que debe culminar en la Iniciación al Grado de “Asociado Martinista”.

“Tú que estás en el umbral de un misterio."

¿Que fuerza te empuja a afrontarlo?

¿Es simplemente curiosidad?

¿Quieres con mano impía levantar el velo que esconde lo que solamente pueden revelar grandes estudios?

“Si este es tu propósito, retírate y no sigas adelante ya que la nuestra es una obra de trabajo; no una diversión”.

¿Persigues la satisfacción de los instintos groseros y la dominación del Mundo?

¿Esperas encontraren estos estudios la posibilidad de saciar tus pasiones, tus odios, tus amores, tus ambiciones y tus rencores?

“En tal caso, nuestros estudios no están destinados a ti, su contenido no te proporcionaría más que desilusiones, ya que el objeto que se proponen es totalmente diferente, aun mas, completamente opuesto”

¿Deseas el beneficio material?

“No será aquí donde lo encuentres; nuestros estudios son desinteresados y buscan dar a todos la felicidad proporcionada por la paz del alma y del bien hecho a sus semejantes”.

“Aquí no hay ninguna idea ambiciosa”.

“Simple curioso y ambicioso, que crees haber nacido para conquistar el mundo; nuestra obra no ha sido hecha para ti, ni para las, almas, que albergan un núcleo de vanas pasiones”

“Tú no puedes dar lo que solicitan estos trabajos: un corazón tranquilo y un alma fuerte”.

“No hablamos él mismo lenguaje y los conceptos que emitiríamos no harían más que agrandar la barrera que nos separa; así es que, si no modificas tus anhelos, no sigas, ni intentes levantar el velo”.

“Pero tú, que has sufrido intensamente y a quien el dolor ha revelado la palabra del gran enigma que conduce al umbral del camino verdadero; tú, que quieres evadir de la tormenta y devolver bien por mal”.

“Tú, que sinceramente deseas que los demás participen de la paz divina que el sufrimiento ha hecho nacer en tu corazón, dedícate a estos estudios: te están destinados, junto a todos los que se apasionan en la búsqueda desinteresada del bien y de la verdad”.

“Tu, que vienes a nosotros embargado por estos sentimientos, sigue valientemente el camino iniciado”.

“Es el camino que en tu angustia buscas y al final del cual encontrarás la alegría que proporciona la fuerza tranquila y soberana y la paz divina que no se encuentra más que siguiendo el camino del bien”.

“Nosotros te ayudaremos a encontrarlas fin de que tu cosecha sea dulce como clara fue la recolección; el dolor es un sembrador cruel, pero muchas veces necesario”.

“Con toda seguridad puedes entregarte a estos estudios que te seducen y en cuya práctica hallaras las energías deseadas”.

“Si tu sola ambición es perfeccionarte en el silencio, acelerar la evolución de tu espíritu, sin miramiento a la opinión ajena, estudia y trabaja; el resultado no se hará esperar, sobrepasara el límite de tus esperanzas”.

“Si tu corazón, restringido en la vida material, aspira a mas hermosos y vastos horizontes, sigue las trazas de los Iniciados; ven con nosotros siguiendo el camino que conduce hacia la luz, ven y veras brillar una vida nueva bajo la caricia de un sol siempre radiante, La Verdad, la Alegría y la Paz brillan en La cumbre del camino”.

“Ven, estamos a tu lado para sostenerte”.

“Nuestras obras no contienen nada nuevo”.

“Loca pretensión seria imaginar que se renueva siguiendo a los Sabios y a los Iniciados”.

¿No han expresado ellos en todos los tiempos las verdades eternas, siguiendo su propia naturaleza y su propia misión?

“Si estas palabras sirven para expresarse”

¿Es necesario adaptarlas a la vida moderna para que su fruto sea más abundante?”.

“Las palabras, no siendo nuevas”,

¿Pierden fuerza?

¿No se escucha siempre con agrado una vieja música oída infinidad de veces?

¿El que ama no experimenta una gran erosión oyendo murmurar de nuevo, palabras que lo colman de felicidad?

¿No le son cada día más queridas?

¿El corazón enamorado, no vibra siempre dulcemente al evocar dulces recuerdos?

“La ciencia que tú buscas, es una ciencia de todos los tiempos”.

“Su finalidad es perfeccionar al ser humano y hacerlo feliz, no procurándole satisfacciones groseras y envilecedoras, sino haciéndole conocer su lugar exacto en el mundo, revelándole el objeto qué debe alcanzar”.

“Los elementos de esta ciencia, están repartidos en muchos libros”.

“Lejos de las miradas profanas, encontramos singular placer en hojear los viejos tomos donde duerme la Sabiduría del mundo, en descifrar los enigmas con que los sabios se vieron obligados a ocultar en los tiempos de las persecuciones, en encontrar, en el símbolo de las antiguas religiones e iniciaciones, los pensamientos que rejuvenecen y vivifican nuestro espíritu”.

“Nos proponemos enseñar una ciencia; pero”

¿Cuál?

“Esta ciencia confiere poderes; pero”

¿Cuáles?

“Los autores antiguos han enseñado las iniciaciones severas y mesuradas que se daban en sus templos”. Indicando con palabras cubiertas, pero claras al que quiera entenderlas, los dones sublimes que resultaban del trabajo arduo, al cual se libraban”.

“La humanidad puede enorgullecerse del magnífico patrimonio que representan”.

“Trabajando se produce una magnifica reacción”.

“La intuición, que todos poseemos en estado latente y en grados diversos, no es ya en el adepto, un don caprichoso sumido a variaciones imprevistas”.

“Esta intuición llega a ser un sentido perfeccionado y llega a gobernar lo mismo que la vista y el oído”.

“Se aprende a ver y sentir, no solamente los hechos que afectan directamente los órganos sensibles, sino también los que se encuentran lejos de este radio de acción y hasta los que se producen en el mundo interior del alma”.

“Lo mismo puede decirse de las demás facultades, que adquieren un perfeccionamiento y una flexibilidad, que sobrepasan todas las previsiones”.

“Salustio lo ha definido perfectamente diciendo”:

“La finalidad de la iniciación es elevar al hombre hasta Dios”

“El platónico Proclus añada”:

“La iniciación sirve para retirar al alma del mundo material, llenándola de luz”

“Para ver la vida bajo un nuevo aspecto, se nos concede más hermosura moral y más energía física e intelectual, resumiéndose en un desenvolvimiento integral de todo el ser hacia una hermosura más perfecta”.

“La iniciación nos permite sentir los ritmos y las armonías que convierten la vida en algo tan maravilloso, como los más hermosos poemas y también nos, permite conocer las leyes que rigen los hechos tangibles, y, que, como ritmo del universo, nos muestra la necesidad de conocerlos”.”

“Un nuevo ciclo empieza para ti, ya que cedes al placer apasionante de la ciencia”.

“Gustarás de todos los encantos de una nueva vida si sabes reflexionar y comprender bien las enseñanzas que vas a recibir”.

“No es solamente una enseñanza teórica, sino también una doctrina moral e intelectual y un llamamiento que tiene por objeto modificarte profundamente”.

“Sigue los consejos que te serán dado y sentirás crecer tu espíritu para abrazar las magníficas ideas eternas”. Tu corazón se abrirá fraternalmente al amor”.

“En ti, como en un diamante en bruto, reside una fuerza qué puede hacer milagros; por lo que se refiere al diamante, primeramente ha de ser arrancado a la piedra y es necesario que sea tallado para recibir el beso puro de la luz e irradiarla en colores centellantes”.

¿Qué será la luz: sí la recibieras tú, sin proyectarla sobre el mundo, con la misma potencia y dulzura que te sea dada?”

“Quizás este trabajo te parezca pesado; no lo es en absoluto”.

“La soledad puede convertir en áridos los más admirables pensamientos, sobre todo cuando es necesario valerse por sí mismo para adquirirlos”.

“En este caso, en cambio, estarás sostenido y ayudado, te sentirás en perfecta armonía con un grupo fraternal que comparte tus sentimientos”.

“La soledad que has experimentado, te ha hecho reflexionar”.

“Las desilusiones que has sufrido te han llevado a considerar este mundo y a la vida bajo un prisma más exacto”.

“Librado a ti mismo, has vertido en el crisol duro de la prueba, todo lo que dañaba la pureza de tu visión”.

“Has dudado del bien y del mal; te has sentido a la deriva, sin tener apoyo ni en ti mismo, contra el desespero que te acongojaba”.

“Ahora, con paso seguro, marcharás hacia la luz que presientes y buscas y que, algunas veces se ha revelado, en el fondo de tu ser agitado en forma de breves relámpagos, como un brillante espejismo”.

“Estos relámpagos pasajeros se convertirán en una claridad fuerte y constante que no dejara de iluminar todos los tránsitos de tus caminos, La sombra se disipa completamente cuando se busca la luz fuera de las tinieblas del egoísmo”.

“La vida se abre ante tus pasos; la vida tal como es y debe ‘ser, la vida en su hermosa plenitud”.

“Vas a dirigirte hacia el conocimiento de lo que tú solamente imaginas y que te acoger con la bienhechora paz, conceda a los que trabajan”.

“Delante de ti van a revelarse los vastos horizontes del pensamiento, embriagando al mismo tiempo tu mirada y tu espíritu”.

“La esplendidez de estas visiones serenas es tan grande y tan perfecta que su hermosura penetrar hasta el fondo de tu corazón, con la armonía de un canto”.

“Guiado por estos encantos suaves avanzarán con alegría creciente, hasta llegar al templo de la Sabiduría”.

“Considerando que estamos rodeados de fuerzas, muchas de ellas malignas, debemos procurar no ser presa fácil”.

“Para conseguirlo con éxito no hay más camino que hacer un llamamiento a las fuerzas superiores y constructivas que nunca nos niegan su ayuda”.

“Una vez conocidas, e invocadas, nos es posible salir de la tormenta, buscar y encontrar la paz del corazón, la expansión del espíritu y el ritmo de la evolución”.

“Tú, que te has acercado a estos estudios, con toda seguridad experimentas, la sensación de que no estás solo; une tus esfuerzos al de otros, viéndote al mismo tiempo ayudado, y sentirás revivir tu maltratado corazón”.

“Debes empezar por conocerte a ti mismo”.

“No sin causa determinada los antiguos habían hecho de este conocimiento el primer estudio de su iniciación”.

“Debes saber cuáles son tus cualidades y tus defectos, debes desarrollar las unas y eliminar las otras”.

“Purificarse ha sido la primera, parte de todas las Iniciaciones y han sido practicadas en todos los templos y en todas las agrupaciones de filósofos”.

“Primeramente has de depurar tu cuerpo; debes darle por medio de una higiene racional, las fuerzas y la potencia que puede haber perdido o por una enfermedad o por una alimentación defectuosa, o por falta de aire y ejercicio, igualmente perjudiciales”.

“Debes adoptar una regla de la vida más sana, basada en los, principios que regirán tu conducta”.

“Tu cuerpo debe obedecer a tu espíritu, y, si no estuviera en disposición de seguir al movimiento del pensamiento”,

¿Para qué te serviría?

“Sería necesario considerarlo un mal servidor”.

“Si sigues las reglas que te aconsejaremos, adaptarás tu economía material y los órganos que te estén sometidos a unos ritmos, que son el eco de los ritmos superiores”.

“Por medio de esta cultura te adherirás al plan divino”.

“Cumplido este precepto, será necesario que efectúes la educación de tu espíritu”.

“Te esforzarán de obtener de él, una dirección más segura y una voluntad tranquila y activa”.

“Debes desarrollar en ti estas facultades, y no abandonarte a la idea que no puedes adquirirlas”.

“Desarrolla también tu discernimiento, ya que, sin él, la voluntad es como una barca sin piloto abandonada a los escollos del mar de la vida”.

“Cultiva también el silencio; en él te serán revelados los, poderes ocultos”.

“Trata de obtener la calma en tus pensamientos para que armoniosamente se desarrollen”.

“Calla, y ante las manifestaciones de opiniones contrarias, reflexiona”.

“Tu fuerza consistirá en decir, al final, la palabra conciliadora que une todas las opiniones”.

“Tu solo no puedes poseer toda la verdad”.

“Ten calma y tu ejemplo será más eficaz que las palabras”.

“Es el primer paso que debes dar para la obtención de los altos poderes, la conquista de las fuerzas en ti y a tu alrededor”.

“En seguida, efectuarán la educación del corazón”.

“La mayoría, sobre todo los que han sufrido por esta causa, olvidan este cuidado tan necesario y están en la creencia de que proceden bien negándosele todo al corazón; estos males son consecuencia de escuchar demasiado los propios impulsos”.

“Finalmente, tratarán de refrenar la impulsividad y el entusiasmo exagerado”.

“Quizás, atraído por cualidades exteriores, te sientas empujado hacia personas que no estén a la altura de tu ideal elevado y a los que no puedes pedirles un intercambio de ideas similares a las tuyas, y cuando se manifiestan contrariamente a tus deseos, te causan una profunda contrariedad”.

“Esto sucede por juzgar a los demás a semejanza propia, lo cual debe evitarse cuidadosamente”.

“El dolor sufrido tiene la ventaja de que te servirá de experiencia y guía para los futuros acontecimientos”.

“Su papel consiste en iluminarnos para que sepamos comprender los que nos conviene; también nos enseña a tener paciencia para esperar la manifestación de los sentimientos ajenos”.

“De todas maneras, refrenar los impulsos del corazón, no quiere decir suprimirlos, sino todo lo contrario”.

“Cuando tu camino aparezca seguro, animado por los mejores sentimientos podrás buscar la alegría y el cariño de un afecto compartido”.

“La satisfacción de haber encontrado el ideal soñado, te proporcionará dichas jamás sentidas, ya que el objeto de tu búsqueda no será el de un deseo momentáneo o de una victoria pasajera, sino una comunión de ideas que te llevará a desear el bien del ser amado antes que el tuyo propio”.

“Tu corazón se dilatará y, dejando aparte los sentimientos conocidos, aprenderás a amar la Naturaleza y a extraer de su seno amigo, lecciones de calma, de bondad, de dulzura y de fraternidad universal”.

“Gustarás de la expansión de una vida nueva y de la alegría superior de comprender lo que empezaste por seguir a ciegas”.

“La Naturaleza misma te ofrecerá la enseñanza de los altos poderes”

¿Qué más puedes desear?

“Tendrás estas facultades que pertenecen a los Iniciados, si eres digno de ello, y lo serás, si en lugar de pedirles la dominación, no les pides más que la posibilidad de socorrer a los que sufren y ayudar a los que buscan su camino; para que, a semejanza del sol, irradies sobre el Universo todas las fuerzas bienhechoras”.

“El Verbo humano, modelo de fuerzas elevadas, tienen poderes ilimitados, asequibles al que sabe hacerse dueño de ellos”.

“Los experimentarás y podrás conocer la potencia mágica de que está dotado todo ser humano, cuando la Iniciación se le ha revelado y ha sabido conquistar su imperio interior”.

“La realidad de los hechos se vuelve siempre contra nosotros, cuando han sido efectuados bajo intenciones egoístas”.

“Peladan ha dicho”:

“El que pida al Hermetismo el poder de la seducción, de vencer a sus enemigos y de humillar a sus rivales, perecerá”.

“Es la transposición mágica de las palabras de Cristo”:

“El que hiera con la espada, perecerá con ella”.

“A tu alrededor irradian fuerzas y vibraciones inéditas que puedes crear dirigir a tu gusto”.

“Esta atmósfera física influye en los que te rodean y hasta puede obrar a distancia”.

“Una vez que hayas penetrado en este arcano, que no se confía a la ligera, conocerás el secreto del Poder y de la Atracción, si es servido por las fuerzas misteriosas”.

“A medida que el Templo de la Iniciación abra sus inmensos horizontes, tu vista se extenderá sobre Mundos que, en tu ignorancia, no habías sospechado”.

“Entonces concebirás cuál es tu verdadero sitio en el Universo y verás que no tienes más valor, que el de una célula consciente en la marea de la vida”.

¿Por qué tiene orgullo?

¿Qué eres en el cosmos inmenso?

“Compara tu pequeñez con la grandeza del infinito y perderás el orgullo mezquino y las vanidades insoportables que ayer te parecían tan importantes”.

“Si la meditación es mortal a tu vanidad, acrecentarás tu felicidad”.

Pequeña célula consciente, debes concebir la idea sublime de que estás sometido a los Ritmos y que los Ritmos son los mismos, desde el átomo al astro, y te verás sometido, como todo lo que te rodea, a los Ciclos inconmovibles, bajo su cambiante aspecto”.

“Examina el Ciclo de las estaciones; estudia las horas de invierno sobre la tierra todos nos parece muerto y sin esperanza; las hojas y las flores han perecido”.

“Transcurre el tiempo; el alma despierta de un sueño pesado y la Naturaleza retoña bajo la caridad del sol”.

“Es la primavera, es la esperanza, es la promesa de una vida nueva, es la certeza de las próximas cosechas”.

“El sol ardoroso que dora los trigos no sé hace esperar, todas las flores abren sus corales, los frutos están prontos a madurar”.

“También pasan los días radiantes y ardorosos y el otoño enriquecido con los frutos que la primavera prometió, nos lleva a las realizaciones esperadas”.

“La juventud y las flores han pasado, no falta más que preparare para el invierno que no puede dejar el venir”.

“El invierno de vejez y muerte, corporal será para ti la estación de la calma y del reposo, ya que habrás hecho ricas provisiones de felicidad y de bien con miras a tu evolución”.

“En esta evolución, continuarás los Ciclos empezados, añadiendo siempre algo a tus adquisiciones, aumenta el resultado de tus valientes esfuerzos”.

“A medida que hagas esta maravillosa ascensión, te mezclarás más íntimamente a los Ritmos superiores y, ensanchando tu corazón, los comprenderás mejor”.

“Te sentirás en dulce fraternidad con todas las criaturas y con el astro que sigue en el cielo tu carrera rítmica, y las grandiosas armonías de la creación te proporcionarán un encanto continuado”.

“Los mundos te revelarán la fuerza misteriosa que los dirige en sus revoluciones por el espacio y tu deseo será el de ponerte de acuerdo con las maravillas divinas”.

“Desde el momento en que conozcas estas fuerzas, las llamarás y ellas te contestarán, sintiéndote en todo tiempo inundado por su potencia”.

“Te darán un apoyo insospechado, que te proporcionar una felicidad perfecta y la alegría del saber cumplido inundará tu corazón consiente y libre”.

“En medio del espacio inmenso y de todas las criaturas, sentirás la majestuosa presencia de Dios que ha creado todas estas cosas, concediéndoles leyes cuya hermosura perfecta nos deslumbra”.

“Volviendo de nuevo hacia el mundo conocido, descubrirás en todo una misma vida, un equilibrio igual, matizado por distintos tonos, pero el mismo en esencia y dirigido siempre por una justicia eterna”.

“Comprenderás que tu existencia actual, con sus dolores y sus placeres, es la consecuencia legítima de tus pasadas existencias”.

“Te someterás sin murmurar”.

Aceptarás las malas condiciones como deudas que hay que pagar y las pruebas que te veras obligado a sufrir te serán utilísimas ya que te librarán rápidamente del pesado fardo de tu pasividad”.

“Que alegría sentirse cada día más libre, aunque el acreedor sea benévolo:

La iniciación te permitirá pagar más pronto, subir más rápidamente hacia las magnificencias que parecen llamarte y que efectivamente lo hacen”.

“Cada nuevo paso te conducirá hacia el mundo de la perfección”.

“Saldrás de la tormenta que te sacudía”.

“Disiparás las fuerzas malas que sobre ti pesaban, siendo todo útil y justo, no podrás desesperarte por qué conocerás la causas de todo cuento pueda sucederte, pasarás del pesimismo al optimismo y la faz del mundo cambiará para ti”.

“Alcanzarán más”:

“Pronto la alegría que te hemos sinceramente prometido, si haces hacia ella un esfuerzo continuo, sostenido en el transcurso del camino, por una Fe más viva”

“La Fe y la Felicidad consisten en el conocimiento de la vida, en su finalidad y en sus verdaderos intereses”.

“La meditación y la reflexión que antes te parecían muy austeras, serán entonces dos amigas, dos hermanas, que llenas de ternura, iluminarán tu camino”.

“Adepto (a) futuro (a) que te sientes inclinado hacia la Iniciación trabaja, medita y persevera”.

“Así te será revelado el gran secreto”.

“Es necesario formarse, analizar, adquirir por uno mismo los conocimientos necesarios, desarrollar la percepción y los sentidos y sobre todo la intuición, que añade tanta potencia a los sentidos habituales..........”

“El trabajo personal es inevitable, es largo y el estudio parece árido a muchos, pero es fácil al que se entrega a él con toda la fe, te ayudará ella misma”.

“Para descubrir el gran secreto, estúdiate, desarrolla paralelamente tu espíritu y tu corazón, las fuerzas que quieres poseer para tu bien y el de tus hermanos, están en ti y a tu alrededor; aprende a buscarlas y a descubrirlas la Naturaleza está delante de ti como un inmenso libro abierto cuyos ritmos dulces y sonoros te darán la ley de los otros ritmos, a cuyo compás palpita y se mueve la vida”.

“Elévate hacia Aquel que los ha fijado con un soplo de sus labios y con un gesto de su mano”.

“Busca, y todas las cosas te mostrarán a Dios, como un fragmento de espejo reflejaría al sol”.

“Cuando hayas sentido la unidad del Universo, llegarás a ser un Iniciado y la vida tendrá para ti un sabor nuevo e inesperado”.

“Verás que todos los seres están ligados y que el esfuerzo tendrá que ser coman”.

“Tu deber consiste en sacrificare, ayudar a tus semejantes a encontrar el pacifico ribazo que les ha de salvar de la tempestad; y el amor a tus hermanos”.

“Tu corazón ha sentido ya la llamada poderosa del altruismo”.

“No esperes más que conocerte mejor, para dar tus fuerzas, tus sentimientos, tus pensamientos, que pueden animar a tantos seres”.

“Así vivirás en la alegría”.

“La finalidad que persigues es grandiosa; todos los Iniciados han aspirado a ella”.

“Para conseguirla desarrolla tu vida interior tan rica en enseñanzas personales”.

“A horas determinadas enciérrate en tu torre de marfil, en ese asilo interior que no permite que los tesoros de tu corazón y los pensamientos de tu espíritu se dispersen en el vago torbellino del mundo”.

“A medida que subas los escalones de esa torre, primeramente sentirás la alegría robusta del esfuerzo, gustarán también durante largas horas la alegría del bien prometido y del que desea hacer, la felicidad con los secretos descubiertos en el libro abierto de la Naturaleza”.

“La quietud inmensa, lejos de las agitaciones mundanas, la paz que nos permite sentir todas las pulsaciones de nuestro corazón, todos los movimientos de la Naturaleza, todos los ritmos e imágenes que hacen del Universo un poema inmenso que nos encadena por su hermosura”.

“Nadie puede penetrar en te refugio y por consiguiente en él sólo reina la calma”.

“Es el alto aposento de la meditación, y esta meditación profunda nos concede sin cesar paisajes maravillosos y secretos que no imaginábamos”.

“De todas maneras, es necesario descender y no dejarnos embriagar por el dulce opio de un misticismo que nos haría abandonar la tierra y faltar a nuestros deberes”.

“Es necesario equilibrar la Fe, con la Ciencia y el sentimiento con el Trabajo”.

“Todos nuestros deberes están sobre la Tierra todavía no ha sonado la hora de librarnos de ellos”.

“Solamente evolucionaremos si lo cumplimos sin murmurar y con alegría”.

“Naturalmente que, elevándote a las regiones de la torre de marfil, abandonarás, como lastre pesado, las agitaciones y el egoísmo que te encadenaban a la tierra”.

“Una vez que hayas desarrollado la percepción de tu sensibilidad y te sientas libre del fardo de preocupaciones, apreciarás mejor el llamamiento de los que sufren y lloran”.

“Aguzaras el oído y te emocionaras sinceramente”.

“Animado por un impulso fraternal te lanzaran hacia ellos para tomar sobre tu corazón todo el dolor y toda la miseria”.

“Te sentirás llamado para hacer obra útil, para llevar primeramente la felicidad y la luz de tu hogar y a continuación a tu país ya tu raza y a la humanidad entera”.

“Todos tus hermanos tienen necesidad de ti ”.

“No te niegues a acudir a su llamamiento”.

“El Iniciado no recibe la Luz para él solo la recibe para difundirla a su alrededor, como diamante que se cubre de irisaciones centellantes”.

“Los rayos de la Luz no te pertenecen, vienen de un sol sublime que niel mismo espíritu puede alcanzarlo”.

“No concibas el orgullo de que vas a adquirirlo solamente y sé feliz con el bien que veras florecer”.

“Lucharas con todas tus fuerzas contra las sombras vagas de las ideas falsas que entristecen y entorpecen tu atmósfera”.

“Llevarás la luz y la ternura serena a la muchedumbre que gime en la sombra”.

“Dales todo lo que sabes”.

“Tu deber ideal es sostener a los que languidecen y se arrastran sin esperanza y sin fe, desesperados, hastiados y sin valor”.

“Te esforzaran en formar un ideal que viva lentamente en tu cerebro y en tu corazón, pero ahogado por tantos escombros, que por sí mismo no pueden hacerlo revivir, ni probar a realizarlo en una acción social”.

“Todos tienden los brazos hacia un mañana mejor que deberá suprimir la lucha de clases y los rozamientos económicos, que hará desaparece las guerras y extinguir todos los odios”.

“A los adeptos les corresponde contestar a este llamamiento desesperado”.

“La humanidad doliente y ansiosa se debate entre una sombra compacta”.

“Las necesidades del momento nos crean deberes nuevos”.

“A nosotros, nos corresponde prodigar la armonía y la luz donde no existe”.

“He aquí tu ideas”.

“Tendrás el poder de difundirlo y no te faltara ayuda para realizarlo”.

“La hora de la aurora próxima ha sonado par ti”.

“Todos los trabajadores se levantan; tú debes trabajar más que los que trabajan sin fe y sin esperanza”.

“Date prisa; si la tarea es dura, la recompensa sobrepuja toda esperanza”.


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