Tuesday, December 29, 2020

Soberano Inspector General - Dr. Jorge Norberto Cornejo

 

Grado 33º del R.·.E.·.A.·.A.·.
Soberano Inspector General

Dr. Jorge Norberto Cornejo

33




Según la Leyenda del Rito, de este grado habría sido fundado el 1° de mayo de 1780, para otros indican el 1° de mayo de 1786. Desde un punto de vista histórico, el grado realmente parece haber surgido recién en 1802.

De donde el más elevado de los grados del Rito Escocés habría sido el último en ver la luz. Todo parece haber comenzado el 27 de agosto de 1761, cuando los «Diputados Generales del Arte Real, los Grandes Vigilantes y Oficiales de la Grande y Soberana Logia de San Juan de Jerusalén establecida en París», concedieron un Privilegio a Esteben Morín por el cual tenía plenos poderes para «multiplicar los Grados Sublimes de la Más Elevada Perfección, y crear Inspectores en todos los lugares donde no se hubieren establecido los grados sublimes».

El problema es que no se sabe con claridad cuál era realmente la autoridad masónica que concedió el privilegio. Pike opina que fue una patente expedida en forma unida por la Gran Logia y el Gran Consejo, que en aquellos tiempos se disputaban el poder masónico en Francia.

Poco tiempo después, Morín embarcó hacia América. El rito por él practicado era el Rito de Perfección en 25 grados que, con el agregado de 8 nuevos grados, conformaría finalmente el Rito Escocés en 33 grados.

Morín estableció cuerpos del Rito de Perfección en varios países de América Central, y nombró a M. M. Hayes Diputado Inspector General para Norte América. Este, a su vez, designó a Isaac da Costa Diputado para Carolina del Sur, y por su conducto los Grados Sublimes fueron diseminados entre los masones estadounidenses.

De esta misma época es el Manuscrito Francken, es decir, la copia que A. Francken efectuó de los rituales que Morín trajo de Europa, y que hoy es uno de los documentos más valiosos acerca del origen del Rito Escocés.

Volviendo a Esteban Morín, digamos que, después de los hechos que acabamos de referir, se pierden sus pasos y su destino final nos es totalmente desconocido.

Al parecer, cuando Esteban Morín, y más tarde Andrew Francken sentaron las bases de lo que luego sería el Rito Escocés en los Estados Unidos, a partir de grados practicados casi totalmente en Francia, se conformó un conjunto de Diputados Inspectores Generales, para un rito que todavía contaba con sólo 30 o 32 grados, y que se denominaba la Orden del Real Secreto.

Tales Diputados llevaron a cabo una activa tarea, iniciando y difundiendo los rituales escoceses por todo Estados Unidos.

El título en latín de estos personajes era Generalisi Magni Episcopi Vagentes. Este título fue elegido en referencia a los 100 obispos cristianos que no se adhirieron a ninguna Iglesia determinada y que, excomulgados por Roma, fueron calificados de obispos « vagantes » o « marginales » (la historia real de estos obispos marginales fue bastante más compleja).

A partir de cierto momento, sus actividades tendieron a concentrarse en la ciudad de Charleston. Esta ha sido denominada “el lugar privilegiado del escocismo”. John Mitchell fue el nombre más influyente en las Logias y Capítulos establecidos en esta localidad.

Entre 1798 y 1801, con el objetivo de coronar los trabajos y conformar una síntesis general del rito, el grado 33° comenzó a gestarse.

Por casualidad o por elección de los fundadores del rito, vale la pena notar el hecho, por lo menos curioso, que Charlestonse encuentra a los 33° de latitud Norte.

Después de muchos y confusos incidentes, Federico Dalchó fue iniciado por John Mitchell en el grado 33°, y redactó los primeros Rituales del Rito Escocés en 33 grados.

El 31 de mayo de 1801 se habría “inaugurado” el primer Supremo Consejo para los Estados Unidos, aunque esto se anunció recién el 4 de diciembre de 1802.

El segundo Supremo Consejo fue fundado el año siguiente en Santo Domingo por el Conde de Grasse Tilly, nacido en Francia. Al regresar a su tierra natal fundó en 1804 un Supremo Consejo en París, que sería el primer cuerpo de esta índole establecido en Europa. El mismo Grasse Tilly, en 1805, estableció un nuevo Supremo Consejo, esta vez en Milán.

El Supremo Consejo de la Jurisdicción del Sur de los Estados Unidos siempre se ha considerado como el verdadero organismo del que emanó el Rito Escocés en su estructura actual. De hecho, en los Estatutos publicados en 2011 se califica a sí mismo como: “El Supremo Consejo (Consejo Madre del Mundo) de Inspectores Generales Caballeros Comandantes de la Casa del Templo de Salomón del grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de Libres Masones de la Jurisdicción Sur de los Estados Unidos de Norte América”. La auto calificación de “madre” refiere al carácter fundacional que indicábamos previamente. Este Supremo Consejo consta de 33 miembros activos, más un número no determinado de miembros Eméritos y Honoríficos.

 

Los objetivos exotéricos del grado son:

  1. Defender la justicia y el derecho.
  2. Trabajar por el logro universal de los Derechos Humanos.
  3. Mantener la unión y la fraternidad entre todos los hombres en general y los masones en particular.
  4. Promover la tolerancia religiosa.
  5. Combatir toda forma de tiranía y despotismo.
  6. Fomentar la educación y la difusión del conocimiento.
  7. Promover la libertad, tanto en forma individual, impidiendo que el Estado sofoque la libre expresión de las ideas, como en forma general, sosteniendo el derecho de cada Estado o Nación a la soberanía y la libre utilización de sus recursos.

Los objetivos esotéricos del grado son:

  1. Conservar la regularidad en el trabajo de los todos los grados y, especialmente, en los de la Masonería Sublime.
  2. Preservar el contenido esotérico de las tradiciones de la Orden.
  3. Acceder al logro pleno y completo de la gnosis.
  4. Difundir la gnosis y la Iluminación en todos los niveles del Rito.
  5. Alcanzar una vislumbre de la Corona cabalística (Kether).
  6. Preservar la egrégora del Rito, sirviendo de fuente mística para vivificar todos sus grados.

Mandil:

m33

 

Los Soberanos Grandes Inspectores no tienen mandil, salvo que se presenten a una Logia Azul o a una Cámara de Perfección del 4º y 9º; en ese caso poseen un mandil blanco con bordes y flecos dorados, en cuyo centro hay un Águila Bicípite dorada con una Corona Real, encima de la cual hay una Estrella radiante de seis puntas que contiene un triángulo bocabajo, que en su centro, bordado en rojo, tiene el número 33º.


“Así como el blanco (color del grado) es la síntesis de todos los colores, el Grado 33º es la síntesis de todos los grados anteriores. El libre masón ha adquirido la gnosis universal, como el Águila de alas abiertas que lleva en su vuelo una espada entre las garras: La luz que expande sobre el mundo. Y en la cinta, bajo la espada, está la divisa de Ricardo Corazón de León: Deus Meumque Jus, puesto que “al haber sido creados en la plenitud de nuestros derechos, todos tenemos derecho a ejercerlos sin excepción alguna”. El proceso iniciático ha culminado. El Águila insiste con su vuelo liberador e iluminante para conseguir la constitución del Santo Imperio y el restablecimiento de la asidua Edad de Oro”.
El águila del grado 33: el Águila Bicéfala, como su nombre lo indica, consta de dos cabezas, una dirigida hacia el este y la otra hacia el oeste, coronadas por un triángulo radiante en cuyo centro se encuentra el número 33.

En el simbolismo del Águila Bicéfala indica que una de sus cabezas mira hacia lo infinito del pasado, y la otra hacia lo infinito del futuro, mostrando con ello que el presente es apenas una fina línea de contacto entre dos eternidades.
En general, el águila de dos cabezas simboliza la SABIDURÍA, una de las cabezas representa al PROGRESO, la otra al ORDEN. Las alas desplegadas representan lo presto que han de hallarse los masones escoceses, para emprender la búsqueda constante de la VERDAD de cuyo conocimiento se encuentra tan precisada la Humanidad.

La espada que el águila sostiene entre sus garras, representa el PODER y el HONOR que son los atributos naturales que deben sostener los Soberanos Grandes Inspectores Generales de la Orden en su lucha por alcanzar la REDENCIÓN HUMANA. A este respecto se dice que un Gran Inspector General de la Orden no deberá nunca desenvainar su espada sin una buena razón, y jamás envainarla sin honor.

 

Los símbolos principales de este grado son:

  1. El triple triángulo
  2. El blanco y el rojo
  3. El Sol
  4. El esqueleto con el estandarte de la Orden
  5. La espada llevada por el águila
  6. Deus meumque jus
  7. El Tetragrama
  8. El número 8
  9. Las coronas
  10. La columna vertebral
  11. Las cinco luces del Oriente
  12. Las tres luces del Sur
  13. Las dos luces del Oeste
  14. La luz única en el Norte



Dr. Jorge Norberto Cornejo
Buenos Aires – Argentina. mognitor1@yahoo.com.ar



 


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    La Hermandad para toda la Humanidad

    Wednesday, December 23, 2020

    El Rito Americano

     

    EL RITO AMERICANO

     


    Cada masón debe entender completamente el rito de la Masonería a la que le debe su lealtad. Como los ritos difieren en distintos países, es especialmente necesario que el masón de los Estados Unidos conozca completamente su sistema cuando viaja a otros países.

    La clasificación común de ritos de "York" y "Escocés" es inexacta y engañosa. La Masonería de "York" no se originó en York, Inglaterra, ni el "Rito Escocés" comenzó en Escocia.

    Si bien ello es demasiado conocido para desarrollarlo aquí, se puede mencionar para beneficio de los recién ingresados a la Masonería, que el término "York" aplicado a la Orden, proviene de la "Leyenda de York" o "Leyenda de Edwin", que es el primer rastro en un verso en el más antiguo documento masónico conocido – el poema Regis, conocido también como el manuscrito de Halliwell. Este pintoresco antiguo documento, que puede verse en el Museo Británico, es un trabajoso verso escrito en el inglés antiguo de Chaucerian, casi ilegible en cuanto a ortografía y a uso de palabras obsoletas, pero por supuesto completamente traducido por eruditos.

    La leyenda (“…que una Asamblea General de masones tuvo lugar en York, en el año 926, por orden del rey…”) se encuentra en varios manuscritos posteriores de la Orden. Fue aprovechada por tempranos y acríticos historiadores que trabajaron mucho sobre ella, la elaboraron y se basaron sobre ella. Llegó una época más crítica y los historiadores modernos han destruido la vieja historia y muchos en su lugar la jan convertido en algo más que un mito.

    Cualquiera que sea la verdad del cuento, sin embargo, "York" entró en la Masonería por lo menos tan honestamente como el cerezo entró en los relatos contemporáneos de Washington (1). Y el rito de York, la antigua Masonería de York y combinaciones similares de estas palabras, perpetúan la tradición hasta nuestros días.

    En los Estados Unidos, la Francmasonería comienza por la aceptación de cualquier candidato en una logia simbólica, que forma parte de una de cuarenta y nueve grandes logias – una para cada estado de la Unión y una por el distrito de Columbia (2). (Escrito en 1948 cuando hubo 48 Estados)

    Estas cuarenta y nueve grandes logias son las autoridades masónicas supremas dentro de su jurisdicción territorial.

    Desde la logia simbólica – a menudo llamada azul –, un masón puede solicitar luz masónica adicional a cuatro sistemas masónicos universalmente reconocidos: Masonería del Real Arco; Masonería Críptica; Orden de los Caballeros Templarios; Rito Escocés Antiguo Aceptado.

    A ninguno de estos puede pretender ingresar cualquiera que no sea un miembro de una logia simbólica.

    En ninguno de ellos puede permanecer cualquier masón que no sea regular en una logia simbólica.

    Los maestros masones podrán ingresar directamente al Rito Escocés y a los capítulos del Rito Capitular (Masonería del Real Arco). Los consejos del Rito Críptico y las comandancias de los Caballeros Templarios no aceptan peticiones de maestros masones que no sean también "compañeros de los capítulos del Arco Real".

    Los grados en los varios sistemas son:

                      I.                   En la Logia Simbólica: Aprendiz, Compañero y Maestro Masón.

                  II.                   En los capítulos del Arco real: Maestro de la Marca, Past Maestro, Muy Excelente Maestro, Santo del Real Arco

               III.                   En los consejos de Rito Críptico: Maestro Real, Maestro Seleccionado, Super-Excelente Maestro (es conferido en algunos consejos como un grado honorario adicional)

              IV.                   En las comandancias de los Templarios: Caballero de la Cruz Roja, Caballero de Malta, Caballero Templario, o sea, del Orden del Templo

    Hay dos consejos supremos del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de la Francmasonería; de la jurisdicción sur, “Consejo Madre del mundo”, que tiene jurisdicción en treinta y tres estados de la Unión y en el distrito de Columbia; y la jurisdicción norte, que tiene jurisdicción en quince estados de la Unión.

    En el Rito Escocés, los grados de 4 º al 14 inclusive, forman la Logia de la Perfección en las jurisdicciones del norte y del sur; en la jurisdicción norte los grados 15 y 16 forman el Consejo de Príncipes de Jerusalén; los grados 17 y 18 forman el Capítulo de Rosa Cruz; y los grados del 19 al 32 inclusive, forman el Consistorio.

    En la jurisdicción meridional los grados de 15 a 18 inclusive, forman el Capítulo de Rosa Cruz, los grados del 19 al 30 forman el Consejo de Kadosh y los grados 31 y 32 forman el Consistorio.

    En la jurisdicción meridional hay una condecoración u honor de la Orden, titulado Comandante Caballero de la Corte de Honor, dada solamente por el Consejo Supremo. De las filas de los titulares de este honor, por lo general, se eligen los que van a recibir el trigésimo tercer y último grado. El Consejo Supremo Norte no tiene al Comandante Caballero de la Corte de Honor, pero confiere su XXXIII y último grado directamente en el trigésimo segundo grado, a los masones del Rito que han sido elegidos por el Consejo Supremo.

    Ningún masón puede solicitar ser Caballero Comandante de la Corte de Honor, o tener el grado 33°. Estos son concedidos por sus respectivos consejos supremos y de su propia voluntad.

    Todas las logias simbólicas pertenecen a las grandes logias de sus respectivos estados (y del distrito de Columbia).

    Todos los capítulos masónicos del Real Arco pertenecen a los grandes capítulos de sus respectivos estados (y del distrito de Columbia). A su vez, la mayoría de los grandes capítulos (no todos) son miembros del Gran Capítulo General de la Masonería del Real Arco de los Estados Unidos de América, cuyo cuerpo, sin embargo, no tiene "ningún poder de disciplina, amonestación, censura o instrucción sobre los grandes capítulos, ni cualquier de los poderes legislativos que no sea especialmente otorgado por su Constitución" (Mackey).

    Los consejos de maestros reales y seleccionados pertenecen al Gran Consejo de Maestros Reales y Seleccionados de su respectivo estado (y del distrito de Columbia) excepto en Virginia y Virginia Occidental, que no tienen grandes consejos. La mayoría (no todos) los grandes consejos, a su vez, son miembros del Gran Consejo General de la Masonería Críptica.

    Todas las comandancias de la Orden de los Templarios forman parte de las grandes comandancias de la Orden del Templo de sus respectivos estados y del distrito de Columbia. Todas las grandes comandancias, a su vez, forman el Gran Campamento de los Estados Unidos, presidido por el Gran Maestro de los Templarios.

    Nunca ha habido una Gran Logia General de los Estados Unidos. Un cuerpo así fue varias veces propuesto durante la historia temprana de la Masonería en los Estados Unidos – primero con la esperanza de que el General George Washington fuese el primer Gran Maestro General. Él declinó el honor y todos los intentos posteriores para formar un cuerpo así fueron tan infructuosos como el primero. La propuesta no se ha avanzado en serio desde el estallido de la guerra de Secesión. Las grandes logias comparten la misma opinión de que un cuerpo así sería desastroso para la unidad masónica y todas las grandes logias son legítimamente y sabiamente protectoras de las muchas ventajas de la independencia y la soberanía.

    Hay muchas llamadas “órdenes laterales” de la Masonería en los Estados Unidos, de las cuales las más populares son: El Santuario – “Antigua Orden Árabe, Nobles del Santuario Místico”; y la Gruta – “Orden Mística Oculta de Profetas del Reino Encantado”. La Orden de la Estrella del Oriente es para mujeres, hijas, hermanas y madres de masones y también para masones.

    Si bien en las dos primeras se requiere que sus miembros sean masones, y que las damas de la Estrella del Oriente tengan conexiones masónicas, estas no son órdenes masónicas, o parte del Rito Americano; son órdenes basadas en la membresía masónica, al igual que los clubes masónicos y la Liga Nacional de Clubes Masónicos.

    En los primeros días de este país, los viajes fueron lentos, difíciles y costosos y los masones eran comparativamente pocos. Con el aumento de los viajes debido a los ferrocarriles y los buques a vapor, los masones a menudo vivieron temporalmente en otras localidades fuera de sus hogares. Todas las logias, por supuesto, invitaron a los hermanos visitadores, pero a los hermanos no les gusta buscar hospitalidad continua por largos períodos. Los hermanos también tienen en gran medida una lealtad a su madre logia que a menudo impide solicitar un quite para afiliarse a una logia más conveniente.

    Estas ideas dieron lugar a la formación de clubes masónicos, en los que los hermanos se reúnen y discuten sus asuntos. Suelen participar en actividades benéficas o educativas y fomentar amistades, sin cortar los lazos que unen a sus madres logias.

    Poco después del comienzo del siglo, varios clubes en Nueva York formaron una liga y la Liga Nacional de Clubes Masónicos es hora es lo que su nombre implica, una organización nacional de muchos clubes masónicos del país.

    Un malentendido natural a menudo se presenta en la mente de un masón recién iniciado en cuanto a lo que ha escuchado como "los grados más altos" de la Masonería.

    Es un carácter americano admirar lo que es de mayor tamaño. Los hombres se jactan del edificio más alto, del lago más grande, la ciudad más importante, el condado más rico, el bosque más frondoso, el área más extensa, satisfechos de que todo lo que puede ser descrito por un superlativo es, por tanto, de prima facie (3) excelente.

    Este hábito mental continúa en el pensamiento masónico desinformado, de modo que los diversos grados en el Rito Escocés y el Capítulo, el Consejo y la Comandancia, necesariamente después de los grados simbólicos, generalmente se consideran en términos de ser altos, mayores y, por lo tanto, superiores.

    Es innegable que el trigésimo tercer grado tiene un número mayor, como su designación lo indica, que el tercer grado; pero también se puede argumentar que una línea de treinta y dos pies de largo no es “superior” que una de tres pies de largo.

    Los títulos adicionales que se deben buscar en la Masonería pueden ser una experiencia muy ennoblecedora. Extienden el historial masónico, aumentan la instrucción masónica, añaden a la filosofía masónica.

    Sin embargo, comparémoslos a la ciudadanía. Un americano de nacimiento es un ciudadano de este país. Él puede también convertirse en abogado, ser elegido como juez, servir con distinción, finalmente ser nominado a la Corte Suprema y ser confirmado por el Senado – pero el merecido honor no le hace más ciudadano que lo que es por nacimiento y crianza.

    El presidente de los Estados Unidos es el “primer ciudadano”, pero como ciudadano no tiene más derecho, privilegio, poder u honor que su vecino más humilde.

    Los títulos adicionales y los ritos de la Masonería que forman el Rito Americano, pueden hacer a su afortunado poseedor masón, mejor de lo que podría haber sido sin esas experiencias y enseñanzas adicionales.

    Pero ninguno de ellos puede hacer a un hombre bueno más masón de lo que él era cuando él alcanzó el sublime grado.

    Por un acuerdo mutuo y sabio entre las cuatro órdenes concordantes de la Masonería en los Estados Unidos – que, con las grandes logias de la Masonería Simbólica forman el Rito Americano en los Estados Unidos – reconocen que todas ellas dependen principalmente de la Masonería Simbólica para su existencia. El que dimite de su logia simbólica y no se afilia en otra, corta así su conexión con el Capítulo, el Consejo, la Comandancia y el Consistorio. El que es suspendido o irradiado de la Masonería Simbólica también puede perder su membresía en todos los cuerpos de la Masonería, todos los cuales exigen, como una necesidad para la membresía, que los miembros estén regularizados en una logia simbólica.

    Debe ser observado que hay una distinción entre la dimisión (retiro voluntario) y una irradiación (muerte masónica), respecto a una suspensión, a menudo expresada como "quedó en suspenso por falta de pago de las cuotas."

    El hermano suspendido sigue siendo miembro, aunque se le niegue el inmediato ejercicio de sus derechos y privilegios como tal. Por el procedimiento adecuado puede ser regularizado.

    Como regla general, se puede decir que el hermano que está suspendido de su logia simbólica también se considera suspendido de los cuerpos concordantes que exigen la regularidad de sus miembros en una logia simbólica. Pero tal suspensión puede estar sujeta a revisión. El Gran Comandante Soberano Melvin M. Johnson, del Consejo Supremo del Norte, Rito Escocés Antiguo y Aceptado, afirma:

    "El Rito Escocés Antiguo y Aceptado sostiene que dicha suspensión o irradiación por una logia simbólica no se hace efectiva (en el Rito Escocés) a menos que se descubra que dicha suspensión o irradiación ha sido legalmente infligida, sobre cuyo asunto el hermano tiene derecho a ser escuchado ante el tribunal apropiado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado ".

    Cada maestro masón que visita otra jurisdicción, pronto descubre que no hay rituales de dos grandes logias, que sean iguales. Todos cuentan la misma historia, se basan en las mismas leyendas, tienen la misma filosofía, enseñan las mismas verdades, pero lo hacen con diferentes arreglos de secuencia y de palabras.

    Sin embargo, el ritual de la Masonería Simbólica es la roca básica sobre la cual se construyen todos los rituales masónicos de todos los cuerpos de la Masonería, o de la cual éstos partieron o se aseguraron un nuevo ritual.

    La Masonería Simbólica es el corazón y el alma de toda la Masonería, y cuanto más sabio se vuelve un masón en cualquiera de los cuerpos concordantes, cuanto más vive y aprende dentro de ellos, más convencido está de la primacía de lo que se le da al iniciado cuando es exaltado al sublime grado.

    Es debido a estos hechos que hay una Masonería en este país, no cinco; hay cuatro ramas reconocidas, deseables y admirables del árbol masónico universal, pero el tronco y sus raíces son la Masonería Simbólica, a la que deben pertenecer todos los masones de cualquier afiliación o grado.

    _________________________

    Notas del traductor:

    1)             El anónimo autor se refiere a la leyenda que cuenta que de pequeño George Washington, jugando, cortó un cerezo sembrado y preservado por su padre, quien le perdonó por ser honesto al aceptar su culpabilidad.

    2)             Washington, D.C.

    3)             De primera impresión.

    Thursday, June 18, 2020

    Las Profecías de Juan de Jerusalén - Veo y Conozco


    Hermano, ya llegaste a la Puerta del Templo

    LAS PROFECÍAS
    DE JUAN DE JERUSALÉN
    VEO Y CONOZCO



    Mis ojos descubren en el cielo lo que será, y atravieso el tiempo de un solo paso. Una mano me guía hacia lo que ni veis ni conocéis. Mil años habrán pasado y Jerusalén ya no será la ciudad de los cruzados de Cristo. La arena habrá enterrado bajo sus granos todas las murallas de nuestros castillos, todas nuestras armaduras y todos nuestros huesos. Habrá sofocado nuestras voces y nuestras plegarias.
    Los cristianos venidos de lejos en peregrinación, allí donde estaban sus derechos y su ley, no osarán acercarse al sepulcro y a las reliquias si no es escoltado por los caballeros judíos, que tendrán aquí, como si Cristo no hubiera sufrido en la cruz, su Reino y su Templo. Los infieles serán una multitud innumerable que se extenderá por todas partes y su fe resonará como un tambor de un confín al otro de la tierra.
    Veo la inmensidad de la tierra. Continentes que Herodoto no nombró sino en sueños se añadirán más allá de los grandes bosques de los que habla Tácito y en el lejano final de mares ilimitados que empiezan después de las columnas de Hércules.
    Mil años habrán pasado desde el tiempo en que vivimos, y los fondos de todo el mundo se habrán convertido en grandes reinos y vastos imperios. Guerras tan numerosas como las mallas de la cota que llevan los caballeros de la orden se entrelazaran, desharán los reinos y los imperios y tejerán otros. Y los siervos, los villanos, los pobres sin hogar se sublevaran mil veces, harán arder las cosechas, los castillos y las villas, hasta que se les queme vivos y se obligue a los supervivientes a volver a sus cubiles. Se habrán creído reyes.
    Mil años habrán pasado y el hombre habrá conquistado el fondo de los mares y de los cielos, y será como una estrella en el firmamento. Habrá adquirido el poder del sol y se creerá dios, construyendo sobre la inmensidad de la tierra mil torres de babel. Habrá edificado muros sobre las ruinas de los que levantaron los emperadores de Roma y éstos separarán una vez más las legiones de las tribus bárbaras.
    Más allá de los grandes bosques habrá un imperio. Cuando caigan los muros, el imperio no será más que agua cenagosa. Las gentes se mezclarán una vez más. Entonces empezará el año mil que sigue al año mil.

    VEO Y CONOZCO LO QUE SERÁ
    SOY EL ESCRIBA

    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre estará frente a la entrada sombría de un laberinto oscuro. Y al fondo de esa noche en la que va a internarse, veo los ojos del Minotauro. Guárdate de su furor cruel, tú que vivirás en el año mil que sigue al año mil.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el oro estará en la sangre. El que contemple el cielo contará denarios; el que entre en el templo encontrará mercaderes; los mandatarios serán cambistas y usureros; La espada defenderá la serpiente. Pero el fuego será latente, todas las ciudades serán Sodoma y Gomorra y los hijos de los hijos se convertirán en la nube ardiente; ellos alcanzarán los viejos estandartes.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre habrá poblado los cielos y la tierra y los mares con sus criaturas; mandará, pretenderá los poderes de Dios, no conocerá límite. Pero todas las cosas se sublevarán; titubeará como un rey borracho; galopará como un caballero ciego y a golpes de espuela internará a su montura en el bosque; al final del camino estará el abismo.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, se erigirán torres de Babel en todos los puntos de la tierra, en Roma y en Bizancio; los campos se vaciarán; no habrá más ley que mirar por uno mismo y por los propios. Pero los bárbaros estarán en la ciudad; ya no habrá pan para todos y los juegos no serán suficientes; entonces, las gentes sin futuro provocarán grandes incendios.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hambre oprimirá el vientre de tantos hombres y el frío aterirá tantas manos, que estos querrán ver otro mundo y vendrán mercaderes de ilusiones que ofrecerán el veneno. Pero éste destruirá los cuerpos y pudrirá las almas; y aquellos que hayan mezclado el veneno con su sangre serán como bestias salvajes cogidas en una trampa, y matarán y violarán y despojarán y robarán, y la vida será un Apocalipsis cotidiano.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, todos intentarán disfrutar tanto como puedan; el hombre repudiará a su esposa tantas veces como se case y la mujer irá por los caminos umbríos tomando al que le plazca, dando a luz sin poner el nombre del padre. Pero ningún maestro guiará al niño y cada uno estará solo entre los demás; la tradición se perderá; la ley será olvidada como si no se hubiera anunciado y el hombre volverá a ser salvaje.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el padre buscará el placer en su hija, el hombre en el hombre, la mujer en la mujer, el viejo en el niño impúber, y eso será a los ojos de todos. Pero la sangre se hará impura; el mal se extenderá de lecho en lecho; el cuerpo acogerá todas las podredumbres de la tierra, los rostros serán consumidos, los miembros, descarnados; el amor será una peligrosa amenaza para aquellos que se conozcan sólo por la carne.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, aquel que hable de promesas y de ley no será oído; el que predique la fe de Cristo perderá su voz en el desierto. Pero por todas partes se extenderán las aguas poderosas de las religiones infieles; falsos mesías reunirán a los hombres ciegos. Y el infiel armado será como nunca había sido; hablará de justicia y de derecho y su fe será de sangre y fuego; se vengará de la cruzada.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el fragor de la muerte provocada avanzará como la tormenta sobre la tierra; los bárbaros se mezclarán con los soldados de las últimas legiones; los infieles vivirán en el corazón de las ciudades santas; todos serán, por turnos, bárbaros, infieles y salvajes. No habrá órdenes ni normas; el odio se extenderá como la llama en el bosque seco; los bárbaros masacrarán a los soldados; los infieles degollarán a los creyentes; el salvajismo será cosa de cada uno y de todos, y las ciudades morirán.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres se juzgarán entre ellos según sean su sangre y su fe; nadie escuchará el corazón sufriente de los niños; se les echará del nido como los pájaros a sus crías; y nadie podrá protegerlos de la mano armada con guantelete. El odio inundará las tierras que se creían pacificadas. Y nadie se librará, ni los viejos ni los heridos; las casas serán destruidas o robadas; los unos se apoderarán del lugar de los otros; todos cerrarán los ojos para no ver a las mujeres violadas.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, todos sabrán lo que ocurre en todos los lugares de la tierra: se verá al niño cuyos huesos están marcados en la piel y al que tiene los ojos cubiertos de moscas, Y al que se da caza como a las ratas. Pero el hombre que lo vea volverá la cabeza, pues no se preocupará sino de sí mismo; dará un puñado de granos como limosna, mientras que el dormirá sobre sacos llenos. Y lo que dé con una mano recogerá con la otra.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre comerciará con todo; todas las cosas tendrán precio, el árbol, el agua y el animal; nada más será realmente dado y todo será vendido. Pero el hombre entonces no valdrá más que su peso en carne; se comerciará con su cuerpo como los canales de ganado; tomarán su ojo y su corazón; nada será sagrado, ni su vida ni su alma, se disputarán sus despojos y su sangre como si se tratara de una carroña.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre habrá cambiado la faz de la tierra; se proclamará el señor y el soberano de los bosques y de las manadas; habrá surcado el sol y el cielo y trazará caminos en los ríos y en los mares. Pero la tierra estará desnuda y será estéril, el aire quemará y el agua será fétida; la vida se marchitará porque el hombre agotará las riquezas del mundo. Y el hombre estará solo como un lobo en el odio de sí mismo.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los niños también serán vendidos; algunos se servirán de ellos como de muñecos para disfrutar de su piel joven; otros los tratarán como a animales serviles. Se olvidará la debilidad sagrada del niño y su ministerio; será como un potro que se doma, como un cordero que se sangra, que se sacrifica. Y el hombre no será más que barbarie.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, la mirada y el espíritu de los hombres serán prisioneros; estarán ebrios y no lo sabrán; tomarán las imágenes y los reflejos por la verdad del mundo; se hará con ellos lo que se hace con un cordero. Entonces vendrán los carniceros; los rapaces los agruparán en rebaños para guiarlos hacia el abismo y levantar a los unos contra los otros; se les matará para tomar su lana y su piel y el hombre que sobreviva será despojado de su alma.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, reinarán los soberanos sin fe; mandarán sobre multitudes humanas inocentes y pasivas; esconderán sus rostros y guardarán en secreto su nombre y sus fortalezas estarán perdidas en los bosques. Pero ellos decidirán la suerte de todo y de todos; nadie participará en las asambleas de su orden; todos serán siervos pero se creerán hombres libres y caballeros; sólo se levantarán los de las ciudades salvajes y las creencias heréticas, pero también serán vencidos y quemados vivos.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres serán tan numerosos sobre la tierra que parecerán un hormiguero en el que alguien clavara un bastón; se moverán inquietos y la muerte los aplastará con el talón como a insectos enloquecidos. Grandes movimientos los enfrentarán unos contra otros; las pieles oscuras se mezclarán con las pieles blancas; la fe de Cristo con la del infiel; algunos predicarán la paz concertada pero por todo el mundo habrá guerras de tribus enemigas.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres querrán franquear las murallas; la madre tendrá el pelo gris de una vieja; el camino de la naturaleza será abandonado y las familias serán como granos separados que nada puede unir. Será, pues, otro mundo; todos errarán sin vínculos, como los caballos desbocados corriendo en todas direcciones sin guía; desgraciado del caballero que cabalgue esa montura; carecerá de estribos y se precipitará en la zanja.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres no confiarán en la ley de Dios, sino que querrán guiar su vida como a una montura; querrán elegir a sus hijos en el vientre de sus mujeres y matarán a aquellos que no deseen. Pero ¿qué será de estos hombres, que se creen Dios? Los poderosos se apropiarán de las mejores tierras y las mujeres más bellas; los pobres y los débiles serán ganado; los poblachos se convertirán en plazas fuertes; el miedo invadirá los corazones como un veneno.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, habrá surgido un orden negro y secreto; su ley será el odio y su arma, el veneno; deseará siempre más oro y se extenderá su reino por toda la tierra, y sus servidores estarán unidos entre ellos por un beso de sangre. Los hombres justos y los débiles acatarán su regla. Los poderosos se pondrán a sus servicios. La única ley será la que dicte en las sombras; venderá el veneno aun dentro de las iglesias. Y el mundo avanzará con ese escorpión bajo el pie.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, muchos hombres permanecerán sentados con los brazos cruzados, se irán sin saber adónde, con los ojos vacíos, pues no tendrán forja en la que batir el metal, ni campo que cultivar. Serán como la simiente que no puede echar raíces. Errantes y empobrecidos; los más jóvenes y los más viejos, a menudo sin hogar. Su única salvación será la guerra y combatirán entre ellos, y odiarán su vida.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, las enfermedades del agua, del cielo y de la tierra atacarán al hombre y le amenazarán; querrá hacer nacer lo que ha destruido y proteger su entorno; tendrá miedo de los días futuros. Pero será demasiado tarde; el desierto devorará la tierra y el agua será cada vez más profunda, y algunos días se desbordará, llevándose todo por delante como un diluvio, y al día siguiente la tierra carecerá de ella y el aire consumirá los cuerpos más débiles.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, la tierra temblará en muchos lugares y las ciudades se hundirán; todo lo que se haya construido sin escuchar a los sabios será amenazado y destruido; el lodo hundirá los pueblos y el suelo se abrirá bajo los palacios. El hombre se obstinará porque el orgullo es su locura; no escuchará las advertencias repetidas de la tierra, pero el incendio destruirá las nuevas Romas y, entre los escombros acumulados, los pobres y los bárbaros, a pesar de las legiones, saquearán las riquezas abandonadas.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el sol quemará la tierra; el aire ya no será velo que protege del fuego. No será más que una cortina agujereada y la luz ardiente consumirá las pieles y los ojos. El mar se alzará como agua enfurecida; las ciudades y las riberas quedarán inundadas y continentes enteros desaparecerán; los hombres se refugiarán en las alturas y olvidando lo ocurrido, iniciarán la reconstrucción.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres sabrán hacer realidad los espejismos; los sentidos serán engañados y creerán tocar lo que no existe; seguirán caminos que solo los ojos verán y el sueño podrá hacerse realidad. Pero el hombre ya no sabrá distinguir entre lo que es y lo que no es. Se perderá en falsos laberintos; los que consigan dar vida a los espejismos se burlarán del hombre pueril, engañándole. Y muchos hombres se convertirán en perros rastreros.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los animales que Noé embarcó en su arca no serán, entre las manos del hombre, más que bestias transformadas según su voluntad; y, ¿quién se preocupará de su sufrimiento vital? El hombre habrá hecho de cada animal lo que habrá querido. Y habrá destruido numerosas especies. ¿En qué se habrá convertido el hombre que haya cambiado las leyes de la vida, que haya hecho del animal vivo pella de arcilla? ¿Será el igual de Dios o el hijo del diablo?
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, se deberá temer por hijo del hombre; el veneno y la desesperación le acecharán; no se le habrá deseado más que por uno mismo, no por él o por el mundo; será acosado por el placer y a veces venderá su cuerpo. Pero incluso el que sea protegido por los suyos estará en peligro de tener el espíritu muerto; vivirá en el juego y en el espejismo. ¿Quién le guiará cuando no tenga maestros? Nadie le habrá enseñado a esperar y a actuar.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre se creerá Dios, aunque no habrá progresado nada desde su nacimiento. Atacará vencido por la ira y por los celos. Y su brazo estará armado con el poder del que se habrá adueñado; Prometeo cegado podrá destruirlo todo a su alrededor. Será un enano de alma y tendrá la fuerza de un gigante; avanzará a pasos inmensos pero no sabrá qué camino tomar. Su cabeza estará cargada de saber pero ya no sabrá porque vive o porque muere será, como siempre, el loco que gesticula o el niño que gime.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, regiones enteras serán botines de guerra. Más allá de los límites romanos e incluso en el antigua territorio del imperio; los hombres de las mismas ciudades se degollarán; aquí habrá guerra entre tribus y allá, entre creyentes. Los judíos y los hijos de Alá no dejarán de enfrentarse y la tierra de Cristo será su campo de batalla; pero los fieles querrán defender en todo el mundo la pureza de su fe y ante ellos no habrá más que duda y poder; entonces la muerte avanzará por todo el mundo como estandarte de los tiempos nuevos.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, multitudes de hombres serán excluidos de la vida humana; no tendrán derechos, ni techo, ni pan; estarán desnudos y no tendrán más que su cuerpo para vender; se le expulsará lejos de la torre de Babel de la opulencia. Se agitarán como un remordimiento o una amenaza; ocuparán regiones enteras y proliferarán: escucharán las prédicas de la venganza y se lanzarán al asalto de las torres orgullosas; habrá llegado el tiempo de las invasiones bárbaras.
    Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, El hombre habrá entrado en el laberinto oscuro; tendrá miedo y cerrará los ojos, pues ya no sabrá ver; desconfiará de todo y temerá a cada paso, pero será empujado hacia delante y no le será permitido detenerse. La voz de Casandra será, sin embargo, potente y clara. Pero él no la oirá pues querrá poseer más cada día y su cabeza se habrá perdido en las fantasías; los que serán sus maestros le engañarán y no tendrá más que malos consejeros.
    Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los hombres por fin habrán abierto sus ojos; ya no estarán encerrados en sus cabezas o en sus ciudades; se verán y se oirán de un lado a otro de la tierra; sabrán que lo que golpea a uno hiere al otro. Los hombres formarán un cuerpo único del que cada uno será una parte ínfima, y juntos construirán el corazón, y habrá una lengua que será hablada por todos y nacerá así, por fin, el gran humano.
    Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre habrá conquistado el cielo; creará estrellas en el gran mar azul sombrío y navegará en esa nave brillante, nuevo Ulises, compañero del sol, hacia la odisea celeste. Pero también será el soberano del agua; habrá construido grandes ciudades náuticas, que se nutrirán de las cosechas del mar; vivirá así en todos los rincones del gran dominio y nada le será prohibido.
    Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los hombres podrán penetrar en las profundidades de las aguas; su cuerpo será nuevo y ellos serán peces, y algunos volarán más altos que los pájaros como si la piedra no cayera. Se comunicarán entre ellos pues su espíritu estará tan abierto que recogerá todos los mensajes, y los sueños serán compartidos y vivirán tanto tiempo como el más viejo de los hombres, aquel del que hablan los libros sagrados.
    Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre conocerá el espíritu de todas las cosas, la piedra o el agua, el cuerpo del animal o la mirada del otro; habrá penetrado los secretos que los dioses antiguos poseían y empujará una puerta tras otra en el laberinto de la vida nueva. Creará con la fuerza con que brota una fuente; enseñara es saber a la multitud de los hombres, y los niños conocerán la tierra y el cielo mejor que nadie antes que ellos. Y el cuerpo del hombre será más grande y más hábil. Y su espíritu habrá abarcado todas las cosas y las habrá poseído.
    Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre ya no será el único soberano, pues la mujer empuñará el cetro; será la gran maestra de los tiempos futuros y lo que piense lo impondrá a los hombres; será la madre de ese año mil que sigue al año mil. Difundirá la dulzura tierna de la madre tras los días del diablo; será la belleza después de la fealdad de los tiempos bárbaros; el año mil que viene después del año mil cambiará en poco tiempo; se amará y se compartirá, se soñará y se dará vida a los sueños.
    Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre conocerá un segundo nacimiento; el espíritu se apoderará de las gentes, que comulgarán en fraternidad; entonces se anunciará el fin de los tiempos bárbaros. Será el tiempo de un nuevo vigor de la fe; después de los días negros del inicio del año mil que viene después del año mil, empezarán los días felices; el hombre reconocerá el camino de los hombres y la tierra será ordenada.
    Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los caminos irán de una punta de la tierra y del cielo a la otra; los bosques serán de nuevo frondosos y los desiertos habrán sido irrigados; las aguas habrán vuelto a ser puras. La tierra será un jardín; el hombre velará sobre todo lo que vive; purificará lo que ha contaminado; así sentirá que toda esta tierra es su hogar, y será sabio y pensará en el mañana.
    Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, todos serán como movimientos ordenados, se sabrá todo del mundo y del propio cuerpo; se soñará con la enfermedad antes de que aparezca; todos se curarán así mismos y a los demás. Se habrá entendido que es necesario ayudar para mantenerse, y el hombre, después de los tiempos de cerrazón y de avaricia, abrirá su corazón y su bolsa a los más desposeídos; se sentirá caballero de la orden humana y así por fin un tiempo nuevo empezará.
    Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre habrá aprendido a dar y compartir; los días amargos de la soledad habrán pasado; creerá de nuevo en el espíritu; y los bárbaros habrán adquirido el derecho de ciudadanía. Pero eso vendrá después de las guerras y los incendios; eso surgirá de los escombros ennegrecidos de las torres de Babel. Y habrá sido necesario el puño de hierro para que se ordene el desorden. Y para que el hombre encuentre el buen camino.
    Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre sabrá que todos los seres vivos son portadores de luz y que son criaturas que deben ser respetadas; habrá construido las ciudades nuevas en el cielo, sobre la tierra y sobre el mar. Conservará en la memoria lo que fue y sabrá leer lo que será; ya no tendrá miedo de su propia muerte, pues en su vida habrá vivido muchas vidas y sabrá que la luz nunca se apagará.