Thursday, January 24, 2019

Historia y Moral del Grado de Maestro Secreto IV


Historia y Moral
del
Grado de Maestro Secreto IV


VV.·.HH.·. : Este trazado fue realizado en el año 1954 por el
I.·. y P.·.H.·. Carlos Cornejo López 33º,
y en su memoria he digitalizado su trabajo.
I.·. y P.·. H.·. Emilio Raúl Ruiz Figuerola 33º
xxx



xxx
Q.·.H.·.
Que la escuadra os haga acordar siempre de que debéis andar por el camino de la rectitud, y jamás desviaros a los tentadores senderos del error. Que la escuadra os haga pensar a cada momento de que ahora habéis pasado de la escuadra a los compases, lo mismo que el geómetra que pasa de las líneas rectas y de los ángulos por medio de los cuales mide las superficies de la tierra, a las grandes curvas y círculos con los que calcula los movimientos de los astros. Comenzad ahora a elevaros sobre la tierra, y a escalar las esferas del conocimiento espiritual, porque ahí, y no sobre la tierra, podréis encontrar la Verdad y LA PALABRA PERDIDA.
Contemplad nuestra Logia revestida de luto, querido hermano, y a los hermanos que se han revestido de pesar, por la muerte del Maestro Khurum, (“Khurum, llamado (traducido) impropiamente Hiram, es Khurom, el mismo que Herra, Hermes y Heracles, la personificación de la Luz y del Sol, el Mediador, Redentor y Salvador”. Albert Pike, Moral y Dogma.) y por el eclipse de la luz y de la verdad, ocasionado por las negras, torvas y funestas nubes de la oscuridad y del error. El duelo por la pérdida de aquellos que amamos es muy natural y propio. Pero nosotros lamentamos no solamente la muerte de un amigo y de un benefactor, sino también la pérdida de la VERDADERA PALABRA, de la que se nos ha privado por su muerte, y la que debemos buscar hasta encontrarla.
Esta Logia representa aquella del Sarim, o del Príncipe de Israel, reunida inmediatamente después de la muerte de Khurum, y antes de que se descubriera a sus asesinos cuando Adoniram, que estuvo a cargo de la exacción de tributos, fue nombrado Vigilante y Jefe de los Trabajos en su lugar interinamente y cuando Azariah ben Nathan fue nombrado en lugar de Adoniram y en reemplazo de éste se puso a Jehoshaphat a cargo de los Siete Príncipes, elevándose a Jerboam al grado de Príncipe y Maestro para llenar la vacante que se había producido.
Y así como a Joroboam se le hizo Príncipe en Israel y se le dio el cargo de Superintendente de los Constructores del Templo, lo mismo hago yo ahora recibiéndoos y aceptándoos, querido hermano, como a uno de los Siete Maestros Secretos de esta Logia, para que de una vez os hagáis cargo de los deberes superiores que vuestro rango mayor os impone.
Ver el Trazado completo:



Portal del Rito Escocés Antiguo y Aceptado del Guajiro

La Hermandad para toda la Humanidad


Tuesday, January 15, 2019

Buda



Buda


De todos los líderes espirituales de la humanidad, seguramente de Siddhartha Gauthama, El Buda, es de quien más evidencia histórica sólida existe.
Nació en Kapilavatsu al Norte de la India, en el área que hoy corresponde al Nepal, aproximadamente entre 600 a 500 años antes de la era cristiana.
De estirpe noble, hijo del rey Suddhodana, monarca del clan de los Sakyas de la región.
Cuenta la tradición que su madre, Maya, mientras estaba embarazada, fue visitada en un sueño por un elefante blanco que le augura que su hijo sería un salvador, un redentor de la humanidad. Su padre el rey, sin embargo, quería un príncipe de estirpe guerrera para que lo sucediera en el trono.
Fue así, que durante el parto de la reina, en una ceremonia especial que el mismo rey preparó para ese fin, el niño fue visitado por tres venerables sabios de la zona. Esto nos recuerda a los tres reyes magos del Cristo occidental. El rey se molestó a nueva cuenta por la visita de los sabios, pues insistía en que su hijo jamás sería una especie de líder espiritual o redentor de la humanidad
Se dice que el niño nació de pies y caminando, aludiendo a su conciencia despierta. Fue llamado Siddhartha Gautama.
Al poco tiempo del parto, la madre de Siddhartha Gautama enfermó y murió.
Su padre, el rey Suddhodana, empeñado en un líder guerrero para su pueblo, y para tratar de alejarlo de todo lo mundano, aisló a su hijo en diferentes palacios, uno para cada estación del año. Ahí, Siddhartha, estaría rodeado de lujos, belleza, salud y abundancia.
Cuenta la tradición que Siddhartha recibió todo tipo de formación intelectual y militar.
 Llegó a ser un experto arquero y disfrutaba practicando lucha y artes marciales con sus amigos en el palacio. Toda su juventud pasó aislado del mundo. Narra la leyenda, que Siddhartha contrajo matrimonio con una princesa, después de haber superado en pruebas de fuerza, armas y sabiduría, a otro príncipe rival.
Por fin los Dioses hicieron su llamado a Siddhartha, cuando este contaba con 29 años… mientras deambulaba por el palacio, escuchó mágicamente a una mujer tocar un instrumento musical y cantar sobre su tierra. Se acercó a ella y le preguntó conmovido qué cantaba; la mujer le dijo que sobre su tierra lejana. Siddhartha reflexionó sobre lo que había más allá de las paredes del palacio, y le exigió a su padre salir a conocer lo que había afuera.
Ante su insistencia tenaz, el rey accedió, pero poniéndole un fiel cochero y trazando el recorrido por la ciudad, donde solo había gente joven, un camino de flores, abundancia y felicidad.
Pero los Dioses también hicieron su jugada… Durante la primera salida, le presentaron a un hombre viejo. En la segunda, a un enfermo. Luego la pobreza y la muerte. En el último viaje le mostraron a un asceta, un hombre santo con una actitud contemplativa ante la vida.
Ante cada revelación, Siddhartha acudía molesto donde su padre, a reclamarle por no mostrarle la esencia de la existencia: el sufrimiento y la existencia condicionada. Discutió con su padre sobre su deseo de abandonar el palacio y averiguar la salida, la salvación a este valle de sufrimiento para todos los seres sintientes. Ante la determinación del príncipe, el rey decide doblar la guardia del castillo y cerrar las puertas.
Pero una noche, una niebla mágica cayó, haciendo que los guardias cayeran dormidos y que las puertas del palacio se abrieran solas.
Siddhartha caminó al exterior, había iniciado su sendero.
Se adentra en el bosque, donando sus sandalias y sus ropas de príncipe a cuanta persona necesitada encontró. Dicen que los árboles se doblaban tras su paso, conmovidos por la infinita compasión de Siddhartha.
Así buscó la verdad, uniéndose por siete o diez años a un grupo de ascetas en el bosque. Pretendió, a través del conocimiento de los yoguis y maestros, y sometiendo su cuerpo y su mente a todo tipo de restricciones y disciplina, conocer la verdad última. Pero enfermó, su cuerpo se desnutrió por completo y estaba a punto de morir. Comprendió que ningún asceta podría llevarlo más allá de cierto punto y que la disciplina severa no lo conduciría a la liberación.
Pidió a los Dioses una señal. Fue entonces cuando vio a una mujer lavando en un río, notando que una vasija que ella tenía, giraba mágicamente en contra de la corriente. Un remero iba al mismo tiempo con su hijo templando las cuerdas de un instrumento musical de cuerda y le decía ''si estiras mucho la cuerda, se rompe. Si no la tensas suficiente, no da la nota''
La mujer, el agua, representan con claridad la búsqueda de la iluminación a través del deseo mismo, a través de la sublimación de la energía creadora.
Comprendió Siddhartha con ello, el sendero del camino medio. Se alimentó, recobró la salud y decidió buscar por sí mismo la iluminación.
Cierta ocasión, mientras meditaba en el bosque, asombró a quienes lo acompañaban, cuando, al caer una lluvia imprevista, una cobra real subió por su espalda y extendió su cuello a la altura de la coronilla de Siddhartha para evitar que se mojara. La energía sexual transmutada en su ascenso glorioso, hacia adentro y hacia arriba, por la médula espinal.
Finalmente, Siddhartha se decidió a alcanzar la iluminación meditando bajo una higuera sagrada en la India, el árbol Boddhi, fiel alegoría de la fertilidad y de la energía sexual. No se levantaría hasta lograrlo.
Fue entonces cuando Mara, el demonio, le tentó con sus hijas: ira, lujuria, odio, avaricia, pereza, miedo…en forma de hermosas mujeres…una a una las venció, convirtiéndose todas en hojarasca a los pies de Siddhartha
El demonio, furioso, decidió atacar con un ejército (que representa los miles y miles de detalles que conforman un día cotidiano común y corriente) El ejército de Mara, el demonio, de miles de agregados (nuestro yo psicológico) tensó todas sus flechas y las lanzaron contra Siddhartha. Pero una a una cayeron convertidas en flores de loto antes de tocarle: el recuerdo de sí, el estado de plena atención y la auto observación psicológica.
Finalmente, Mara se presentó frente a Siddhartha, mostrándose en posición de meditación, adoptando la misma apariencia que Siddhartha. Le tomó de la mano y le dijo:
“adórame, yo soy tú, te ofrezco el mundo”
En diálogo exacto al que tuviera Jesús con el demonio en el desierto.
Siddhartha abrió los ojos y comprendió, y poniendo una mano sobre la tierra declaró:
“al fin te conozco arquitecto de mi propia casa…tú, mi propio YO, declaró ante la tierra que eres ilusión”
En este instante, Siddhartha fue EL BUDA, el iluminado, quien logró la unión del UNO con el TODO guiado por la compasión universal incondicional por todos los seres sintientes.
“Avanzando estos tres pasos, llegarás más cerca de los dioses: Primero: Habla con verdad. Segundo: No te dejes dominar por la cólera. Tercero: Da, aunque no tengas más que muy poco que dar”. Buda

Del Conocimiento de Dios - Jean-Baptiste Willermoz



DEL CONOCIMIENTO DE DIOS

De la Unidad de la Trinidad de la cuatriple esencia Divina de los cuatro números 
co-Eternos Divinos

DE DIOS CONSIDERADO EN SU UNIDAD Y EN LA TRINIDAD DE SUS POTENCIAS CREADORAS




Jean-Baptiste Willermoz

1. Dios es puro Espíritu, incorporal, sin ninguna forma ni figura, Eterno e Infinito, sin comienzo y sin fin. Es el Ser de los seres. Existiendo por él mismo por toda la eternidad, es el principio único y absoluto de todo lo que existe. Es un hogar inmenso de Luz, de Gloria, de Beatitud, y un abismo infinito de Grandeza, de Sabiduría, de Poder y de todas las Perfecciones. Conteniendo en él mismo en su propia inmensidad todo lo que existe o puede existir; es el germen fecundo, la fuente inagotable de todas las Producciones y Emanaciones divinas, y nada de lo que existe ha podido existir fuera de él salvo por él. Siendo el principio de la vida y la vida misma, todo ser emanado inmediatamente de él es participante de su propia naturaleza, inmortal, indestructible, y no puede jamás dejar de ser, porque la vida no puede engendrar la muerte.

2. Dios es uno e indivisible en su Naturaleza esencial. Es esta unidad absoluta, concentrada en ella misma, que no puede ser ni conocida, ni comprendida por ninguna inteligencia creada; es ella la que es incomprensible a todo otro que a ella misma, en tanto que solo se manifiesta fuera de ella por sus producciones, a la que adoramos como siendo el Padre, el Principio eterno y el Soberano Creador de toda cosa.

3. Pero en esta unidad inefable existe una Trinidad de acciones distintas y creadoras, y una Cuaternidad de Potencia. Es decir, una Triple y cuatriple esencia divina, de las cuales la última nos muestra especialmente su unidad. Decimos una triple esencia de la unidad, y no tres esencias aisladas e independientes de la unidad, porque ellas no son tres Dioses. Las tres potencias creadoras de la unidad forman en la inmensidad de lo increado el Eterno Triángulo Divino, del cual ella es el principio y el centro. Son de tal manera inherente a la naturaleza esencial de la unidad, y de tal manera idénticas con ella, que aunque siempre distintas por su acción particular, forman junto con la unidad un solo Dios. Es por la acción y el concurso de sus tres potencias creadoras que la unidad se manifiesta fuera de ella misma en todas sus producciones divinas, y en todas las emanaciones que hace sin cesar de los Seres espirituales que contiene en sí misma por toda la eternidad; pero, no obstante, sin ninguna distinción ni individualidad, hasta el momento en el que le place darles fuera de su seno una existencia desde entonces eternamente distinta e individual, con el fin de que puedan darle en su inmensidad el culto y el homenaje que le deben. Es también por la existencia distinta de estos seres que estaban antes contenidos en potencia en Dios, que se manifiesta la cuatriple esencia divina, que completa el cuaternario divino.

4. La inmensidad divina, lugar increado, infinito y sin límites, que se incrementa sin cesar, y se incrementará sin fin para la multitud de los seres emanados, destinados a habitar allí, es la estancia de la unidad eterna que la llena con su Esplendor y con su divina Luz, que es su Centro, la Circunferencia y el todo. Es desde este Centro incomprensible que Dios lo ve todo, lo conoce todo, lo prevé todo, lo abraza todo, dirige y gobierna todas las cosas por su Voluntad, por su Sabiduría, por su Providencia, y manda soberanamente por su Verbo todopoderoso.

5. Las potencias activas por las cuales la unidad divina se manifiesta y opera todas las cosas, son sus propias facultades creadoras de Pensamiento o de intención, de Voluntad y de Acción divina operante, que personificamos y adoramos bajo los Nombres de Padre, de Hijo y de Espíritu Santo; forman el sagrado Ternario de estas potencias creadoras que nombramos como la Muy Santa Trinidad: misterio inefable del cual el hombre degradado no puede sondear toda su profundidad, pero cuyo conocimiento es tan importante para él que, con el fin de que no lo pierda y que pueda concebir este gran misterio, Dios lo ha grabado en caracteres indelebles en su ser, como en la Naturaleza entera, y lo vuelve de alguna manera sensible a su inteligencia imprimiendo en el hombre mismo, que a pesar su degradación permanece siempre como su imagen, una trinidad de facultades activas e inteligentes de Pensamiento, de Voluntad y de Acción, en similitud a la Trinidad divina, por las cuales puede, así como hace Dios, producir resultados análogos a su propia naturaleza, y sin las cuales estaría respecto a todos los seres que le rodean como nulo y no existente.

6. Pero en Dios, estas tres facultades poderosas son iguales en todo, y operan por toda la eternidad su acción particular simultáneamente, aunque en un orden distinto, para todos los actos de Emanación, de Producción, y de Creación divina, a las cuales concurren las tres igual y distintamente, pero siempre en unidad de acción, porque Dios, siendo el Ser de sabiduría y de perfección infinita, la Voluntad divina quiere siempre lo que el Pensamiento divino ha concebido, y la acción divina opera siempre lo que el Pensamiento ha concebido y lo que la Voluntad ha determinado. Porque es cierto que Dios piensa, quiere y actúa, y que estas tres facultades de la unidad divina producen necesariamente resultados de Vida espiritual análogos a su propia naturaleza. Así, no se puede concebir43 tres en Dios, sin reconocer ahí al mismo tiempo cuatro: a saber: las tres potencias creadoras operantes, y los seres espirituales emanados cuya existencia, fuera del seno de la unidad, es operada por ellas.

7. Es, por lo tanto, con razón que la religión presenta sin cesar al hombre las tres potencias divinas creadoras como siendo el objeto constante de su culto y de su adoración; porque el Pensamiento divino es verdaderamente Dios, en44 Dios y de Dios. La Voluntad divina y su Acción operante son también cada una verdaderamente Dios, en Dios y de Dios, estas tres poderosas facultades innatas en Dios son de tal manera idénticas con su naturaleza esencial que sin ellas Dios no sería Dios; como también sin ellas, o mejor dicho, sin su similitud, el hombre, imagen de Dios, no sería hombre.

8. Todo, tanto en la naturaleza divina como en la naturaleza espiritual, lleva consigo un Número característico, que en la primera designa el rango en el cual cada una de las potencias divinas opera su acción particular, un Nombre que caracteriza también la naturaleza de45 la acción de cada una de las potencias, y un atributo distintivo especialmente propio a cada una de ellas.

9. El Número 1 pertenece esencialmente a la primera potencia creadora, el Pensamiento o la intención divina, que es el primer agente de la unidad; esta potencia, siendo el principio único, el eterno generador de todo lo que es concebido por ella, será necesariamente realizada por los dos que le suceden. La llamamos el Padre creador de todas las cosas y le atribuimos especialmente el ser todopoderoso.

10. El Número 2 pertenece esencialmente a la segunda, que es la Voluntad divina, segundo agente de la unidad. Es el Verbo y la expresión de la intención divina, y como engendrado por ella, porque no puede ejercer su acción segunda sino sobre el sujeto que le es presentado y transmitido por la primera. Es por esto que la llamamos el Hijo, el hijo único del Padre creador de todas las cosas, y le atribuimos especialmente la Sabiduría que conoce, dirige y determina todo, conforme a la intención del Padre.

11. El Número 3 pertenece esencialmente a la tercera, que es la Palabra, o la acción directa y operante, divina, tercer agente de la unidad. Como no opera salvo lo que el Pensamiento divino del Padre ha concebido, y lo que la Voluntad del Hijo ha determinado, procede muy realmente del uno y del otro. Le46 llamamos Espíritu Santo, que es la acción directa, operante del Padre y del Hijo, y le atribuimos especialmente el amor divino creador y conservador de todas las producciones divinas, y la dispensación de todos los dones que le son necesarios.

12. El Número 4 que sigue inmediatamente a los tres números precedentes, no entra en la clase de las potencias creadoras; manifiesta solamente la Potencia innata en Dios de operación divina, es decir, de las cosas operadas por sus tres potencias creadoras y existentes fuera de él; es por esto que este número 4, por el cual se manifiesta la cuatriple esencia divina, caracteriza esencialmente a todos los seres espirituales, tanto de las clases angélicas, como de las inteligencias humanas, emanadas del seno de Dios, y anteriormente contenidas en potencia e indistintamente en él. Este número, característico de su origen, es y permanecerá eternamente grabado en cada uno de ellos; tanto sobre los que han permanecido fieles, como sobre los que han prevaricado, e incluso sobre los más culpables, porque es el sello eterno e indeleble de la pureza de su origen divino, sello48 que será para siempre, para los culpables obstinados, la prueba irrecusable de su crimen y el objeto siempre presente de su desesperación.

Los Elus-Cohen De “El Martinismo, Historia de una Orden Tradicional” Por Christian Rebisse


Los Elus-Cohen

De “El Martinismo, Historia de una Orden Tradicional”
Por Christian Rebisse

xxx
Louis Claude de Saint-Martin fue discípulo de Martínez de Pasqually. Este había creado, hacia 1754, la “Orden de los Elus-Cohen”. Martínez de Pasqually proponía a sus discípulos trabajar para su reintegración a través de la práctica de la teúrgia.
Esta ciencia se basaba en un ceremonial de gran complejidad, y aspiraba a lo que Martínez de Pasqually llamaba la reconciliación del “menor”, el hombre, con la Divinidad.
Esta teúrgia se basaba en la relación del hombre con las jerarquías angélicas. Los ángeles constituían, según Martínez de Pasqually, el único apoyo de que disponía el hombre después de su caída para conseguir la reconciliación (reintegración) con lo Divino.
Contrariamente a lo que se piensa, el Martinismo no es la prolongación de la orden de los Elus-Cohen y, con mayor motivo, Martínez de Pasqually no debe considerarse como el fundador de la Orden Martinista.
En 1772, incluso antes de haber concluido la organización de su propia orden, Martínez de Pasqually parte para Santo Domingo.
De ese viaje no regresará, pues muere en 1774. Después de la desaparición de Pasqually, algunos de sus discípulos continuaron la labor de difundir las enseñanzas dándoles un tono particular.
Entre esos discípulos se distinguen dos, Jean-Baptiste Willermoz y Louis-Claude de Saint-Martin. Jean Baptiste Willermoz, un ferviente adepto de la franc-masonería y de la teúrgia, entró en relación con la “Estricta Observancia Templaria” alemana. En 1782, con el congreso masónico que esta orden celebró en Wilhelmsbad, J. B. Willermoz hizo integrar las enseñanzas de Martínez de Pasqually en los grados altos de esta orden, los de “Profeso” y “Gran Profeso”. Sin embargo, él no transmitió a esta orden las prácticas teúrgicas de los Elus Cohen.
Durante ese congreso, la Estricta Observancia Templaria cambió su nombre por el de los “Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa”. En cuanto a Louis Claude de Saint-Martin, abandonó la franc-masonería. Dejó a un lado la teúrgia, la vía externa, a favor de la vía interna.
En efecto, juzgaba que la teúrgia era peligrosa, y la invocación angélica la juzgó como poco segura cuando sale al exterior.
Por otro lado, se podría poner en boca de Saint-Martin la frase de Angelus Silesius que, en su poema Queribínico, dice:
  • “Alejaos, Serafines, ¡no podéis reconfortarme! Alejaos, ángeles, y todo lo que se puede ver relacionado con vosotros; yo me lanzo solo en el mar increado de la Deidad pura”.
La herramienta y el crisol de esta misteriosa comunión deben ser, según Saint-Martin, el corazón del hombre.
Quería “entrar en el corazón de la Divinidad, y hacer entrar la Divinidad dentro de su propio corazón”, y con este sentido es por lo que se llamó a esta vía, preconizada por Saint-Martin, la “vía cordial”.
La evolución en la actitud de Saint-Martin se debió en gran parte al descubrimiento de la obra de Jacob Boehme.
En su diario personal, dice:
  • “A mi primer maestro es a quien debo mis primeros pasos en la vía espiritual, pero es al segundo a quien debo los pasos más significativos que he conseguido dar”.
Enriqueció las ideas de su primer maestro y las de su segundo maestro para construir con ambas un sistema personal.
Louis Claude de Saint-Martin transmitió una iniciación a algunos discípulos escogidos. (1)
Recordemos igualmente que tampoco Louis Claude de Saint-Martin es, él mismo, el creador de una asociación que lleva el nombre de Orden Martinista.
Por el contrario, se sabe que se constituyó alrededor de él un grupo (sobre 1795) al cual algunos de sus amigos se referían como “Círculo íntimo”, “Sociedad de los íntimos”. Balzac, en “El lirio en el valle”, nos da testimonio de la existencia de grupos de los discípulos de Saint-Martin:
  • “Amiga íntima de la Duquesa de Borbón, Mme. De Verneuil formaba parte de la sociedad santa cuya alma era M. Saint-Martin, nacido en Touraine, y llamado el Filósofo Desconocido. Los discípulos de ese filósofo practicaban las virtudes aconsejadas por las altas (especulaciones) de la iluminación mística” (2).
La iniciación transmitida por Louis Claude de Saint-Martin perduró hasta principios de siglo a través de diferentes filiaciones.
A finales del siglo XIX, dos hombres eran depositarios de esa iniciación:
  • El Doctor Gérard Encausse y Augustin de Chaboseau, cada uno para una filiación diferente. Examinemos rápidamente esas filiaciones.




Notas

(1) No todos los historiadores del Martinismo están de acuerdo sobre este punto. Algunos consideran que Saint-Martin no ha transmitido iniciaciones en el sentido en el que se entiende habitualmente. Según ellos, es a Papus a quien hay que considerar como el creador de la Iniciación Martinista. Sobre esto, ver “Le Martinisme” de Robert Amadou, ed. De l’Ascèse
1979, Chap. IV. Hasta ahora, ningún elemento permite aportar un juicio definitivo en un sentido o en otro.

(2) “Le Lys dans la Vallée”, H. De Balzac, Nelson 1957, pág. 64.



Portal del Régimen Escocés Rectificado del Guajiro