Thursday, April 23, 2015

SOBRE LOS ANTIGUOS MISTERIOS

CURSO FILOSÓFICO DE LAS
INICIACIONES ANTIGUAS Y MODERNAS

SOBRE LOS ANTIGUOS MISTERIOS

J. M. RAGON


Aparte del culto público que rendían los antiguos a cada lugar del paganismo, existía un culto secreto denominado los Misterios , al que únicamente eran admitidos quienes habían pasado por ciertas ceremonias preparatorias conocidas con el nombre de iniciaciones.
Las naciones se intercambiaban los dioses, pero no introducían siempre el culto secreto al mismo tiempo que el público. Sabido es que el de Baco fue admitido en Roma mucho tiempo antes de que sus misterios fueran instituidos en esta ciudad; pero a veces se adoptaba un dios extranjero con objeto de establecer y de celebrar su culto secreto; como ocurrió en el caso de la introducción del culto de Isis y de Osiris entre los romanos.

Los cultos más difundidos en la antigüedad fueron los de Orfeo, Baco, Eleusis y Mithra. Algunas naciones bárbaras conocieron estos cultos por boca de los egipcios, antes de que fueran introducidos en Grecia: por ejemplo, los druidas de Bretaña, cuya religión procedía de Egipto, celebraban las orgías de Baco .

Los Misterios de Eleusis celebrados en Atenas en honor de Ceres fueron absorbiendo a los demás. Todos los pueblos vecinos olvidaron los de sus naciones para celebrar los de Eleusis, y no tardaron en iniciarse en ellos todos los pueblos de Grecia y de Asia Menor. Se difundieron por todo el imperio romano y hasta allende sus límites . Zósimo dice que abarcaban a todo el género humano , y Arístides los denomina templo común de toda la tierra .

La importancia adquirida por los misterios nos produciría menos extrañeza si tuviéramos en cuenta la naturaleza de los lugares en que nacieron. Atenas pasaba por ser la ciudad más famosa de la tierra por su devoción . Sófocles le denomina edificio sagrado de los dioses cuando alude a su fundación. Con el mismo espíritu decía San Pablo: ¡Oh, atenienses!, que sois en todas las cosas religiosas hasta un grado supremo ; de ahí que Atenas fuera un modelo y un ejemplo de religión para todo el mundo.

En las festividades eleusinas había dos clases de misterios: los mayores y los menores; estos últimos eran una especie de preparación para iniciaciones más elevadas; se admitía en ellos a todo el mundo. Ordinariamente se hacía un noviciado de tres años y, a veces, de cuatro. Según dice Clemente de Alejandría, lo que se enseñaba en los grandes misterios concernía al universo, y era el fin, la cumbre de todas las instrucciones; allí se veían las cosas tales como ellas son, y se examinaban la naturaleza y sus obras .

Los antiguos decían, queriendo expresar con más fuerza y facilidad la excelencia de los misterios, que los iniciados serían más dichosos después de la muerte que los demás mortales, y mientras que las almas de los profanos serían enterradas en el fango cuando abandonaran sus cuerpos y permanecieran encerradas en la obscuridad, las de los iniciados volarían hacia las islas afortunadas, hacia la morada de los dioses .

Platón afirmaba que los misterios tenían por objeto restablecer la pureza primitiva del alma, y ese estado de perfección de que ella había descendido . Epicteto decía que “todo lo que en ellos está ordenado fue instituido por nuestros maestros, para instruir a los hombres y para corregir sus costumbres” .

Proclo pretendía que la iniciación en los misterios elevaba al alma desde una vida material, sensual y puramente humana hacia una comunión, un comercio con los dioses . Añadía también que en ellos se mostraba a los iniciados una variedad de cosas y de especies diferentes que representaban la primera generación de los dioses .

La pureza de costumbres y la elevación del espíritu eran cualidades que se recomendaban y prescribían a los iniciados. Cuando hagas sacrificios, dice Epicteto, o dirijas plegarias a los dioses, prepárate para ello con pureza de espíritu y de corazón y aporta las mismas disposiciones que se requieren para aproximarse a los misterios.

El que aspiraba a ser iniciado debía tener una reputación inmaculada y ser hombre virtuoso; luego, era examinado severamente por el mistagogo o presidente de los misterios. Suetonio refiere que al viajar Nerón por Grecia, después de haber asesinado a su madre, tuvo deseos de asistir a la celebración de los misterios de Eleusis, pero no se atrevió a hacerlo porque el reproche interno de su crimen le hizo variar de propósito. Por el contrario, Antonio no encontró medio mejor de disculparse ante el mundo de la muerte de Avidio Casio, que el de hacer que le iniciaran en los misterios de Eleusis .

Los iniciados sometidos a instituciones tan virtuosas eran considerados por los demás hombres como seres felices. Aristófanes , cuyos sentimientos son fiel trasunto de los del pueblo, hacía hablar del siguiente modo a los iniciados:

Únicamente sobre nosotros luce el astro favorable del día; únicamente nosotros recibimos el placer de la influencia de sus rayos, nosotros que somos iniciados y realizamos toda suerte de actos de justicia y de piedad por los ciudadanos y los extranjeros.
Cuanto más antiguo era el iniciado, más respeto infundía .

No tardó en considerarse deshonroso el no serlo, y, por virtuoso que se fuera o se pareciese, el pueblo sospechaba del que no era iniciado, como ocurrió en el caso de Sócrates.

Los misterios no tardaron en hacerse tan universales por el número de personas de toda suerte de rangos y de condiciones que ingresaron en ellos, como por la extensión de los países en que se introdujeron. Todo el mundo era iniciado: los hombres, las mujeres y los niños; tal es lo que cuenta Apuleyo cuando describe el estado de los misterios en su época : entonces se creía que la iniciación era tan necesaria como ahora el bautismo. En fin, esta pasión llegó a ser tan grande y universal que, si hemos de creer al comentarista Hermógenes, el tesoro público de Atenas llenó sus agotadas arcas iniciando a numerosos aspirantes. Aristogitón dictó una ley que prescribía que el que desease iniciarse debía satisfacer cierta cantidad.

Los iniciados recibían el título de epoptas, palabra que significa “el que ve las cosas tales como son”, es decir, sin velo, por contraposición al nombre con que antes se les denominaba: mystos (velado), que significa lo contrario.

Saturday, April 18, 2015

LA SENDA DEL CORAZÓN

LA SENDA DEL CORAZÓN

Por el Dr. Gerard Encausse – Papus

Conozco un hombre sencillo que nunca ha leído un libro y que, sin embargo, puede resolver los más mañosos problemas de la ciencia mejor que muchos científicos famosos. Hay gente humilde sin calificaciones académicas ni experiencia médica para quienes el cielo es tan accesible que los enfermos son sanados a petición suya y los malvados sienten que sus corazones se consumen en amorosa bondad con su contacto. Juana de Arco nunca había leído un tratado sobre estrategia ni visto un campo de batalla pero derrota en su primer intento a los grandes estrategas de su tiempo.

¿Cómo pudo ser esto? Es muy sencillo: porque ella se sometió completamente a la Voluntad Divina y no cuestión al Invisible como hubiese hecho un adepto del plano intelectual.

¿Deberá uno entonces maravillarse con la embrollada forma en que los críticos miran a estas criaturas animadas por la "viviente luz del Padre" y que son generalmente conocidas como quietistas o místicos? Ellos (los adeptos del plano intelectual) no pueden comprenderlos porque tratan de medir facultades universales con las limitadas capacidades de sus cerebros. Porque no puede entenderlo, el crítico insulta al místico y lo tiene en menosprecio, mientras que el místico ora por su atormentador y continúa con su labor de amor.

El sendero del desarrollo espiritual es sencillo y recto hacia delante:
  • "Vive siempre para los demás y nunca para ti";
  • "Haz a los demás como quieres que se te haga en todas las cosas";
  • "Nunca hables o pienses mal del ausente";
  • "Haz lo difícil en lugar de hacer lo que deseas";
  • Estas son algunas de las fórmulas de la senda mística que conduce a la humildad y la oración.
Existe una forma de purificación física muy querida por el corazón del adepto del plano intelectual: es el vegetarianismo, que debilita la atracción de lo físico. Pero esta purificación no significa nada sin embargo, si al purgar el cuerpo de la influencia animal, no purgamos el cuerpo astral del egoísmo y el influjo de la vanidad, cien veces más dañinos que los impulsos nacidos de comer carne. Cuando un hombre piensa que sabe algo y se coloca a sí mismo a la par de los Dioses, trabajando para conseguir su salvación personal y se retira en una torre de marfil para purificarse. ¿Por qué ha de dársele algo? Piensa que tiene lo que necesita y se considera a sí mismo como una persona pura y conocedora de todo. Pero cuando un hombre es sencillo y sabedor de su debilidad, y conoce que su voluntad carece de importancia si no se conforma con las acciones del Padre Celestial, cuando no está preocupado con su pureza personal ni con sus necesidades sino con el sufrimiento de los demás, entonces el cielo lo reconoce como uno de sus "niños pequeños" y Cristo manda que sea conducido hacia Él.

Una madre que ha trabajado toda su vida por educar no solo a sus propios hijos sino a los de gentes más pobres que ella es mayor delante del Eterno que el teólogo pedante y el as llamado adepto tan orgulloso de su pureza. Esta es una verdad instintiva que impresiona a la gente sin necesidad alguna de demostración porque es una verdad aplicable a todos los niveles. Por tanto que el estudiante aspire a la simplicidad en lugar de la pedantería y se cuide de los hombres que se presenten como perfectos porque "¡cuanto más alto más dura es la cada!" La Senda mística requiere  de una ayuda incesante en todas las etapas de la evolución y la perfección.

En el plano físico, ayuda de amigos y maestros que enseñan mediante el ejemplo; en el plano astral, auxilio de los pensamientos de devoción y de caridad que iluminen el sendero y permitan soportar las pruebas por medio de la paz del corazón; por último, en el plano espiritual, asistencia de los Espíritus Guardianes fortalecidos por los sentimientos de piedad hacia todos los pecadores y de indulgencia por todas las debilidades humanas as como orar por todos los ciegos obstinados y por todos los enemigos. Es entonces, que toda la sombra terrenal desaparece lentamente, que el velo es levantado por un momento y que el Divino sentimiento de saber que nuestras oraciones son escuchadas llena el corazón de coraje y amor.

Habiendo alcanzado ese punto el místico no puede entender la necesidad de las llamadas sociedades eruditas, incluso de aquellas dedicadas al ocultismo, ni de libros tan numerosos, necesarios para explicar cosas tan simples. Es muy cauteloso con las sociedades y los libros y se retira más y más en comunión con el desamparado y el miserable. Actúa y no lee más, ora, perdona y ya no tiene más tiempo para juzgar y criticar. El intelectual, observando semejante hombre, se pregunta ante todo mediante que libros ha alcanzado aquel estado, también a qué tradición pertenece y por último, en que categoría ha de colocarse para... ¡juzgarlo mejor! Busca la "palabra mágica" que el místico usa para curar a voluntad las más malignas enfermedades, por la forma de hipnotismo que le permite influenciar las mentes de otros de tal manera, incluso a remota distancia, y por el propósito egoísta detrás de todo.  Y como el intelectual no encuentra en los libros una respuesta a estas preguntas, y como necesita una explicación para reconquistar su serenidad mental, se dice a s mismo muy gravemente o al círculo de sus admiradores: "¡Posesión!" o un "¡místico!" o ¡"Simple Sugestión!”... y todo está dicho. El intelectual, de este modo se hace un poco más vano y el místico, un poco más humilde.

Y mientras que el estudio, la lectura y el tiempo son necesarios para progresar en el plano intelectual, nada de esto es necesario para progresar en la senda mística. Puede ser recorrida casi hasta el final y en una hora de nuestro tiempo terrestre como lo hizo Swedenborg en el primer da de su visión y como lo hizo Jacob Boehme, o puede tomar 19 años incluso antes que su entrada sea descubierta como fue el caso de Willermoz y muchos ocultistas. La razón es que la puerta hacia esta senda no es abierta por el buscador sino por sus guías invisibles y por la fuerza de su ser espiritual. Por tanto, no hay nada más fácil ni nada más difícil que seguir esta senda.

Está abierta a todos los hombres de buena voluntad y ningún otro hombre es digno de ella. La entrada es tan baja que solo los niños pequeños pueden entrar. Como aquellos que acuden a esta puerta son con frecuencia hombres altos y orgullosos que piensan que está por debajo de su dignidad empequeñecerse, la entrada permanece por mucho tiempo invisible para ellos.

A LA GLORIA DE LOS GRANDES SERES DEL MARTINISMO EN EL MUNDO

QUE SUS LÁMPARAS DE LOS MISTERIOS MAYORES NOS ACOMPAÑEN HASTA EL FIN DE LOS FINES EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA AMADA MANSIÓN DE LA LUZ ETERNA. POR ELLO ES NECESARIO TOMAR CONCIENCIA, LA NATURALEZA NOS ENSEÑA CUAN PEQUEÑOS SOMOS ANTE SU PODER Y SU DOLOR. TODOS NUESTROS EGOS Y ORGULLOS SE DESVANECEN ANTE ESTA VERDAD LATENTE EN TODO EL PLANETA. LA DIFERENCIA ESTA EN TI DE AYUDAR A CAMBIAR Y MEJORAR LA NATURALEZA. POR LA VIDA PLANETA TIERRA NUESTRO HOGAR. AYUDEMOS AL EQUILIBRIO, NADIE ESTA LIBRE HOY EN DÍA DE LAS SORPRESAS QUE NOS TIENE LA MADRE NATURALEZA.

SALVEMOS NUESTRO PLANETA, PLANTA UN ÁRBOL

PARA VUESTRA SABIDURÍA Y REFLEXIÓN, QUE LA SANTA CONCIENCIA DE LAS ALMAS NOS AYUDE A DESPERTAR Y DARNOS CUENTA LO QUE NOS PUEDE SUCEDER. YO QUIERO A LA VIDA Y ESTE PROYECTO DE VIDA DEL CREADOR.

SI USTEDES CREEN TOMEN CONCIENCIA Y AYUDEMOS DE VERDAD A NUESTRO HOGAR NUESTRO PLANETA TIERRA. POR LA VIDA. POR YEHOSHUAH NUESTRO MAESTRO Y SEÑOR FIAT LUX FELILUXOR FE Y FELICIDAD EN LA LUZ DE ORO A MIS PADRES Y HERMANOS QUE ESTÁN EN LOS CIELOS Y EN LA TIERRA.


Monday, April 13, 2015

La Doctrina Martinista



La Doctrina Martinista

De acuerdo con la Doctrina Martinista, el mundo, considerado como un reino material sujeto a nuestros sentidos, así como las regiones espirituales por encima de este, no son obra de Dios considerado en Su forma absoluta.

El Evangelio de San Juan dice:

"En el principio (se refiere al comienzo del tiempo, un periodo cuando los seres relativos comenzaron a manifestarse) era el Verbo" (El Logos, la Palabra Divina.)
"El Verbo estaba cerca de Dios (y no con Dios)...
y el Verbo era Dios" (no el Dios, sino un Elohim o hijo de Dios.) La palabra Elohim es un término hebreo que significa "Él- los-Dioses (as)"
"Todas las cosas fueron hechas por Él y nada de lo que hay fue hecho sin Él"
El Logos es aquel que la Cábala llama Adán Kadmón; aquel que creó los seres inferiores mediante Su palabra "llamándolos" (trayéndolos) a la vida manifestada. Estos seres son inferiores sólo con respecto a Adán Kadmón, el Hombre Arquetípico, junto a él habitan en los dominios espirituales.
Durante esta creación Dios usó un intermediario.
En el Génesis, capítulos 1-3 se dice que la tierra (que allí significa la materia primordial o caos) estaba vacía y sin forma, y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas (el Nous Egipcio es comparable con esta materia.)
El término "Espíritu de Dios" se refiere a un espíritu distinto a Dios en el sentido que no era Dios Mismo ya que Dios es necesariamente Su propio Espíritu.
Luego se nos dice que Dios puso al hombre en el "Jardín del Edén" para cuidarlo y cultivarlo. Este "Jardín" es un símbolo referente al conocimiento accesible sólo a los seres relativos.
El hombre al que se refiere el Génesis en su forma puramente simbólica no es un ser de carne sino un espíritu emanado de Dios y está hecho de un cuerpo (a veces llamado el cuerpo glorioso) creado por Dios Quien lo infundió con una chispa Divina la cual era, de acuerdo con el Génesis, el "mismo aliento de Dios."
De acuerdo con este análisis, vemos que el hombre arquetípico es semi-divino.
Provino de la materia primordial (del caos, hecho de tierra y agua simbólicas) de donde obtuvo su forma, y del aliento que lo anima y lo hace una parte de Dios.
Adán y el logos creativo son la misma cosa. Sin embargo, Adán y el Logos Redentor son dos seres diferentes.
Junto a Adán Kadmón, había otros seres de creaciones previas. Estos seres eran de una naturaleza y plano diferentes. Estos eran los "Ángeles" de los cuales se dice que "algunos eran buenos y otros malos" Adquirieron estas cualidades según el cumplimiento del plan para el cual fueron emanados de Dios. Los Ángeles "buenos" fueron aquellos que se reintegraron después de terminar su misión y los malos fueron aquellos que rehusaron reintegrarse escogiendo el yo en vez del Todo-en-Dios.
Estos son aquellos a los cuales Pasqually se refirió como los "seres perversos."
Ya que cualquier cosa corrupta tiende por su propia naturaleza a corromper otras cosas, especialmente en los reinos espirituales, estos seres perversos de los cuales la colectividad se convirtió en un egrégor del mal.
Simbolizado por la serpiente, estaban celosos de este ser (Adán) que era superior a ellos y una imagen de Dios del cual pretendían haberse separado.
Estos seres actuaron telepáticamente sobre Adán y lo incitaron a ir más allá de sus posibilidades naturales.
Siendo mixto por naturaleza, medio corporal y medio espiritual, así como andrógino, el Hombre Arquetípico debía mantener cierta armonía, un equilibrio necesario en el reino en que Dios lo puso.
Debía ser el Arquitecto del Universo más sutil que el nuestro, el "reino" que no era de este mundo mencionado en los Evangelios.
Bajo el impulso de los seres perversos, el Hombre Arquetípico se erigió a sí mismo en un demiurgo independiente, rompiendo de este modo las mismas leyes que había ordenado observar.
Osó a su vez convertirse en creador y ser igual a Dios por sus hechos. Al intentar esta acción, el Hombre Arquetípico sólo modificó su destino original. Es de esta tradición de donde proviene la costumbre de dedicar a los Dioses o a Dios los primeros frutos de la cosecha o el primogénito de un rebaño.
Y como sólo Dios en sus posibilidades infinitas puede crear o extraer algo de la nada, el Hombre Arquetípico solamente podía modificar lo ya existente.
El Hombre Arquetípico, al querer crear seres espirituales, sólo objetivo sus propios conceptos.
Queriendo darles un cuerpo únicamente los integró en la materia grosera. Deseando animar el caos, sólo se atrapó a sí mismo.
En efecto, Dios siendo el "Yo Soy El Que Soy" excluye la posibilidad de que cualquier olvido pudiera existir. A fin de crear la materia primitiva, Dios sólo removió parte de Sus perfecciones infinitas de una parte de Su imperecedera esencia.
Esta retracción parcial de Sus perfecciones espirituales resultó en la creación de una imperfección material relativa. Esta es la razón por la cual en este mundo la creación de cualquier cosa que sea nunca puede ser perfecta ya que no es de Dios.
Al imitar al Absoluto, Adán Kadmón trató de crear la primera materia. Siendo un alquimista inexperto, al intentar semejante empeño sólo precipitó su caída.


El Hombre Arquetípico es un ser andrógino:
  1. Tan masculino como femenino, positivo y negativo.
  2. Es el elemento femenino negativo el que Adán trata de objetivar fuera de sí mismo. Es el lado izquierdo, femenino, pasivo, lunar y material el que él separará del lado derecho, masculino, activo, solar y espiritual.
  3. Esto fue lo que dio nacimiento a Eva, la Mujer Arquetípica.
  4. Es esta nueva materia, Eva o Mujer Arquetípica, la que Adán penetró con el objeto de crear vida.
  5. El Hombre Arquetípico, de este modo, se degradó a sí mismo al tratar de ser igual a Dios.
  6. Este nuevo reino es el que los Gnósticos llamaron mundo "hílico", que es nuestro universo material lleno de dolor e imperfecciones.
  7. El poco bien que existe aquí proviene de las virtudes del Hombre Arquetípico. Al estar dividido en dos seres, la suma de estas imperfecciones no puede en su totalidad existir estando estos dos seres aparte, por tanto, tenemos la caída.
  8. Esta es la razón por la cual los antiguos cultos deificaron la naturaleza.
  9. Ella fue la madre de todo lo que "estaba debajo de los cielos". Isis, Eva, Deméter, Rea, Cibeles, Erzulí, son los símbolos de la naturaleza material emanada de Adán Kadmón, personificada bajo los aspectos de las "Vírgenes Negras" que son símbolos de la materia prima.
  10. La esencia superior de Adán Kadmón se integró así en la nueva materia para convertirse en el nuevo SULPHUR que es la expresión alquímica referente al alma del mundo. La segunda esencia, la cual es el mediador plástico, el que constituyó la "forma" de Adán, su doble superior se convirtió en el MERCURIO de los alquimistas, refiriéndose a lo que los ocultistas llaman el mundo astral o mundo intermediario.
  11. La materia que es del segundo caos, la cual es la SAL de los alquimistas, es lo que se convirtió en el soporte, el receptáculo o prisión.

ADÁN=SULPHUR EVA=SAL CAÍN = MERCURIO

He aquí por qué la materia universal está viva y, también, por qué puede ser más o menos consciente e inteligente en sus manifestaciones.
A través de los cuatro reinos de la naturaleza: mineral, vegetal, animal y humano, es el Hombre Arquetípico, el Adán Kadmón, la inteligencia demiúrgica la que se halla en acción dispersa y prisionera. Este nuevo universo también se trocó en refugio de los ángeles caídos. Vinieron a este para estar más lejos del Absoluto.
Los seres perversos, por tanto, tienen un interés primordial en ver que el hombre, disperso pero presente en todas partes en la materia que constituye el universo visible, continúe organizando y animando este reino que ellos han reclamado para sí.
Al igual que el alma del Hombre Arquetípico es prisionera de la materia universal, también el alma del hombre individual es prisionera del cuerpo físico. La muerte física y las reencarnaciones que siguen son los medios mediante los cuales las entidades caídas ejercen su control sobre el hombre.
La Sabiduría, la Fuerza y la Belleza que aun se manifiestan en este universo material son los esfuerzos del Hombre Arquetípico para reconquistar la posición que ocupó antes de la caída. Las cualidades opuestas son manifestadas por las entidades caídas para mantener el clima que le hicieron crear con el objeto de existir como ellos quisieron cuando rehusaron reentrar en la Totalidad.
El Hombre Arquetípico no reconquistará su primer esplendor y libertad hasta tanto no se separe de esta materia que lo ata dondequiera. Para que esto ocurra, todas sus células individuales (los seres humanos individuales) tendrán después de su muerte natural que reconstituir el arquetipo REINTEGRÁNDOSE, escapando así de los ciclos de reencarnación.
Sólo entonces el microcosmos reconstruirá el Macrocosmos. Los seres humanos individuales quienes no son más que el reflejo del Arquetipo, serán igualmente el reflejo de lo Divino así como el Arquetipo mismo es el reflejo de Dios, del Verbo o Logos, del "Espíritu de Dios" mencionado en el Génesis.
Esta es la razón por la cual él es el "Gran Arquitecto del Universo"; y todos los cultos de adoración de este último son ipso facto "satánicos" porque esta adoración es ofrecida al Hombre y no al Absoluto. En la Francmasonería él es invocado pero nunca adorado.
Pero, ya que el Hombre ha de descender a la atmósfera demoníaca de este mundo material en donde constantemente está inhalando los frutos de su maléfico intelecto, como nos dice Pasqually, se encuentra así en una mala posición para resistir las constantes tentaciones a las cuales está sujeto. El CREADOR restableció el equilibrio separando de Su Círculo Espiritual Divino un Espíritu Mayor para que sea el guía, el consejero y el compañero del Menor que desciende de la inmensidad celestial para ser incorporado en el mundo material; para obrar de acuerdo con su libre albedrío, sobre el plano terrenal.
Pero el consejo de un Espíritu Superior no es suficiente, el Hombre Caído necesita además la ayuda de un "Elegido Menor". La ayuda que este "Electo Menor" le traerá con el objeto de que él pueda alcanzar la "reconciliación" es de una doble naturaleza. Él transmite al Hombre directamente las instrucciones del CREADOR sobre las prácticas teúrgicas que han de ser ejecutadas; también comunica al Hombre de Deseo al cual es enviado, el don que él mismo ha recibido al darle el sello místico sin el cual ningún Menor puede ser reconciliado.
Esta misteriosa ordenación es la condición esencial de la reconciliación del hombre, porque sin ella no importa cuan grande sean los méritos del Menor, permanece en privación; esto es, sin ninguna comunicación con Dios.
Para escapar de los ciclos de reencarnación en este mundo infernal el hombre debe desprenderse de todo lo que le atrae a la materia así como librarse de la esclavitud de las sensaciones materiales. También ha de elevarse moralmente. Las entidades caídas, sin embargo, luchan constantemente en contra de la tendencia del hombre hacia la perfección tentándolo constantemente para hacerlo permanecer en este mundo en donde ellas pueden mantener su dominio sobre él.
El hombre individual debe constantemente batallar en contra de estas entidades desenmascarándolas y rechazándolas fuera de su reino. Logrará esto parcialmente mediante la iniciación, que lo liga a los elementos del Arquetipo ya reunidos y que constituyen la exotérica "comunión de los Santos"- y en segundo lugar mediante el conocimiento liberador que le enseña los medios más rápidos para ayudar a la ciega humanidad así como a mejorar su obra personal.
Entre estas últimas posibilidades encontramos las Grandes Operaciones Equinocciales que contribuyen a purificar el aura de la tierra mediante exorcismos y conjuraciones usando ritos de Alta Magia que los Elus-Cohens llamaron la obra del culto.
Sólo después de estas liberaciones individuales tendrá lugar la gran liberación colectiva. Esta permitirá la reconstitución del Arquetipo y su reintegración dentro de lo Divino. Una vez abandonado por su animador, el mundo material se disolverá. Dejada bajo la naturaleza anárquica de los espíritus caídos, la materia se disolverá de modo acelerado y así el fin del universo físico tendrá lugar como fue anunciado por las grandes tradiciones.
Este es el despliegue de la Gran Obra Universal.


Fuente:  http://eruizf.com/martinismo/martinista02.html

Sunday, April 12, 2015

Introducción al Martinismo


Introducción al Martinismo

Papus dijo de la Orden Martinista: "Es una sociedad mística. Como sociedad, el Martinismo es la unión de las fuerzas invisibles evocadas por la búsqueda de la Verdad. La Orden Martinista es un centro activo de difusión iniciática. Su objetivo es propagar rápidamente y de una manera amplía las enseñanzas de lo oculto y las líneas de la tradición occidental y cristiana. La sociedad Martinista tiene como primer principio:

  • Respetar la libertad humana
  • Aceptar en su seno a hombres y mujeres.
  • Ser cristiano.

El Martinista defiende la acción de Cristo..." Las diversas Ordenes Martinistas, que hoy existen, tienen su origen en la Orden de los Elus Cohen y de diversos personajes del pasado y modernos que han jalonado y construido su historia. Así pues, es interesante e importante presentar esta tradición, su origen, su rol, su filosofía, así como lo esencial de sus ritos. No se trata de una obra más dentro de la historia del Martinismo.
La Antigua Orden Martinista, es una corriente dentro de las diversas Ordenes Martinistas que quiere revitalizar el Martinismo del pasado sin dudar del contemporáneo si no se mantiene anclado en tal o cual dogma necesariamente reduccionista. Efectivamente, puede ser para algunos un medio de imponer una visión del cristianismo muy personal, mientras que para otros la dimensión caballeresca o teúrgica será la predominante. La búsqueda de las raíces podrá conducir a la magia de los Elus Cohens, así como a la simplicidad, la sobriedad y la libertad. De este modo, aquél que quiera aproximarse a esta tradición y avanzar hacia sus misterios y ritos, debe adherirse a la sensibilidad que se desea encontrar allí. De centenares de personas que pasan el portal de esta tradición, pocas quedarán después de algunos años. Menos numerosos son aquellos que lograrán penetrar en el corazón, de aquello que se ha venido en llamar el esoterismo cristiano.
En consecuencia, hay detrás de cada cuál una llamada, una fuerza que dirige a cada uno misteriosamente hacia estos portales. Todos aquellos que se han aproximado a esta tradición han sentido este deseo, esta fraternidad que les permitiría profundizar aquello que ellos habían abordado individualmente y, con frecuencia, intelectualmente en los libros.
La perspectiva de un intercambio productivo, la atracción del rito y el valor que aun hoy en día tiene, hace que sean numerosas las personas que se afilian después de haber pasado por diversas órdenes. Más allá de esta aparente diversidad, la experiencia cotidiana demuestra la permanencia de un pensamiento y de un carácter Martinista independientes de las estructuras visibles capaces de hacer germinar en cada uno, aquello que denominamos "la llamada" o "el deseo de la búsqueda". Para la Orden Martinista la fraternidad no es una finalidad, es la consecuencia de su caminar místico.
La tradición Martinista es algo más que un rompecabezas de diferentes corrientes, de las cuáles nos podría faltar un trozo; es la presencia sobre nosotros de un pensamiento, de una egrégora que sintetiza una comunión de espíritu y de símbolos entre diferentes personas. Es partiendo de esta certificación que nosotros hemos podido describir esta corriente occidental evitando extraviarnos en una historia estéril o en una parcialidad reductora. En efecto, existe un objetivo Martinista trascendiendo a los seres que han constituido su historia. Se trata de la defensa y del servicio invisible del esoterismo cristiano.


RETROSPECTIVA HISTÓRICA DEL Martinismo


De todas las Ordenes Masónica Iluministas que florecieron en Francia, durante el siglo XVIII, ninguna tiene influencia comparable a aquella que entró a la historia con el nombre de Martinismo. El surgimiento de esta Organización coincidió con la llegada de Joachim Martínez Pasqually. Martínez Pasqually, pasó su vida enseñando en las Logias bajo la forma de un rito masónico elevado, un sistema religioso al cual dio el nombre de Elus Cohen o Sacerdotes Elegidos (Cohen en hebreo significa Sacerdote). Solamente aquellos masones de grado de Elus eran admitidos en los Elus Cohen. Martínez viajó, de manera misteriosa, por varias partes de Francia, sobre todo por el sur y sudoeste de ese país. Propagando su doctrina, consiguió adeptos en las Logias de Marsella, Avignon, Montpellier, Narbonne, Foix e Touluse. Finalmente, en 1762 se establece en Bordeaux. En Bourdeaux, Martínez ingresa en la Logia La Francesa, que era la única de las cuatro logias simbólicas activas en la ciudad en aquel tiempo. Martínez se empeñó en revivir el entusiasmo de los masones de Bordeaux asegurando la cooperación de varios de ellos, escribió para la Gran Logia de Francia en 1763: "Instituí un templo en Bourdeaux para la Gloria del Gran Arquitecto, incluyendo las cinco órdenes perfectas que administro bajo la constitución de Charles Stuart, rey de Escocia, Irlanda e Inglaterra, Gran Maestro de todas las logias regulares esparcidas sobre la superficie de la tierra, y que están hoy bajo la protección de George William, rey de Gran Bretaña, y bajo la Gran Logia denominada..." . En 1770 el Rito de los Elus Cohens contaba con templos en Bordeaux, Montpellier, Avignon, Foix, Libourne, La Rochelle, Versailles, Metz y París.
Otro templo estaba presto a abrirse en Lyon, gracias a los esfuerzos del Hermano Willermoz que sería la figura más activa e importante del rito de Martínez. Martínez no dejó un trabajo escrito completo referente a sus enseñanzas, no obstante se encontraron diversas textos incompletos que son parte de sus enseñanzas referidas a un sistema de pensamiento filosófico, esencialmente una Gnosis Cristiana, que se basan principalmente en los principios doctrinales del trabajo llamado, "El Tratado de la Reintegración de los Seres a sus originales virtudes, poderes y cualidades". Este trabajo da una interpretación particular de la Creación, de la Jerarquía de Seres, de la Caída del Hombre y de la manera que tiene el Hombre para recobrar su estado original y restablecer sus privilegios.
Martínez de Pasqually considera que el Hombre está en el exilio en esta existencia terrenal privado de todos sus verdaderos poderes. Por consiguiente, el objetivo principal del hombre debe ser trabajar para ser restaurado a la condición original. Esto puede lograrse siguiendo ciertas técnicas. Martínez de Pascualy afirmaba que en cada ser humano había algo divino adormecido y que era preciso revivir. Según Martínez esta centella divina podría ser inflamada al punto de ser liberados del materialismo. Sobre tales condiciones el hombre es capaz de adquirir poderes, los cuales le permitirán "comunicarse con seres invisibles, llamados por la Iglesia Ángeles y obtener no sólo una santidad personal, sino también la santidad de todos los discípulos de buena voluntad". Transformar al hombre de esta forma sería regenerarlo y reintegrarlo gradualmente a su estado original; sería capacitarlo a alcanzar aquel estado perfecto que cada individuo y sociedad debería buscar. Esta doctrina tuvo un sorprendente suceso en la Gran Logia de Francia, luego comprendió que como resultado de todos los ritos místicos ocurrió una gran adhesión de miembros y se hacía necesario preservar con mucho cuidado y secreto las tareas misteriosas.
Entre los discípulos de Martínez se encontraba el "Filósofo Desconocido", Louis Claude de Saint-Martín. Saint-Martín serbia como teniente en el Regimiento de Foix cuando oyó hablar de Martínez de Pasqually y del Rito de los Elus Cohen. Después de retirarse el ejército, se dirigió a Bordeaux donde fue iniciado en los grados de Cohens por el hermano de Balzac. Saint-Martín era de naturaleza cortes, modelada por una intensa actividad intelectual. A los pocos años se retiró de las prácticas activas de los Elus Cohen., dedicándose únicamente al estudio del misticismo y espiritualismo. Ya en París, se vio obligado formar una especie de grupo, puramente espiritual donde se excluían las ceremonias ritualísticas de Magia.
Hasta la Revolución Francesa, Saint-Martín alternaba entre las orientaciones a sus discípulos y los viajes al exterior donde estableció contacto con Jacob Boheme un "Iluminato" Saint Martín encontró en los escritos de Jacobo Boheme lo que él buscaba, la Vía Interior o Vía Cardíaca. En 1803 muere Saint Martín dejando varios adeptos en diferentes países de Europa. Después de su muerte los discípulos de Saint-Martín esparcieron la doctrina del Filósofo Desconocido en Francia, Alemania, Dinamarca entre otros países. Fue a través de ellos que en 1880 un ocultista parisino, llamado Dr. Gerard Encause (Papus) tomó conocimiento de la doctrina de Saint-Martín y decidió continuar las enseñanzas. Con ese objetivo, fundó en 1884 un Orden Mística que llamó Orden Martinista que conserva la línea tradicional que estableciera el Filósofo Desconocido y que llega a nuestros días.
Orden iniciática y esotérica El Martinismo es hoy en día aquello que se denomina una Orden iniciática y esotérica. Esto significa que las reuniones no son accesibles a aquellos que no han sido iniciados. Sabemos que existen múltiples formas de transmitir los conocimientos: por escrito, oralmente, etc. La iniciación tiene por objetivo transmitir un conocimiento con la ayuda de ritos compuestos de símbolos, de palabras, gestos que despiertan el inconsciente y causan una transformación que el iniciado deberá proseguir. Despertando las emociones, la psique más profunda, la iniciación transforma y transmite realmente un contenido oculto que el iniciado tardará algún tiempo en descubrir. Es una semilla que ha sido sembrada y que germinará si ha sido depositada en una buena tierra y ha sido mantenida durante el suficiente tiempo. Tal transmisión no podría hacerse intelectualmente, porque entonces se dirigiría a una facultad que no corresponde a la dimensión psíquica ligada a lo sagrado. De una forma implícita la iniciación nos dice que el inconsciente, lo imaginario, hacia donde van dirigidos los ritos, no es otra cosa que el sentimiento de sacralidad. Es, entonces, fácil de comprender tales ritos iniciáticos que han existido desde milenios. Fueron utilizados en las diferentes religiones y culturas para transmitir los conocimientos secretos y sagrados. El mundo ha caído y el hombre debe reconciliarse con el creador para poder reintegrarse al plan divino. Importa poco desarrollar los detalles de la doctrina. Es suficiente saber que debemos, con nuestros esfuerzos individuales, redimirnos y reencontrar el camino del Creador.


EL TRABAJO MARTINISTA


Un grupo Martinista se reúne una o dos veces al mes. La Apertura y la Clausura ritual de la reunión son conducidas por el responsable, asistido en ciertos ritos por algunos hermanos o hermanas, cumpliendo funciones simplemente simbólicas. Durante el periodo de trabajo, propiamente dicho, diversas posibilidades son ofrecidas que difieren según las órdenes o grupos. Unos textos propios de la Orden pueden ser leídos y comentados, algunos trabajos hechos por los miembros pueden ser leídos y discutidos en común, con algunos períodos de plegarias y meditaciones, equilibrando así la dimensión teórica y mística propia de esta corriente. Las investigaciones de los miembros, leídas durante los trabajos de grupo, tienen por objetivo permitir un trabajo y una reflexión individual sobre algún motivo simbólico particular o sobre alguna cuestión que es objeto de las preocupaciones de los participantes.
No obstante no creemos que sea suficiente asistir a los rituales de las reuniones Martinistas para avanzar realmente en la vía. El trabajo individual es una necesidad para aquél que no desea depender únicamente del grupo al que pertenece. El Martinismo y la Iglesia Gnóstica Desde los inicios del Martinismo de Papus, la noción de Iglesia oculta e invisible se ha convertido en uno de los aspectos de esta tradición. No se trata de confundir los ritos, la iniciación y la tradición Martinista con aquellos de una Iglesia cualquiera. Pero debemos remarcar que los responsables de las órdenes Martinistas recibían, generalmente, una consagración episcopal válida según varias líneas de sucesión apostólica, como aquella de la Iglesia llamada Gnóstica, fundada por Jules Doinel en 1892.
Ella fue estructurado en gran parte por Jules Doinel y por Johannes Bricaud, que fue el Obispo Prior, al mismo tiempo que responsable de la Orden Martinista de la época. Según un texto de presentación de esta Iglesia, "el gnosticismo es una doctrina filosófica y tradicional, tan antigua como la humanidad; una moral, un culto, que son una religión universal.
Enseñada y practicada en todos los misterios de la antigüedad y en muchas sociedades secretas u ocultas de la Edad Media y de los tiempos modernos, [... ] tiene por objetivo restituir a la humanidad su unidad religiosa primitiva, rechazando los errores religiosos surgidos de las diferentes religiones, y de trabajar por el perfeccionamiento intelectual, moral y social. El gnosticismo no pretende imponerse a las conciencias, ni por la fuerza del poder civil o militar, ni por vanas amenazas de castigos post-mortem, ni por falaces promesas de recompensas futuras. Basado, de una parte, sobre la tradición universal y no solamente sobre la tradición Hebrea de la Biblia y, por otra parte, sobre la filosofía y la ciencia moderna, sus verdades no se presentan como objeto de fe, sino como objetos de demostración, filosófica y científica; no se clama más que a la razón, que es la misma para todos los hombres. Se admite, entonces, la libertad absoluta de conciencia y de examen en cada uno de todos los hombres que son capaces y exige de sus miembros la tolerancia para todos aquellos que no piensan como ellos." Precisamos, para terminar, que si bien este aspecto sacerdotal es muy importante en la vía Martinista, se funda sobre aquello que se ha acostumbrado en llamar la Iglesia invisible, que no debe ser confundida con las estructuras exteriores y temporales.

Fuente: http://eruizf.com/martinismo/martinista01.html